Las apariciones de los
ángeles
(a. 2)
(CONTINUACIÓN)
2). No es necesario advertir que lo que se dice de los ángeles ha de
entenderse no sólo de los 'buenos, sino también de los malos, los cuales,
aunque por el pecado perdieron los dones sobrenaturales, conservan íntegra su
naturaleza y su poder. Si bien, dado que en sus apariciones los demonios no
intentan más que la perdición del género humano, aun su poder natural está
coartado por Dios, quien por una especial providencia no les permite causar 'al
hombre todo el mal que quisieran.
d) FINALIDAD DE LAS APARICIONES DE
LOS ÁNGELES (AD 1).
El fin primario es hacer real y ostensible su intervención como
instrumentos de la bondad divina en la economía de la ordenación del hombre al
fin sobrenatural, ayudándole a la consecución del mismo, que es, también común
a ambas naturalezas. Así, "apareciéndose los ángeles a los hombres para
perfeccionarlos, es conveniente no sólo que iluminen su entendimiento con
visión intelectual, sino también que provean a la imaginación y a los sentidos
exteriores...tomando cuerpo" (De Potente», q. 6, a. 7). Pues aunque los
ángeles sean por naturaleza superiores a los nombres, "por gracia estamos
destinados a Igualarlos y vivir en su compañía, y así se dice (Mt. 22, 30) que
(los hombres) serán como los ángeles en el cielo, Y por eso, vara manifestar su
familiaridad con nosotros, se acomodan en cierto modo a nosotros, tomando
cuerpo; así, tomando lo que es nuestro, elevan nuestro entendimiento a lo que
es propio de ellos, como el Hijo de Dios bajando a nosotros nos elevó a sí. Mas los demonios, transformándose en ángeles de luz, tratan
de hacer para engañarnos lo que los ángeles buenos hacen para nuestro
provecho" (ibíd.). Secundariamente, las apariciones de los ángeles
en el Antiguo Testamento se ordenaban a prefigurar la encarnación del Verbo.
Para terminar con este interesante artículo nos es preciso citar la
respuesta al artículo II de esta cuestión 51:
Dijeron algunos que los ángeles nunca toman cuerpo
y que cuanto se lee en la Sagrada Escritura sobre apariciones de ángeles
sucedió en forma de visión profética, esto es, imaginativa. Pero esto se halla
en contradicción con lo que propone la Sagrada Escritura. En efecto, lo que es
visto con visión imaginable no está más que en la imaginación del que lo ve, y,
por tanto, no puede ser vista por todos indistintamente. Pero la Sagrada
Escritura menciona a veces apariciones de ángeles, que fueron vistos por todos
sin excepción, y así las ángeles que se aparecieron a Abraham fueron vistos por
él, por toda su familia, por Lot y por los habitantes de Sodoma ; y lo mismo
sucedió con el ángel aparecida a Tobías, que fue visto por todos, cosa que
prueba, sin lugar a duda, que tales apariciones se realizaron con visión
corporal, en la cual lo que se ve está fuera del vidente, que es como puede ser
visto por todos. Pero con esta clase de visión no se ven más que los cuerpos.
Por consiguiente, como los ángeles, según tenemos dicho, ni son cuerpos ni
tienen cuerpo unido naturalmente a ellos, es indispensable que algunas veces
tomen cuerpo.
C) Que operaciones pueden ejercer los
ángeles mediante los cuerpos en que aparecen.
De la doctrina que se acaba de exponer fluye lógicamente como simple
corolario, que los ángeles, mediante los cuerpos que toman, no pueden ejercer
operaciones 'Propiamente vitales. No son principio eficiente inmediato de la
vida, lo que es propio de Dios, ni tampoco pueden ser principio formal de ella
como el alma, puesto que esto es propio de la "substancia que es parte de
alguna naturaleza que no tiene en sí razón completa de especie" (a.1 ad, 3),
y los ángeles son substancias específicamente completas. Luego no animan
vitalmente el cuerpo que tornan, al que sólo se unen accidentalmente en la
forma expuesta; y faltando el principio vital, no puede haber ni, potencias ni
operaciones propiamente vitales.
Esto por lo que hace a las operaciones de la vida sensitiva, propias
del cuerpo viviente, a las que únicamente se refiere el artículo, pues
entendiendo la vida en el sentido más amplio y perfecto, por acción inmanente
perfecta, existe también en los ángeles y, en un grado aún superior, en Dios
mismo (1." p., q. 18, a. 3).
Para entender los pasajes escrituristicos en que se atribuyen a los
ángeles aparecidos operaciones que parecen vitales, bastará con distinguir en
ellas lo que es propio y formal de la operación vital y lo que, siendo
material, es común a las demás operaciones no vitales, que se dan también en
los seres no vivientes. Lo que es formal en la operación vital no puede darse
en el cuerpo que el ángel toma al aparecerse, pues falta en ellos el principio
potencial de tales operaciones. Así, no pueden las ángeles sentir, comer,
beber, engendrar, etc. En cambio, lo que es material en las operaciones del
cuerpo viviente y que puede producirse; por una fuerza inferior al principio
vital, como es el moverse, la emisión de sonidos y modulación de los mismos en
voces, etc., puede darse en el cuerpo que los ángeles toman, como puede
producir mecánicamente el hombre esas mismas operaciones en instrumentos o
máquinas.
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