DICE MONSEÑOR LEFEBVRE:
"Mientras
no tenga la evidencia de que el Papa no sea Papa, tengo la presunción por él”.
"No digo que no haya argumentos que puedan poner una cierta
duda”. Pero es necesario tener la evidencia: no es suficiente una duda, incluso
si es válida. Si el
argumento es dudoso, no hay derecho a sacar conclusiones que tienen
consecuencias enormes. No se puede partir de un principio dudoso. Prefiero partir del principio de que hay que
defender nuestra fe. Este es nuestro deber. Aquí no hay lugar a duda alguna.
Conocemos nuestra fe. Si alguien ataca nuestra fe, decimos ¡no! Pero de aquí a
decir enseguida que porque alguien ataca nuestra fe es herético, luego no es
más autoridad, luego sus actos no tienen ningún valor... Atención, atención, atención... No nos
metamos en un círculo infernal del cual no sabremos cómo salir. En esta actitud
existe un verdadero peligro de cisma”.
"No
pretendo ser infalible; intento combatir en las circunstancias actuales con
toda la fe posible, con la oración y con el auxilio de la gracia. Pero pienso
que hay una línea de realismo, seguida por la Fraternidad, de la cual no hay
que salir o alejarse demasiado bajo pena de dividir a la Fraternidad".
BIBLIOGRAFIA.
Bellarmino, San Roberto: De Romano Pontífice.
Esta obra resume las opiniones de todos los autores
que consideraron el tema precedentemente y constituye el punto de referencia de
todos los posteriores.
Dublanchy, E.: "Infaillibilité du Pape",
en el Dictionnaire de Théologie Catholique dirigido por A. Vacant y E.
Mangenot.
Este artículo analiza las opiniones de los teólogos
antiguos sobre la posibilidad de un Papa herético y se detiene a fines del
siglo XVII, puesto que las posiciones permanecen iguales y los teólogos
posteriores no hacen más que una breve mención.
Da Silveira, Arnaldo Xavier: La Nouvelle Messe de
Paul VI: quan penser?, segunda parte: hipótesis teológica de un Papa herético.
Muy a mi pesar hemos llegado al fin del estudio
claro y preciso sobre Mons. Lefebvre y la Sede Romana en donde se expresa el
pensamiento de Monseñor sobre un tema tan viejo y candente que, por desgracia,
no ha dado más que discusiones estériles, descensiones, celo amargo y otras
tantas cosas que no han servido a la gloria de la Iglesia y la consecuente restauración
del verdadero culto divino, este es mi punto de vista después de estudiar
detenidamente dicho estudio. Antes de subirlo ya tenía una posición asumida y
firme, pero no me vino mal profundizar en el tema y he llegado a la triste conclusión,
dado sus frutos, que “un árbol malo no puede dar frutos buenos” y si los
pudiera dar por favor muéstrenlos quienes son partidarios de esta posición de
manera educada, centrada y sincera. Desde que surgió la inquietud de
fundamentar mi posición, ya de larga data, para ser más claros desde 1977
encuentro una similitud, claro como oposición al modernismo, semejante a la
modernista como que “los extremos en algún punto se unen” y porque quiérase o
no los extremos son odiosos y liberales. No en balde se dice también del
modernismo que “sus frutos son malos” y terriblemente desastrosos para la
Iglesia fundada por Nuestro Señor Jesucristo, pero es sabido de todos que los
modernistas conspiran directamente contra ella y, si pudieran la destruirían,
pero contra la promesa divina no podrán hacerlo jamás. Si a algún partidario de
la posición sede vacante le molestan estas palabras sepa disculpar y a la vez
sepa que la verdad no ofende, “pero incomoda”. Con ello no pretendo establecer
una polémica fuera de los marcos aquí señalados por el estudio, lo considero
como una pérdida de tiempo y estoy muy ocupado como para ocuparme de
comentarios que no se ajustan a las normas establecidas para una buena y sana discusión
y como se dijo desde el principio de este estudio: “Para que la disputa no se
convierta en discordia” evitare todo comentario de quienes, bajo seudónimos,
quieran discutir o alegar algo referente a este tema por favor no los hagan.
Atte. La dirección del blog
No hay comentarios:
Publicar un comentario