Este mapa fue publicado por Robin Wright 9 meses antes de la ofensiva del Emirato Islámico en Irak y Siria. Según esta investigadora del Pentágono, este mapa rectificaba el que Ralf Peters había publicado anteriormente para ilustrar el rediseño del Medio Oriente ampliado.
Mientras
que el Ejército Árabe Sirio, la aviación rusa y el Hezbollah libanés
se disponen a erradicar de una vez el Emirato Islámico, el Pentágono
ya planifica una nueva guerra contra Siria, utilizando ahora a
combatientes kurdos. En el plan anterior, la misión del Califato era crear
un Sunnistán que debía abarcar territorios pertenecientes a Irak
y Siria. En el actual proyecto la misión de «Rojava» es crear
un «Kurdistán», que también abarcaría territorios de esos
dos países, conforme a lo que el Pentágono ya prevía públicamente
hace 4 años.
Según
la Gran Estrategia Estadounidense, definida en 2001 por el almirante
Cebrowski y difundida en 2004 por su adjunto Thomas Barnett, habría que
destruir todo el Medio Oriente ampliado (o Gran Medio Oriente),
exceptuando sólo Israel, Jordania y el Líbano.
Por
consiguiente, la inminente victoria sobre el Emirato Islámico (Daesh)
no modificará las intenciones del Pentágono.
El
presidente Trump se opuso al uso de yihadistas. Detuvo el apoyo financiero
y militar que Estados Unidos les aportaba, logró convencer a Arabia
Saudita y Pakistán de hacer lo mismo y modificó la política de
la OTAN al respecto. Pero nada permite saber en este momento si
se opondrá también a la gran estrategia del Pentágono. En el plano
interno, todo el Congreso estadounidense se ha puesto en contra de
Trump y la única posibilidad que le queda al presidente para impedir que
lo saquen de la Casa Blanca es negociar con el Partido Demócrata.
Donald
Trump conformó su administración con ex altos funcionarios de la administración
Obama, políticos oportunistas, muchos responsables improvisados y sólo unas
pocas personalidades de confianza.
Su
representante especial en el seno de la coalición anti-Daesh, Brett McGurk, es
un ex colaborador del presidente Obama que supuestamente estaría ahora
al servicio de la política de Trump. El 18 de agosto, McGurk
organizó una reunión con jefes de tribus para «luchar contra Daesh»,
pero las fotos que él mismo difundió demuestran que varios líderes de
Daesh participaron en ese encuentro [1].
Asimismo,
el 26 de agosto, helicópteros de las fuerzas especiales de Estados Unidos
evacuaron de la región de Deir ez-Zor a 2 jefes europeos de Daesh,
con sus familias, para que el Ejército Árabe no pudiera hacerlos
prisioneros. Dos días después, también evacuaron otra veintena de
oficiales del Califato, ante el avance del Ejército Árabe Sirio en la misma
región [2].
Todo
transcurre como si el Pentágono estuviera replegando su dispositivo yihadista
para utilizarlo después en operaciones bajo otras latitudes. Simultáneamente,
está preparando un nuevo capítulo contra Siria, con un nuevo ejército, que
ahora se compone de elementos armados kurdos.
Esta
nueva guerra, al igual que la que emprendió el Califato, fue anunciada hace
4 años en las páginas del New York Times por
la investigadora Robin Wright, del US Institute of Peace
(la NED del Pentágono). También tendría como objetivo dividir Yemen en
dos Estados, como podrían dividirlo ahora entre sí Riad y
Abu Dabi. Y lo último, aunque no menos importante, es que
también se planteaba el desmembramiento de Arabia Saudita.
En
todo caso, el proyecto de creación de «Rojava» corresponde a la
estrategia israelí que, desde finales de los años 1990 y debido al
desarrollo de la tecnología en materia de misiles, ya no apunta a
controlar las fronteras exteriores –el Sinaí, el Golán y el sur del
Líbano– sino a sorprender a sus vecinos atacándolos por la espalda
–estrategia que ya dio lugar a la creación de Sudán del Sur y ahora apunta
a la de un Gran Kurdistán.
El
reclutamiento de soldados para «Rojava» sólo está comenzando.
En principio, está reuniendo tantos combatientes como los que ya hubo
para la yihad, dado el hecho que los grupos anarquistas que le sirven de
vivero son como mínimo tan numerosos en Europa como los presos
comunes.
Vale
la pena recordar aquí que la “conexión” yihadista comenzó en las cárceles
francesas, antes de convertirse en una “cruzada” generalizada. Es probable
que el reclutamiento dentro del movimiento anarquista también se amplíe en
el futuro. Washington, Londres, París y Berlín, que han organizado ese
reclutamiento, lo tienen concebido como una operación de larga duración.
Utilizo
deliberadamente el término “cruzada” porque aquellas guerras de la
Edad Media, al igual que la que acabamos de vivir, no eran otra
cosa que operaciones imperialistas europeas contra los pueblos del Medio
Oriente ampliado. Pretender que existe algún vínculo entre el mensaje de
Cristo y las cruzadas es tan grotesco como afirmar que existe alguna
relación entre el mensaje del Profeta y el yihadismo. En ambos casos,
las órdenes provienen de “occidentales” [3] y esos conflictos favorecen única y exclusivamente
los intereses del imperialismo occidental. Las cruzadas sucesivas se
prolongaron por más de 2 siglos y la mayoría de los cristianos del
Levante lucharon contra los invasores junto a sus compatriotas musulmanes.
Anteriormente,
el ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, declaraba públicamente que
el presidente sirio Assad «no merece estar sobre la tierra» y
aseguraba que los yihadistas estaban haciendo «un buen trabajo».
Numerosos jóvenes respondieron a su llamado uniéndose al Frente al-Nusra,
que no era otra cosa que al-Qaeda, y posteriormente a Daesh.
Ahora,
el ex ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, anuncia públicamente
que Francia respaldará la creación de un Estado que abarque el Kurdistán
iraquí y el corredor que lo conectaría con el Mediterráneo pasando
a través de Siria. Jóvenes europeos ya han respondido a
ese llamado y muchos más han de seguirlos.
Hoy en
día, exactamente de la misma manera que en 2011 y 2012,
la prensa occidental se pronuncia a favor de este nuevo ejército
anti-sirio, que –también al igual que el anterior– goza del apoyo de sus
gobiernos. Esa prensa nunca cuestionará el hecho que
el líder kurdo Abdulah Ocalan haya abandonado el marxismo-leninismo para
pasarse al anarquismo. Repetirá que el Kurdistán ya fue reconocido en la
conferencia de Sevres, en 1920, pero no consultará
los documentos que precisaban sus fronteras. Fingirá creer que la
existencia de ese Kurdistán es legítima en Irak y en Siria, cuando el
verdadero Kurdistán está en la actual Turquía. Y cerrará además
los ojos ante el hecho que las fronteras de este “Kurdistán”
solamente obedecen a los planes del Pentágono.
El
referéndum por la independencia del Kurdistán iraquí y de los territorios que
esa entidad logró anexar con ayuda de Daesh, marcará el inicio de esa
operación, el 25 de septiembre. Como en 2014, el objetivo será
destruir simultáneamente Irak y Siria, pero no como antes –creando un
«Sunnistán» desde Raqqa (en Siria) hasta Mosul
(en Irak)– sino un «Kurdistán» en un territorio que conectaría las
regiones (iraquíes) de Erbil y Kirkuk con el Mediterráneo.
500 millones de dólares para la próxima guerra
contra Siria
l Suddeustche
Zeitung reveló que se hizo un envío de armas a los «rebeldes»
sirios desde el cuartel general de la fuerza aérea de Estados Unidos
en Europa, con sede en la base aérea de Ramstein, en Alemania.
El
armamento en cuestión, principalmente fusiles de asalto Kalachnikov y morteros
acompañados de sus correspondientes municiones, fue transferido del arsenal de
la marina de guerra de Estados Unidos en Crane (Estado de Indiana) al
arsenal de las fuerzas terrestres estadounidenses en Miesau, Alemania.
Ese
tráfico es la continuación de la operación Timber Sycamore,
concebida por el general David Petraeus en sus tiempos de director de la
CIA, y se inició en 2013, o sea mucho antes de la creación del
Emirato Islámico (Daesh). El papel desempeñado por la base aérea de Ramstein
fue revelado, en diciembre de 2015, por el diario serbio Vecernje
Novosti.
Justo
antes de las elecciones federales alemanas, el Suddeutsche Zeitung se interesó
particularmente por el aspecto jurídico de su descubrimiento.
El
Mando de las Operaciones Especiales estadounidense pidió a 4 empresas
contratistas que no declararan la naturaleza de los cargamentos que
transportaban a sabiendas de que el gobierno alemán habría podido
oponerse a la implementación de ese tráfico en su territorio. El fiscal
general alemán ya abrió una investigación preliminar para determinar si
el Pentágono y el gobierno de la canciller Angela Merkel respetaron
o no el derecho alemán.
En
todo caso, la legislación alemana prohíbe el traspaso de armas a países
en guerra. Pero el gobierno de Angela Merkel ya autorizó anteriormente el
envío de armas a Arabia Saudita en el marco del tráfico implementado por
Azerbaiyán y su compañía aérea Silk Way. Era imposible que
el gobierno alemán ignorara que los destinatarios finales del armamento
en cuestión eran los yihadistas que operan contra Siria.
La
base de Ramstein ya estuvo implicada en el escándalo de los secuestros y las
cárceles secretas de la CIA, así como en asesinatos selectivos
perpetrados con drones en el Medio Oriente ampliado. A causa del acuerdo
de extraterritorialidad que protege a las fuerzas militares de
Estados Unidos en Alemania, los magistrados y parlamentarios de
este último país no han podido obtener acceso a esa base, bajo control de
la fuerza aérea de Estados Unidos.
Pero
lo más interesante es un descubrimiento incidental cuya importancia
no parece haber notado el diario alemán. Según varios documentos del
ejército de Estados Unidos, el Pentágono abrió una licitación para
adquirir armamento fabricado en la antigua Unión Soviética por valor de
500 millones de dólares. Ese contrato fue atribuido en agosto
de 2017 y el destino de algunos cargamentos de armas fue modificado
entonces para enviarlos a Croacia.
Después
del fracaso de las «primaveras árabes», que condujeron al ascenso de
al-Nusra y Daesh, el Pentágono planifica ahora una nueva guerra
contra Siria, recurriendo esta vez al uso de combatientes kurdos,
que recibirían esos 500 millones de dólares en armamento.
Este
nuevo conflicto podría estallar en las próximas semanas, después del anuncio de
la independencia del Kurdistán iraquí.
“Heikle Fracht aus Ramstein”, “Millionen Schuss Munition für Kalaschnikows”,
Frederik Obermaier y Paul-Anton Kruger, Süddeutsche Zeitung, 12 y
20 de septiembre de 2017.
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