En esta
navidad del Señor fijemos los ojos de nuestra alma en el humilde pesebre donde
quiso nacer el Redentor del mundo, ¿Qué vemos en él? Si, aquel que
anunciaron los Ángeles a los pastorcitos de Belén, “a un niño recostado en un
pesebre”. No encuentro objeto de meditación y consideración más grande e
inefable que al Verbo de Dios hecho HOMBRE sin dejar de ser Dios. ¿Te es
suficiente este misterio o te faltan más? Creo sinceramente que este único
misterio meditado con verdadera piedad nos sirve para alimentar, nutrir y ver
crecer nuestra espiritualidad.
LES DESO
UNA FELIZ NAVIDAD PARA USTEDES Y SUS FAMILIARES, EN NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
INFANTE DESDE SU HUMILDE PESEBRE.
Con
profundo agradecimiento vuetro servidor.
PR
Arturo Vargas Meza
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