Realismo
del Arzobispo
En el número del mes
pasado de Te Recusant (www. The
Recusant.com) aparece una traducción al inglés de la última entrevista al
Arzobispo Lefebvre publicada en francés ( Fideliter
#79 ) poco antes de su muerte en marzo de 1991. El es siempre
refrescante al leerlo. El es claro porque él piensa a partir de principios
católicos básicos. El es transparente porque no tiene nada que ocultar. El no
es ambiguo porque él no está tratando de comprometer la Iglesia de Nuestro
Señor con el Vaticano II de Satanás. Pero noten como las preguntas del
entrevistador indican que los lectores de Fideliter ya inclinábanse a
tomar la dirección que la Fraternidad San Pío X empezaría a tomar unos pocos
años después de la muerte del Arzobispo. He aquí una selección de las preguntas
y respuestas, algo abreviadas:—
P: ¿Por qué no
puede usted hacer un último acercamiento a Roma? Escuchamos que el Papa está
“listo para recibirlo”.
R: Eso es absolutamente
imposible porque los principios que ahora guían a la iglesia Conciliar son más
y más abiertamente contrarios a la doctrina católica. Por ejemplo, el Cardenal
Ratzinger dijo recientemente que los grandes documentos anti-modernistas de los
Papas de los siglos XIX y XX prestaron
un gran servicio en su día, pero ahora son obsoletos. Y Juan Pablo II es más
ecuménico que nunca (1990). “Es absolutamente inconcebible que nosotros
podamos estar de acuerdo para trabajar con una tal jerarquía”.
P: ¿Se ha
deteriorado la situación en Roma aún desde las negociaciones de 1988?
R: ¡Oh, sí! “Tendremos
que esperar un tiempo antes de considerar la perspectiva de hacer un acuerdo.
Por mi parte yo creo que Dios solo puede salvar la situación ya que humanamente
no vemos ninguna posibilidad que Roma enderece las cosas”.
P: Pero hay
Tradicionalistas que han hecho un acuerdo con Roma sin conceder nada.
R: Eso es falso. Ellos han
renunciado a su posibilidad de oponerse a Roma. Ellos deben permanecer
silenciosos debido a los favores que se les han otorgado. Entonces, ellos
comienzan a deslizarse siempre tan lentamente hasta que terminan admitiendo los
errores del Vaticano II. “Es una situación muy peligrosa”. Tales concesiones de
Roma tienen como único objetivo conseguir que los Tradicionalistas rompan con
la FSSPX se sometan a Roma.
P: Usted dice
que tales Tradicionalistas han “traicionado”. ¿No es eso un poco duro?
R: ¡Para nada! Por
ejemplo, Dom Gérard me usó a mí, a la FSSPX y a sus capillas y benefactores, y
ahora repentinamente nos abandona y se une con los destructores de la Fe. Ellos
han abandonado la lucha por la Fe. Ellos no pueden atacar más a Roma. Ellos no
han comprendido nada de la cuestión doctrinal. Es horrible pensar en los
jóvenes que se les habían unido por causa de la Tradición y que ahora los están
siguiendo hacia la Roma Conciliar.
P: ¿Existe un
peligro en permanecer amigos con Tradicionalistas que se han pasado a Roma, y
en asistir a sus Misas?
R: Sí, porque en la
Misa no solamente está la Misa sino que también está el sermón, la atmósfera,
los entornos, las conversaciones antes y después de Misa y así sucesivamente.
Todas estas cosas hacen que usted poco a poco cambie sus ideas. Hay un clima de
ambigüedad. Uno está en una atmósfera sumisa al Vaticano, sujeto en esencia al
Concilio, así es que uno termina deviniendo ecuménico.
P: Juan Pablo
II es muy popular. El quiere unir a todos los cristianos.
R: ¿Pero en qué unidad?
Ya no más en la de la Fe que un alma debe aceptar, y que exige la conversión.
La Iglesia ha sido distorsionada, de ser una sociedad jerárquica pasó a ser una
“comunión”. ¿Comunión en qué? No en la Fe. No es de extrañar se uno escucha que
los Católicos están abandonando la Fe en masa.
(Continuará)
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