EPIFANIA
(Dónde
está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque
vimos
su estrella en el Oriente y venimos a adorarle (Mr 2).
Protema: y la sabiduría, ¿dónde se halla? y ¿cuál es
el lugar de la inteligencia? (Job 28,12). la cuestión propuesta en el protema
por Job es una cuestión que se refiere a todos, pero de un modo especial a los
que se dedican al estudio de la sabiduría. Todos los asistentes aquí estáis
consagrados a adquirir la sabiduría o el tesoro de la sabiduría. Esta cuestión
le fue propuesta a Job, y él mismo la contesta al momento diciendo: “No conoce el hombre su precio, ni se halla
en la tierra de los que viven deliciosamente”. El abismo dice: no está en mí; y el mar habla: no está conmigo. Job
habla con palabras metafóricas, pues el mar no habla: quiere manifestar que hay
cuatro clases de hombres inhábiles para alcanzar la sabiduría, puesto que de
ella están excluidos el hombre vano, el hombre lujurioso, el hombre impío y el
hombre injusto: esto es, el hombre vano en el alma, el lujurioso en el cuerpo,
el impío para con Dios y el injusto contra el prójimo. Estas cuatro clases de
hombres son enteramente contrarios a las enseñanzas de la sabiduría y están en
condiciones opuestas a la misma. Digo, pues, en primer lugar, que está excluido
de alcanzar la sabiduría el hombre vano; pues se dice: No conoce el hombre su
precio, ¿Cuál hombre? Ciertamente el hombre vano. Sin embargo: He aquí que todo
es vanidad, es decir, todo hombre que vive. El hombre vano más bien busca
manifestarse que ser, y por tanto está excluido de alcanzar la sabiduría.-En
segundo lugar se excluye de alcanzarla al hombre lujurioso en el cuerpo; por
esto se dice: No se encuentra en la tierra de los que viven en delicias, El
hombre lujurioso es totalmente inhábil para alcanzar la sabiduría; por lo cual
dijo Salomón: Lujuriosa cosa es el vino y la embriaguez tumultuaria. El que se deleita
en estas cosas no será sabio.-En tercer lugar está excluido de alcanzar la
sabiduría el hombre impío para con Dios; por esto se dice: El abismo dice: no
está en mí; lo cual queda corroborado por aquello que se lee en el Génesis, 1: Las tinieblas estaban sobre la haz del
abismo. El hombre del abismo no aplica su alma a la sabiduría; de aquí que
se diga en el libro de la Sabiduría: En
el alma maligna no entrará la sabiduría, ni morará en el cuerpo sometido a los
pecados. -En cuarto lugar es excluido de alcanzar la sabiduría el hombre
malvado con el prójimo; pues se dice: El mal' habla: no está en mí. El hombre
pendenciero, que injuria a otros, es completamente inhábil para alcanzar la
sabiduría, porque la raíz de la sabiduría es la justicia. Y para que el hombre
sea discípulo Y alcance la sabiduría es
menester que se revista del espíritu de piedad, del espíritu de santidad, del
espíritu de castidad y de justicia, para que desaparezcan de él las cuatro
inhabilidades. Es necesario que todos nos revistamos de la virtud de lo alto,
puesto que no hay nadie que no tenga algo de voluptuosidad, o de vanidad, o de
indevoción, o de maldad. Por lo tanto, imploremos al Espíritu Santo, que dispone
y enseña a los discípulos, que es el preparador y el maestro, para que nos
consiga su gracia del Padre de los espíritus, etc.
CONTINUA...
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