JUDAS
Judas se ahorcó; pero dejó una numerosa descendencia.
Judas puede reconocer entre sus descendientes a los
herejes, a los apóstatas, a los que después de haber aprendido bajo la mirada
de una madre o de un maestro cristiano, la doctrina del Salvador, le han hecho
traición y se han atrevido a hacerle la guerra.
Sin embargo, no solamente aparece Judas entre los
herejes, los apóstatas y los perseguidores; por desgracia aparece también entre
los mismos católicos en muy distintas formas.
Porque se parecen mucho a Judas, los católicos que
todos los días saben que los niños y los jóvenes están siendo apuñaleados,
descristianizados en los establecimientos laicos; y sin embargo, después de
haberle dado a Jesús un beso dentro del templo, entregan el alma de sus hijos
en las manos del maestro laico, para que Cristo padezca nuevamente los
salivazos y los tormentos de sus verdugos.
Se parecen mucho a Judas, los católicos que saben que
el periódico católico no tiene más medios de vida que se le pague puntualmente
y a pesar de esto o no le pagan nunca o le pagan tarde, de manera que cuando
pagan ya sobrevino la muerte.
Y estos católicos se parecen a Judas, porque entregan
a Cristo indefenso y desnudo en plena vía pública, después de matar a los
periódicos que le defienden en la mitad de la calle.
Se parecen a Judas los católicos que se han
comprometido a pertenecer a una agrupación destinada a la defensa de los
derechos de Dios y de la Iglesia y después de contraer tal compromiso, de
desempeñar tal o cual cargo o de hacer tal o cual trabajo, se echan en brazos
de la pereza.
Y se parecen a Judas, porque ellos saben que sin un
esfuerzo serio de organización y de trabajo y de propaganda, Cristo seguirá
siendo abofeteado fuera del hogar y del templo y entregado en manos de los
sayones por los mismos que lo abandonan.
Se parecen a Judas los católicos que no hacen ni han
hecho otra cosa durante toda su vida, que criticar acerbamente a los que
trabajan, porque contribuyen que Cristo quede a merced de los soldados que lo
persiguen.
Son iguales a Judas los católicos que todos los días
pagan puntualmente la prensa impía y la compran, porque con su dinero están
dando clavos y flagelos para que martiricen a Cristo.
Se parecen a Judas los católicos que saben que tales o
cuales individuos se dedican especialmente a perseguir a Dios y a su Iglesia y
sin embargo los protegen para que prospere su negocio y para que vivan en buena
situación.
Judas se ahorcó. Hizo bien. La tierra no lo hubiera
soportado.
Todos los que forman su descendencia sea porque son
como él o porque se parecen mucho a él, como un hijo se parece a su padre,
deben pensar en hacer algo.
No les aconsejamos que se ahorquen, porque el suicidio
es una infamia.
Les aconsejamos que hagan un examen de conciencia y
que dejen de ser Judas.
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