PLAN
DE LA OBRA
Esperamos de parte de todos la misma franqueza y honestidad
intelectual.
El
presente trabajo conforma una de las partes de la conferencia dada en Buenos
Aires bajo el título "El principio de autoridad
frente a un falso dilema: obediencia ciega o sede vacante".
Omitimos la parte referida al tema de la obediencia porque ya ha sido
convenientemente tratada en otras publicaciones, y dedicamos este trabajo a la
segunda.
Esta
segunda parte está dividida en dos. En la primera reproducimos un conjunto de
textos de Mons. Marcel Lefebvre en los cuales se testimonia su posición frente
al crucial problema de la Sede Romana, a lo largo de los años en que ha actuado
públicamente como Fundador y Superior General de la Fraternidad San Pío X y
actualmente como su inspirador y guía espiritual. No se trata de una selección
exhaustiva sino representativa de lo que ha sido su línea de pensamiento al
respecto. En su mayoría, estas declaraciones han sido realizadas en
conferencias a los seminaristas y sacerdotes en Econe. Están grabadas y pueden
ser cotejadas por quienes comprendan el francés. Cuando se trata de otro tipo
de documentación, queda aclarado en cada lugar. Los paréntesis son nuestros en
todos los casos, salvo cuando aparecen en itálica, y han sido incluidos para
aclarar al lector algunas referencias internas de los textos. También se
mencionan conferencias cuyas grabaciones aún no están en nuestro poder pero se
han pedido a Econe. Cuando se reproducen artículos ya publicados, en algunos
casos se ha corregido la traducción por razones de estilo.
En el
tramo final del trabajo, (parte II de la segunda parte) se intenta una
justificación teórica de esta posición práctica de Monseñor Lefebvre, es decir,
fundamentar teológica y jurídicamente los principios prácticos que guían la
actitud prudencial de nuestro Fundador.
PRIMERA PARTE
POSICION INALTERADA DE MONSEÑOR LEFEBVRE DURANTE 20 AÑOS
02/12/76
"Los
diferentes actos que provienen de la Santa Sede pueden darnos motivo para tener
una actitud de reserva sobre el juicio que debemos formular sobre la Santa Sede
y el Papa. En este período postconciliar es mejor seguirla
Providencia que precederla. Prefiero esperar los acontecimientos y a
continuación Juzgarlos a la luz de la Fe y de la Tradición, antes que precederlos.
No quiero emitir juicios precipitados; no es prudente".
18/03/77
"Si
el Papa fuese apóstata, hereje o cismático, según la opinión probable de
algunos teólogos (si fuese verdadera), el Papa no sería Papa y, por
consiguiente, estaríamos en la situación de Sede Vacante. Esta es una opinión.
No digo que no pueda tener algunos argumentos en su favor, alguna probabilidad;
pero no creo que sea la solución que debamos tomar y seguir. Puede ser que en
el futuro se juzgue este período y se diga que hubo afirmaciones contrarias a
la Tradición y, por consiguiente, se declare que estos Papas no lo fueron. Pero
por el momento creo que sería un error seguir está hipótesis".
05/10/78
"¿Cuál
debe ser nuestra actitud respecto del Papa? Se bien que entre los tradicionalistas
hay quienes tienen una tendencia más radical que la mía y la que intento
inculcarles, pero esto no quiere decir que esté absolutamente cierto de tener
razón en la posición que adopto. Asumo una actitud prudencial. Prudencia que
espero sea la Sabiduría de Dios, el Don de consejo, prudencia sobrenatural.
"Es
en este orden que me ubico, más que en el orden puramente teológico, puramente
teórico. Pienso que Dios nos pide no solamente tener las ideas claras desde el
punto de vista teórico y teológico, sino también en la práctica, cuando las
cosas son difíciles y delicadas desde todo punto de vista; obrar conforme a una
cierta sabiduría, a una cierta prudencia que puede aparecer un poco en
contradicción con ciertos principios, no ser de una lógica absoluta.
"Sin
embargo en muchos casos en la vida estamos obligados, más que a seguir una
lógica implacable, a comprender que hay otros elementos que entran en juego
además de la lógica pura de los principios. Existe la lógica de la caridad, de
la sabiduría, de un conjunto de circunstancias que hay que tener en cuenta. Si se
aplicase siempre la lógica integral, se correría el riesgo de ser muy duro y,
en cierto modo, injusto, pues no se considerarían suficientemente en ese caso
las circunstancias.
"Nos
encontramos en una situación real, práctica. El problema se plantea: cómo puede suceder que, existiendo las promesas que Nuestro
Señor Jesucristo hizo de asistir a su Vicario, al mismo tiempo ese Vicario
pueda, por sí mismo o por otros, corromper la fe de los fieles?
"Algunos
insisten sobre el carácter de la asistencia al Papa y que, por ende, él no
puede equivocarse, luego hay que
obedecer: luego
no tenemos derecho de discutir de ninguna manera lo que hace o dice el Papa.
Esta es una
obediencia ciega, que tampoco es conforme a la prudencia.
"Constatamos
que cosas que nos son enseñadas, no están en conformidad con lo que la
Tradición nos enseña. Hay una situación de hecho ante la cual nos encontramos.
¿Qué debemos hacer? ¿Hay que concluir: luego, si el Papa nos enseña algo
contrario a la fe que nos ha sido ensenada, es ese Papa eventualmente hereje?
Es posible. No lo sé. Si es hereje, ¿es todavía Papa? ¿Es que un Papa puede ser
hereje? Allí tienen el trabajo de Xavier da Silveira que recoge todas las
opiniones al respecto. Caemos en hipótesis teológicas muy difíciles.
"Por
otra parte, ¿es que el Papa ha cometido verdaderamente una herejía formal, o
simplemente ha dado la posibilidad a la herejía de propagarse? Evidentemente,
aquellos que razonan de una manera muy lógica, sin considerar todos los matices
que hay en la realidad, la cual no está hecha de una lógica implacable,
concluyen precipitadamente en que luego no debemos obedecer.
Cuestionarse
en qué medida las promesas de Nuestro Señor Jesucristo de asistir al Papa, dejan
a éste la posibilidad de realizar ciertos actos o decir ciertas cosas que, por
su propia lógica, hacen perderla fe a los fieles. En qué medida son compatibles
las promesas y la destrucción de la fe por negligencia, omisión, actos
equívocos, etc. Estando dadas las dificultades en resolver todas estas
cuestiones difíciles y delicadas, yo no oso tranzar de una manera absoluta
entre todas estas opiniones, hipótesis. No me siento capaz puesto que no
conozco suficientemente las circunstancias que rodean los hechos del Papa para
determinar de una manera cierta que no tenemos Papa.
"En la práctica esto no tiene influencia sobre nuestra
conducta, porque rechazamos firmemente todo aquello que va contra la fe, sin
saber incluso quién es el culpable.
"Evidentemente, hay quienes dicen: usted no es lógico, tendría
que condenar esto y aquello, etc. La mía es una actitud prudencial, de
sabiduría práctica".
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