La Virgen de Kazan
RUSIA Y LA DEVOCION A LA SANTISIMA VIRGEN
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En el canon de los agonizantes, la Liturgia invoca su protección
maternal: "En la Asunción, [Oh Teotokos! no has abandonado al mundo";
porque en ella el mundo se convierte ya en la "nueva creatura". "La
Virgen es el dogma vivo, la verdad sobre la creatura realizada. La Asunción
cierra las puertas de la muerte, el sello de la Teotokos es puesto sobre la
nada: desde arriba la nada queda sellada por el Dios-hombre, y desde abajo por
la primera creatura resucitada" (Evdokimov).
El Akathistos, el himno mariano más célebre de la Liturgia bizantina,
es como un resumen de la Teología, de la mística y de la elevación espiritual
del culto marial, Su nombre -que significa: "estando de pie"- expresa
la actitud interior con que se canta a María. Dice una de sus partes:
*faltan
estrofas
Salve, del incrédulo equívoco anuncio;
Salve, del fiel inequívoco orgullo.
Salve, carroza del Santo
que portan querubes;
Salve, sitial del que adoran
sin fin serafines.
Salve, tú sólo has unido
dos cosas opuestas;
Salve, tú sola a la vez
eres Virgen y Madre.
Salve, por ti fue borrada la culpa;
Salve, por ti Dios abrió el Paraíso.
Salve, tú, Ave del Reino de Cristo;
Salve, esperanza de bienes eternos.
Salve, iVirgen y Esposa!"
Dentro de este marco referencial, rápidamente evocado, nos acercamos a
algunas instancias históricas del culto marial en Rusia.
María en la historia
En el artículo publicado en la revista de los Estudiantes rusos:
Vestnlk (París 1956), el obispo ortodoxo Cassiano, para mostrar que "la
Teología es una expresión de la verdadera piedad", tomaba como ejemplo el
culto de la Santísima Virgen, cuyas razones se descubren en el Nuevo
Testamento, pero que, de hecho, es, ante todo, la respuesta de la Iglesia a la
viviente realidad de protección y de intercesión de la Madre de Dios, a su amor
maternal, a sus intervenciones maravillosas que testimonian su presencia, a la
experiencia de la plegaria escuchada. "Esta experiencia -escribía- se
relaciona, por lo tanto, a la historia de la Iglesia, más allá de los límites
del Nuevo Testamento; los testimonios escritos, litúrgicos y otros, expresando
la veneración por la Teotokos, contienen una teología que hunde sus ratees en
la realidad de la vida cristiana". El calendario litúrgico ruso consagra
un día especial a este socorro perpetuo de la Virgen.
Es la fiesta del 19 de octubre, llamada: Protección de la Santísima
Madre de Dios. Señora de Vladimir (s. XII), que se encuentra ahora en el museo
de Tretjakov. La protección de la Madre
de Dios El ícono de Vladimir tiene tres fechas de fiesta: el 26 de agosto, el
23 de junio, y el 21 de mayo, en recuerdo de la liberación de Moscú del yugo
tártaro (1395, 1480, 1521). El ícono es de origen bizantino, y fue transferido
por el príncipe Andrés de Kiev a Vladimir. El cronista de Vladimir manifiesta
su piedad, a su manera, cuando hablando de la despiadada destrucción de Kiev,
anota:
"Dios y la Teotokos santísima, y las plegarias de su padre y de su
abuelo, ayudaron al príncipe Matislav Andreevich y a sus hermanos. Asaltaron a
Kiev, sus iglesias y monasterios fueron saqueados y sometidos a pillaje durante
tres días; los íconos fueron llevados, igual que los libros y los ornamentos.
Esto sucedió a causa de sus pecados".
La posesión de este ícono milagroso
tuvo un efecto aberrante sobre la política de la ciudad de Vladimir, dice
Fedotov. Todos los éxitos políticos del principado de Suzdalj-Vladimir, fueron
considerados como otros tantos nuevos milagros de la Virgen, lo que sirvió para
justificarlos. Pero en las crónicas de Vladimir, en las que el nombre de María
se repite tan a menudo, no se consignan sólo victorias,
En 1169, las tropas aliadas de todos los príncipes rusos fue-ron
lanzadas por Andrés contra Novgorod, y sufrieron una amarga derrota, bajo los
muros de esa ciudad. Los habitantes de Novgorod atribuyeron la victoria a la intervención
de su propio ícono de Nuestra Señora, el cual, a partir de entonces, fue
llamado el ícono de Nuestra Señora del Signo o del Milagro. Esta vez, el cronista de Vladirnir no habla de ha Protectora celestial
de su ciudad, reconociendo claramente, la intervención de Nuestra Señora de
Novgorod. Sin embargo, no puede admitir que la causa de los novgorodianos fuese
justa; según él, en las, tres iglesias de Novgorod, habrían aparecido lágrimas
en la imagen de la Virgen, quien había suplicado a su divino Hijo que no
exterminase a los habitantes de la ciudad a causa de sus pecados. Así, es por
la clemencia de la Madre de Dios que fueron, preservados de un exterminio total, y que el
castigo se limitó a destrucciones materiales, sea lo que fuere de esta
interpretación consoladora, lo que podemos deducir es que la vida religiosa
rusa estuvo señalada, muy pronto, por una devoción mariana muy intensa y como
innata con el bautismo mismo de ese pueblo. Cuando se prestaba juramento, en
caso de contrato o en otras ocasiones, se lo hacía no sobre la Cruz o los
Evangelios (sólo los sacerdotes pueden presentarlos a la veneración), sino lo
más frecuentemente sobre un ícono de María: 'Besamos la Santísima Madre de Dios
que no os atacaremos", reza ha fórmula de seguridad que los príncipes
Davidochi dieron en 1146 a sus adversarios (Fedotov).
En 1772, la crónica de Kiev atribuyó la victoria sobre los Polovci, a
la Virgen de la catedral de la ciudad. A lo largo de la historia rusa se
registra la tendencia a poner a María en relación con todos los grandes
acontecimientos nacionales, viendo en ellos los efectos de su mediación.
En el siglo XI, el príncipe Constantino de Murom, ganó los corazones de
sus súbditos, que querían matarlo, yendo a su encuentro con un ícono de la
Virgen, lo que obró su conversión. El año 1612, el ejército libertador del'
príncipe Pozarskij, marchó contra los polacos y los echó de Moscú, llevando el
icono de Kazán, (aunque no era el original sino una copia). Por eso, el ícono
de Kazán es celebrado dos veces por año: el 8 de julio, fiesta de la invención
de la imagen primitiva en 1579, y el 22 de octubre, en recuerdo de la derrota
de los polacos. En 1649, durante el oficio de la vigilia de esta última fiesta,
le nació un hijo al zar Alexis Michalovich, acontecimiento que fue' considerado
por el zar como una nueva prueba del favor del ícono milagroso. Fue entonces
que el zar decidió que esta fiesta se celebrase en toda la Rusia. Se edificó
una iglesia para el ícono del príncipe Pozarskij, el sobor de Kazán, frente a
los muros del Kremlin. Otra copia del ícono de Kazán fue venerada en San Petersburgo.
Pablo I y Alejandro I levantaron en su honor, sobre la Perspectiva Nevsky, el
sobar de Nuestra Señora de Kazán, una de las iglesias más grandes y más ricas
de la antigua capital, la que hoy día sirve de museo antirreligioso. En esta
catedral se encuentra la tumba del general Kutusov, quien, antes de tomar el
mando del ejército que vencería a Napoleón, había ido a orar a la Virgen de
Kazán.
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