Origen y excelencia de esta devoción
Apenas se
hallará práctica más agradable a Dios, más útil y meritoria que la del Via
Crucis. Esta, dice el Papa Benedicto XIV, es una de las principales devociones
del cristiano, y medio eficacísimo, no sólo de honrar la pasión y muerte del
Hijo de Dios, sino también de convertir a los pecadores, enfervorizar a los
tibios y adelantar a los justos en la virtud. En ella meditamos el doloroso
camino que anduvo Jesús desde el pretorio de Pilatos hasta el monte Calvario,
donde murió por nuestra Redención. Dio principio a esta devoción la Virgen
Santísima; pues, según fue revelado a Santa Brígida, no tenía mayor consuelo
que el recorrer los pasos de aquel sagrado camino regado con la sangre de su
preciosísimo Hijo. Pronto innumerables cristianos siguieron su ejemplo, según
atestigua San Jerónimo: y así ¡cuántos peregrinos surcaban mares y exponían la
vida para ganar las muchas indulgencias con que la Iglesia había enriquecido
los santos lugares de Jerusalén! Mas viendo esta solícita Madre, por una parte
el copioso fruto que de tan pía devoción sacaban los fieles, y por otra la
imposibilidad en que muchos se hallaban de emprender viaje tan largo y
peligroso, varios Sumos Pontífices, en particular Clemente XII, Benedicto XIII
y XIV, y León XII, franqueando largamente los tesoros de la Iglesia,
concedieron que, visitando las Cruces bendecidas con especial facultad del Sumo
Pontífice y autorización del Prelado diocesano, ganasen los fieles las mismas
indulgencias que habían concedido a los lugares santos de Jerusalén.
INDULGENCIAS
Los que hicieren devotamente el Vía Crucis pueden
conseguir:
1)
Indulgencia Plenaria cuantas veces lo hicieren.
2) Otra
Plenaria si en el mismo día, en que lo hicieron o bien dentro del mes, realizado 10 veces el Via Crucis, se acercaren a la Sagrada
Comunión.
3)
Indulgencia de 10 años por cada una de las Estaciones si comenzando el
ejercicio, se hubiere de interrumpir por cualquier causa razonable. Para ganar
estas indulgencias se requiere como condición indispensable la meditación de la
Pasión de Nuestro Señor Jesucristo y el trasladarse de una estación a otra,
salvo el caso de que se haga en común por todos los fieles que están en la
iglesia, pues entonces basta ponerse en pie y arrodillarse en cada estación Conviene
advertir que el rezar en cada una de las Estaciones el Adoramus te Christe, etc. los Padrenuestros y Avemarías con el Miserere nostri, Domine, etc., es tan sólo piadosa
y laudable costumbre, pero no es necesario para ganar las Indulgencias, para lo
cual basta meditar en la Pasión de Jesús. Los que, por enfermedad u otra causa,
se hallaren impedidos de recorrer las estaciones del Via Crucis, pueden ganar las indulgencias rezando
14 Padrenuestros, Avemarías y Gloria, junto con la
meditación de la Pasión; además, otros 5 Padrenuestros, Avemarías y
Gloria, a las LLagas de Jesús; y uno según la intención del Sumo
Pontífice, teniendo entre las manos un Crucifijo bendecido por un sacerdote que
tenga la facultad de aplicar dichas Indulgencias.Si no pudieren rezar todos los
Pater-Ave y Gloria prescriptos para la Ind. plenaria ganarán una parcial de 10
años por cada Pater-Ave y Gloria. Los enfermos que no puedan hacer el Via
Crucis en la forma ordinaria ni en la arriba indicada lucran las mismas
indulgencias con tal que con afecto y ánimo contrito besen o contemplen el
Crucifijo bendecido para este fin, que les fuera mostrado por el sacerdote u
otra persona y recen si pueden alguna breve oración o jaculatoria en memoria de
la Pasión y Muerte de J. C. Nuestro Señor. (Clemente XIV, Audiencia 26 Enero
1773; S.C: Indulg. 16 Sept. 1859; S. Penit. Apost. 25 Marzo 1931; 20 Oct. 1931
y 18 Marzo 1932)
Acto de contrición
¡Oh Dios y
Redentor mío! vedme a vuestros pies arrepentido de todo corazón de mis pecados,
porque con ellos he ofendido a vuestra infinita bondad. Quiero morir antes que
volver a ofenderos, porque os amo sobre todas las cosas.
1.
V) Miserere nostri, Domine.
2.
R) Miserere nostri.
Madre llena
de aflicción, de Jesucristo las llagas grabad en mi corazón.
Stabat Mater dolorosa,
juxta crucem lacrymosa,
dum pendébat Fílius.
Oración preparatoria
Por la señal de la santa
cruz, etc.
¡Oh amabilísimo Jesús
mío!: heme aquí postrado ante tu divino acatamiento, implorando tu misericordia
en favor de tantos pecados infelices, de las benditas almas del purgatorio, y
de la Iglesia universal. Aplícame, te ruego, los merecimientos infinitos de tu
sagrada Pasión, y concédeme los tesoros de indulgencia con que tus Vicarios en
la tierra enriquecieron esta devoción del Vía Crucis. Acéptalos en satisfacción
de mis pecados, y en sufragio de los difuntos a quienes tengo más obligación de
recorrer. Y tú Madre dolorosísima de mi Redentor, por aquella amargura que inundó
tu corazón cuando acompañaste a tu santísimo Hijo al Calvario, haz que se
empape mi alma en los sentimientos que embebían entonces la tuya. Alcánzame
vivo dolor y detestación de mis pecados, y aliento para abrazarme con la cruz,
y seguir las huellas de tu dulcísimo Hijo Jesús, nuestro sumo Capitán y Rey
eterno, ni me niegues estas gracias, Madre mía: haz que, teniendo ahora parte
en la pena de tu Hijo y en tu quebranto, merezca ser partícipe de su triunfo y
de tus alegrías en la gloria. Amén.
EL CAMINO DE LA CRUZ
Arrodíllate
ante el altar, haz un Acto de Contrición, y forma la intención de ganar las
indulgencias bien para ti, o para las almas en el Purgatorio. Después di: Señor
mío Jesucristo, Vos anduvisteis con tan grande amor este camino para morir por
mí, y yo os he ofendido tantas veces apartándome de Vos por el pecado; mas
ahora os amo con todo mi corazón, y porque os amo, me arrepiento sinceramente
de todas las ofensas que os he hecho. Perdóname, Señor, y permíteme que os
acompañe en este viaje. Vais a morir por mi amor, pues yo también quiero vivir
y morir por el vuestro, amado Redentor mío. Si, Jesús mío, quiero vivir siempre
y morir unido a Vos.
PRIMERA ESTACIÓN
Jesús es sentenciado a muerte
1. V) Adoramus te, Christe, et
benedicimus tibi.
2. V) Te
adoramos, Señor, y bendecimos.
3. R) Quia per sanctam Crucem tuam
redemisti mundum.
4. R) Porque con tu santa Cruz
redimiste al mundo.
Considera
cómo Jesús, después de haber sido azotado y coronado de espinas, fue
injustamente sentenciado por Pilato a morir crucificado.
(Aquí se hace una pequeña pausa para
considerar brevemente el misterio, y lo mismo en las demás estaciones.)
Adorado
Jesús mío: mis pecados fueron más bien que Pilato, los que os sentenciaron a
muerte. Por los méritos de este doloroso paso, os suplico me asistáis en el
camino que va recorriendo mi alma para la eternidad. Os amo, ¡oh Jesús, amor
mío! más que a mi mismo, y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido;
no permitáis que vuelva a separarme de Vos otra vez; haced que os ame siempre y
disponed de mí como os agrade. Amén.
Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri
Miserere nostri, Domine.
Ten,
Señor, piedad de nosotros.
Miserere nostri.
Piedad,
Señor, piedad.
Fidelium
animae per misericordiam Dei requiescant in pace.
Que
las almas de los fieles difuntos por la misericordia de Dios descansen en paz.
Amén.
Amado Jesús mío,
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.
SEGUNDA ESTACIÓN
Sale Jesús con la Cruz a cuestas
1. V) Adoramus te, Christe, et
benedicimus tibi.
2. R) Quia per sanctam Crucem tuam
redemisti mundum.
Considera
cómo Jesús, andando este camino con la Cruz a cuestas, iba pensando en ti y
ofreciendo a su Padre por tu salvación la muerte que iba a padecer.
(Pausa)
Amabilísimo
Jesús mío: abrazo todas las tribulaciones que me tenéis destinadas hasta la
muerte, y os ruego, por los méritos de la pena que sufristeis llevando vuestra
Cruz, me deis fuerza para llevar la mía con perfecta paciencia y resignación.
Os amo, ¡oh Jesús, amor mío!, más que a mi mismo, y me arrepiento de todo
corazón de haberos ofendido; no permitáis que vuelva a separarme de Vos otra
vez; haced que os ame siempre y disponed de mí como os agrade. Amén.
Padre
nuestro, Ave María y Gloria Patri
Miserere
nostri, Domine.
Miserere
nostri.
Fidelium
animae per misericordiam Dei requiescant in pace.
Amado Jesús mío,
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.
TERCERA ESTACIÓN
Jesús cae por primera vez debajo de la
Cruz
1. V) Adoramus te, Christe, et
benedicimus tibi.
2. R) Quia per sanctam Crucem tuam
redemisti mundum.
Considera esta primera caída de Jesús debajo de la Cruz. Sus carnes estaban despedazadas por los azotes; su cabeza coronada de espinas, y había ya derramado mucha sangre, por lo cual estaba tan débil, que apenas podía caminar; llevaba al mismo tiempo aquel enorme peso sobre sus hombros y los soldados le empujaban; de modo que muchas veces desfalleció y cayó en este camino.
(Pausa)
Amado
Jesús mío: más que el peso de la Cruz, son mis pecados los que os hacen sufrir
tantas penas. Por los méritos de esta primera caída, libradme de incurrir en
pecado mortal. Os amo, ¡oh Jesús, amor mío!, más que a mi mismo, y me
arrepiento de todo corazón de haberos ofendido; no permitáis que vuelva a
separarme de Vos otra vez; haced que os ame siempre y disponed de mí como os
agrade. Amén.
Padre
nuestro, Ave María y Gloria Patri
Miserere
nostri, Domine.
Miserere
nostri.
Fidelium
animae per misericordiam Dei requiescant in pace.
Amado Jesús mío,
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.
CUARTA ESTACIÓN
Jesús encuentra a su afligida Madre
1. V) Adoramus te, Christe, et
benedicimus tibi.
2. R) Quia per sanctam Crucem tuam
redemisti mundum.
Considera
el encuentro del Hijo con su Madre en este camino. Se miraron mutuamente Jesús
y María, y sus miradas fueran otras tantas flechas que traspasaron sus amantes
corazones.
(Pausa)
Amantisimo
Jesús mío: por la pena que experimentasteis en este encuentro, concededme la
gracia de ser verdadero devoto de vuestra Santísima Madre. Y Vos, mi afligida
Reina, que fuisteis abrumada de dolor, alcanzadme con vuestra intercesión una
continua y amorosa memoria de la Pasión de vuestro Hijo. Os amo, ¡Oh Jesús,
amor mío!, más que a mí mismo, y me arrepiento de todo corazón de haberos
ofendido; no permitáis que vuelva a separarme de Vos otra vez; haced que os ame
siempre y disponed de mí como os agrade. Amén.
Padre
nuestro, Ave María y Gloria Patri
Miserere
nostri, Domine.
Miserere
nostri.
Fidelium
animae per misericordiam Dei requiescant in pace.
Amado Jesús mío,
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.
QUINTA ESTACIÓN
Jesús ayudado por el Cireneo
1. V) Adoramus te, Christe, et
benedicimus tibi.
2. R) Quia per sanctam Crucem tuam
redemisti mundum.
Considera cómo los judíos, al ver que Jesús iba desfalleciendo cada vez más, temieron que se les muriese en el camino y, como deseaban verle morir de la muerte infame de Cruz, obligaron a Simón el Cirineo a que le ayudase a llevar aquel pesado madero.
(Pausa)
Dulcísimo Jesús
mío: no quiero rehusar la Cruz, como lo hizo el Cirineo, antes bien la acepto y
la abrazo; acepto en particular la muerte que tengáis destinada para mí, con
todas las penas que la han de acompañar, la uno a la vuestra, y os la ofrezco.
Vos habéis querido morir por mi amor, yo quiero morir por el vuestro y por
daros gusto; ayudadme con vuestra gracia. Os amo, ¡oh Jesús, amor mío! más que
a mí mismo, y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido; no permitáis
que vuelva a separarme de Vos otra vez; haced que os ame siempre y disponed de
mí como os agrade. Amén.
Padre
nuestro, Ave María y Gloria Patri
Miserere
nostri, Domine.
Miserere
nostri.
Fidelium
animae per misericordiam Dei requiescant in pace.
Amado Jesús mío,
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.
SEXTA ESTACIÓN
La Verónica enjuga el rostro de Jesús
1. V) Adoramus te, Christe, et
benedicimus tibi.
2. R) Quia per sanctam Crucem tuam
redemisti mundum
Considera cómo la devoto mujer Verónica, al ver a Jesús tan fatigado y con el rostro bañado en sudar y sangre, le ofreció un lienzo, y limpiándose con él nuestra Señor, quedó impreso en éste su santa imagen.
(Pausa)
Amado
Jesús mío: en otro tiempo vuestro rostro era hermosísimo; más en este doloroso
viaje, las heridas y la sangre han cambiado en fealdad su hermosura. ¡Ah Señor
mío! también mi alma quedó hermosa a vuestros ojos cuando recibí la gracia del
bautismo, mas yo la he desfigurado después con mis pecados. Vos sólo, ¡oh
Redentor mío!, podéis restituirle su belleza pasada: hacedlo por los méritos de
vuestra Pasión. Os amo, ¡oh Jesús, amor mío!, más que a mi mismo, y me
arrepiento de todo corazón de haberos ofendido; no permitáis que vuelva a
separarme de Vos otra vez; haced que os ame siempre y disponed de mí como os agrade.Amén.
Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri
Miserere
nostri, Domine.
Miserere
nostri.
Fidelium
animae per misericordiam Dei requiescant in pace.
Amado Jesús mío,
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.
SÉPTIMA ESTACIÓN
Jesús cae la segunda vez con la Cruz
1. V) Adoramus te, Christe, et
benedicimus tibi.
2. R) Quia per sanctam Crucem tuam
redemisti mundum.
Considera la segunda caída de Jesús debajo de la Cruz, en la cual se le renueva el dolor de las heridas de su cabeza y de todo su cuerpo al afligido Señor.
(Pausa)
Oh pacientísimo. Jesús
mío. Vos tantas veces me habéis perdonado,
y yo he vuelto a caer y a ofenderos. Ayudadme, por los méritos de esta nueva
caída, a perseverar en vuestra gracia hasta la muerte. Haced que en todas las
tentaciones que me asalten, siempre y prontamente me encomiende a Vos. Os amo,
¡oh Jesús, amor mío! más que a mí mismo, y me arrepiento de todo corazón de
haberos ofendido; no permitáis que vuelva a separarme de Vos otra vez; haced
que os ame siempre y disponed de mí como os agrade. Amén.
Padre
nuestro, Ave María y Gloria Patri
Miserere
nostri, Domine.
Miserere
nostri.
Fidelium
animae per misericordiam Dei requiescant in pace.
Amado Jesús mío,
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.
OCTAVA ESTACIÓN
Las mujeres de Jerusalén lloran por
Jesús
1. V) Adoramus te, Christe, et
benedicimus tibi.
2. R) Quia per sanctam Crucem tuam
redemisti mundum.
Considera cómo algunas piadosas mujeres, viendo a
Jesús en tan lastimoso estado, que iba derramando sangre por el camino,
lloraban de compasión; mas Jesús les dijo: no lloréis por mí, sino por vosotras
mismas y por vuestros hijos.
(Pausa)
Afligido
Jesús mío: lloro las ofensas que os he hecho, por los castigos que me han
merecido, pero mucho más por el disgusto que os he dado a Vos, que tan
ardientemente me habéis amado. No es tanto el Infierno, como vuestro amor, el
que me hace llorar mis pecados. Os amo, ¡oh Jesús, amor mío!, más que a mí
mismo, y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido; no permitáis que
vuelva a separarme de Vos otra vez; haced que os ame siempre y disponed de mí
como os agrade. Amén.
Padre
nuestro, Ave María y Gloria Patri
Miserere
nostri, Domine.
Miserere
nostri.
Fidelium
animae per misericordiam Dei requiescant in pace.
Amado Jesús mío,
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.
NOVENA ESTACIÓN
Jesús cae por tercera vez con la Cruz
1. V) Adoramus te, Christe, et
benedicimus tibi.
2. R) Quia per sanctam Crucem tuam
redemisti mundum.
Considera
la tercera caída de Jesucristo. Extremada era su debilidad y excesiva la
crueldad de los verdugos, que querían hacerle apresurar el paso, cuando apenas
le quedaba aliento para moverse.
(Pausa)
Atormentado
Jesús mío: por los méritos de la debilidad que quisisteis padecer en vuestro
camino al Calvario, dadme la fortaleza necesaria para vencer los respetos
humanos y todos mis desordenados y perversos apetitos, que me han hecho
despreciar vuestra amistad. Os amo, ¡oh Jesús, amor mío!, más que a mí mismo, y
me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido; no permitáis que vuelva a
separarme de Vos otra vez; haced que os ame siempre y disponed de mí como os
agrade. Amén.
Padre
nuestro, Ave María y Gloria Patri
Miserere
nostri, Domine.
Miserere
nostri.
Fidelium
animae per misericordiam Dei requiescant in pace.
Amado Jesús mío,
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.
DÉCIMA ESTACIÓN
Jesús es despojado de sus vestiduras.
1. V) Adoramus te, Christe, et
benedicimus tibi.
2. R) Quia per sanctam Crucem tuam
redemisti mundum.
Considera
cómo al ser despojado Jesús de sus vestiduras por los verdugos, estando la
túnica interior pegada a las carnes desolladas por los azotes, le arrancaran
también con ella la piel de su sagrado cuerpo. Compadece a tu Señor y dile:
(Pausa)
Inocente
Jesús mío: por los méritos del dolor que entonces sufristeis, ayudadme a
desnudarme de todos los afectos a las cosas terrenas, para, que pueda yo poner
todo mi amor en Vos, que tan digno sois de ser amado. Os amo, ¡oh Jesús, amor
mío!, más que a mí mismo, y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido;
no permitáis que vuelva a separarme de Vos otra vez; haced que os ame siempre y
disponed de mí como os agrade. Amén.
Padre
nuestro, Ave María y Gloria Patri
Miserere
nostri, Domine.
Miserere
nostri.
Fidelium
animae per misericordiam Dei requiescant in pace.
Amado Jesús mío,
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.
UNDÉCIMA ESTACIÓN
Jesús es clavado en la Cruz
1. V) Adoramus te, Christe, et
benedicimus tibi.
2. R) Quia per sanctam Crucem tuam
redemisti mundum.
Considera cómo Jesús, tendido sobre la Cruz, alarga sus pies y manos y ofrece al Eterno Padre el sacrificio de su vida por nuestra salvación; le enclavan aquellos bárbaros verdugos y después levantan la Cruz en alto, dejándole morir de dolor, sobre aquel patíbulo infame.
(Pausa)
OH despreciado Jesús
mío. Clavad mi corazón a vuestros pies para
que quede siempre ahí amándoos y no os deje más. Os amo, ¡oh Jesús, amor mío!,
más que a mí mismo, y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido: no
permitáis que vuelva a separarme de Vos otra vez: haced que os ame siempre y
disponed de mí como os agrade. Amén.
Padre
nuestro, Ave María y Gloria Patri
Miserere
nostri, Domine.
Miserere
nostri.
Fidelium
animae per misericordiam Dei requiescant in pace.
Amado Jesús mío,
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.
DUODÉCIMA ESTACIÓN
Jesús muere en la cruz
1. V) Adoramus te, Christe, et
benedicimus tibi.
2. R) Quia per sanctam Crucem tuam
redemisti mundum.
Considera
cómo Jesús, después de tres horas de agonía, consumidas de dolores y exhaustas
de fuerzas su cuerpo, inclina la cabeza y expía en la Cruz.
(Pausa)
OH difunto Jesús mío. Beso enternecido esa Cruz en que por
mí habéis muerto. Yo, por mis pecados, tenía merecida una mala muerte, mas la
vuestra es mi esperanza. Ea, pues. Señor, por los méritos de vuestra santísima
muerte, concededme la gracia de morir abrazado a vuestros pies y consumido por
vuestro amor. En vuestras manos encomiendo mi alma. Os amo, ¡oh Jesús, amor
mío!, más que a mí mismo, y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido;
no permitáis que vuelva a separarme de Vos otra vez; haced que os ame siempre y
disponed de mí como os agrade. Amén.
Padre
nuestro, Ave María y Gloria Patri
Miserere
nostri, Domine.
Miserere
nostri.
Fidelium
animae per misericordiam Dei requiescant in pace.
Amado Jesús mío,
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.
DECIMOTERCERA ESTACIÓN
Jesús es bajado de la Cruz
1. V) Adoramus te, Christe, et
benedicimus tibi.
2. R) Quia per sanctam Crucem tuam
redemisti mundum.
Considera
cómo, habiendo expirado ya el Señor, le bajaron de la Cruz dos de sus
discípulos. José y Nicodemo, y le depositaran en los brazos de su afligida
Madre, María, que le recibió con ternura y le estrechó contra su pecho
traspasado de dolor.
(Pausa)
OH
Madre afligida. Por el amor de este Hijo, admitidme por vuestro siervo y
rogadle por mí. Y Vos, Redentor mío, ya que habéis querido morir por mí,
recibidme en el número de los que os aman más de veras, pues yo no quiero amar
nada fuera de Vos. Os amo, ¡oh Jesús, amor mío!, más que a mí mismo, me
arrepiento de todo corazón de haberos ofendido; no permitáis que vuelva a
separarme de Vos otra vez; haced que os ame siempre y disponed de mí como os
agrade. Amén.
Padre
nuestro, Ave María y Gloria Patri
Miserere
nostri, Domine.
Miserere
nostri.
Fidelium
animae per misericordiam Dei requiescant in pace.
Amado Jesús mío,
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.
DECIMACUARTA ESTACIÓN
Jesús es puesto en el sepulcro
1. V) Adoramus te, Christe, et
benedicimus tibi.
2. R) Quia per sanctam Crucem tuam
redemisti mundum.
Considera
cómo los discípulos llevaron a enterrar o Jesús, acompañándole también su
Santísima Madre, que le depositó en el sepulcro con sus propias manos. Después
cerraron la puerta del sepulcro y se retiraron.
(Pausa)
Oh
Jesús mío sepultado. Beso esa losa que os encierra. Vos resucitasteis después
de tres días; por vuestra resurrección os pido y os suplico me hagáis resucitar
glorioso en el día del juicio final para estar eterna-mente con Vos en la
Gloria, amándoos y bendiciéndoos. Os amo, ¡oh Jesús, amor mío!, más que a mí
mismo, me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido; no permitáis que
vuelva a separarme de Vos otra vez; haced que os ame siempre y disponed de mí
como os agrade. Amén.
Padre
nuestro, Ave María y Gloria Patri
Miserere
nostri, Domine.
Miserere
nostri.
Fidelium
animae per misericordiam Dei requiescant in pace.
Amado Jesús mío,
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.
Por mí vas a la muerte,
Quiero seguir tu suerte,
Muriendo por tu amor;
Perdón y gracia imploro,
Transido de dolor.
Después, volviendo al altar mayor, se rezan cinco
Padrenuestros, cinco Avemarías y cinco Glorias por las cinco llagas de
Jesucristo, y otro Padrenuestro, etc., por las intenciones perpetuas del Sumo
Pontífice para poder ganar todas las otras indulgencias concedidas a esta
devoción.
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