En esta navidad del Señor
fijemos los ojos de nuestra alma en el humilde pesebre donde quiso nacer el
Redentor del mundo, ¿Qué vemos en él? Si, a aquel que anunciaron los Ángeles a
los pastorcitos de Belén, “a un niño recostado en un pesebre”. No encuentro
objeto de meditación y consideración más grande e inefable que al
Verbo eterno hecho Hombre recostado en ese rudo pesebre, a la majestad humilde,
al poder endeble, a la inmensidad reducida, a la sabiduría muda y a la eternidad
nacida en el tiempo, ¿Te son suficientes los misterios enumerados
anteriormente o te faltan más? Creo sinceramente que estos misterios meditados
con verdadera piedad nos sirven para alimentar, nutrir y ver crecer nuestra
espiritualidad. No quiero desmenuzar uno por uno deseo que en esta navidad sean
mis amables lectores los que, con la ayuda del Espíritu Santo, mediten en lo más
profundo de sus almas estas palabras encerradas en ese color rojo y resaltadas
en color amarillo.
Estimados y queridos
lectores muchas gracias por apoyar este blog gracias a ustedes hemos llegado
felizmente a las cifra de un millón ciento cincuenta mil entradas.
LES
DESO UNA FELIZ NAVIDAD PARA USTEDES Y SUS FAMILIARES, EN NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
INFANTE DESDE SU HUMILDE PESEBRE.
Con profundo
agradecimiento vuestro servidor.
R. P. Arturo Vargas Meza
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