lunes, 22 de octubre de 2018

TIEMPOS APOCALIPTICOS




Los Tiempos Apocalípticos están caracterizados por: la Crisis de Fe y la Gran Apostasía, la Abominación de la Desolación en lugar Santo, el Anticristo (en su doble versión) la Bestia del Mar, versión política, y la Bestia de la Tierra o Pseudoprofeta, versión religiosa o carismática, como es lo religioso en el mundo moderno.
Todo esto no es más que la Religión (y por ende los dogmas de la fe) adulterada, falsificada, falseada, falsa, se trata de un cristianismo adulterado por el comercio (trato carnal y mundano) con el mundo, es la relación sacrílega y adultera por la conjunción o compenetración de Iglesia y Mundo, tal como el Ecumenismo sacrílego y adultero propicia, he aquí el famoso «aggiornamento» (puesta al día) de la Iglesia, de lo Sacro, a lo vil y mundano; he aquí la relación adúltera de la connivencia y maridaje entre el Mundo y la Iglesia, y el resultado no puede ser que un fruto bastardo, como lo es todo el culto de la Nueva Iglesia Modernista. De aquí que Monseñor Lefebvre calificó a la Nueva Misa, de Misa bastarda. Y ahora lo terrible y lo tremendo por si fuera poco con lo ya dicho, todo esto no es más que la obra de un gran falsificador y un gran adultero, de un gran infame y sacrílego como pide, exige y reclama, la realidad de las cosas y de los hechos. Todo efecto tiene su causa, y sus instrumentos. Ahora bien, todo esto no es obra del azar, ni por generación espontánea, nada de eso, hay una causa y esta es la del Anticristo el cual en concreto se personifica en un impostor de carácter religioso y que mejor que en un antipapa. El anticristo en su versión religiosa, bestia de la tierra es un mitrado un obispo de la jerarquía de la Iglesia, está suficientemente señalado para identificarlo, pues tiene cuernos como de cordero o sea la mitra, los dos cuernos de Moisés que simbolizan el Antiguo y Nuevo Testamento.
Un obispo que tenga o pueda tener un poder universal para arrastrar a todos tras la religión falsificada, no puede ser sino la obra del único obispo con poder universal en la Iglesia, y este es el obispo de Roma, el Papa. De aquí lo terrible, pues Satanás se valdrá del Papado para prostituir como la Gran Ramera la Iglesia Santa de Dios.
De aquí que necesariamente tiene que ser un falso Papa, un impostor un antipapa, pues un Papa verdadero no puede ejercer y llevar a cabo tan tremenda acción.
Luego la abominación de la desolación en lugar santo, la adulteración de la religión, la profanación de la Iglesia, la falsificación de la fe y de los dogmas de fe, son la obra del Pseudoprofeta, la Bestia de la Tierra al servicio del mundo y de su poder político la sinarquía judaica, representada en la Bestia del Mar, formado entre ambos el Anticristo completo (que es doble, que son dos) que representan estas dos Bestias o Fieras apocalípticas.
Esta es la esencia del contenido (poco más, poco menos) del 3er. Secreto o Mensaje de Fátima. Y es lo único que justifica o explica el por qué tanto misterio con su revelación.
Citaremos algunos textos de los cuales nos valemos para afirmar lo dicho.
Respecto al culto antropoteísta del Anticristo: «… la adoración sacrílega del hombre por el hombre, que será la herejía del Anticristo». (Castellani, El Apokalypsis, ed. Paulinas, Buenos Aires 1963, p. 38).
La religión del hombre, el humanismo ateo, es la característica de la Nueva Religión antropocéntrica y antropoteísta del actual Ecumenismo de la Nueva Iglesia post-conciliar.
«En el Anticristo habrá dos cosas, un sacrilegio y una herejía (“Segunda Bestia”). Se hará adorar como Dios, lo cual es un sacrilegio, y por cierto el máximo, y para ello se servirá como de instrumento de un culto religioso derivado espuriamente del mismo Cristianismo: Es decir, de una herejía cristiana que pareciera ha nacido ya en el mundo. (...) y así el poder político deificado y encarnado en un “plebeyo genial” y apoyado por un sacerdocio, será la abominación de la desolación y el reinado del Anticristo». (Ibíd. p. 38-39).
La abominación de la desolación se identifica con el reinado del Anticristo. El Anticristo, en su versión religiosa, el Pseudoprofeta y con la Roma Babilónica y Apóstata, como señala Nuestra Señora en La Sallette: “Roma perderá la fe y será la sede del Anticristo”.
«La primera herejía, por lo que sabemos de ella, se parece a la última herejía.
Quiero decir, a la de nuestros tiempos; y se puede decir que transcurre transversalmente toda la historia de la Iglesia, y es como el fondo de todas las herejías históricas. Era una especie de gnosticismo dogmático y laxismo moral, un “sincretismo”, como dicen hoy los teohistoriógrafos. Era una falsificación de los dogmas cristianos, adaptándolos a los mitos paganos, sin tocar su forma externa por un lado; y concordantemente, una promiscuación con las costumbres relajadas de los gentiles; nominalmente, en la lujuria y en la idolatría (...) comían de las carnes sacrificadas a los dioses, en los banquetes rituales que celebraban los diversos “gremios”, lo cual era una especie de acto religioso idolátrico o sea, de “comunión”; y se entregaban fácilmente a la fornicación, que entre los paganos no era falta mayor ni vicio alguno, incluso, según parece, después y como apéndice de los dichos banquetes religiosos». (Ibíd. p. 32).
Por esto las vírgenes en el Apocalipsis son los incontaminados: «“Vírgenes” significa que no se manchan con la “Fornicación” (o sea idolatría) de la religión falsificada; la cual fornicación o apostasía propaga la mujer Ramera de la visión 16». (Ibíd. p. 96).
«“Fornicar con los reyes de la tierra” significa la religión ponerse al servicio de la política». (Ibíd. p. 97).
«La Medición del Templo significa la reducción de la Iglesia fiel a un pequeño grupo perseverante y la vasta adulteración de la verdad religiosa en todos los restantes; y en esto están unánimes todos los Santos Padres». (Ibíd. p. 94-95). Es el famoso pusillus grex, pequeño rebaño Luc.12-32. Se comprenden así las palabras que inician el 3er Secreto de Fátima: En Portugal se conservará siempre el dogma de la Fe.
«Solo el Tabernáculo (o Sancta Sanctorum) será preservado: un grupo pequeño de cristianos fieles y perseguidos; el Atrio, que comprende también las Naves (no las había en el Templo de Jerusalén) será pisoteado. Y esa es “la abominación de la desolación”, que dijo Daniel y repitió Cristo». (Ibíd. p. 154). «Todos los Santos Padres han visto en esta visión (Medición del Templo) el estado de la Iglesia en el tiempo de la Gran Apostasía: reducida a un grupo de fieles que resisten a los prestigios y poderes del Anticristo (mártires de los últimos tiempos) mientras la religión en general es pisoteada durante 42 meses o 3 años y medio.
Pisotear no es eliminar: el “Cristianismo será adulterado». (Ibíd. p. 152).
«El mismo Templo y la Ciudad Santa serán profanados, ni serán ya santos. No serán destruidos. La religión será adulterada, sus dogmas vaciados y rellenados de
sustancia idolátrica; no eliminada, pues en alguna parte debe estar el templo en que se sentará el Anticristo “haciéndose adorar como Dios”, que dice San Pablo. La Gran Apostasía será a la vez una grande, la más grande Herejía» (Ibíd. p.153).
«Cristo dice en su sermón Esjatológico que la Gran Apostasía haría caer si fuera posible incluso a los elegidos». (Ibíd. p. 125).
«Ni el culto de Satán tiene la sutil malicia y total falsificación de la verdad que tiene esta herejía adulterada de todo el cristianismo. Otros elementos del ejército anticrístico (como la Masonería, la magia y el Satanismo) no se niegan con esto». (Ibíd. p. 188).
«Con retener todo el aparato externo y la fraseología cristiana, falsifica el cristianismo, transformándolo en una adoración del hombre; o sea, sentando al hombre en el templo de Dios, como si fuese Dios. Exalta al hombre como si sus fuerzas fuesen infinitas. Promete al hombre el reino de Dios y el paraíso en la tierra por sus propias fuerzas. La adoración de la Ciencia, la esperanza en el Progreso y la desaforada Religión de a Democracia, no son sino idolatría del hombre; o sea, el fondo satánico de todas las herejías, ahora en estado puro». (Cristo ¿Vuelve o no vuelve? ed. Dictio, Buenos Aires 1976 p.18).
«La fiera del Mar (therion significa fiera y no simplemente “Bestia” como traen nuestras Biblias traducidas) es simplemente el Anticristo (...) La fiera de la tierra es una religión falsa (falsificada) o herejía máxima, con su jefe y conductor: quizás un Obispo apóstata que es también un mago (Solovief)». (El Apokalypsis, p. 95).
La unificación mundial propiciada por el poder oculto judío (con sus organizaciones satélites, ONU; OEA; etc.) y la finanza internacional también judía, es la meta del Anticristo: «Hoy día es “un fin político lícito” y muy vigente por cierto, la organización y unificación de las comarcas del mundo en un solo reino –que por ende se parecerá al Imperio Romano. Esta empresa pertenece a Cristo; y es en el fondo la secuela aspiración de la Humanidad; pero será anticipada malamente y abortada por el Contra -cristo ayudado del poder de Satán. En el Boletín de “Canadian Intelligence Service (enero 1963) podemos ver el poder que tienen actualmente, en E.E.U.U. e Inglaterra sobre todo, los “One-Worlders” o partidarios de la unificación del mundo bajo un solo Imperio. Propician la amalgama del Capitalismo y el Comunismo, que será justamente la hazaña del Anticristo» (Ibíd.
p.p. 188-189). «La última herejía será optimista y eufórica “mesiánica”. El bolchevismo se incorporará, será integrado en ella». (Ibíd. p. 201).
«El Capitalismo y el Comunismo, tan diversos como parecen, coinciden en su fondo, digamos, en su núcleo “místico”: ambos buscan el Paraíso Terrenal por medio de la Técnica; y su “mística” es un mecanismo tecnólatra y antropólatra, cuya difusión vemos hoy día por todos lados, y cuya dirección es la edificación del
hombre; la cual un día se encarnará en un hombre». (Ibíd. p. 347).
«El Anticristo no será un demonio, sino un hombre “demoniaco”, tendrá “ojos como de hombre”, levantados con la plenitud de la ciencia humana, y hará gala de humanidad y “humanismo”, aplastará a los santos y abatirá la ley, tanto la de Cristo como la de Moisés; triunfará tres años y medio hasta ser muerto “sine manu”, no por mano de hombre; hará imperar “la abominación de la desolación.” O sea, el sacrilegio máximo; será soberbio mentiroso y cruel, aunque se fingirá virtuoso (...) será ateo y pretenderá el mismo recibir honores divinos; en qué forma, no lo
sabemos: como Hijo del Hombre, como verdadero Mesías, como encarnación perfecta y flor de lo humano soberbiamente divinizado, como Fuehrer, Duce, Caudillo y salvador de los hombres; como Resucitado de entre los muertos. (...) Reducirá a la Iglesia a su extrema tribulación, al mismo tiempo que fomentará una falsa Iglesia. Matará a los profetas y tendrá de su lado una manga de profetoides, de vaticinadores y cantores del progresismo y de la euforia de la salud del hombre por el hombre, hierofantes que proclamarán la plenitud de los tiempos y una felicidad nefanda. Perseguirá sobre todo la predicación y la interpretación del Apocalipsis; y odiará con furor aun la mención de la Parusía. En su tiempo habrá verdaderos monstruos que ocuparan cátedras y sedes, y pasarán por varones píos, religiosos y aun santos; porque el hombre de pecado tolerará y aprovechará un cristianismo adulterado. Abolirá de modo completo la Santa Misa y el culto público durante 42 meses o sea 1260 días – que serán largos de pasar». (Ibíd. p. 198-199).
«La mujer ramera y blasfema es la religión adulterada, ya formulada en Pseudoiglesia en el fin del siglo, prostituida a los poderes de este mundo, y asentada sobre el formidable poder político anticristiano». (Ibíd. p 261).
«Cuando vino Cristo eran tiempos confusos y tristes. La religión estaba pervertida en sus jefes, y consiguientemente en parte del pueblo. (...) Cuando Cristo vuelva la situación será parecida. Solamente el fariseísmo, el pecado contra el Espíritu Santo, es capaz de producir esa magna apostasía que el predijo: “La mayor tribulación desde el Diluvio acá”, será producida por la peor corrupción, la corrupción de lo óptimo. (...) por eso San Juan vio en la frente de la ramera la palabra Misterio, y dice se asombró sobremanera; y el Ángel le dice: “Ven, y te explicaré el misterio de la Bestia”. Es el misterio de iniquidad, la abominación de la desolación: La parte carnal de la Religión ocultando, adulterando y aun persiguiendo la verdad.
“Sinagoga Sátanae». (Ibíd. p. 257). Se comprende así la persecución violenta y silenciosa contra toda la Tradición de la Iglesia, dogma, culto y moral.
«La esposa comete adulterio: cuando su legítimo Señor y Esposo Cristo no es ya su alma y su todo; cuando los gozos de su casa no son ya toda su vida; cuando codicia lo transitorio del mundo en sus diversas manifestaciones; cuando mira sus grandezas, iquezas y honores con ojos golosos (...) Esto es lo que llama el profeta “fornicar con los Reyes de la tierra”. Primero se fornica en el corazón desfalleciendo en la fe; después en los hechos, faltando a la caridad. El error fundamental de nuestra práctica actual y -aun teoría a veces- es que amalgamamos el reino y el mundo, lo cual es exactamente lo que la Biblia llama “prostitución”». (Ibíd. p. 258).

Esto fue lo que instituyo desgraciadamente el Concilio Vaticano II con su «aggiornamento» y su ecumenismo, y no es más que una prostitución. Al pan, pan y al vino, vino. Las cosas son lo que son o dejan de ser. Pero resulta que el Concilio Vaticano II único Concilio Ecuménico en toda la historia de la Iglesia que no fue (no quiso ser) infalible, se impone con dogmatismo doctrinal, y es más respetado que el mismo Dogma de la Fe, que el mismo Deposito de la Fe, que la misma Revelación Divina. ¡Habráse visto mayor confusión y error! Solo cabe una palabra prostitución de la religión, prostitución de la jerarquía de la Iglesia, parte carnal, humana como hombres que son, que fornican con los Reyes de la tierra, amalgamando Iglesia y Mundo.
Aquí está representada la Bestia de la tierra, el Pseudoprofeta, semejante al cordero pero que propaga un culto sacrílego, una religión fornicaria al servicio Anticristo, la otra bestia del mar: «El otro seductor y tirano del mundo que más tarde Juan llamará “el Pseudoprofeta”, tiene un carácter religioso: “semejante al Cordero” y surge de la Tierra firme, la Religión; no como la otra, del mar del mundo mundano.
Y esta fiera es la que hizo que todo el mundo adorara la otra». (Ibíd. p. 209).
«Esta historia de una religión falsa, falseada, falsificada, falluta (de “fallo- Fallere”, caer) la veremos recurrir de nuevo en la visión 16, la Gran Ramera; y la tal religión “fornicaría” es necesaria para que pueda surgir el culto sacrílego, del Anticristo, “que sederá en el Templo de Dios, haciéndose como si fuese Dios”, según predice San Pablo. Lo cual llama Daniel “la abominación de la desolación”, y repite Jesucristo». (Ibíd. p.211).
«No hay en la Escritura mención de otro delito del Anticristo que este de la blasfemia y el sacrilegio máximo (“la abominación de la desolación”) y la iniquidad y tiranía contra los cristianos, que es su consecuencia...». (Ibíd. p.344).
«La desolación abominable o la desolación, la palabra de Daniel ya aplicada a la tiranía de Antíoco varios siglos antes. También se verificó ahora, el año 70, aunque es dudoso cual fue. Ahora en el fin de los tiempos sabemos por San Pablo que el Anticristo profanará el Templo de Dios, entronizándose él como Dios; y eso es realmente una horrible profanación». (Castellani, Catecismo para Adultos, ed.  Patria Grande, Buenos Aires 1979, p. 159).

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