D. Thyatira (2,18 al fin)
Y yo le he dado tiempo para que se convierta
Y no quiere convertirse de su fornicación.
Nota._
El apocalipsis siempre lo a considerado la Iglesia como un libro profético que
se aboca mas a nuestros días y los que están por venir y tenemos una reseña de
estos tiempos en las siete Iglesias NO LO DEJEN DE LEER POR MAS QUE LES PAREZCA
LARGO, ha sido la forma más fácil de redactarlo.
El
tiempo de esta Iglesia (10 siglos) es mayor que el de todas las pasadas.
"Fornicar con los reyes de la tierra" llama la Escritura a las
debilidades y contubernios de la Religión (Sinagoga e Iglesia) para con el
poder civil.
He aquí que yo la arrojo a la cama
Y a los adulterantes con ella en tribulación
magna
Porque no se convierten de las obras de ella.
El
instrumento del adulterio se convierte en instrumento de tortura; el lecho de
los malos amores se vuelve cama de enfermo. No puede uno menos de recordar las tremendas
epidemias de la Edad Media, y su culminación en la Muerte Negra, tremenda
pestilencia desconocida que invadiendo desde los puertos del Mediterráneo
cubrió casi toda Europa, diezmó su población en un tercio por lo menos, sembró
el terror y el desaliento, paralizó el progreso – muchas de las grandes
catedrales góticas han quedado hasta nuestros días inconclusas a causa del flagelo
– y prácticamente cerró el auge de la Edad Media. Basta leer la vida de Santa
Catalina de Siena por Surio o por San Francisco de Capua para ver la
Tribulación Magna en que zozobró el siglo XIV. Guerras nacionales, cisma de Occidente,
guerras feudales, conflictos eclesiásticos, corrupción del clero, divisiones en
las familias, amenaza del Turco, banditismo, epidemias, hambres, sediciones …
Así como fue grande la gracia otorgada a esta época, así fue grande el castigo
que cayó sobre sus abusos.
Y a sus hijos los haré morir de muerte
Y sabrán todas las Iglesias
Que yo soy el sondeador
De riñones y corazones
Y doy a caduno según sus obras.
¿Cuáles
son los hijos de la soberbia Jezabel, de la elación del ánimo de los príncipes pretendiendo
usar de la religión, de la elación de los Prelados pretendiendo el poder
político, y el poder de déspotas y no de pastores? Son los herejes, los
rebeldes a los dos poderes. Y los herejes son puestos a muerte en la Edad
Media. Entonces nace la pena de muerte por herejía, las hogueras, la
Inquisición. No de cualquiera muerte se habla aquí: la reduplicación griega
morir de muerte (apoteknoo enthanátoo) significa la muerte violenta, violenta y
atroz. Nace en esta edad la pena capital por el delito de herejía, por primera
vez aplicada al heresiarca español Prisciliano por un rey francés, Máximo
Augusto, en el año 385. Sabemos que esta pena se puede justificar filosóficamente,
y que Santo Tomás lo ha hecho; pero nada nos impide considerarla como un
castigo de Dios; no solamente a los castigados sino también a los castigadores.
Triste estado el de una sociedad que tiene que defenderse con este extremo;
aunque evidentemente la sociedad debe defenderse.
La
resbalada a los abusos es aquí fácil, y es atroz. Los abusos de la Inquisición
la vuelven odiosa a toda Europa -palabras de Descartes después de la condena de
Galileo – y precipitan la rebelión protestante; nacida con Santo Domingo
después de la insurrección albigense para investigar (inquisitio ) con el fin
de librar del Estado furioso por lo menos a los herejes aparentes o solamente
engañados … por permisión de Dios la represión religiosa inflige la muerte a
Juana de Arco, a Savonarola, a Jordán Bruno, y – prácticamente – al arzobispo
Bartolomé Carranza; y después a centenares y centenares de católicos ingleses,
escoceses e irlandeses en manos de la Jezabel del Norte, Isabel I la
Sanguinaria.
El
"sondeador de corazones", que no está con ningún partido sino con
"cada individuo según sus obras", permitió que la Represión Religiosa
terminara en un gran lago de sangre y en contra de los que la habían inventado;
para que no se renueven más hasta los últimos días los pavorosos días del
Caballo Bayo . Más a vosotros os digo
Los restantes de Thyatira -
Todos los que tenéis esta doctrina -
Los que no sabéis (como dicen)
Las profundidades de Satán:
No arrojo sobre vos otra carga -
Solamente, lo que tenéis, agarraos fuerte
Hasta que yo venga
Perícopa
sumamente difícil, que hace sudar a los intérpretes de cualquier sistema o escuela.
Diremos modestamente lo que Dios nos dé a entender.
La
admonición se dirige a los "que quedan", a las "reliquias",
como llama siempre la Escritura a los que permanecen fieles en una corrupción
general: " Y las reliquias de Israel serán salvas". [9] Éstos son los
que no tendrán en este período la mala enseñanza, la doctrina pagana o
racionalista de los "juristas" de uno y otro bando; los que no
conocerán (conocer en el sentido hebreo, como conocer una mujer) , los que no
se desvirginarán con "los abismos de Satán"... ¿Por qué
"profundidades de Satán"? ¿Por ventura éste de aquí es el mayor de
los pecados? Son mucho más graves los pecados cometidos en pleno apogeo
cristiano que los de las Iglesias anteriores. [10] Cuando la Iglesia se debatía
entre los paganos, Satán estaba como en un trono (Iglesia anterior), manifiesto
y patente en los cultos idolátricos. Ahora la idolatría se vuelve encubierta y
profunda, trabaja por debajo.
Ahora
los pecados se hacen hondos, muchos de estos pecadores son tenidos por grandes
Prelados o Reyes gloriosos, porque triunfan en sus empresas temporales.
La
avaricia y el concubinato sacrílego en el Clero, la crueldad y el orgullo de
los Príncipes, vigen en medio del respeto del pueblo a las autoridades. Los
escritores protestantes se han regodeado con las historias de curas amancebados
o putañeros en la Edad Media; es uno de los grandes argumentos de la
apologética protestante, la popular al menos: en la Tate Gallery de Londres he
visto lo menos cuatro cuadros de ingleses contemporáneos acerca de las
fechorías de los curas de la Edad Media, y de los frailes españoles e italianos
de todas las Edades. Rudyard Kipling describió como él sólo sabe hacerlo las
hazañas amorosas y guerreras del abad medieval N. N. en el cuento N. N., del
libro N. N., que se perdió en el traslado de mis libros – puesto que no está en
ninguno de los que tengo aquí; pero hemos quedado en que "la erudición es
provinciana", y mis lectores, que son también lectores de revistas, se las
saben todas – y menos mal que después describió un cura católico francés santo,
aunque un poco simplón – Rudyard Kipling, quiero decir – en The Miracle of
Saint Jubanus. Bien, estas hazañas, en que el judío Rojas se regodea también en
La Celestina, aunque graves, no son quizá lo más grave que había en nuestros abuelitos,
los cristianos de la Edad Medía. Y esas otras serían, a nuestro entender, "las
profundidades de Satán" – como dicen –, estrechas como la matriz, hondas como
el abismo y oscuras como el corazón del hombre.
No arrojare contra vosotros otra carga.
El
mismo peso de la corrupción de la Iglesia Medieval la llevará a su ruina: la Represión
Religiosa llevada al extremo (la hoguera de Savonarola) incendiará la rebelión
protestante, según Hilaire Belloc; los Príncipes alemanes regalistas la harán
triunfar en Alemania con su apoyo; un Rey "teólogo" y sifilítico,
"Defensor de la Fe", en Inglaterra, y consiguientemente en Europa.
Cerróse
el lazo en torno la áurea gola
Cayó
la escala, el cuerpo sacudido
Cimbró
un momento y se apagó en gemido
La
voz temible de Savonarola.
Las
llamas envolvieron de aureola
Atroz
el semi-mártir atrevido
Que
Florencia a los Borgias ha ofrecido
Y a
su lujuria y su furia española.
Sí.
La desobediencia no reforma,
Caro
Newman. Reforma mucho menos,
La
crueldad, mi caro Cardenal.
Lutero
pronto romperá la forma
De
una Europa que enferman los venenos
De
esas cenizas y ese atroz dogal,
escribió
un poeta menor de estos reinos.
Solamente, lo que tenéis, tenedlo fuerte
Hasta que yo venga.
La
Parusía aparece en el horizonte: primera mención de ella en estas cartas. La Tradición
– en el sentido de fijación o conservadorismo – aparece también
como ley de la Iglesia posterior: lo que tenéis, krateésate,
conservadlo, reforzadlo, hacedlo fuerte. El Concilio de Trento fija las
instituciones de la Iglesia Medieval, y desde entonces no se hacen cambios, en
el sentido de reformas, reestructuraciones, creaciones. La Iglesia
Antigua y la Iglesia Medieval crean el culto, la liturgia, el derecho canónico,
la Monarquía Cristiana, las costumbres católicas: de todo eso, que parece
definitivamente dado, vivimos nosotros.
Esta
recomendación de agarrarse a lo tradicional se repite en forma más apremiante y
dramática en la Iglesia siguiente, como veremos: "¡Consolida
lo que te queda, aunque de todas maneras haya de perecer!".
Y al victorioso y al observante hasta el fin
de mis obras
Le daré el dominio sobre los Gentiles.
De
hecho la Edad Media terminó con el paganismo, contrarrestó las irrupciones asiáticas
(Carlos Martel, Carlomagno, los Cruzados, la Reconquista de España, Sobieski,
Juan de Austria), dominó las herejías "sociales" de tipo comunista,
como los aibigenses, y señoreó el Gentilismo en todo el orbe con los grandes Descubrimientos
y Conquistas, que la cierran como un broche de oro. Realmente, la Monarquía
Cristiana, "salió venciendo para vencer", coronada de oro, y con un arco
en la mano que llegaba lejos, como dirá dentro de muy poco el texto sacro.
Y los conduciré con vara de hierro
Como se quiebran los vasos de arcilla
Así como yo recibí de mi Padre.
El
mundo moderno se ha olvidado bastante de que Cristo
es Rey, cosa que ha recibido de
su Padre; por lo cual se instituyó poco a la festividad de Cristo Rey, contra
la herejía del liberalismo. El mundo
de hoy está muy contento con la imagen tolstoyana del "dulce
nazareno", con sus crenchas doradas, su sonrisita triste, su
corazón en la mano y su aspecto de Carlitos Gardel o Rodolfo Valentino.
Como se quiebran los vasos de arcilla con un barrote de hierro,
así quebrará también Cristo a este mundo blandengue cuando vuelva, si es que ya
no lo está haciendo. La Edad Medía,
envestida por la fe, fue una imagen de la Reyecía de Cristo; y los reyes
cristianos no fueron muy dulzones con los que estaban en el error, o los que
amenazaban el orden de la sociedad cristiana. Los cetros reales no son de
turrón y merengue. De sobra lo sabemos hoy, en que el poder ha conservado toda
su dureza, y ha perdido por su impiedad la contraparte de la antigua clemencia.
La
Monarquía Cristiana, que duró 10 siglos, fracasó parcialmente en su
misión de instaurar una Sociedad y un Estado del todo cristianos; como había fracasado
totalmente Bizancio; lo cual fue causa del Cisma Griego, y luego muy pronto
de la ruina de Bizancio. Fue la Reyecía de Cristo lo que no alcanzaron a instaurar
de hecho: y el espíritu pagano y herético que tiende a relegar la Religión al
Templo y absolutizar al Estado fuera del Templo, resistió obcecadamente, progresó
lentamente y al fin venció con Lutero y la Revolución Francesa.
La
Inquisición, separada de su objetivo primigenio, que era simplemente inquirir;
y convertida en instrumentum regni , o sea fórceps político, se hizo
un abuso pagano, en el cual cayeron tanto reyes como sacerdotes. No que sea
imposible defenderla como institución. Mas fue una institución expuesta a
peligrosos y aún atroces abusos, aunque nunca tan atroces como cuenta Llórente
y sus seguidores (Medina, Leuvin) de la española.
El
"premio" prometido a esta Iglesia, a los que vencieren – de hecho el
poder mundial de la Monarquía Cristiana se manifiesta al final de ella –, a
diferencia de todos los otros seis, es temporal , como ya está notado.
Para los que tienen la teoría milenista, esta anomalía no hace dificultad
ninguna: todas las promesas de Cristo "a
los que vencieren" se cumplen en el período de paz, triunfo y esplendor
religioso (el Milenio) que seguirá a la Parusía y al derrocamiento del
Anticristo; y son a la vez como si dijéramos temporales y eviternos. Para los
que rechazan esa teoría –algunos con gran horror –, daremos también nuestra
pequeña explicación: hay que acudir a la observación del 4 + 3, patente en los
otros tres septenarios. Todas estas series de 7 miembros, los Siete
Sellos, las Siete Tubas y las Siete pialas, están interrumpidas después de la
Cuarta por visiones interpuestas: las series de siete netamente divididas en
dos grupos; y así es también en las Siete Epístolas, aunque ellas sean
seguidas.
Las
Cuatro Primeras Iglesias representan la creciente histórica del Cristianismo; y
desde la Cuarta comienza la bajante de las aguas, la decadencia – externa – el Kali-Yuga,
o Tiempo Negro, como dicen los Hindúes. Hay una pleamar y una bajamar en todo
ciclo histórico, eso no puede extrañar a ninguno que conozca por ejemplo las
obras de Giambattista Vico. Por eso, al terminar la pleamar, el profeta indica
la característica común de este lapso de cénit, que es el crecimiento, el
triunfo, el poder exterior; como la carrera de Cristo hasta el Domingo de
Ramos. Desde aquí comenzará el tiempo en que las fuerzas adversas a Cristo
recibirán paulatinamente "el poder de hacer
guerra a los Santos y vencerlos", como dirá luego San Juan del Anticristo.
Viene la crisis del llamado Renacimiento con su infaustísima Reforma;
y después las otras dos crisis aún más graves, de las cuales la tercera es la
decisiva…
Y le daré la Estrella de la Mañana.
He
aquí a su turno la promesa espiritual. El lucero prenuncia la salida del Sol;
el Sol es Cristo en su Segunda Venida. Desde ahora los fieles no deben poner
sus ojos en triunfos temporales, que les serán negados – como vemos hoy día
hasta de sobra –, eso terminó; sólo la Segunda Venida ha de ser su indefectible
Lucero.
El que tenga oídos que oiga
Lo que el Espíritu dice a las Iglesias.
La
exhortación a entender el arcano que hay detrás de la letra, está puesta aquí
al final y no antes de la promesa: las promesas y profecías que seguirán son
las más grandes y misteriosas. Ojo a los tres misterios que vienen.
E. Sardes (3,1-6)
Y al Ángel en la Iglesia de Sardes escríbele:
Sardes
es la edad llamada el Renacimiento,
desde Carlos V hasta la Revolución Francesa; o bien hasta nuestros días.
Elijan. Yo no lo sé simplemente, para qué voy a mentir. Sardes, capital del
reino de Lydia, era proverbial en la antigüedad por sus riquezas: su rey Creso,
hoy día todavía se usa su nombre para designar a los multimillonarios; y otro
de sus reyes legendarios, Midas, obtuvo de Jove el poder de convertir en oro
todo lo que tocara, a manera de un Morgan o Vanderbildt; y se arrepintió
terriblemente de su taumaturgo privilegio. Holzhauser dice que Sardes significa
"estampa de hermosura", no sabemos de dónde saca ese étimon;
pero ese mote también le cuadraría a la vistosa y en el fondo desastrosa edad
que los historiógrafos han bautizado Renacimiento.
Desde
aquí nos separamos de Holzhauser, para quien Sardes duraría "desde Carlos V
y León X hasta el Emperador Santo y el Papa Angélico", que él esperaba vendrían;
por la sencilla razón de que no vinieron; ni tenemos la menor esperanza de que
vengan. Esa leyenda medieval de que vendría un tiempo de inimaginable esplendor
y triunfo de la Iglesia, por obra de un gran Rey y un Pontífice comparable a un
Ángel, que inspiró numerosas profecías privadas, no tiene fundamento escriturístico
ni de ninguna clase: es una ilusión poética. Parece ser fue inventada en el
siglo XV por el monje Petrus Galatinus en su libro De Arcanis Fidei
Mysteriis Contra Judaeos. Justamente el actual Pontífice Romano Pío XII [11]
debería ser el Pastor Angelicus de las leyendas, si es auténtica la
conocida profecía del Abad Malaquías; y vemos cuán lejos está de realizarlas.
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