Lugar que en la teología corresponde
al tratado “De los Ángeles»
Considero al tratado de los como
uno de los temas más difíciles de desarrollar, dejando de lado el de la
Santísima Trinidad, por su complejidad y por ser seres puramente espirituales
que están más allá de la metafísica y se elevan a lo puramente teológico y
espiritual. Por otro lado siempre ha existido en el hombre un deseo innato en
estudiar a estos espíritus puros en lo que más se pueda para comprender su
forma ser y de de obrar. La ignorancia de la existencia de estas criaturas
puramente espirituales es causa, en la actualidad, de muchas desviaciones,
desvaríos y aberraciones que nos conduce a inventar una “supuesta” serie de
extraterrestres de formas y figuras propias de la imaginación humana y del
delirio de las mentes habidas de encontrar en ello un mórbido deseo que
alimente o llene el hueco que ocupaba Dios en otras épocas de la humanidad.
Hemos llegado, por otro lado, a un paganismo más radical e inhumano peor que
aquel paganismo antiguo que tenía una razón de ser el de colmar un deseo
religioso en el cual encontraban su razón de existir, pero el de ahora no tiene
razón de ser ni de existir que conduce al nihilismo o sea al suicidio porque en
él se encuentra la nada y, como se dice en teología, “la nada, nada es”. Quien,
con la gracia de Dios, quiera entrar en el estudio de este tema tan elevado
deberá pedir necesariamente la luz divina que ilumine su entendimiento y tener
paciencia ante los escollos que se encuentre porque esta ante el umbral de lo
más abstracto que la mente humana haya conocido dejando de lado, como ya dije,
el tratado de Trinitatis donde la mente toca la eternidad de la substancia más
simple y más abstracta por excelencia que es Dios mismo. Sin más por decir sedo
el lugar a la introducción general de Santo Tomas aconsejando que en este tema
recurran a quien esto escribe en las dudas que tengan siempre con el afán de
esclarecer y rehuyendo la crítica en sí misma y la curiosidad ociosa:
INTRODUCCION
AL TRATADO DE LOS ANGELES
Lugar que en la teología corresponde al tratado “De los Ángeles»
Entre las pruebas para demostrar
la existencia de Dios, admirable y sabiamente compendiadas por Santo Tomás en las
llamadas cinco vías, la cuarta nos lleva al conocimiento de la existencia y
perfecciones de la primera Causa por la existencia y perfecciones de sus
múltiples efectos. De ahí que para llegar al conocimiento de Dios, posible a la
razón humana con la sola luz natural, puedan y deban considerarse esos,
efectos. De ahí que para llegar al conocimiento de Dios, posible a la razón
humana con la sola luz natural, puedan y deban considerarse esos efectos.
Fuera de la fe, es este el único
medio a nuestro alcance, basado en la objetiva realidad de las cosas, medio,
por lo demás, legitimo, fundándose en las Sagradas Escrituras y en la tradición
patrística, ha sido además sancionado por el magisterio de la Iglesia, la cual
reiteradamente lo propugna hasta llegar a la solemne definición del Concilio
Vaticano primero: “Si alguno dijere que la luz natural de la humana razón no
puede conocer con certeza, por medio de las cosas creadas, al Dios único y
verdadero, Creador y Señor nuestro, sea anatema” (Denz., n. 1806)
Por eso después de considerar a
Dios en sí mismo, como autor y primera causa
de las cosas creadas, lógicamente viene a tratar de las criaturas, con
cuyo conocimiento se perfecciona el que de Dios es dado tener naturalmente en
este mundo, y, siguiendo el orden establecido en la división general de la SUMA
TEOLOGICA, al tratado de Dios Uno y Trino debe seguirle la consideración de los
seres creados, y entre todos primeramente, después de la creación en general el
tratada dé los ángeles que encuadra perfectamente en la consideración de Dios como
primer principio eficiente del mundo, consideración que cae de lleno dentro de
la Primera Parte, en el apartado correspondiente a la distinción de las
criaturas como se indica en el prólogo a Ias cuestiones 44 y 50. Dios, uno en esencia y, por sus
operaciones ad intra, trino, en personas, es por sus operaciones ad extra
primera causa eficiente de todo cuanto existe y tiene entidad positiva. Siendo,
pues, los ángeles entidades positivas que entre todos los seres creados tienen
el supremo grado de perfección, siguese que después de tratar de Dios en sí
mismo, de su existencia, naturaleza, operaciones y de su bienaventuranza, y supuesta
asimismo la producción por Dios de las criaturas, se trate de la distinción de
éstas entre sí, no sólo en general ni en cuanto consideradas como buenas o
malas, sino también en particular, en cuanto se distinguen en espirituales,
corporales y mixtas, consiguientemente
de los ángeles.
Importancia de este tratado
No han faltado incluso teólogos
que han hecho menor aprecio de este hermoso tratado de los ángeles, basándose;
como indicaremos, en que creen ser poco lo que la revelación divina nos dice
acerca de ellos y en que parece no ser mucho lo que la pura razón puede
demostramos.
Sin embargo, para el llamado con
razón Doctor Angélico por antonomasia y para sus mejores discípulos y comentadores
es este tratado verdaderamente egregio, y en él Santo Tomás, con su penetración
de un genio, no sólo llega a la sublimidad angélica en el raciocinio, sino que
establece, por decirlo así, y desarrolla toda la trama de su sistema
Intelectualista realista, sentando o más bien haciendo acertada aplicación en
cada caso de las doctrinas y principios metafísicos y psicológicos que integran
el todo orgánico del insuperable sistema tomista.
Tuvo siempre para nuestro Santo
un atractivo especial el estudio de los ángeles, dé los que se ocupa en muchas
de sus obras y sobre los que compuso hasta un tratado peculiar. Impedida por la
enfermedad de asistir al coro para cantar a imitación de los ángeles, Ias
divinas alabanzas, escribió un opúsculo (edic. MANDONN1;T, París 1927, t. I,
páginas. 70-144) sobre los ángeles o substancias separadas, dedicado a su
compañero Fr. Reginaldo de Priverno, en cuyo prólogo, que, además del celo del
teólogo, refleja el alma del santo, escribe: "Puesto que no podemos
participar de las sagradas solemnidades de los ángeles, no debemos dejar pasar
vanamente el tiempo de la devoción, sino más bien compensar con el estudio lo
que falta a la ocupación de salmodiar las divinas alabanzas Tratando, pues, de
manifestar las excelencias de los ángeles, parece conveniente empezar par
aquellas cosas que la humana conjetura juzgó acerca de ellos, de tal forma que,
aceptando cuanto encontremos conforme con la fe, refutemos lo que repugna a la doctrina
católica" (edíc. cit., p. 70)
No estará de más dar a conocer en
esta Introducción, de una manera sucinta y breve, los principales lugares,
distintos de la SUMA TEOLÓGICA, en las que el Angélico Doctor trata de los
ángeles y en los que expone la doctrina que aquí nos enseña, salvo ciertas
modificaciones en que su mentalidad sufrió alguna evolución, perfeccionándose
hasta plasmarse en la doctrina definitiva de este tratado, como, se hará notar
oportunamente. Dejando a un lado los comentarios a la Sagrada Escritura, en los
cuales muchas veces el texto bíblico, le daba ocasión para Indicaciones breves
sobre los ángeles véase, por ejemplo, In Isaíam, cap, 3; In Job, cap. 4, lect,
3; In Joannem, cap, 18, lect. 6; Ad Romanos, cap. 8, lect. 38; capitulo 13. lec
9; Ad Ephesios 8, cap. 1, lec. 10; cap. 13, .lect. 10; Ad Hebr., cap, 1, Iect.
13; 1, ad Corinthios, cap, 1, lect, 11 y 21; 'cap. 2, lect. 3; cap. 6, Iect, 3;
cap. 13, lect.: 1; cap. 15; Il od. Cor., .ca, .p. 11, Ject. 14); Y haciendo
caso omiso, también de no pocos lugares de sus obras en los que ocasionalmente
se ocupa de las substancias espirituales, cuyas citas sería demasiado prolijo
enumerar, limitémonos a reseñar las obras y lugares en que más de intento se
ocupa de los ángeles el santo Doctor, bien sea bajo este nombre, bien bajo el
de substancias separadas, intelectuales, inmateriales, espirituales, etc.
El elenco de obras escritas por
Santo Tomás, tan rico y variado en títulos y sujetos, no es menos expreso y
abundante en doctrina sobre los ángeles, de los que no será una exageración afirmar
que trata en la mayor parte de sus obras de carácter dogmático y apologético e
incluso en no pocas de índole filosófica. La siguiente relación, confirmará
sobradamente la veracidad de nuestro aserto Scriptura super quatuor libris
Sententiarum Magistri Petri Lontbardi (1254-56), de los que el libro 1 dedica
la cuestión 3 y 4 de la distinción 37 al estudio del lugar y movimiento local
de los ángeles respectivamente con tres artículos, en cada cuestión, cuyos
títulos y contenido son los mismos que los seis artículos de las cuestiones 51
y 56 de la SUMA TEOLOGICA.
Esta larga aunque somera síntesis
podrá bastar por sí sola para darnos a conocer el aprecio grande en que tenía y la importancia que el Angélico Doctor 'daba al estudio de los ángeles. Mas
independientemente de la autoridad del Santo, es evidente la importancia de
este tratado, con el cual conocemos mejor a Dios y penetramos más hondamente en
la constitución del universo al mismo tiempo que podemos llegar a conocer, con
la ayuda que en ello nos presta la fe, cuales deban ser nuestras relaciones con
esos seres superiores que quienes Dios se sirve en sus relaciones con el mundo y
si desde este punto de vista resulta importante este tratado en todo momento,
no lo es menos en estos tiempos, en que el más grosero materialismo trata de
negar no sólo los más preciados y nobles valores del espíritu, sino la
existencia misma de todo lo que trascienda la materia.
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