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martes, 12 de julio de 2016

La Santa Rusia

La Virgen de Kazan

RUSIA Y LA DEVOCION A LA SANTISIMA VIRGEN



En el canon de los agonizantes, la Liturgia invoca su protección maternal: "En la Asunción, [Oh Teotokos! no has abandonado al mundo"; porque en ella el mundo se convierte ya en la "nueva creatura". "La Virgen es el dogma vivo, la verdad sobre la creatura realizada. La Asunción cierra las puertas de la muerte, el sello de la Teotokos es puesto sobre la nada: desde arriba la nada queda sellada por el Dios-hombre, y desde abajo por la primera creatura resucitada" (Evdokimov).

El Akathistos, el himno mariano más célebre de la Liturgia bizantina, es como un resumen de la Teología, de la mística y de la elevación espiritual del culto marial, Su nombre -que significa: "estando de pie"- expresa la actitud interior con que se canta a María. Dice una de sus partes:
*faltan estrofas

Salve, del incrédulo equívoco anuncio;
Salve, del fiel inequívoco orgullo.
Salve, carroza del Santo
que portan querubes;
Salve, sitial del que adoran
sin fin serafines.
Salve, tú sólo has unido
dos cosas opuestas;
Salve, tú sola a la vez
eres Virgen y Madre.
Salve, por ti fue borrada la culpa;
Salve, por ti Dios abrió el Paraíso.
Salve, tú, Ave del Reino de Cristo;
Salve, esperanza de bienes eternos.
Salve, iVirgen y Esposa!"

Dentro de este marco referencial, rápidamente evocado, nos acercamos a algunas instancias históricas del culto marial en Rusia.

María en la historia

En el artículo publicado en la revista de los Estudiantes rusos: Vestnlk (París 1956), el obispo ortodoxo Cassiano, para mostrar que "la Teología es una expresión de la verdadera piedad", tomaba como ejemplo el culto de la Santísima Virgen, cuyas razones se descubren en el Nuevo Testamento, pero que, de hecho, es, ante todo, la respuesta de la Iglesia a la viviente realidad de protección y de intercesión de la Madre de Dios, a su amor maternal, a sus intervenciones maravillosas que testimonian su presencia, a la experiencia de la plegaria escuchada. "Esta experiencia -escribía- se relaciona, por lo tanto, a la historia de la Iglesia, más allá de los límites del Nuevo Testamento; los testimonios escritos, litúrgicos y otros, expresando la veneración por la Teotokos, contienen una teología que hunde sus ratees en la realidad de la vida cristiana". El calendario litúrgico ruso consagra un día especial a este socorro perpetuo de la Virgen.

Es la fiesta del 19 de octubre, llamada: Protección de la Santísima Madre de Dios. Señora de Vladimir (s. XII), que se encuentra ahora en el museo de Tretjakov.  La protección de la Madre de Dios El ícono de Vladimir tiene tres fechas de fiesta: el 26 de agosto, el 23 de junio, y el 21 de mayo, en recuerdo de la liberación de Moscú del yugo tártaro (1395, 1480, 1521). El ícono es de origen bizantino, y fue transferido por el príncipe Andrés de Kiev a Vladimir. El cronista de Vladimir manifiesta su piedad, a su manera, cuando hablando de la despiadada destrucción de Kiev, anota:

"Dios y la Teotokos santísima, y las plegarias de su padre y de su abuelo, ayudaron al príncipe Matislav Andreevich y a sus hermanos. Asaltaron a Kiev, sus iglesias y monasterios fueron saqueados y sometidos a pillaje durante tres días; los íconos fueron llevados, igual que los libros y los ornamentos. Esto sucedió a causa de sus pecados". 

La posesión de este ícono milagroso tuvo un efecto aberrante sobre la política de la ciudad de Vladimir, dice Fedotov. Todos los éxitos políticos del principado de Suzdalj-Vladimir, fueron considerados como otros tantos nuevos milagros de la Virgen, lo que sirvió para justificarlos. Pero en las crónicas de Vladimir, en las que el nombre de María se repite tan a menudo, no se consignan sólo victorias,

En 1169, las tropas aliadas de todos los príncipes rusos fue-ron lanzadas por Andrés contra Novgorod, y sufrieron una amarga derrota, bajo los muros de esa ciudad. Los habitantes de Novgorod atribuyeron la victoria a la intervención de su propio ícono de Nuestra Señora, el cual, a partir de entonces, fue llamado el ícono de Nuestra Señora del Signo o del Milagro. Esta vez, el cronista de Vladirnir no habla de ha Protectora celestial de su ciudad, reconociendo claramente, la intervención de Nuestra Señora de Novgorod. Sin embargo, no puede admitir que la causa de los novgorodianos fuese justa; según él, en las, tres iglesias de Novgorod, habrían aparecido lágrimas en la imagen de la Virgen, quien había suplicado a su divino Hijo que no exterminase a los habitantes de la ciudad a causa de sus pecados. Así, es por la clemencia de la Madre de Dios que fueron,  preservados de un exterminio total, y que el castigo se limitó a destrucciones materiales, sea lo que fuere de esta interpretación consoladora, lo que podemos deducir es que la vida religiosa rusa estuvo señalada, muy pronto, por una devoción mariana muy intensa y como innata con el bautismo mismo de ese pueblo. Cuando se prestaba juramento, en caso de contrato o en otras ocasiones, se lo hacía no sobre la Cruz o los Evangelios (sólo los sacerdotes pueden presentarlos a la veneración), sino lo más frecuentemente sobre un ícono de María: 'Besamos la Santísima Madre de Dios que no os atacaremos", reza ha fórmula de seguridad que los príncipes Davidochi dieron en 1146 a sus adversarios (Fedotov).

En 1772, la crónica de Kiev atribuyó la victoria sobre los Polovci, a la Virgen de la catedral de la ciudad. A lo largo de la historia rusa se registra la tendencia a poner a María en relación con todos los grandes acontecimientos nacionales, viendo en ellos los efectos de su mediación.

En el siglo XI, el príncipe Constantino de Murom, ganó los corazones de sus súbditos, que querían matarlo, yendo a su encuentro con un ícono de la Virgen, lo que obró su conversión. El año 1612, el ejército libertador del' príncipe Pozarskij, marchó contra los polacos y los echó de Moscú, llevando el icono de Kazán, (aunque no era el original sino una copia). Por eso, el ícono de Kazán es celebrado dos veces por año: el 8 de julio, fiesta de la invención de la imagen primitiva en 1579, y el 22 de octubre, en recuerdo de la derrota de los polacos. En 1649, durante el oficio de la vigilia de esta última fiesta, le nació un hijo al zar Alexis Michalovich, acontecimiento que fue' considerado por el zar como una nueva prueba del favor del ícono milagroso. Fue entonces que el zar decidió que esta fiesta se celebrase en toda la Rusia. Se edificó una iglesia para el ícono del príncipe Pozarskij, el sobor de Kazán, frente a los muros del Kremlin. Otra copia del ícono de Kazán fue venerada en San Petersburgo. Pablo I y Alejandro I levantaron en su honor, sobre la Perspectiva Nevsky, el sobar de Nuestra Señora de Kazán, una de las iglesias más grandes y más ricas de la antigua capital, la que hoy día sirve de museo antirreligioso. En esta catedral se encuentra la tumba del general Kutusov, quien, antes de tomar el mando del ejército que vencería a Napoleón, había ido a orar a la Virgen de Kazán. 

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