Hace poco subí un articulo titulado “La lengua, sus pecados y excesos” tema que pienso seguir si Dios quiere, pero hay otro pecado que, también como la humedad, penetra y correo el edificio espiritual atentando contra nuestra salvación como lo es la HIPOCRESIA la cual por falta de espiritualidad se le desconoce y por esa ignorancia campea a sus anchas entre los católicos de estos tiempos.
Comencemos primero por definir, según la lengua
española, el termino o palabra de HIPOCRECIA, según el diccionario dice:
Simulación, engaño o apariencia con que se intenta hacer que algo parezca distinto de lo que es. He aquí el
significado según la interpretación que le da el mundo a nefasta palabra.
Dividiremos este tema en dos secciones:
algunos ejemplos sacados de las sagradas escrituras con sus interpretaciones si
las hay; desde el punto de vista teológico tomando como punto de referencia a
Santo Tomas de Aquino, quiera Dios bendecir nuestro trabajo.
Las Sagradas
Escrituras.
a) Las Sagradas Escrituras. En este orden la
lógica nos exige citar primero a Dios Nuestro Señor Jesucristo cuando hablando
de los fariseos dice: “Guardaos a
vosotros mismos de la levadura-es decir de la hipocresía-de los fariseos. Nada
hay oculto que no haya de ser descubierto, nada secreto que no haya de ser
conocido. En consecuencia, lo que hayáis dicho en las tinieblas, será oído en
plena luz; y lo que hayáis dicho al oído en los sótanos, será pregonado en los
techos. (traducción de los setentas)
Nuestro Salvador aprovecha las enormes
concurrencias para aleccionar públicamente a sus discípulos contra la
hipocresía de los doctores y fariseos. Pero aquí hay un sentido especial. Ya no
se trata de guardarse contra la doctrina de los fariseos y del daño que ellos
les harán, sino también que, aunque pretendiésemos usar de la hipocresía, todo
ser descubierto finalmente. No hemos pues de temer el decir la VERDAD y el
confesar a Cristo en todas sus paradojas y humillaciones, pero si debemos
temblar antes de deformar la doctrina por conveniencias mundanas, porque esa es
la blasfemia contra el Espíritu Santo que no será perdonada.
b) A Nuestro Señor Jesucristo le sigue el apóstol
de las gentes San Pablo sobre el incidente de Antioquia: “Mas cuando Cefas vino a Antioquía le resistí cara a cara, por ser
digno de reprensión. Pues el, antes que viniesen ciertos hombres de parte de
Santiago, comía con los gentiles; mas cuando llegaron aquellos se retraía y se
apartaba, por temor a los que eran de la circuncisión. Y otros judíos
incurrieron con el en la misma HIPCRESIA, tanto que hasta Bernabé se delo
arrastrar por ellos en la simulación. Mas cuando yo vi que no andaban
rectamente, conforme a la verdad del Evangelio, dije a Cefas en presencia de
todos…” Cor. II, 11-14).
Esta reprensión hecha por San Pablo a San
pedro no fue por un error doctrinal, sino que el apóstol censura la duplicidad
en la conducta que podía inducir a error en las almas.
c) Completamos esta serie de citas no con una más
de las Sagradas Escrituras sino de un comentario de San Buenaventura teólogo y
doctor de la Iglesia, con motivo de la reciente festividad de los Santos Reyes
Magos en cuanto al comentario de Herodes cuando dice: “Herodes, llamando en secreto a los Magos,
les interrogó cuidadosamente sobre el tiempo de la aparición de la estrella; y
les dijo: id e informaos con
diligencia sobre este niño, y cuando le encontréis, comunicádmelo, para que
vaya también yo a adorarle.”
Según manifestaba con esto, quería que los
Magos se informaran acerca del niño, para que también él fuese a adorarle, pero,
en realidad, pretendía otra cosa. De esta suerte el hipócrita se informa
exteriormente de las virtudes y finge seguir a la bienaventurada Virgen, cuando
otra cosa es la que intenta.
Cuando aparentas que eres humilde, siendo
soberbio; que eres benigno, siendo envidioso; que eres manso, siendo iracundo;
que eres devoto, siendo perezoso; que eres casto, siendo lujurioso: créeme, por
Dios, que eres Herodes, nombre que se interpreta el
que se gloria en la epidermis, significando, por lo mismo, a los
hipócritas. Cuan cierto es lo dicho por San Buenaventura, sacaremos un gran
fruto de ellas si con la gracia de Dios meditamos estas palabras escritas por
el doctor seráfico.
LA TEOLOGIA.
Santo Tomas de Aquino tratando este tema
arroja una luz muy importante sobre la hipocresía, dedica a este tema tres
artículos que no se si los comentaremos todos por su amplitud.
Santo Tomas dice señala los vicios opuestos a
la veracidad o verdad pone a la hipocresía como la madre y señala los vicios
unidos a ella como sus hijos y son: la mentira y sus hermanas que son: mentira
oficiosa, jocosa y perniciosa.
Siguiendo a San Agustín, Santo Tomas dice que
la mentira es intrínsecamente mala: siendo las palabras signos naturales de los
pensamientos, es contra la naturaleza que uno diga lo contrario de lo que
siente. Donde se ve que la malicia de la mentira no depende del daño que
acarrea al oyente, como la obligación a decir la verdad no basta en un titulo
que el oyente tenga; la malicia de la mentira esta en el desorden existente en
el que se use un signo dando a entender que se quiere significar lo que
voluntariamente no se significa, en que hablemos para exteriorizar nuestro
interior y, juntamente y voluntariamente, no lo exteriorizamos por ejemplo las
palabras de Herodes nos explicaran lo que expresamos arriba: ““Herodes, llamando en secreto a los Magos,
les interrogó cuidadosamente sobre el tiempo de la aparición de la estrella; y
les dijo: id
e informaos con diligencia sobre este niño, y cuando le encontréis,
comunicádmelo, para que vaya también yo a adorarle.” ¿Qué intención escondía Herodes
en estas palabras? ¿L a de adorar al Niño Dios o la de matarlo? Los hechos
demostraron su verdadera intención, hipócrita.
Pero dejemos que
Santo tomas lo explique mejor.
“La hipocresía es
un acto moral y, por lo tanto, tiene un objeto y un fin ya que este ultimo es
objeto de la voluntad, o sea el fin. El objeto propio de tal enunciado o del
acto moral es la veracidad o la falsedad. Pero la voluntad desordenada puede
tener una doble intención, a saber, expresar algo falso y engañar a otra como consecuencia
de la falsedad. Si se dan a la vez estas tres condiciones: el enunciado de algo
falso, voluntad de decir tal falsedad e intención de engañar. Como resultado de
estas tres condiciones se dan los tres elementos de la mentira: falsedad
material, por el dicho falso; falsedad formal, porque se dice con voluntad consciente,
y falsedad efectiva, por la intención de engañar. De las tres la falsedad
formal, o la voluntad de enunciar o decir algo falso es lo que propiamente
constituye la mentira. De ahí proviene su nombre de mentira porque se dice
contra la mente.
Para entender mejor
lo que el doctor angélico nos dice recurramos al ejemplo de Herodes, Herodes dice:
id e informaos con diligencia sobre este niño, y cuando le encontréis,
comunicádmelo, para que vaya también yo a adorarle.” El hecho de querer adorar al niño Jesús es el
fin de su mentira, pero el objeto de su mentira esta en su mente y este
consiste en querer matar al niño Jesús, para ello se vale de palabras falsas
con las cuales engaña a los Reyes Magos cuando dice: “id e informaos con
diligencia sobre este niño, y cuando lo encontréis, comunicádmelo.” Y aquí está la hipocresía de Herodes tan bien
expresada por San Buenaventura en este mismo artículo. Concluye Santo tomas
diciendo que “el deseo de engañar es consecuencia del acto de mentir”. (II-II. q.
110)
Una vez que ya
hemos hablado de la veracidad y la mentira Santo Tomas retoma de nuevo la
mentira, pero para aclarar si es suficiente su división en mentira oficiosa,
jocosa y perniciosa. Para desarrollar el tema cita el paslmo 5, 7: “Trea géneros
hay de mentiras: unas, para beneficio y utilidad de alguien, (mentira piadosa),
otras por pura diversión y otras por pura maldad” dicho de otra forma, la
mentira se divide por el carácter que tiene de culpa, más o menos grave según las
circunstancias y el propósito intentado al decirla, tal es la mentira perniciosa. En cambio, es menos grave cuando se ordena
a conseguir un bien, ya sea deleitable y entonces se da la mentira jocosa; ya sea un bien útil, para ayudar a otro o para
evitar algún peligro, lo cual se puede conseguir por la mentira oficiosa. Tal es la división arriba propuesta en el salmo.
La mentira de
Herodes es per se perniciosa muy grave las otras dos, es decir la jocosa y
oficiosa serán graves o leves según el objeto al que hacen referencia. El santo
continúa explicando la división de las tres formas de mentir más a profundidad valiéndose
de San Agustín, pero para nuestro propósito basta con lo escrito, sin embargo, dejo
la cita de este articulo que se encuentra en la Suma Teológica (II-II q. 110. a,
2)
Fin del articulo
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