LA IGLESIA DESPUES DEL CONCILIO
(6-7-77)
Discurso de su Excia. Rvma. Monseñor Marcel
Lefebvre, Arzobispo, Superior General de la Hermandad Sacerdotal San Pío X,
pronunciado en Roma, el 6 de julio de 1977.
(continuación)
Cambio de los
sacramentos
El bautismo llega a ser solo la iniciación en
una comunidad religiosa; no es más la destrucción del pecado original, para ser
purificados por la sangre de Jesucristo, para resucitar en la sangre de
Jesucristo, alejarse del pecado y de Satanás por medio de los exorcismos que se
hacían en el bautismo. Si es solo una iniciación a la comunidad religiosa, el
bautismo puede servir para todos, también los no cristianos. El mismo concepto
se encuentra en la comunión. La comunión es ahora, como decía, una asamblea,
una especie de colectividad que se comunica, que comparte el pan de la
colectividad. Tenemos también la absolución colectiva, la penitencia colectiva;
de ahí se sigue que el sacerdote no es más el santificador marcado por el
carácter sacerdotal para ofrecer el Santo Sacrificio de la Misa; se convierte
en presidente de la asamblea. Y si el sacerdote es solo un presidente, se puede
elegirlo de entre los fieles. En consecuencia, no es más necesario que el
sacerdote sea célibe, puede estar perfectamente casado. Todo esto deriva del
nuevo concepto de la Iglesia. Se llega ahora a dar colectivamente la
extremaunción. En Lourdes, en la ciudad mariana, han invitado a reunirse a
todos los que tenían más de 65 años para recibir todos, colectivamente, la
extremaunción. Eso es grave, muy grave, porque así el sacramento no es más válido.
El sujeto de la extremaunción debe ser un enfermo. Y hasta ahora no había oído
que después de los 65 años todos fuéramos enfermos. No es por tener 65 años que
estamos enfermos. "Si quis infirmatur" -dice Santiago- "si
alguno está enfermo venga el sacerdote y le administre... “pero si no está
enfermo no puede ser sujeto de la extremaunción. Esto es grave porque denota
toda una nueva orientación.
Cambio de los ritos y
oraciones
Debo insistir en por qué todo
deriva de la nueva definición de la Iglesia, de haber cambiado el concepto de
la Iglesia, y lo han cambiado para llegar a la comunión con todas las
religiones. Era necesario cambiar el culto, no se podía dejar intacta la liturgia. Nuestra
liturgia era demasiado católica, manifestaba demasiado claramente la victoria
de Nuestro Señor Jesucristo, con la cruz, sobre el pecado, sobre el mundo,
sobre la muerte. Todo fue modificado. Si
tuviera más tiempo -pero no quiero abusar de vuestra paciencia- os hablaría de
un trabajo que ha hecho uno de nuestros sacerdotes sobre las modificaciones de
las oraciones. Es un estudio extraordinario para ver el espíritu con el cual
han hecho la reforma litúrgica: las oraciones
litúrgicas han sido modificadas en un sentido pacifista, no hay más herejes, no
hay más enemigos de la Iglesia, no hay más pecado original, no hace falta más
el combate, no más luchas espirituales.
El canónigo Rose, un belga miembro de la
comisión litúrgica que renunció indignado por cuanto sucedía, ha hecho un
trabajo sobre la liturgia de los difuntos en el cual demuestra que se han
suprimido los dogmas; en la liturgia de los difuntos fue suprimida la palabra "alma", ¿Por qué? Porque no hay más
distinción entre el cuerpo y el alma, no se habla más del
purgatorio. Es increíble. Todo esto para hacerles el gusto a los no
católicos, para poder estar con todos aquéllos que no creen en lo que creemos
nosotros, que no creen en la distinción entre el alma y el cuerpo. Más nosotros
debemos permanecer católicos, no podemos volvemos imprevistamente miembros de
todas las religiones, cambiar toda nuestra liturgia para hacerles el gusto. Un
cambio capital es el cambio de la fiesta de Cristo Rey. No se quiere más el
reinado social de Nuestro Señor Jesucristo. La fiesta de Cristo Rey fue puesta
al final del año litúrgico, porque Él vendrá en la Parusía, en el fin del
mundo; aquí sobre la tierra no debe reinar más, o sólo sobre los individuos,
estrictamente en privado en las familias, pero no más públicamente, no más
sobre la sociedad civil. En el himno de Cristo Rey se han suprimido las dos
estrofas que proclamaban a Nuestro Señor como Rey de la familia, del Estado, de
la ciudad. Está claro por qué han sido suprimidas. He aquí una estrofa que fue
suprimida: "Te nationum praesules, honore tollant publico, colant
magistri, iudices, leges et artes exprimant" (Es el reino de Nuestro Señor sobre los
pueblos, los juristas, los jueces, las leyes y las artes, que deben honrar a
Nuestro Señor Jesucristo). Son cosas graves.
Cambio de religión
Se cambia nuestra religión, esto es cierto. No
es posible callarlo. Yo querría decir que esto no es verdad, pero no es
posible. Una cosa que no se quiere afirmar más, es que
la Iglesia Católica es la única religión verdadera. ¿Pero es esto
cierto, o no? ¿Si no creemos que la Iglesia Católica es la verdadera religión,
para qué estamos aquí? Es esto lo que decía a la prensa que me preguntaba:
" ¿Por qué usted no es pluralista?". Yo no creo en el pluralismo, en
el pluralismo ideológico, en el pluralismo de la verdad: No hay sino una sola Verdad. Esto no varía con el tiempo.
¿Para qué hacer una secta más, que podría ser la número seiscientos? Quizás
haya más de mil grupos religiosos en el mundo ¿para qué hacer otra secta más?
Podríamos formar parte de los testigos de Jehová, de los pentecostales, de los
mormones. ¿Para qué tener una religión que es más difícil que las otras más
exigentes, más dura, si existe el pluralismo de la verdad? ¿Para qué ir en
misión, si todas las personas se salvan, si todas están listas para ir al
cielo? Con el pluralismo de la verdad han destruido el espíritu misionero, las
congregaciones misioneras están vacías, no hay más novicios misioneros. Las misiones
son esenciales para la Iglesia Católica, pero sólo si nosotros creemos que hay
una sola verdad. Sí. Creemos que hay una sola verdad, la única religión
verdadera es la de la Iglesia Católica; pues fue fundada por Dios mismo.
Creemos que Jesucristo es Dios y
Jesucristo fundó la Iglesia Católica. Credo in unum Deum - Credo in unurn
Dominum Jesum Christum - Credo in unum baptisma - no en dos, sino en uno, uno y
trino. Como hemos visto a través de este estudio sobre si es válida o invalida
la nueva misa, hemos demostrado que para llegar a este pluralismo modernista
era necesario cambiar de forma radical el culto, o sea, la Santa Misa, los
sacramentos y otras tantas cosas convirtiendo o fundando una “NUEVA RELIGION”
lo cual los aparta también radicalmente del verdadero catolicismo el cual
conservan en apariencia, pero solo en apariencia con el fin de cumplir con la
obra no de Dios sino de Satanás. ¿Acaso esta no es la religión del hombre? Porque
ha desaparecido Dios de su religión. Y, ¿Esta religión del hombre no conduce al
anticristo”. Es su fin último y no otro.
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