Los
Tiempos Apocalípticos están caracterizados por: la Crisis de Fe y la Gran Apostasía,
la Abominación de la Desolación en lugar Santo, el Anticristo (en su doble
versión) la Bestia del Mar, versión política, y la Bestia de la Tierra o Pseudoprofeta,
versión religiosa o carismática, como es lo religioso en el mundo moderno.
Todo
esto no es más que la Religión (y por ende los dogmas de la fe) adulterada, falsificada,
falseada, falsa, se trata de un cristianismo adulterado por el comercio (trato
carnal y mundano) con el mundo, es la relación sacrílega y adultera por la conjunción
o compenetración de Iglesia y Mundo, tal como el Ecumenismo sacrílego y
adultero propicia, he aquí el famoso «aggiornamento» (puesta al día) de la
Iglesia, de lo Sacro, a lo vil y mundano; he aquí la relación adúltera de la connivencia
y maridaje entre el Mundo y la Iglesia, y el resultado no puede ser que un
fruto bastardo, como lo es todo el culto de la Nueva Iglesia Modernista. De
aquí que Monseñor Lefebvre calificó a la Nueva Misa, de Misa bastarda. Y ahora
lo terrible y lo tremendo por si fuera poco con lo ya dicho, todo esto no es
más que la obra de un gran falsificador y un gran adultero, de un gran infame y
sacrílego como pide, exige y reclama, la realidad de las cosas y de los hechos.
Todo efecto tiene su causa, y sus instrumentos. Ahora bien, todo esto no es
obra del azar, ni por generación espontánea, nada de eso, hay una causa y esta
es la del Anticristo el cual en concreto se personifica en un impostor de
carácter religioso y que mejor que en un antipapa. El anticristo en su versión
religiosa, bestia de la tierra es un mitrado un obispo de la jerarquía de la
Iglesia, está suficientemente señalado para identificarlo, pues tiene cuernos
como de cordero o sea la mitra, los dos cuernos de Moisés que simbolizan el
Antiguo y Nuevo Testamento.
Un
obispo que tenga o pueda tener un poder universal para arrastrar a todos tras
la religión falsificada, no puede ser sino la obra del único obispo con poder
universal en la Iglesia, y este es el obispo de Roma, el Papa. De aquí lo
terrible, pues Satanás se valdrá del Papado para prostituir como la Gran Ramera
la Iglesia Santa de Dios.
De
aquí que necesariamente tiene que ser un falso Papa, un impostor un antipapa, pues
un Papa verdadero no puede ejercer y llevar a cabo tan tremenda acción.
Luego
la abominación de la desolación en lugar santo, la adulteración de la religión,
la profanación de la Iglesia, la falsificación de la fe y de los dogmas de fe, son
la obra del Pseudoprofeta, la Bestia de la Tierra al servicio del mundo y de su
poder político la sinarquía judaica, representada en la Bestia del Mar, formado
entre ambos el Anticristo completo (que es doble, que son dos) que representan estas
dos Bestias o Fieras apocalípticas.
Esta
es la esencia del contenido (poco más, poco menos) del 3er. Secreto o Mensaje de
Fátima. Y es lo único que justifica o explica el por qué tanto misterio con su revelación.
Citaremos
algunos textos de los cuales nos valemos para afirmar lo dicho.
Respecto
al culto antropoteísta del Anticristo: «… la adoración sacrílega del hombre por
el hombre, que será la herejía del Anticristo». (Castellani, El Apokalypsis,
ed. Paulinas, Buenos Aires 1963, p. 38).
La
religión del hombre, el humanismo ateo, es la característica de la Nueva Religión
antropocéntrica y antropoteísta del actual Ecumenismo de la Nueva Iglesia
post-conciliar.
«En el
Anticristo habrá dos cosas, un sacrilegio y una herejía (“Segunda Bestia”). Se hará
adorar como Dios, lo cual es un sacrilegio, y por cierto el máximo, y para ello
se servirá como de instrumento de un culto religioso derivado espuriamente del mismo
Cristianismo: Es decir, de una herejía cristiana que pareciera ha nacido ya en
el mundo. (...) y así el poder político deificado y encarnado en un “plebeyo genial”
y apoyado por un sacerdocio, será la abominación de la desolación y el reinado
del Anticristo». (Ibíd. p. 38-39).
La
abominación de la desolación se identifica con el reinado del Anticristo. El Anticristo,
en su versión religiosa, el Pseudoprofeta y con la Roma Babilónica y Apóstata,
como señala Nuestra Señora en La Sallette: “Roma perderá la fe y será la sede
del Anticristo”.
«La
primera herejía, por lo que sabemos de ella, se parece a la última herejía.
Quiero
decir, a la de nuestros tiempos; y se puede decir que transcurre transversalmente
toda la historia de la Iglesia, y es como el fondo de todas las herejías
históricas. Era una especie de gnosticismo dogmático y laxismo moral, un “sincretismo”,
como dicen hoy los teohistoriógrafos. Era una falsificación de los dogmas cristianos,
adaptándolos a los mitos paganos, sin tocar su forma externa por un lado; y
concordantemente, una promiscuación con las costumbres relajadas de los gentiles;
nominalmente, en la lujuria y en la idolatría (...) comían de las carnes
sacrificadas a los dioses, en los banquetes rituales que celebraban los diversos
“gremios”, lo cual era una especie de acto religioso idolátrico o sea, de “comunión”;
y se entregaban fácilmente a la fornicación, que entre los paganos no era falta
mayor ni vicio alguno, incluso, según parece, después y como apéndice de los
dichos banquetes religiosos». (Ibíd. p. 32).
Por
esto las vírgenes en el Apocalipsis son los incontaminados: «“Vírgenes” significa
que no se manchan con la “Fornicación” (o sea idolatría) de la religión falsificada;
la cual fornicación o apostasía propaga la mujer Ramera de la visión 16».
(Ibíd. p. 96).
«“Fornicar
con los reyes de la tierra” significa la religión ponerse al servicio de la política».
(Ibíd. p. 97).
«La
Medición del Templo significa la reducción de la Iglesia fiel a un pequeño grupo
perseverante y la vasta adulteración de la verdad religiosa en todos los restantes;
y en esto están unánimes todos los Santos Padres». (Ibíd. p. 94-95). Es el famoso
pusillus grex, pequeño rebaño Luc.12-32. Se comprenden así las palabras que
inician el 3er Secreto de Fátima: En Portugal se conservará siempre el dogma de
la Fe.
«Solo
el Tabernáculo (o Sancta Sanctorum) será preservado: un grupo pequeño de cristianos
fieles y perseguidos; el Atrio, que comprende también las Naves (no las había
en el Templo de Jerusalén) será pisoteado. Y esa es “la abominación de la desolación”,
que dijo Daniel y repitió Cristo». (Ibíd. p. 154). «Todos los Santos Padres han
visto en esta visión (Medición del Templo) el estado de la Iglesia en el tiempo
de la Gran Apostasía: reducida a un grupo de fieles que resisten a los
prestigios y poderes del Anticristo (mártires de los últimos tiempos) mientras
la religión en general es pisoteada durante 42 meses o 3 años y medio.
Pisotear
no es eliminar: el “Cristianismo será adulterado». (Ibíd. p. 152).
«El
mismo Templo y la Ciudad Santa serán profanados, ni serán ya santos. No serán
destruidos. La religión será adulterada, sus dogmas vaciados y rellenados de
sustancia
idolátrica; no eliminada, pues en alguna parte debe estar el templo en que se
sentará el Anticristo “haciéndose adorar como Dios”, que dice San Pablo. La Gran
Apostasía será a la vez una grande, la más grande Herejía» (Ibíd. p.153).
«Cristo
dice en su sermón Esjatológico que la Gran Apostasía haría caer si fuera posible
incluso a los elegidos». (Ibíd. p. 125).
«Ni el
culto de Satán tiene la sutil malicia y total falsificación de la verdad que
tiene esta herejía adulterada de todo el cristianismo. Otros elementos del
ejército anticrístico (como la Masonería, la magia y el Satanismo) no se niegan
con esto». (Ibíd. p. 188).
«Con
retener todo el aparato externo y la fraseología cristiana, falsifica el cristianismo,
transformándolo en una adoración del hombre; o sea, sentando al hombre en el
templo de Dios, como si fuese Dios. Exalta al hombre como si sus fuerzas fuesen
infinitas. Promete al hombre el reino de Dios y el paraíso en la tierra por sus
propias fuerzas. La adoración de la Ciencia, la esperanza en el Progreso y la desaforada
Religión de a Democracia, no son sino idolatría del hombre; o sea, el fondo
satánico de todas las herejías, ahora en estado puro». (Cristo ¿Vuelve o no vuelve?
ed. Dictio, Buenos Aires 1976 p.18).
«La
fiera del Mar (therion significa fiera y no simplemente “Bestia” como traen nuestras
Biblias traducidas) es simplemente el Anticristo (...) La fiera de la tierra es
una religión falsa (falsificada) o herejía máxima, con su jefe y conductor:
quizás un Obispo apóstata que es también un mago (Solovief)». (El Apokalypsis,
p. 95).
La
unificación mundial propiciada por el poder oculto judío (con sus organizaciones
satélites, ONU; OEA; etc.) y la finanza internacional también judía, es la meta
del Anticristo: «Hoy día es “un fin político lícito” y muy vigente por cierto,
la organización y unificación de las comarcas del mundo en un solo reino –que
por ende se parecerá al Imperio Romano. Esta empresa pertenece a Cristo; y es en
el fondo la secuela aspiración de la Humanidad; pero será anticipada malamente y
abortada por el Contra -cristo ayudado del poder de Satán. En el Boletín de “Canadian
Intelligence Service (enero 1963) podemos ver el poder que tienen actualmente,
en E.E.U.U. e Inglaterra sobre todo, los “One-Worlders” o partidarios de la
unificación del mundo bajo un solo Imperio. Propician la amalgama del Capitalismo
y el Comunismo, que será justamente la hazaña del Anticristo» (Ibíd.
p.p.
188-189). «La última herejía será optimista y eufórica “mesiánica”. El bolchevismo
se incorporará, será integrado en ella». (Ibíd. p. 201).
«El
Capitalismo y el Comunismo, tan diversos como parecen, coinciden en su fondo,
digamos, en su núcleo “místico”: ambos buscan el Paraíso Terrenal por medio de
la Técnica; y su “mística” es un mecanismo tecnólatra y antropólatra, cuya
difusión vemos hoy día por todos lados, y cuya dirección es la edificación del
hombre;
la cual un día se encarnará en un hombre». (Ibíd. p. 347).
«El
Anticristo no será un demonio, sino un hombre “demoniaco”, tendrá “ojos como de
hombre”, levantados con la plenitud de la ciencia humana, y hará gala de humanidad
y “humanismo”, aplastará a los santos y abatirá la ley, tanto la de Cristo como
la de Moisés; triunfará tres años y medio hasta ser muerto “sine manu”, no por
mano de hombre; hará imperar “la abominación de la desolación.” O sea, el sacrilegio
máximo; será soberbio mentiroso y cruel, aunque se fingirá virtuoso (...) será
ateo y pretenderá el mismo recibir honores divinos; en qué forma, no lo
sabemos:
como Hijo del Hombre, como verdadero Mesías, como encarnación perfecta y flor
de lo humano soberbiamente divinizado, como Fuehrer, Duce, Caudillo y salvador
de los hombres; como Resucitado de entre los muertos. (...) Reducirá a la
Iglesia a su extrema tribulación, al mismo tiempo que fomentará una falsa
Iglesia. Matará a los profetas y tendrá de su lado una manga de profetoides, de
vaticinadores y cantores del progresismo y de la euforia de la salud del hombre
por el hombre, hierofantes que proclamarán la plenitud de los tiempos y una
felicidad nefanda. Perseguirá sobre todo la predicación y la interpretación del
Apocalipsis; y odiará con furor aun la mención de la Parusía. En su tiempo
habrá verdaderos monstruos que ocuparan cátedras y sedes, y pasarán por varones
píos, religiosos y aun santos; porque el hombre de pecado tolerará y
aprovechará un cristianismo adulterado. Abolirá de modo completo la Santa Misa
y el culto público durante 42 meses o sea 1260 días – que serán largos de
pasar». (Ibíd. p. 198-199).
«La
mujer ramera y blasfema es la religión adulterada, ya formulada en Pseudoiglesia
en el fin del siglo, prostituida a los poderes de este mundo, y asentada sobre
el formidable poder político anticristiano». (Ibíd. p 261).
«Cuando
vino Cristo eran tiempos confusos y tristes. La religión estaba pervertida en
sus jefes, y consiguientemente en parte del pueblo. (...) Cuando Cristo vuelva
la situación será parecida. Solamente el fariseísmo, el pecado contra el Espíritu
Santo, es capaz de producir esa magna apostasía que el predijo: “La mayor
tribulación desde el Diluvio acá”, será producida por la peor corrupción, la
corrupción de lo óptimo. (...) por eso San Juan vio en la frente de la ramera
la palabra Misterio, y dice se asombró sobremanera; y el Ángel le dice: “Ven, y
te explicaré el misterio de la Bestia”. Es el misterio de iniquidad, la
abominación de la desolación: La parte carnal de la Religión ocultando,
adulterando y aun persiguiendo la verdad.
“Sinagoga
Sátanae». (Ibíd. p. 257). Se comprende así la persecución violenta y silenciosa
contra toda la Tradición de la Iglesia, dogma, culto y moral.
«La
esposa comete adulterio: cuando su legítimo Señor y Esposo Cristo no es ya su alma
y su todo; cuando los gozos de su casa no son ya toda su vida; cuando codicia lo
transitorio del mundo en sus diversas manifestaciones; cuando mira sus grandezas,
iquezas y honores con ojos golosos (...) Esto es lo que llama el profeta “fornicar
con los Reyes de la tierra”. Primero se fornica en el corazón desfalleciendo en
la fe; después en los hechos, faltando a la caridad. El error fundamental de nuestra
práctica actual y -aun teoría a veces- es que amalgamamos el reino y el mundo,
lo cual es exactamente lo que la Biblia llama “prostitución”». (Ibíd. p. 258).
Esto
fue lo que instituyo desgraciadamente el Concilio Vaticano II con su «aggiornamento»
y su ecumenismo, y no es más que una prostitución. Al pan, pan y al vino, vino.
Las cosas son lo que son o dejan de ser. Pero resulta que el Concilio Vaticano
II único Concilio Ecuménico en toda la historia de la Iglesia que no fue (no
quiso ser) infalible, se impone con dogmatismo doctrinal, y es más respetado que
el mismo Dogma de la Fe, que el mismo Deposito de la Fe, que la misma Revelación
Divina. ¡Habráse visto mayor confusión y error! Solo cabe una palabra prostitución
de la religión, prostitución de la jerarquía de la Iglesia, parte carnal, humana
como hombres que son, que fornican con los Reyes de la tierra, amalgamando
Iglesia y Mundo.
Aquí
está representada la Bestia de la tierra, el Pseudoprofeta, semejante al
cordero pero que propaga un culto sacrílego, una religión fornicaria al
servicio Anticristo, la otra bestia del mar: «El otro seductor y tirano del
mundo que más tarde Juan llamará “el Pseudoprofeta”, tiene un carácter
religioso: “semejante al Cordero” y surge de la Tierra firme, la Religión; no
como la otra, del mar del mundo mundano.
Y esta
fiera es la que hizo que todo el mundo adorara la otra». (Ibíd. p. 209).
«Esta
historia de una religión falsa, falseada, falsificada, falluta (de “fallo-
Fallere”, caer) la veremos recurrir de nuevo en la visión 16, la Gran Ramera; y
la tal religión “fornicaría” es necesaria para que pueda surgir el culto
sacrílego, del Anticristo, “que sederá en el Templo de Dios, haciéndose como si
fuese Dios”, según predice San Pablo. Lo cual llama Daniel “la abominación de
la desolación”, y repite Jesucristo». (Ibíd. p.211).
«No
hay en la Escritura mención de otro delito del Anticristo que este de la blasfemia
y el sacrilegio máximo (“la abominación de la desolación”) y la iniquidad y
tiranía contra los cristianos, que es su consecuencia...». (Ibíd. p.344).
«La
desolación abominable o la desolación, la palabra de Daniel ya aplicada a la tiranía
de Antíoco varios siglos antes. También se verificó ahora, el año 70, aunque es
dudoso cual fue. Ahora en el fin de los tiempos sabemos por San Pablo que el Anticristo
profanará el Templo de Dios, entronizándose él como Dios; y eso es realmente
una horrible profanación». (Castellani, Catecismo para Adultos, ed. Patria Grande, Buenos Aires 1979, p. 159).
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