Historiografía
bizantina
La historiografía bizantina oficial
conserva el recuerdo de unos tratados de paz entre rusos y bizantinos, en
tiempos de. Basilio I y del patriarca Ignacio, repuesto en su silla patriarcal
entre los años 867 y 877. Se ponía término a los mutuos ataques, mediante
mutuas concesiones; y al mismo tiempo se animaba a los rusos a abrazar al' Cristianismo.
El propio patriarca Ignacio les enviaba un nuevo arzobispo, según esa misma
crónica, que marchó a la región de los rusos y logró las primeras conversiones.
En todo caso, gracias al proselitismo de Bizancio, comenzó a constituirse una pequeña
comunidad cristiana en las estepas de Kiev. Novgorod seguía imbuida de paganismo,
y ésta, precisamente, pondría en serio peligro la persistencia de la naciente
cristiandad de Kiev. Comenzaron rivalidades entre sus dos príncipes, y el
príncipe Oleg de Novgorod, daría muerte al de Kiev, Asdold. Naturalmente, el paganismo
reinante dejaría sentir su influjo sobre la naciente cristiandad klevense,
viéndose obligados estos primeros cristianos rusos, a llevar su inicial vida de
catacumbas. Nada nos ha legado la historia, pero es circunstancia que se puede
suponer, aunque parece que no llegaron a ser aniquilados del todo con la
invasión de Oleg de Novgorod y sus guerreros.
La documentación histórica propiamente tal, se inicia en la primera
mitad del siglo X, con el gobierno del príncipe Igor, cuyo comienzo colocan las
crónicas para el 913. Era hijo del príncipe Rurik, y había sucedido en el 912
al príncipe Oleg. Desde mediados del siglo
IX el príncipe Rurik procedente de Noruega, había conseguido establecerse en
territorio ruso; en el 856 había conquistado Novgorod, y se había aliado al
príncipe Oleg, originario de Heligoland. Precisamente Oleg le sucedería en el
873, y se apoderaría de Kiev en el 882 instaurando un régimen de represión
contra los nuevos cristianos. Tras un
período de represión y de persecución, llegaría en el 911 a un nuevo tratado
con los bizantinos; se intentaba armonizar las relaciones mutuas, sobre todo en
el trato para los cristianos. Oleg morra en -el 912, y le sucedía en Kiev el príncipe
Igor, hijo de Rurik. Con ello entraba en Kiev una nueva dinastía. Al menos, si
no ferviente, sí se mostraría más tolerante con los cristianos kievienses. El
historiador Goloubinsky llega a suponer, aunque sin fundamentos históricos, que
llegó a abrazar él mismo el cristianismo pero secretamente.
Su expedición contra Bizancio en el 941 acabaría en verdadero desastre.
Tres años más tarde, en el 944, se firmaba un nuevo tratado con Bizancio. Es
cuando aparece claramente la existencia de una pequeña comunidad cristiana en
la ciudad de Kiev. Se habla ya de la iglesia cristiana de San Elías, que haría
las veces de "catedral". Según Tikhomirov, había algunas iglesias más
en el recinto de la ciudad y sólo la de San Elías tendría este título de catedral,
señal de que había ya obispo propio. Otros autores, como Goloubinsky, sostienen
que era una sencilla iglesia parroquial, En todo caso, consta la existencia ya
de una cristiandad organizada. Igor
moría en el 945, y le sucedía en calidad de regente, su viuda, la princesa
Oiga, durante la minoría de edad de su hijo Sviatoslav. Sviatoslav, hijo de Igor y Oiga, tenía
entonces diez años, ¿Quién era esta princesa Oiga? Oiga gobernaría el
principado de Kiev desde el 945 al 969, durante la minoría de edad de su hijo,
y luego, durante continuas y largas ausencias de su hijo Sviatoslav. Sus contemporáneos
la colman de elogios.
En los escritos de los cronistas y de los hagiógrafos, se hacen elogios
legendarios de su sabiduría y sagacidad, hasta el punto de darle el apelativo
de "apóstol", o mejor, de "igual a los apóstoles". Alejandro Vetelev, archipreste de la iglesia
rusa, hace notar muy justamente que son muy pocos los santos o santas
acreedores de este título: Santa María Magdalena, favorecida con la aparición
del mismo Señor; Santa Elena, que tuvo tanto interés en la exaltación de la
Cruz de Cristo; Santa Nina, evangelizadora del pueblo gregoriano, y Santa Oiga,
madre del cristianismo ruso. Según la
crónica de Néstor, o también en los Anales de la Nación rusa (fuente única para
la historia primitiva de Rusia), obra de diversos monjes de los monasterios de
Kiev, la princesa Oiga era originaria de Pskov. (Pskov: cerca de Leningrado a
orillas del lago Peipus). Según una
leyenda, era barquera de oficio; y al trasbordar una vez al príncipe Igoren su
barca, captó, por su belleza y atento juicio, la atención del príncipe, quien
luego la desposó.
En Pskov se conservan no pocos documentos que recuerdan su origen. Para
Goloubinsky, era varega y su nombre es la forma femenina de Oleg, y sería hija
de un gobernador de Pskov; Kovalevsky, cree que era hija del propio Oleg, el
cual, al no tener descendencia masculina, daría a su hija por esposa .al
príncipe Igor, de la familia de Rurik. En todo caso, al desposarse con Igor,
tanto Otón de Alemania como el emperador "de Bizancio, le reconocieron el
rango real. Olga era pagana, y a la muerte de su marido Igor (al parecer por una
traición de los drevlianos), comenzó vengándose cruelmente de los asesinos. No
había escrúpulos de conciencia que detuvieran sus anhelos de venganza. Así
fueron muriendo no pocos drevlianos; hasta se habla de 5.000 invitados a un
banquete, y quemados vivos al prender fuego a toda la ciudad. En cambio, era
prudente y sagaz en el gobierno y administración de su principado. La vida de
los pocos cristianos que la rodeaban, iba haciendo impacto en su propia vida.
Por de, pronto, no pensó contraer segundas nupcias, como era costumbre pagana,
Prefirió permanecer viuda, dedicada a la educación de su hijo Sviatoslav, y al
gobierno del principado. En -sus miras políticas, entraba el entendimiento con
el imperio Bizantino. En el 957 hacía un viaje a Constantinopla, que le
proporcionó ocasión para profundizar en el conocimiento de la religión
cristiana.
Dicen las crónicas del tiempo, que el mismo patriarca de Constantinopla
le enseñaría tos principales dogmas de la fe. Otros autores, como Prosvirnine,
nos recuerdan que la acompañaba un sacerdote cristiano, Gregario de nombre, y
que debía ser párroco de la iglesia de San Elías. Él era el encargado de la
instrucción religiosa de la princesa regente. Parece que, durante este viaje a
Constantinopla, debió recibir el bautismo en la iglesia de Santa Sofía. El
propio emperador habría sido padrino. El bautismo mismo sería administrado por
el Patriarca. Recibiría el nuevo nombre de Elena, en homenaje a la esposa del
emperador que llevaba tal nombre, o quizás en recuerdo de la esposa del
emperador Constantino, a la que darían posteriores autores rusos el apelativo
mencionado de "igual que los apóstoles".
Hay cronistas de la época que reseñan detalladamente este viaje de la
princesa Oiga a Constantinopla, y nada dicen de ese pretendido bautismo. Silencio
que ha llevado a los historiadores a dudar de su bautismo en Constantinopla,
poniéndolo incluso antes de ese viaje a la capital del imperio bizantino. Lo
habría recibido antes en la misma ciudad de Kiev. En todo caso, a su regreso a
Kiev, fue colmada de máximos honores y regalos, y recibió la bendición del
patriarca.
A pesar de estas apreciaciones de muchos historiadores bizantinos y
rusos, parece que la misma Oiga no había quedado muy bien impresionada de su
recibimiento y trato por parte de la corte bizantina, pues se habla de que el
orgulloso emperador la había hecho esperar varias semanas, antes, de darle la
audiencia solicitada. Se añaden otras razones varias, como la petición, no
atendida por entonces, de un obispo titular para la sede de Kiev. Fue, de todos
modos, cuando comenzó a pensar en un acercamiento a la Iglesia de Occidente.
CONTINUARA...
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