Nota. En este
articulo ahondaremos más en el conflicto actual de la Iglesia, este conflicto
es como la noche oscura de la misma o la pasión de la esposa de Nuestro Señor.
Injustamente nos han negado el acceso al tercer secreto, pero no han podido
suprimir el Apocalipsis, el secreto de la Sallete, los secretos de Fátima, me
refiero a los dos ni tampoco los comentarios de los Padres de la Iglesia que,
juntos conforman ente ellos equipo al cual se une EL Padre Castellani y la
mente del Padre que supo amalgamar todo esto para hacernos la entrega del
presente escrito. La verdad siempre ha sido un arma de doble filo: una porque
responde a la realidad de los acontecimientos actuales de la Iglesia y otra
porque es muy dura de asimilarla y nos genera confusión, desconfianza y
angustia, ¿No podemos creer que los actuales jerarcas de la Iglesia (modernista
al servicio del anti Cristo) estén confabulados con quienes quieren entregar el
poder al Anti Cristo? ¿No les preocupa la salvación de nuestras almas al
promover una doctrina contraria a de Nuestro Señor Jesucristo? Parecería una
triste y lamentable pesadilla, pero no lo es, es la cruda realidad. Cerrar los
ojos y pretender ignorarla no ayuda en nada, mantenerse inactivo ante esta
calamidad que ya es una pandemia mundial es hacerse cómplice de ellos y
contribuir a la “destrucción” de la Iglesia verdadera la que recibió y conservo
intachable el depósito de la fe durante muchos años, eso es inaudito. No
podemos contribuir a la destrucción de la Iglesia verdadera fundada por Nuestro
Señor Jesucristo.
E aquí el articulo:
«Esta
historia de una religión falsa, falseada, falsificada, falluta (de “fallo-
Fallere”, caer) la veremos recurrir de nuevo en la visión 16, la Gran Ramera; y
la tal religión “fornicaría” es necesaria para que pueda surgir el culto
sacrílego, del Anticristo, “que cederá en el Templo de Dios, haciéndose como si
fuese Dios”, según predice San Pablo. Lo cual llama Daniel “la abominación de
la desolación”, (en su momento el templo de Jerusalén quedo
desolado tras la última transmigración poco ante de la venida de
Nuestro Señor Jesucristo, ceso el culto, los sacrificios y las ofrendas
literalmente quedo desolado) y repite
Jesucristo» (Nuestro Señor hablando de
la dispersión definitiva de los judíos hecha por los romanos, en esta ocasión
no quedo piedra sobre piedra del templo de “salomón” y esta acción es tomada
como una figura de la abominación de la desolación en el lugar santo en cuyos
días nos encontramos). (Ibíd. p.211).
«No hay en la
Escritura mención de otro delito del Anticristo que este de la blasfemia y el
sacrilegio máximo (“la abominación de
la desolación”) y la iniquidad y tiranía contra los cristianos,
que es su consecuencia...» (Si nos
damos cuenta ya estamos en esta persecución, pero no abierta como cuando este
el Anti Cristo, sino solapada. Unas de las señales inequívocas es la
prohibición del santo Sacrificio de la Misa o Misa Tridentina, el “auge” del
modernismo promotor de la nueva Misa, la desacralización de lo sagrado, la
laicización de la Iglesia actual en aras de unirse al mundo y el marcado
anticlericalismo promovido por los obispos y sacerdotes en el mundo y otras
tantas que ustedes ven con frecuencia). (Ibíd. p.344).
«La
desolación abominable o la desolación, la palabra de Daniel ya aplicada a la
tiranía de Antíoco varios siglos antes. También se verificó ahora, el año 70,
aunque es dudoso cual fue. Ahora en el fin de los tiempos sabemos por San Pablo que el Anticristo
profanará el Templo de Dios, entronizándose él como Dios; y eso es realmente
una horrible profanación». (Castellani,
Catecismo para Adultos, ed. Patria Grande, Buenos Aires 1979, p.
159).
El modernismo
es la religión del Anticristo: «El “enciclopedismo” de los sedicentes “filósofos” del siglo XVIII,
o sea el “naturalismo religioso” que empezó por el “deísmo” y se prolonga en el
actual “modernismo”: la peor herejía que ha existido, pues encierra en su fino
fondo la adoración del hombre en lugar de Dios, la religión del
Anticristo». (El Apokalypsis, p.136).(Una
de las condiciones la encontramos en el rito de la Santa Misa; la de siempre,
como también se le llama, la de espaldas al pueblo y cara a Dios, ahora no es
así el sacerdote le da la espalda Dios trino y uno y la cara al pueblo por esta
razón en muchas iglesias han quitado el tabernáculo y lo han puesto en otro
lugar lo que da a entender que Dios ya no es mas adorado como Él quiere)
Es importante
retener que las dos bestia la del mar (Anticristo cap. 13 del Apocalipsis de
San Juan) y la de la Tierra (Pseudoprofeta) forman el Anticristo completo, ya
que las dos bestias son complementarias entre sí, y se enriquece la visión que
podría ser un poco parcial de otro modo, ayudando además a ver mejor, pues
podría darse que la bestia del mar se consolida en un poder oculto
mundial, (ya de todos es conocido
este poder oculto mundial integrado por judíos y masones principalmente) y la bestia de la tierra por un Antipapa, al servicio de la otra
bestia: «El Anticristo será, pues
un Imperio Universal Laico(todos los gobiernos del mundo son actualmente
laicos) unido a una Nueva Religión Herética (san Pío X no duda en
llamar al modernismo como la cloaca de todas las herejías y es el que está actualmente
en la Iglesia de Jesucristo); encarnados ambos en un hombre o quizá en dos
hombres, el Tirano y el Pseudoprofeta». (Cristo ¿Vuelve..., p. 47-48).
San Juan
identifica al Anticristo con el espíritu que disuelve o que divide a Jesús
«spiritus qui solvit Jesum» (I Jn 4,3), esto es, el espíritu de apostasía (La clásica estrategia del diablo, “divide y
triunfaras”. Para un modernista Jesucristo puede ser una de estas dos cosas:
Dios para unos y hombre para otros, aunque esta última es la más preferida por
ellos porque es la que más se acerca a sus fines humanistas o a los fines del
Anti Cristo)
Todo esto
implica una falsa Iglesia, pues donde la religión se pervirtió, los que la
representan son una Iglesia falsa, hasta con un pseudo Papa o Antipapa, que la
dirige, eclipsando la verdadera Iglesia, la de siempre, la siempre fiel a la
tradición apostólica romana, por esto la Salette habla del eclipse de la
Iglesia y que Roma perderá la fe y será
la sede del Anticristo; una falsa Iglesia requiere un falso
Papa (Antipapa).
«San Victorino Mártir netamente asevera que la Iglesia será quitada” (“de
medio fiet”); pero eso no significa que será extinguida del todo y
absolutamente como lee Domingo Soto, O.P.; sino su desaparición de la sobre haz
de la tierra. Y su vuelta a unas más oscuras y horridas catacumbas». (Ibíd. p.
204).
Si se mira
bien esto es en cierto modo un hecho, el culto verdadero ha quedado sepultado,
la misa de siempre ha sido relegada de los templos e iglesias; se cumple lo que
San Jerónimo dice, comentando a Daniel 12,11 donde se refiere a la abolición
del sacrifico perpetuo y a la abominación de la desolación: «Por sacrifico perpetuo entienden aquí los Padres con
San Jerónimo, el de la Eucaristía, y todo el culto solemne, que ninguno osará
ofrecer públicamente». (Felipe Scio).
Tal como hoy
acontece, nadie se atreve a decir la Santa Misa de siempre salvo unos
poquísimos sacerdotes fieles a la Tradición de la Iglesia.
La Iglesia
quitada, es decir, eclipsada, en el sentido como explica el P. Castellani al
referirse a la vuelta de Cristo y a la perdida de la fe: «…porque fe habrá,
aunque sean pocos y perseguidos en los últimos tiempos. Pero la fe en este
sentido, significa la fe organizada, es decir la Iglesia. La iglesia dice el
teólogo Domingo Soto será quitada del medio». (Catecismo para Adultos, ed.
Patria Grande, Buenos Aires 1979, p.36).
«En todas las
naciones hay grandes catedráticos de la Anti Iglesia, voceros potentes de la
impiedad». (Castellani, Los Papeles de Benjamín Benavides, ed. Dictio Buenos
Aires 1978, p. 266).
La Anti
Iglesia es la que persigue y eclipsa a la Iglesia, pues no la puede totalmente
destruir, gracias a la promesa las puertas del infierno no prevalecerán, ya que
siempre habrá un pequeño rebaño. Este pequeño rebaño es más notorio en
nuestros días al meditar en escrito anterior, solo falta que nos
reduzcan a las "catacumbas", es decir, que nos ocultemos para
permanecer firmes en Nuestro Señor Jesucristo y su santa Iglesia. Por ahora las
Iglesias, como antes, las tienen ellos, pero nosotros tenemos la fe, con la
ayuda de Nuestro Buen Padre Dios, tratemos de imitar en esto a los primeros
cristianos quienes ya pasaron por esto hasta el martirio.
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