miércoles, 3 de mayo de 2017

MONSEÑOR LEFEBVRE Y LA SEDE ROMANA



DICE MONSEÑOR LEFEBVRE:
 (FIN DEL ESTUDIO)

"Mientras no tenga la evidencia de que el Papa no sea Papa, tengo la presunción por él”.
"No digo que no haya argumentos que puedan poner una cierta duda”. Pero es necesario tener la evidencia: no es suficiente una duda, incluso si es válida. Si el argumento es dudoso, no hay derecho a sacar conclusiones que tienen consecuencias enormes. No se puede partir de un principio dudoso. Prefiero partir del principio de que hay que defender nuestra fe. Este es nuestro deber. Aquí no hay lugar a duda alguna. Conocemos nuestra fe. Si alguien ataca nuestra fe, decimos ¡no! Pero de aquí a decir enseguida que porque alguien ataca nuestra fe es herético, luego no es más autoridad, luego sus actos no tienen ningún valor... Atención, atención, atención... No nos metamos en un círculo infernal del cual no sabremos cómo salir. En esta actitud existe un verdadero peligro de cisma”.
"No pretendo ser infalible; intento combatir en las circunstancias actuales con toda la fe posible, con la oración y con el auxilio de la gracia. Pero pienso que hay una línea de realismo, seguida por la Fraternidad, de la cual no hay que salir o alejarse demasiado bajo pena de dividir a la Fraternidad".

BIBLIOGRAFIA.

Bellarmino, San Roberto: De Romano Pontífice.
Esta obra resume las opiniones de todos los autores que consideraron el tema precedentemente y constituye el punto de referencia de todos los posteriores.
Dublanchy, E.: "Infaillibilité du Pape", en el Dictionnaire de Théologie Catholique dirigido por A. Vacant y E. Mangenot.
Este artículo analiza las opiniones de los teólogos antiguos sobre la posibilidad de un Papa herético y se detiene a fines del siglo XVII, puesto que las posiciones permanecen iguales y los teólogos posteriores no hacen más que una breve mención.
Da Silveira, Arnaldo Xavier: La Nouvelle Messe de Paul VI: quan penser?, segunda parte: hipótesis teológica de un Papa herético.
Muy a mi pesar hemos llegado al fin del estudio claro y preciso sobre Mons. Lefebvre y la Sede Romana en donde se expresa el pensamiento de Monseñor sobre un tema tan viejo y candente que, por desgracia, no ha dado más que discusiones estériles, descensiones, celo amargo y otras tantas cosas que no han servido a la gloria de la Iglesia y la consecuente restauración del verdadero culto divino, este es mi punto de vista después de estudiar detenidamente dicho estudio. Antes de subirlo ya tenía una posición asumida y firme, pero no me vino mal profundizar en el tema y he llegado a la triste conclusión, dado sus frutos, que “un árbol malo no puede dar frutos buenos” y si los pudiera dar por favor muéstrenlos quienes son partidarios de esta posición de manera educada, centrada y sincera. Desde que surgió la inquietud de fundamentar mi posición, ya de larga data, para ser más claros desde 1977 encuentro una similitud, claro como oposición al modernismo, semejante a la modernista como que “los extremos en algún punto se unen” y porque quiérase o no los extremos son odiosos y liberales. No en balde se dice también del modernismo que “sus frutos son malos” y terriblemente desastrosos para la Iglesia fundada por Nuestro Señor Jesucristo, pero es sabido de todos que los modernistas conspiran directamente contra ella y, si pudieran la destruirían, pero contra la promesa divina no podrán hacerlo jamás. Si a algún partidario de la posición sede vacante le molestan estas palabras sepa disculpar y a la vez sepa que la verdad no ofende, “pero incomoda”. Con ello no pretendo establecer una polémica fuera de los marcos aquí señalados por el estudio, lo considero como una pérdida de tiempo y estoy muy ocupado como para ocuparme de comentarios que no se ajustan a las normas establecidas para una buena y sana discusión y como se dijo desde el principio de este estudio: “Para que la disputa no se convierta en discordia” evitare todo comentario de quienes, bajo seudónimos, quieran discutir o alegar algo referente a este tema por favor no los hagan.
                   
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