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viernes, 29 de noviembre de 2019

UNA MIRADA RESTROSPECTIVA A NUESTRO MEXICO CRISTERO


En estos momentos históricos de nuestros días es preciso mirar a nuestro pasado histórico para tomar valor de él, pero, desde entonces acá, ese elemento esencial no ha cambiado sino en su fachada exterior, en su nombre público. Un mismo grupo director en que se suceden unos a otros los individuos cuando la guadaña de la muerte ha se gado a los primeros; un mismo fin: acabar con el orden cristiano; unas mismas doctrinas conducentes al ateísmo; una misma táctica de guerra: la hipocresía y la mentira. Todo ha permanecido igual, bajo la máscara de la Revolución Francesa, la del Babeufismo, la del socialismo utópico y radical, la de la Comuna, y ahora bajo la del comunismo. Encarnado dicho elemento durante el gran Congreso Masónico de Wilhemsbad de 1871. en la Masonería Iluminada, por obra de Bode y Knigge, dos de los primeros conspiradores, ha seguido, siempre igual, trabajando en la sombra, aunque en los últimos tiempos ya no guarda el secreto respecto a su fin mismo o sea la destrucción del orden cristiano; y es esta misma conspiración, la misma idénticamente la que ha causado todas las terribles tragedias de las revoluciones del mundo durante el "siglo de las luces", y la que en este medio siglo último, en que nos ha tocado vivir, ha ensangrentado la tierra entera con la generosa sangre de crecidísimo número de mártires.
Entendido esto, se ve que no cometo ningún anacronismo al señalar al verdugo de nuestros Mártires de Cristo Rey, con el nombre de comunismo, que ahora él usa. En efecto, el 24 de octubre de 1934, el Excmo. Sr. Delegado Apostólico en México, Dr. D. Leopoldo Ruiz y Flores, lanzaba una "Protesta mensaje" a todos los católicos mexicanos, por los crímenes de la llamada Revolución Mexicana en la que decía: "A nadie puede ocultarse ya el propósito de lo que han dado en llamar 'la Revolución'. Ya no es el llamado clericalismo lo que persiguen, ni es la Iglesia Católica, es el mismo Dios contra quien se revelan sus criaturas engañadas y sus hijos ingratos. La Revolución, apoyada en la fuerza, ha convertido en provecho de su política antirreligiosa todo problema; y para adueñarse de las conciencias, intenta acabar con toda religión y hasta borrar el nombre de Dios declarándose maestra infalible de dogma y de moral; todo con un lujo de tiranía y despotismo insoportables. Nada importan a los gobernantes los derechos más sagrados de los ciudadanos en materia de culto, de instrucción, de pensamiento, de asociación y aun de propiedad privada. . ." ¿Qué otra cosa es esto sino describir la obra, doctrina y técnica de la conspiración comunista, tal como ahora la conocemos? Que en efecto fue esa misma conspiración, encarnada en la Masonería Iluminada por Bode, como antes dije, se puede ver claramente por el hecho siguiente:
El 28 de mayo de 1926 el Gral. Calles recibía del Supremo Gran Comen dador del Rito Escocés (Masonería Iluminada), D. Luis Manuel Rojas, la medalla del Mérito Masónico, y al concedérsela decía: "La orden que tengo el honor de presidir no ha concedido jamás esta alta distinción. Ella ha sido decretada al extraordinario mérito, del cual os habéis hecho acreedor como Presidente de la República, resolviendo, en tan poco tiempo, los más graves problemas. Nosotros daremos solemnemente a conocer a los gobiernos y a las sociedades masónicas con las que estamos en relación de amistad, la recompensa que habéis merecido". ¿Por qué había de comunicar a las sociedades masónicas, el Sr. Rojas la distinción y el mérito del Gral. Calles en su gestión presidencial? Sencillamente, porque había rápida y efectivamente cumplido con la consigna de la Masonería Iluminada. En efecto, en 1924 el Consejo Supremo de la Masonería (rito escocés o iluminado) celebró una sesión solemne en Ginebra y decretó: La desromanización de la América Latina, comenzando por México. En 1926 la Tribuna de Roma publicó un artículo sensacional reproducido en toda la prensa del mundo, menos en la de México, que establecía la siguiente tesis: La masonería internacional (iluminada) acepta la responsabilidad de todo lo que pasa en México, y se dispone a movilizar todas sus fuerzas para la ejecución completa, total, del programa que ha fijado para ese país.
Otros muchos testimonios podríamos aducir, pero creo que bastan éstos para que a nadie le quede duda de que ese verdugo que causó tantos martirios en nuestra tierra y que llamaban "la Revolución", no era otro que la conspiración contra el orden cristiano, encarnada desde 1781 en la Masonería Iluminada, y conocida ahora con el disfraz de "comunismo". Veamos, para última confirmación de que fue el comunismo o la Masonería Iluminada el causante de los martirios mexicanos, algo por lo menos, de ese programa que se había fijado para este país.
El Congreso masónico de la América Latina celebrado en Buenos Aires en 1906, fue el que lo fijó, y en el número 10 del Diario Masónico de Caracas publicó las resoluciones de dicho Congreso, entre las cuales copiamos las siguientes:
Art. 5o. —La Masonería Latino Americana, combatirá por todos los medios el establecimiento y la actividad de las congregaciones religiosas, y coordinará sus esfuerzos para su expulsión de la América Latina.
Art. 6o.—Los masones promoverán el triunfo de los hombres políticos que quieran defender sus ideales (los de la Masonería) votando la separación de la Iglesia y del Estado, la expulsión de las Congregaciones, el matrimonio civil, el divorcio, la educación laica, la laicización de los hospitales. Art. 10o. —La Masonería luchará por el retiro de todos los representantes de los gobiernos ante el Vaticano; dichos gobiernos no deberán reconocer al Papado como un poder internacional, etc.
La ejecución de este programa, o el intento de llevarlo a cabo contra la resistencia del pueblo mexicano, fue la causa inmediata de los martirios. Y digo bien de los martirios, porque como se ve, este programa es contra Dios, la fe cristiana y la Iglesia Católica, y los que no quisieron consentir en eso y por ello fueron llevados a los tormentos y a la muerte, son verdaderos mártires in odium fidei.
Hay tres libros, que no deben faltar en ningún hogar decente y católico mexicano: La Santa Biblia o por lo menos el Santo Evangelio de Jesucristo; una historia de la Aparición de la Santísima Virgen de Guadalupe; y un libro reciente, aparecido en 1947, con el título de "El Clamor de la Sangre", que no es, sino una parte del gran Martirologio Católico, de las víctimas del comunismo en lo referente a nuestra Patria. En este libro, perfectamente documentado y escrito en forma de efemérides, se estampan los nombres gloriosos de nuestros mártires, y algunos detalles (los que se han podido conocer hasta ahora) de esa epopeya cristiana, solamente superada por la de las doce persecuciones en la Primitiva Iglesia, que sólo lograron, como sabemos, llenar el cielo de santos, y la tierra entera de fieles servidores de Jesucristo.
Sería una indignidad, una especie de felonía incalificable, que desconociéramos, o al menos olvidáramos, esos nombres augustos de nuestros hermanos empurpurados con su generosa sangre, derramada por defender los derechos de Jesucristo Rey, frente a la impía conspiración contra el orden cristiano.
Suélese celebrar con manifestaciones de alegría y de honor, las Bodas de plata, o sean los veinticinco años de algún suceso notable en nuestra vida o en la vida de nuestros hermanos y nuestras sociedades.
Hoy, en este año de 2019, se cumplen 93 años del inicio de la epopeya cristiana que he llamado: El Nuevo Martirologio Católico; inicio, que por una especial bendición de Dios para nuestra Patria, tuvo lugar en ella, y que había de continuarse, casi sin interrupción, en otros pueblos de la Cristiandad actual: España, Polonia, Hungría, Checoeslovaquia. Italia, Albania, China, etc., durante estos veinticinco años, en que la conspiración contra el orden cristiano, pensaba ya llegar, bajo el nombre de comunismo, no sólo a las fronteras de la victoria, sino a la misma victoria. De todos esos martirios de las naciones católicas, tengo el propósito de recordar con la ayuda de Dios, las gloriosas gestas. No puedo olvidar que, como católicos, las fronteras geográficas, la diferencia de raza, costumbres o lenguas, son nada para nosotros, todos hermanos, hijos de un mismo Padre; todos miembros de un solo Cuerpo Místico, el cuerpo de una sola cabeza que es Jesucristo; que es la Santa Iglesia Católica; ni puedo olvidar el consolador dogma católico de la Comunión de los Santos. Los dolores de cualquiera de los miembros de este gran Cuerpo Místico son nuestros propios dolores, pero la gloria y grandeza de uno de ellos tan sólo, es nuestra grandeza y nuestra gloria.
Pero evidentemente por haber sido el principio de la epopeya, hace exactamente veinticinco años, la tragedia sublime de nuestra Patria, tengo que comenzar por ella, y hablar de las gestas de nuestros mártires mexicanos en primer lugar. Pretendo así, contribuir al regocijo propio de unas Bodas de Plata. Y a nadie extrañará, ni siquiera a los padres, hermanos, viudas, hijos y parientes de los que perecieron en aquella hecatombe, que hable de regocijo, al recordar tan gloriosas muertes. ¿Qué valen todos los tormentos y todas las muertes de este mundo pasajero y deleznable, comparados con los timbres de gloria, que por ellos alcanzaron nuestros mártires, y que ahora en la morada eterna de los justos, "los hacen brillar como estrellas por perpetuas eternidades", según dice la Sagrada Escritura? Y, ¿por qué no hemos de regocijarnos de esto? No han faltado mártires en la historia de la Iglesia Católica, y también los encontraremos entre los nuestros, que al recibir los golpes mortales de sus verdugos les daban las gracias más vehementes, porque por ellos les abrían inmediatamente la patria feliz de la bienaventuranza. Con ellos, pues, nos regocijaremos también al recordar sus martirios, y si, como es evidente, ellos si-ven al mismo tiempo de oprobio para sus verdugos, prescindamos de las personas muchísimas de ellas engañadas, para reservar toda nuestra repugnancia y toda nuestra reprobación a esa conspiración contra el orden cristiano, a ese comunismo monstruoso, que encarna, como decía Pío XI, a las fuerzas del mal, que es el ateísmo militante, y que engañó vilmente a los unos y a otros los cubrió de gloria inmarcesible, entre nuestros hermanos. Antes de seguir adelante creo pertinentes algunas observaciones. Y la primera es acerca del mismo nombre de Mártires, con que frecuentemente calificaré a los que sucumbieron en la tragedia. No es mi ánimo, ni mucho me nos, prevenir el juicio de la Iglesia Católica docente, la única autorizada para declarar, e infaliblemente, la realidad de un verdadero martirio. Uso ese nombre en el sentido vulgar que le damos, no como ya digno de los honores del culto cristiano; en el mismo sentido que le daba nada menos que S. S. el Papa Pío XI de feliz memoria.

jueves, 28 de noviembre de 2019

EL SANTO ABANDONO. DOM VITAL LEHODEY



Artículo 2º.- La insensibilidad del corazón, los disgustos, etc.
La insensibilidad del corazón es una abrumadora pena, al menos para el alma que aún no ha llegado al perfecto abandono; pero la prueba toma más incremento, cuando a la privación del piadoso sentimiento vienen a añadirse los disgustos, las repugnancias, las rebeliones interiores, que sobreexcitan a la naturaleza ante los grandes sacrificios, o cuando la copa está ya llena. Nada culpable hay en estas repugnancias y las rebeliones, con tal que se las sufra con paciencia y la voluntad no se deje arrastrar; sólo falta entonces la impresión sensible de la sumisión, puesto que nuestra voluntad permanece unida a la de Dios y fiel a todos sus deberes. Recuérdese la agonía de Nuestro Señor en el Huerto de los Olivos, y se comprenderá que la amargura del corazón y la violencia de las angustias no son incompatibles con una sumisión perfecta. Las rebeliones no están sino en la parte inferior, mientras que en la superior continúa reinando la sumisión.
Guardémonos bien de creer que estas pruebas constituyen un obstáculo, sino que por el contrario, dice el P. de Caussade, tales son las luchas íntimas de que habla San Pablo, y después de él todos los Maestros de la vida espiritual; tal el combate por el que el verdadero justo se sustrae al dominio de los sentidos; tales las gloriosas victorias que nos procuran en este mundo la paz y la sumisión relativa de la parte inferior, y en el cielo la posesión de Dios. Se aprende en estas tempestades a desprenderse de todo, a hacer frecuentes y penosos sacrificios, a vencerse en no pocas cosas, a practicar singularmente la paciencia, la humildad, el abandono. Todo esto se ejecuta en la parte más interior del espíritu casi sin nosotros conocerlo, a pesar de las apariencias, hasta el punto de que muchas veces tenemos la sumisión creyendo no tenerla. Lejos de ser una señal de alejamiento de Dios, estos disgustos constituyen una gracia mucho mayor de lo que pudiéramos pensar; pues, dejándonos penetrados de nuestra debilidad y perversidad, nos disponen a esperarlo todo de la divina Bondad.
Nada hagamos en este estado contra las órdenes de Dios, ni nos lamentemos desesperadamente, sino que más bien pronunciemos con humildad nuestro fiat; ved ahí la perfecta sumisión que nace del amor y del más puro amor. ¡Ah, sí en ocasiones semejantes supiéramos permanecer en respetuoso silencio de fe, de adoración, de humildad, de abandono y de sacrificio, entonces encontraríamos el gran secreto que santifica y hasta endulza las amarguras! Es preciso ejercitarse y formarse poco a poco, guardarse mucho de la turbación si se ha faltado, pero en seguida volver a este filial abandono con humildad apacible y tranquila. Entonces podemos contar con los auxilios de la gracia. Cuando Dios nos envía grandes cruces y nos ve deseosos de soportarlas bien, no deja nunca de sostenemos invisiblemente, de suerte que la magnitud de la prueba corra parejas con la magnitud de la fuerza y de la paz, y aun a veces sea superada. Por lo demás, no conviene abandonar la oración, ni suprimir nuestros actos interiores por áridos, pobres y miserables que puedan parecer; que si no tienen sabor para nosotros, lo tendrán muy mucho para Aquel que ve vuestra buena voluntad. ¡Felices las almas que a ejemplo de Santa Teresa del Niño Jesús, tiene por ideal consolar a su buen Maestro y no exigir que Él les consuele siempre!

Artículo 3º.- Las impotencias de la voluntad

¿Proviene quizá esta dificultad del agotamiento físico? El remedio sería dar al cuerpo un poco de vigor.
Las almas menos adelantadas, los tibios y los pecadores, son molestados en su acción por sus grandes y pequeñas pasiones: que practiquen la penitencia y la mortificación interior y poco a poco se verán libres de sus lazos.
Un alma que es toda de Dios, sin haber pasado aún el camino ordinario, puede ser probada por una profunda aridez de sentimientos, por esas tinieblas y esta insensibilidad de que hemos hablado, y esto basta para que experimente cierta impotencia en la práctica de las virtudes, y sobre todo en la oración.
En esta alma, la impotencia para practicar las virtudes no es sino relativa, es más aparente que real. Es ante todo una impotencia para practicarlas con sentimiento; y por aquello de que no siente ni el amor, ni la contrición, ni las otras virtudes, se figura que no las tiene y que no hace nada. Pero es una ilusión: una cosa es, según queda dicho, producir actos buenos, y otra sentir su impresión. Dios pide las obras, mas no exige el sentimiento. Es más: si permaneces fiel a todos los deberes sin el apoyo de los consuelos y dulzuras, la buena voluntad es más agradable a Dios y más meritoria para nosotros, porque ha sido necesario más espíritu de sacrificio.
Quizá exista aún alguna otra causa de ilusión: se habían formado grandes proyectos, soñado con virtudes heroicas, acariciado un ideal más o menos quimérico. Al no conseguir dicho objeto, se desvanecen vanas esperanzas y nos despojamos un poco de nuestro orgullo. Lejos de contristamos por ello, habíamos de bendecir a Dios que nos conserva en la humildad y nos llama a la realidad. A pesar de todas las decepciones de este género, una cosa seguirá siendo enteramente posible, y es lo que forma la esencia de la santificación, es decir, la guarda de las leyes de Dios y de la Iglesia, y nuestras obligaciones. Un religioso observará siempre sus votos, amará su Regla, obedecerá a sus Superiores, vivirá en paz con sus hermanos, gobernará sus pasiones, ofrecerá a Dios sus actos, soportará con paciencia sus penas, y de esta manera atesorará un caudal inapreciable de virtudes y méritos. ¿Qué más se necesita? Este es el verdadero camino de la perfección, camino enteramente seguro y que nos ofrece horizontes dilatados.
La impotencia puede manifestarse sobre todo con respecto a los actos interiores y a la oración, y aun aquí no es sino relativa. «Siéntese el alma -dice San Alfonso- como incapaz de elevarse a Dios y de producir acto alguno de caridad, de contrición, de resignación. Pero, ¿qué importa? Basta hacer un ensayo, aunque sólo sea con la parte superior de la voluntad. Entonces, por más que estos actos estén para vos desprovistos de fervor y de gusto y hasta parezcan impracticables, Dios los acepta y los tiene por agradables. Sin embargo, aun en medio de esta oscuridad, una cosa es todavía posible: anonadarnos delante de Dios, confesar nuestra miseria arrojándonos en el seno de su misericordia. Y después, no olvidemos que es preciso orar en cualquier estado en que nos encontremos; en las tinieblas y en la luz es preciso clamar a Dios: Señor, conducidme por el camino que os plazca, y haced que cumpla vuestra voluntad, pues no quiero otra cosa.»
Si apenas acertamos a expresar nuestros deseos, palabras y sentimientos, podemos al menos mantenernos con espíritu de fe en la presencia de Dios con un real deseo de recibir su gracia según nuestras necesidades, lo que constituye una verdadera oración, porque Dios ve la preparación de nuestro corazón, y entiende lo que nosotros no sabemos decirle. En una palabra, nuestra impotencia se refiere tan sólo a lo que Dios no quiere de nosotros en este momento, y por tanto, no nos sería conveniente salir airosos como fuera nuestro deseo.
Quizá el buen Maestro quiere tan sólo probarnos para que arraiguemos más hondo en la humildad, en el desasimiento, en el santo abandono. Para esto, suprimirá las consolaciones sensibles y las dulzuras espirituales, reemplazándolas con la oscuridad, con la insensibilidad, y aun con el hastío. Nos convendrá mantenernos constantes en nuestro deber, no descuidar la oración, sino soportar animosamente la prueba, atenuándola, si es posible, por medio de un libro y otras piadosas prácticas que la experiencia sugiera. Quizá Dios se proponga hacernos pasar de estas vías comunes a las místicas. Al intento nos hará suprimir poco a poco los actos discursivos, metódicos, complicados y variados, para encaminarnos hacia una oración de simple mirada con actos más breves y menos variados, o en un amoroso silencio. Esta operación divina es una preciosísima gracia y, muy lejos de contrariaría, prestémonos a ella con docilidad llena de confianza. Más convendrá buscar en algún buen libro, y con preferencia en un director experimentado, las luces y la dirección que son entonces particularmente necesarias.
En todo caso, es una excelente ocasión de progreso espiritual y abandono filial. «No os alarméis -dice el P. de Caussade- lejos estáis de perder el tiempo en la oración; la podréis hacer más sosegada, pero no más meritoria ni más útil, porque la oración de sufrimiento y anonadamiento, si bien es la más  dolorosa, es también la que más purifica el alma y la que nos hace morir antes a nosotros mismos, para no vivir sino en Dios y para Dios. ¡Cuánto me agradan esas oraciones en las que os mantenéis en presencia de Dios como un jumento, insensible a todo y oprimido bajo el peso de todo género de tentaciones! ¡Qué cosa más a propósito para humillar, confundir, anonadar vuestra alma delante de Dios! Eso es lo que Él se propone, y adonde conducen estas aparentes miserias. Con tal que no sea un obstáculo para cumplir vuestros ejercicios de piedad, habéis de considerar esa estupidez como una prueba a que Dios os somete, y que os es común con casi todos los santos. Sed fiel, que en su aceptación hallaréis un ejercicio muy meritorio de paciencia, de sumisión, de humildad interior, y no puede ser perjudicial sino al amor propio que muere poco a poco, y se aniquila por este medio más eficazmente que con todas las mortificaciones exteriores... Jamás se llega a la entera desconfianza de sí mismos y a una perfecta confianza en Dios, sino después de haber pasado por estos diversos estados de completa insensibilidad y absoluta impotencia. ¡Dichosos estados que producen tan maravillosos efectos...! No hay sacrificio, por otra parte, que Dios acepte con mayor complacencia que esta entera donación de un corazón destrozado y anonadado; es en verdad el holocausto de agradable olor. Las oraciones más dulces y más fervientes, las más rigurosas mortificaciones voluntarias nada tienen de comparable, ni que se le acerquen.»


miércoles, 27 de noviembre de 2019

Los refugiados del Open Arms y el gas natural



Cuando los medios de comunicación nos inundan sobre un tema en otras latitudes del mundo se están viviendo cosas que podrían desatar la tercera guerra mundial. Siria también debe llamar nuestra atención por lo relacionado a este artículo en donde se nos demuestra los verdaderos intereses de las naciones, dicha nación tiene combatiendo a los yihadistas desde 2014 formalmente aunque las manifestaciones vienen ya desde 2011. Siria es uno de los países de Medio oriente que más católicos alberga y tiene una gran cantidad de refugiados, pero es el país en donde ningún Pontífice actual ha ido a esa nación. Voces católicas que muy poco han sido oídas y, por otro lado muy atormentadas ahí si se ha muerto por la fe durante estos años de guerra cruel y sanguinaria, recemos por los católicos que aun queden.  

Resumen: ¿Qué relación tienen los refugiados del Open Arms con el gas natural de Catar? En este artículo te revelamos la realidad que se esconde tras la guerra civil en Siria y cómo ha desembocado en la imagen del cuerpo sin vida de un niño varado en la playa.
La crisis de los refugiados del Mediterráneo es ya la mayor crisis humanitaria en Europa tras la Segunda Guerra Mundial. Se trata de un flujo descontrolado de migrantes en situación de vulnerabilidad que comparten vías de desplazamiento irregulares e inseguras hacia la Unión Europea, como pequeñas embarcaciones. Desde 2014, más de un millón de refugiados ya han cruzado el Mediterráneo, de los cuales un 90% había solicitado asilo político.

La ONU

Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), organismo de la ONU, cada año mueren aproximadamente más de 3.000 personas intentando cruzar el mar. Según un informe de ACNUR publicado en 2018, el porcentaje de mortalidad ha aumentado hasta alcanzar un muerto por cada 18 migrantes que tratan de atravesar el Mediterráneo.
La principal causa de esta crisis de refugiados es la guerra en Siria, sumada a la situación inestable de Libia e Iraq y los constantes flujos de países con regímenes represores como Eritrea. Indignados por la inactividad de los gobiernos de la Unión Europea ante este drama, la ONG Proactiva Open Arms decidió desplazarse hasta el mar Mediterráneo central para rescatar a los refugiados con un barco remolcador. Y pese a que su acción ha sido aplaudida a nivel mundial, e incluso condecorada, su actividad se considera ilegal y su barco fue incautado por el Estado italiano el pasado verano.



Se prohíbe el rescate de seres humanos

Pero, ¿cómo hemos llegado a este punto? ¿Cuál es la causa de esta guerra que ha causado uno de los mayores movimientos migratorios de toda la historia de la humanidad? La respuesta se encuentra el tenue color azul de una pequeña llama de gas.

La guerra de los mil rostros

La conocida como guerra civil siria es un conflicto armado cuya causa oficial fue el enfrentamiento de las Fuerzas Armadas de Siria a favor del Gobierno contra grupos armados rebeldes, conocidos en los medios de comunicación de Occidente como la oposición siria. Además, el grupo insurgente Estado Islámico o ISIS se unió a la contienda llegando a conquistar gran parte del territorio sirio hasta su caída a partir del 2015 en favor del régimen sirio de Al-Ásad. Todo un cóctel de bandos, países y siglas que dificulta la comprensión del conflicto.
Sin embargo, tras los primeros años de la guerra diversas informaciones afloraron para desenmascarar una causa que pasó desapercibida en los grandes medios de comunicación. El gas natural.
El gas natural es una mezcla de gases ligeros de origen natural con mayor predominancia del gas metano. Pese a tenerse constancia de su gran poder calorífico, su utilización fue posterior al petróleo,  como consecuencia de los problemas que planteaba su utilización y transporte. Pero la búsqueda de nuevas fuentes de energías y el desarrollo de la tecnología posibilitó su comercialización como combustible doméstico e industrial y como materia prima en la industria petroquímica.
La demanda del hidrocarburo ha aumentado durante los últimos años a nivel mundial, y hoy en día una gran red de miles de kilómetros de tuberías abastece a Europa de Gas Natural. Según Sedigas, la Asociación Española de Gas, los países de la UE consumieron en 2016 504 mil millones de metros cúbicos de gas natural, generando unas ganancias para los productores de cientos de miles de millones de euros. El principal proveedor de Europa es Rusia, el rival geopolítico de Estados Unidos, principal socio de la UE. Esta dependencia energética de Europa siempre ha resultado un problema en Washington, pero en 2009 una posibilidad de cambio sacudiría las fichas del tablero.

Un lugar asombroso llamado South Pars

Existe un lugar en el mundo llamado South Pars en el Golfo Pérsico. Se trata del campo de gas más grande del planeta, con una reserva de 14 billones de metros cúbicos, y que es compartido por Irán y Catar. Llevar todo ese carburante hasta Europa sería un negocio de cifras estratosféricas, y por ello en 2009 el Gobierno de Catar planeó un gasoducto que pasaría por Arabia Saudí, Jordania, Siria y Turquía, desembocando finalmente en la red de tuberías de Europa, el gran pastel.
Este gasoducto aumentaría las exportaciones de Catar y reduciría sus enormes gastos en transporte marítimo, además de acabar con la dependencia energética de Europa hacia Rusia, un sueño para Estados Unidos.
Sin embargo el Gobierno de Al-Ásad rechazó la oferta, ya que esto hubiera perjudicado gravemente a sus aliados, Rusia e Irán. Por el contrario, en 2011 el Gobierno sirio sí firmó un acuerdo con Irán conocido como Friendship Pipeline (gasoducto Islámico). Partiendo del yacimiento de South Pars de Irán, el gasoducto atravesaría:

Iraq, Siria y el Líbano

Desembocaría en el mar Mediterráneo, esquivando a Turquía, aliado de Estados Unidos.
Desde allí, continuaría bajo el mar hasta Grecia para ser distribuido a Europa. Con una capacidad para distribuir 110 millones de metros cúbicos al día, se convertiría en el más grande de Medio Oriente.
Pero, ¿este gas no competiría con el de sus aliados rusos?
 Pero, ¿este gas no competiría con el de sus aliados rusos?
Cabe mencionar que la construcción de este gasoducto tendría un coste de 10.000 millones de euros, de modo que, según diversas fuentes, probablemente sería la misma Rusia quien financiara este proyecto, con sus correspondientes intereses, y de esta forma copar por completo el mercado europeo con el complemento de sus aliados.

No obstante, este proyecto no pudo llevarse a cabo. ¿La razón?

El 15 de marzo de 2011 se inició la guerra civil en Siria:

Estados Unidos, Europa y Catar apoyaron al bando de los rebeldes.
Rusia e Irán respaldaron al actual gobierno.
Expertos como el norteamericano Mitchell A. Orenstein o el periodista español Joaquín R. Hernández afirman que la guerra civil siria nada tiene que ver con la democracia o una lucha de poder, sino una pugna por la supremacía de dos proyectos de gasoducto, un tablero geopolítico y mucho dinero en juego.

Y el resultado ha sido el siguiente:

Hasta marzo de 2019 se han contabilizado 371,222 muertos en total según la OSDH (Observatorio Sirio para los Derechos Humanos), de los cuales 19.811 han sido niños, un millón de heridos y 10 millones de desplazados, muchos de entre los cuales siguen jugándose la vida para tratar de cruzar el Mediterráneo, huyendo del horror de la guerra con olor a gas natural.

lunes, 25 de noviembre de 2019

EJERCICIOS DE PERFECCION Y VIRTUDES CRISTIANAS. P. ALONSO RODERIGUEZ




También es gran remedio contra las tentaciones, nunca estar ociosos. Y así, dice San Casiano que aquellos Padres de Egipto tenían esto por primer principio, y lo guardaban como tradición antigua, recibida de sus mayores, y lo encomendaban mucho á sus discípulos por singular remedio: te Halle siempre el demonio ocupado (2). Y así se lo enseñó Dios a San Antonio, y le dio este medio para poder perseverar en la soledad y defenderse de las tentaciones, y lo trae San Agustín. Dice que San Antonio no podía siempre estar en oración, con ser San Antonio, y era combatido y fatigado algunas veces de diversos pensamientos, y pidió a Dios: Señor, ¿qué haré que querría ser bueno y mis pensamientos no me dejan? Y oyó una voz que le dijo: Antonio, si deseas agradar a Dios, ora; y cuando no pudieres orar, trabaja; procura siempre estar ocupado en algo y hacer lo que es de t u parte, y no te faltará el favor del Señor (1). Otros dicen que le apareció un ángel en figura de un mancebo que cavaba un poco, y otro poco estaba puesto de rodillas en oración, las manos puestas y levantadas, que era decirle lo mismo. La ociosidad es raíz y origen de muchas tentaciones, y de muchos males; y así nos importa mucho que nunca el demonio nos halle ociosos, sino siempre ocupados.
CAPÍTULO XIX
De las tentaciones que vienen con apariencia de gran remedio contra todas las tentaciones el conocerlas y tenerlas por malas

San Buenaventura avisa (2) otra cosa común, pero muy necesaria; y es, que estemos advertidos que a los buenos, que tratan de virtud y de perfección, procura el demonio acometerles siempre con apariencia de bien, transfigurándose en ángel de luz. Los venenos y ponzoña, dice San Jerónimo, no se dan sino cubiertos con azúcar ó con otra cosa gustosa, para que no se sientan, y el cazador esconde el lazo con el cebo. Así lo hace el demonio: “En este camino que andaba, me armaron lazo escondido” (1)¡* porque si claramente y al descubierto acometiese con lo malo, los que aman la virtud y desean servir a Dios huirían de ello y no haría nada con ellos. Y así, dice San Bernardo: el bueno y virtuoso, nunca es engañado, sino con apariencia de bien (2). Es el demonio muy astuto y sabe muy bien por dónde ha de entrar a cada uno: y así, para mejor conseguir su intento, entra muy disimulado. Lo primero, dice San Buenaventura , propone cosas de suyo buenas; luego las mezcla con malas; después ofrece falsos bienes y verdaderos males; y cuando tiene ya a uno en el lazo, que con dificultad puede salir de él, entonces muestra claramente su ponzoña, y le hace caer en pecados manifiestos. Es como el escorpión, que tiene una cara halagüeña, y e n la cola tiene el veneno con que mata.
¡Cuántos, dice San Buenaventura, han trabado conversación y amistad con algunas personas so color de espíritu, pareciéndoles que todo aquel trato era de Dios y espiritual, y que aprovechaban sus almas con aquello! y por ventura al principio era así; pero ese es el ardid del demonio que vamos ahora descubriendo. Bien sabemos sus celadas, sus entradas y salidas (3); por ahí comienza él, primero por cosas buenas; pero luego se siguen de ahí largas pláticas y conversaciones; y unas veces son de Dios, otras del mucho amor que se tienen; luego se sigue de ahí el darse algunas cosillas y donecillos en señal de amor y para que se acuerde el uno del otro; las cuales cosas, como dice San Jerónimo (4), son señal clara de amor no santo. Va ya mezclando el demonio males con bienes, y de ahí se siguen falsos bienes y verdaderos males. De esta manera engaña el demonio a muchos en este y en otros muchos vicios, cubriéndolos con velo de virtud para que no se entienda ni conozca lo que son, como el que se finge ser amigo de otro, para tener entrada con él y después matarle á traición, como hizo Joab con Amasa (1) y Judas con Cristo nuestro Redentor, entregándole y vendiéndole con beso de paz (2). Y así es menester que nos guardemos mucho de estas tentaciones que vienen con apariencia de bien, y q u e estemos muy sobre aviso, porque son tanto más peligrosas, cuanto son menos conocidas. Por lo cual pedía el Profeta al Señor que le librase del demonio de mediodía (3). Aun no se contenta el demonio con transfigurarse en ángel de luz, como dice San Pablo (4), sino que se transfigura en luz de mediodía, haciendo que parezca muy claro y resplandeciente lo que es oscuridad y tinieblas; y haciendo entender que no hay que dudar, ni hay peligro ninguno, sino que es claramente bueno lo que es ciertamente malo y de suyo muy peligroso. Hay algunos ladrones, los cuales andan tan vestidos de seda que no hay quien los conozca, ni piense pueda caber tal maldad en hombres que parecen tan honrados, hasta que los toman con el hurto en las manos, entonces se espantan cómo aquellos eran ladrones; y dicen: ¿quién pensara tal? Así es la tentación que viene con apariencia de bien.

Doctrina es común de los Santos y maestros de la vida espiritual, que es gran remedio contra todas las tentaciones conocer que es tentación aquella que me combate, como lo es conocer a uno por enemigo para guardarse de él. Y por eso también decíamos arriba (1) que el propio conocimiento es un medio eficacísimo para vencer todas las tentaciones. Y se verá bien la fuerza de este medio por aquí; si cuando viene la tentación y el movimiento y apetito malo, viesen delante de vos un demonio horrible y espantoso que os está persuadiendo aquello; ¿qué haríais? Luego os santiguarías e invocarías el nombre de JESÚS; no sería menester más de ver que el demonio es el que os persuade a ello, para entender que es engaño y tentación, y huir de ello, pues esto pasa al pié de la letra en nuestras tentaciones. Así como tenemos cada uno su ángel custodio, conforme a aquellas palabras de Cristo: Mirad no menospreciáis uno de estos pequeñitos; porque os digo de verdad que sus ángeles siempre ven el rostro de mi Padre que está en los cielos (2); sobre las cuales palabras dice San Jerónimo (3): Grande es la dignidad de las almas, y en mucho las estima Dios; pues en naciendo el hombre , luego le asigna y señala un ángel que le guarde y tenga cuidado de él (4) así como un padre principal da a un hijo muy querido un hayo que le guarde en lo corporal y le enseñe en las costumbres; así Dios nos quiso y estimó en tanto, que dio a cada uno un ángel por hayo; pues volviendo a nuestro punto, también traemos contra nosotros cada uno un demonio, que atiende y se ocupa en solicitarnos a lo malo, y causar en vosotros malos pensamientos y peores movimientos y está siempre aguardando la ocasión y coyuntura para eso, porque nunca duerme, y está mirando nuestra inclinación y lo que nos da más gusto, para acometernos y entrarnos por allí, tomando por medio nuestra carne y sensualidad para hacernos mal. Así dijo Dios al demonio: ¿No has consultado a mi siervo Job (1)? como á quien andaba tras él. De manera, que siempre anda el demonio a nuestro lado (2), así, cuando os viniere algún movimiento ó algún pensamiento que os incite a hacer algún pecado o alguna imperfección, entended que esa es tentación del demonio, y santiguaos, y guardaos como si viese al mismo demonio que os está diciendo que hagáis eso. San Gregorio (3) trae un ejemplo que le aconteció al bienaventurado San Benito con un monje suyo, con que se declara bien esto. Dice que un monje era muy tentado de la vocación; parecíale que no podía llevar el rigor de la Religión, y queríase volver al mundo, acudía muchas veces con esta tentación a San Benito, el Santo decíale que era tentación del demonio y aconsejábale lo que le convenía. Y como hiciese eso muchas veces, y no aprovechase para que el novicio dejase de hacer instancia para irse, el Santo, cansado e importunado, dijo que se fuese en buen hora, y mándale dar sus vestidos. Pero al fin, como Padre, no pudo dejar de sentirlo, y púsose en oración por él, y en saliendo el monje por las puertas del monasterio para irse al mundo, ve venir contra sí un grande dragón que abierta la boca le quería tragar. El, temblando y palpitando, comienza a dar grandes voces: Socorredme; socorredme, hermanos, porque este dragón me quiere tragar (1). Acudieron los monjes a las voces, y no vieron al dragón; pero hallaron al monje temblando y casi ya agonizando: tráenle al monasterio, y en viéndose dentro, hizo voto de nunca más salir de él. Y así lo cumplió, y no fue de ahí adelante molestado de aquella tentación. Nota allí San Gregorio, que por las oraciones del bienaventurado San Benito vio al dragón que le quería tragar, al cual antes no veía, y así le seguía, porque no le tenía por dragón ni por demonio; pero cuando le vio y conoció, comenzó a dar voces y a pedir socorro para librarse de él. 


sábado, 23 de noviembre de 2019

AUTOBIOGRAFIA DEL NIÑO QUE NO NACIO. HUGO WASH



No todas, empero, en aquella infernal algarabía parecían de acuerdo, pues tres de ellas no proferían palabra.
Una de las habladoras las increpó:
-¿Ustedes no tienen nada que decir? ¿Les parece bien que esta pobre amiga nuestra siga cargándose de criaturas?
Alguna contestó:
-Que cada cual haga lo que le parezca. Yo sólo tengo dos chiquillos. No quise tener más y ahora vivo temblando por sus vidas. Me han dicho que Dios castiga terriblemente a las madres que a su tiempo no quisieron tener más hijos y les arrebata, de pronto, los que tuvieron. ¿Será verdad?
-¡Sí, es verdad! -respondió sollozando otra de las que callaban.
-Yo también hice mis cálculos con mi marido y me limité a uno solo. Era todo mi amor, lo único que me hacía querer la vida... De pronto, mi hijito, mi cielo en la tierra, se voló como un ángel, porque Dios, celoso de mi gran amor o irritado por mis grandes culpas, me lo ha quitado.
Durante unos minutos ninguna otra habló. Todas cavilaban en 10 que podía ocurrirles a ellas mismas.
La tercera de las que no hablaban se levantó impetuosamente y salió limpiándose las lágrimas. En el umbral de la sala, dijo volviéndose asía sus amigas:
-¡Sí, es verdad! Yo tengo sólo una hijita. No tuve confianza en la Providencia o fui débil con mi marido, que ya murió. Ahora mi hijita está enferma, grave, grave, grave. Los médicos me la han desahuciado y no podrá vivir mucho...
¡Es verdad, es verdad! Esta desconfianza para con Dios es lo que más lo ofende     y desapareció y de nuevo se quedaron silenciosas las amigas.   
Mi temblorosa madre no dijo nada. Sometida a la tremenda voluntad de su marido, se había doblegado siempre y caído en todas las aberraciones en que se cae cuando no se teme a Dios. Ahora ella temía que la mano pesada de Dios la castigase donde más podía dolerle, que era en sus dos hijitos nacidos años antes, y que iban a ser los últimos, según sus cálculos. Pero el otro no nacido todavía, que venía fuera de toda previsión, estaba condenado a morir. Y ése era yo.
Regresó de Europa el horrible doctor, cargado de honores y de fama, porque, había difundido en conferencias y escritos la última palabra de esa doctrina, vieja, como que venía de los tiempos de Onán en la Biblia, pero que él remozaba con las últimas estadísticas del crecimiento desmedida de la población del mundo, sentenciada a perecer si no se controlaba la natalidad.
Con esto, los que hacían fraudes y cometían crímenes para no aumentar sus hijos se tranquilizaban 'Sintiéndose bienhechores de la humanidad.
Mi ángel, que me explica indignado estas miserables trampas, me anuncia que el doctor negro viene ahora mismo a casa.
Era la peor noticia que podría darme y mi madre, que ya lo sabía, sufre como si le anunciaran algo peor que la muerte porque le anuncian un crimen al que ella debe asociarse.       
¿Por qué mi madre no es más resuelta y huye de su casa hasta que se enfríen los malos propósitos de estas gentes?
Es que la pobre está acorralada por todo el mundo. La charla frívola y perversa con sus amigas la ha agotado, Casi tiene envidia de la tranquilidad que ellas disfrutan cometiendo indecencias y contándoselas como gracias, unas a otras.
Y eso que ellas han sido educadas en un ambiente religioso y que van a misa los días de precepto y que, ¡horror de horrores!, en las fiestas muy señaladas, para no llamar la atención, se acercan al comulgatorio después de una confesión sin dolor y sin propósito y callando la más grave de sus culpas o achacándola al marido.
Mi ángel ya no teme referirme estas atrocidades porque me haya fuerte para comprenderlas.
XVII
PRIMER HACHAZO DE LA MUERTE. EL DOCTOR ASTARÓ.

¡Y pensar que tengo muy pocos meses en el seno de mi madre! Pero mi alma es mil veces más grande que mi cuerpo.  
Aquella tarde que mi madre estuvo a punto de sucumbir de espanto porque se anunció la visita del doctor Astaró, nada ocurrió en nuestra casa sino en la de él. Iba a salir cuando en la puerta de calle sufrió un síncope.
Lo alzaron desvanecido y lo llevaron a su cama y acudieron los médicos que se disputaban la gloria de atenderlo.
Su ángel de la guarda, a quien repelía aquella casa por la hediondez que despedía para él, se instaló a su cabecera, a fin de sugerirle ideas de contrición y deseos de llamar a un sacerdote.
Según me contó Absalón, el ángel del doctor Astaró perdió su tiempo. Ni una sola de sus conmovedoras exhortaciones traspasó la viejísima costra de impiedad y de orgullo qué envolvía el corazón de aquel hombre. Si esa vez tuvo miedo de morir, conociendo el peligro en que estaba, lo cierto es que ni un minuto pensó en Dios y en la eternidad que lo aguardaba como un abismo. El diablo había cerrado su corazón para esos pensamientos, y su fiera inteligencia los desechaba. Era lo que el ángel llamaba la "impenitencia final”. En que el moribundo sólo piensa en las riquezas o en los honores o en los placeres que terminaran para él, Y sin embargo Astaró era bautizado y en algún tiempo hizo la primera comunión. Pero había cultivado -así decía el ángel- la impiedad por librarse de remordimientos. Vivió largos años sin pensar en Dios y acabó creyendo que no creía en Él.
Y sí creía, pero a la manera del diablo: creía y temblaba! Por eso fue sordo a las palabras de su ángel, que le hablaba en el silencio de sus tenaces insomnios.
No murió. Poco a poco fue recobrándose del primer ataque y eso lo envalentonó. Lo hizo sentirse inmortal y dos meses después se levantó y alegremente se dispuso a reanudar su vida de "especialista" que lo había hecho célebre y rico.
Su primera visita fue a nuestra casa, porque mi madre lo había esperado. No quería que ningún otro especialista se metiera en los secretísimos asuntos que sólo se consultaban a aquel hombre.

XVIII
EL TENEBROSO CORAZÓN DE MI MADRE.

La divina luz del corazón de mamá se ha apagado bruscamente. Yo comprendo por qué: la desventurada ha caído en pecado mortal. No toda la culpa es de ella. Mucho más culpable lo creo a mi padre. El doctor negro ha hecho callar a Absalón, el ángel de mi madre. A lo menos ella no quiere escucharlo más y juntos, mi padre y Astaró, han hablado con la voz odiosa de hombres que todo lo saben, hasta los secretos de Dios.
¡Mi madre ha consentido en todo, en todo, en todo!
Mi ángel, sumamente triste, no trata de hacerme creer otra cosa. ¿Para qué?
Hoy o mañana el resultado de aquella infernal conjuración contra una obra de Dios será igual. Él me ha enseñado a pensar. Dice, eso sí, que los niños, antes de nacer, entienden mejor el lenguaje de los ángeles.
¿Entonces yo no veré las cosas del mundo? ¿Entonces yo no seré sacerdote, que es lo más grande que se puede ser en el mundo? ¿Entonces yo no seré santo? ¿Los hombres malos van a desbaratar los planes de Dios? ¿Me asesinarán antes de que se me bautice y nunca veré a Dios, cara a cara, como los ángeles, ni a la Santísima Virgen? ¿Qué castigo, Señor, merece este crimen?
¡Pero perdónalos, si es posible, y sobre todo perdona a la infeliz de mi madre!
Absalón, mi ángel, me escucha. Ha plegado sus alas luminosas para taparse el rostro y llorar calladito. Cuando yo haya muerto tendremos que separamos, porque los niños del limbo no tienen ángel de la guarda.
Soy un muchachito perfectamente formado ya, y mis ojos, que no han visto ni verán el mundo, ya pueden llorar y lloro, durante un largo rato, a la par de mi ángel, por todo los que pierdo a causa del egoísmo de los hombres que no tienen confianza en Dios.

XIX
ME ASESINAN. AQUEL MILAGROSO VASO DE AGUA.

Nos han llevado a un sanatorio donde opera el doctor negro. Mi ángel no se aparta de mí. No lloramos ni él ni yo, pero nos miramos en los ojos.
-Vas a sufrir mucho -me dice Absalón, mientras llevan a mi madre a una sala, donde ya hay otras personas a juzgar por los diversos ruidos que llegan hasta mí.
Le contesto a mi ángel y éstas van a ser mis últimas palabras de ser humano.
-iMás de lo que sufro viéndote tan triste, mi ángel, no voy a sufrir…
La han acostado a mi pobre madre sobre una cama que me parece muy alta.
¡Ay, qué dolor horrendo! Me han triturado la cabeza con unos fierros, unas tenazas diabólicas, y mi cuerpo es arrastrado y sale al mundo palpitante y sangriento.
Todavía estoy vivo, tendido en una mesa blanca. Mi cuerpo no es más que una masa de sangre que agoniza.
Me examinan conversan en voz baja y a ninguno de todos esos malvados que hablan de mí se le ocurre bautizarme. Todavía podrían ganarme el cielo y ganarse un abogado en el cielo, Hay allí, al alcance de la mano de cualquiera de los que me miran, un vaso de agua con el que podrían darme la visión de Dios. Pero no se les ocurre. Piensan que es un fastidio que ese amasijo de carnes laceradas por sus tenazas diabólicas continúe vivo y haya que matarlo otra vez.
iMalvados! Dentro de medio minuto habré muerto. ¡Yo no veré a Dios!
En ese momento se produce el milagro más grande que yo podría imaginar.
Absalón, mi ángel, con el permiso de Dios que acoge mi ardiente deseo de ser bautizado, se ha revestido de aparente carne mortal. Ha penetrado en la sala de operaciones como si fuera uno de los practicantes, ha tomado ese vaso de agua que yo había visto y lo ha entregado a otro de los practicantes vestidos de blanco, diciéndole:
-Tenga piedad de este niñito que todavía vive. Usted que sabe la fórmula, bautícelo.
Un ángel no puede bautizar, Tiene que hacerlo un ser humano, El otro sorprendido, pero halagado de escuchar lo que le acaban de decir, se me acerca con el agua de vida y me bautiza mojándome la dolorida cabecita: Yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo"
Esa agua prodigiosa me llega en el último instante de mi vida mortal, que es el primero de mi vida sobrenatural.        
No seré sacerdote, pero soy ya un angelito que penetra en la visión de Dios.
¡Gracias, mi Señor y mi Dios! Mi alma voló al cielo y mi pequeño cuerpo todo ensangrentado fue al crematorio. Hasta el día de la resurrección de los muertos y el doctor negro, con mano mentirosa, escribió el resumen de aquellas iniquidades afirmando que había sido necesario sacrificar al niño para salvar la vida de la madre...







viernes, 22 de noviembre de 2019

EL SANTO ABANDONO. DOM VITAL LEHODEY


En estas circunstancias puede haber una incertidumbre sobre el estado de nuestra alma: ¿Habremos quizá sucumbido? ¿Estamos aún en gracia de Dios? No os empeñéis con un ardor inquieto en aseguraros de ello, nos dice San Alfonso. «¿Queréis tener la seguridad de que Dios os ama? Mas, en este momento, Dios no quiere dároslo a conocer; quiere que no penséis sino en humillaros, en confiar en su bondad, en someterse a su santa voluntad. Por lo demás, es una máxima recibida como incontestable por todos los maestros de la vida espiritual, que cuando una persona timorata está dudosa de haber perdido la gracia, es cierto que no la ha perdido, pues nadie pierde a Dios sin saberlo con certeza. Otra prueba de que os encontráis en gracia de Dios es, según San Francisco de Sales, esa resolución que al menos en el fondo de vuestro corazón tenéis de amar a Dios y de no ocasionarle con propósito deliberado el más leve disgusto. Abandonaos, pues, en los brazos de la divina misericordia; protestad que no deseáis sino a Dios y su beneplácito, y desechad todo temor. ¡Cuánto agradan al Señor los actos de confianza y de resignación hechos en medio de estas densas tinieblas!»
La más dolorosa de todas estas incertidumbres es la que se refiere a nuestro porvenir eterno. Si no es por revelación divina, nadie sabe con certeza absoluta si actualmente es digno de amor o de odio, y mucho menos todavía, si ha de perseverar o ha de tener un fin desgraciado. Dios es quien quiere esta incertidumbre, sin la que correríamos el peligro de adormecernos en la pereza o exponernos con loca temeridad.
Por su mediación nos conserva Dios en humilde desconfianza de nosotros mismos y en celo siempre vigilante; afirma además su soberano dominio sobre nosotros recordándonos nuestra absoluta dependencia, nos hace sentir la incesante necesidad de orar, de velar, de mortificarnos, de multiplicar nuestras obras santas, y da mayor lustre y valor a nuestra fe, a nuestra confianza, a nuestro abandono. Adoremos esta admirable disposición y, lejos de dejarnos arrastrar por un temor desconfiado y de perder el ánimo, cultivemos con solicitud este temor amoroso que estimula la actividad y pone en guardia contra sus peligros. La manera más cierta de asegurar el porvenir es santificar el momento presente. El autor de la Imitación nos muestra a un hombre preocupado de su eternidad, hasta el extremo de ser presa de la inquietud y de la agitación. «Con frecuencia fluctuaba entre el temor y la esperanza. Un día, abrumado de tristeza, se dirige a una iglesia, y orando ante el altar y revolviendo en sí mismo los pensamientos que le acongojaban dijo: ¡Oh, si supiera que había de perseverar! Al momento oyó en su interior esta respuesta de Dios: ¿Qué harías si lo supieses...? Haz ahora lo que entonces querrías hacer y estarás seguro. - Consolado y lleno de valor, se abandonó en seguida al divino beneplácito y desapareció su ansiedad, y no quiso en adelante indagar con curiosidad lo que le había de suceder, sino más bien cuál era por el momento la voluntad de Dios y su beneplácito, para emprender todo género de buenas obras y llevarlas a buen término.»
Este obró como cuerdo. Por nuestra parte, no pensemos sino en obrar con confianza, en cumplir asiduamente nuestros deberes, en vivir así en humildad, en la abnegación, en la obediencia y en el santo amor. Y Dios, que es la bondad personificada, el dulce Salvador que ha dado la vida por sus enemigos, el buen Pastor que corre tras la oveja rebelde y obstinada, jamás permitirá que un alma de buena voluntad termine miserablemente una vida santa. Por lo demás, no cesemos de implorar la gracia de la perseverancia final, y pidámosla por mediación de nuestra Madre del Cielo, que un alma devota de María no puede perderse eternamente.
Puede haber también otras muchas especies de oscuridades, y por más que se tomen todas las precauciones para hacer la luz en rededor suyo, siempre se padecerá la falta de claridad, sea en la vida interior, sea en el modo de conducir al prójimo, y por una permisión divina surgirán las tinieblas de todas partes. Sea cual fuere su naturaleza y por espesas que se las suponga, nos dejan la razón y la fe: tanto al Pastor como al simple fiel les quedará la Iglesia, el Evangelio, los buenos libros y la dirección; y al religioso le quedan sus Superiores y su Regla. ¿No es esto bastante para orientarnos con seguridad hacia el puerto de la eterna felicidad? La prueba, pues, no nos priva sino de las luces especiales, radiantes y deliciosas que por cierto nos proporcionan un precioso suplemento de fuerza, del que, sin embargo, es fácil abusar. En todo caso no son necesarias y si Dios nos las quita sin culpa nuestra, El sabrá hacer que hallemos mediante el abandono y los esfuerzos una superabundante compensación. Dejemos, por tanto, que Dios nos conduzca a su placer, y aun entre las desolaciones y tinieblas confiémonos a este Padre infinitamente bueno y sabio y no tengamos otro cuidado sino el de cumplir sus voluntades.
De este modo se conducía Santa Teresa del Niño Jesús: «Doy gracias a mi Jesús, escribía, por hacerme caminar entre tinieblas, pues encuentro ahí una paz profunda. Gustosa consiento en permanecer toda mi vida religiosa en este oscuro subterráneo en que me ha hecho entrar, y solamente deseo que mis tinieblas obtengan la luz para los pecadores. Soy feliz así, muy feliz de no tener ninguna consolación.»

Artículo 2º.- La insensibilidad del corazón, los disgustos, etc.

Lo repetimos de nuevo, que aquí no se trata de un alma esclava de sus pasiones o debilitada por la tibieza voluntaria, sino de aquella que desea resueltamente ser toda para Dios.
«Es triste tener que cumplir los más religiosos deberes con un corazón frío y un espíritu disipado, el ir a ellos siempre sin interés alguno y tener que arrastrar su corazón como por fuerza, el hallarse insensible y con estúpida indiferencia en presencia de Dios, meditar sin afecto, confesarse sin dolor, comulgar sin gusto y aun con menos satisfacción que comiendo el pan material, sufrir por fuera sin estar consolado por dentro, llevar pesadas cruces sin sentir esa unción secreta que las dulcifica.» He aquí nuestra prueba admirablemente descrita por el P. de Lombez, mas, ¿qué pensar de ella? «Este estado, continúa diciendo, es harto mortificante, pero sin embargo, está ordenado con mucha sabiduría por la Providencia de un Dios que conoce perfectamente sus derechos y nuestras necesidades. Sois justo, Señor, y todas vuestras determinaciones son dictadas por la misma equidad; mas vuestra misericordia siempre va mezclada en vuestros consejos... (Alma de buena voluntad), Dios te retira sus consolaciones ora para castigar tus faltas, ora para aumentar tus méritos. Si es para castigar tus faltas, ¿por qué no vuelves tu disgusto contra ti misma? Si es para aumentar tus méritos, ¿por qué te quejas de Él? Si te trata como mereces, ¿qué mal te hace? Si quiere acrecentar tus méritos, ¡cuán reconocida no le debes estar! ¿Temes que te haga expiar con sobrada facilidad tus pecados en este mundo, o que mediante ligeros padecimientos te haga demasiado feliz en el otro? Por más que reflexiones, esos que tú llamas rigores, deben necesariamente tener una de estas dos causas: Dios no aborrece su obra, y no llama al hombre a su servicio para hacerle desdichado.»
Con tal que nuestra voluntad se mantenga firme y generosa, evitemos la inquietud. Pongámonos en manos de Dios como un enfermo en las del médico, pues en estas circunstancias es cuando se entregará de lleno a curarnos y salvarnos. El amor propio querría que nuestra contrición se tradujese en torrentes de lágrimas, nuestro amor a Dios en dulces efusiones de ternura; querría conocer, ver y sentir cada uno de nuestros actos de virtud para asegurarse de ellos, para solazarse o complacerse en ellos. Tan miserables somos durante la vida, que todo don conocido corre riesgo de convertirse en veneno por este sutil amor propio. He aquí lo que obliga en cierta manera a Dios a ocultarnos las gracias que nos concede: nos conserva la sustancia de ellas, nos quita lo que brilla y nos halaga. Si entendiéramos bien nuestros intereses, miraríamos esta conducta de Dios como preciado favor, y nunca besaríamos su mano con más confianza, que cuando parece que la deja caer con todo su peso sobre nosotros. En efecto, cuando la naturaleza padece esas interiores crucifixiones y se desespera de no hallar remedio alguno en ellas, el amor propio es quien se encuentra reducido a la agonía y se ve a punto de expirar. ¡Muera, pues, este miserable amor desarreglado! ¡Sea crucificado este enemigo doméstico de nuestras pobres almas, este enemigo de Dios y de todo bien! Pero, diréis, ¿y esta espantosa indiferencia para con Dios? - Es tan sólo aparente, y en la parte inferior, puesto que la voluntad permanece fiel a todos sus deberes. La parte superior busca a Dios, y El no la pide más. He aquí una prueba evidente; estáis desolada en todos vuestros ejercicios por sentir que no amáis a Dios como lo deseáis, y no sabéis más que lamentaros amargamente: Dios mío, luego no os amo. ¡Qué violento y profundo debe ser el deseo interior de permanecer fiel por completo, pues el temor solo de no amarle os aflige hasta este extremo! Es señal cierta de que en medio de vuestras frialdades, de vuestras insensibilidades, de vuestra aparente indiferencia, Dios ha encendido en vuestro corazón el fuego de un amor grande que cada vez se hace interiormente más intenso, más profundamente ardoroso con los mismos temores de no amarle. Son, pues, vuestras angustias las que precisamente debieran tranquilizaros. Hay, sin embargo, otra prueba aún mejor: es que nuestros actos, para que sean agradables a Dios, en manera alguna necesitan emociones. Por su naturaleza son espirituales, y se elaboran en la parte superior del alma. Cuando la parte inferior preste su concurso, o permanezca inerte, e incluso trabaje en contra, todo esto será siempre secundario. Lo esencial es que la contrición cambie la voluntad, y no que haga correr las lágrimas, que el santo amor una fuertemente nuestro querer al de Dios, y no que se traduzca en efusiones de ternura. Otro tanto ha de decirse de las virtudes. Para obtener este resultado, no es necesaria la sensibilidad; ésta viene a ser perjudicial tan pronto como se convierta en pábulo del amor propio. Tal es el obstáculo que Dios se propone destruir con esta insensibilidad del corazón. Dolorosa es esta operación, mas eminentemente saludable, y en lugar de quejamos amargamente de ella, besemos con reconocimiento la mano de Dios que nos hace sufrir para curarnos.





jueves, 21 de noviembre de 2019

Donald Trump, hombre providencial para Moscú



Al anuncio ruso sobre el misil nuclear hipersónico Avanguard, el presidente ‎estadounidense Donald Trump reaccionó anunciando la salida de Estados Unidos del ‎Tratado INF. Ante la evidente imposibilidad de recuperar rápidamente el retraso de ‎Estados Unidos en el desarrollo de misiles hipersónicos, Trump pretende reconstruir el arsenal estadounidense de misiles nucleares de alcance intermedio. Valentin Vasilescu ‎observa que Estados Unidos ya no fabrica motores para ese tipo de misiles –incluso ‎utiliza motores rusos para los cohetes estadounidenses Atlas V. Otro sector donde ‎Moscú también tiene la ventaja sobre Washington. ‎
En aplicación del Tratado INF, firmado en 1987, la URSS –luego Rusia– y Estados Unidos ‎destruyeron todos los misiles nucleares terrestres de alcance corto, medio e intermedio (entre 500 ‎y 5 500 kilómetros). Los misiles de alcance superior a los 5 500 kilometros son considerados ‎misiles balísticos intercontinentales (ICBM, siglas en inglés) y no entran en ese tratado. Debido a ‎la firma del Tratado INF, Estados Unidos retiró sus misiles nucleares de Europa. Los principales ‎beneficiarios de ese tratado fueron los países europeos y Rusia. ‎
La salida unilateral de Estados Unidos del Tratado INF, anunciada por Trump, no modifica ‎la situación para los propios Estados Unidos ya que la distancia entre el territorio continental ‎estadounidense y la Rusia europea es superior a los 5 500 kilómetros. Trump creyó que podía ‎engañar a Putin al menos con los sistemas de lanzamiento VLS MK-41 [1] de los escudos antimisiles estadounidenses instalados en Rumania y Polonia. ‎Derivados de los sistemas existentes a bordo de los cruceros lanzamisiles estadounidenses AEGIS ‎de la clase Ticonderoga, esos sistemas son capaces de lanzar misiles crucero Tomahawk ‎equipados con ojivas nucleares miniaturizadas W80, de 5 a 50 kilotones. Pero la velocidad de ‎los misiles crucero estadounidenses es 20 veces inferior a la de los misiles balísticos rusos, ‎además de que su lanzamiento puede ser detectado por los satélites rusos de observación, ‎capaces de captar la energía térmica que desprenden los misiles en el momento mismo del ‎lanzamiento. ‎
Es por eso que el Pentágono está en ebullición, porque sabe que su debilidad ha salido a la luz y ‎que necesita urgentemente nuevos tipos de misiles balísticos para instalarlos en Europa, cerca de ‎las fronteras de Rusia. ‎
El problema es que el presidente Donald Trump no tuvo en cuenta que Estados Unidos ya ‎no tiene los motores de cohetes que necesita para construir esos vectores. En la época en que ‎la NASA recibía fondos importantes, las fuerzas armadas estadounidenses disponían de los ‎motores más poderosos. Pero en los últimos 15 años, la NASA se convirtió en una organización ‎que no es ni la sombra de la entidad que envió los primeros hombres a la Luna. ‎(tema aún cuestionado)
O sea, sin querer, al sacar a Estados Unidos del Tratado INF, Trump le hace un favor a Putin. ‎Para Rusia, se trata incluso de una enorme victoria. ‎
Características de un misil balístico portador de una ojiva nuclear de entre 650 y 1 000 ‎kilogramos (potencia de 1 a 8 kilotones) y capaz de alcanzar un objetivo situado a entre 1 500 y ‎‎2 500 kilómetros del punto de lanzamiento:
- Peso: entre 18 y 24 toneladas - Largo: de 15 a 20 metros ‎- Diámetro: de 1,5 a 1,8 metros - Es un misil de 1 o 2 etapas
- Velocidad:4,5 km/s‎ - Altitud: de 600 a 900 kilómetros
- Sus motores deben garantizar al menos entre 75 000 y 00 000 kgf de empuje. La propulsión ‎de los misiles GBMDSM-3 (variantes 1b y 2) y THAAD utilizados en los escudos antimisiles ‎estadounidenses es demasiado reducida, lo cual quiere decir que esos misiles son inútiles. ‎‎
Debido a la disminución del presupuesto de la NASA, gran parte de los especialistas de las ‎secciones dependientes de los departamentos especiales de Lockheed Martin y de Boeing ‎se asociaron entre sí en una compañía llamada «United Launch Alliance» (ULA). Esta compañía ‎compra motores para cohetes, ensambla componentes de cohetes y crea –al mismo tiempo– ‎nuevos vehículos espaciales asegurando su lanzamiento para el uso del Pentágono y de la NASA. ‎
ULA ensambla así el más poderoso de los cohetes estadounidenses actualmente en servicio, el ‎‎Atlas V, que al mismo tiempo es el único capaz de poner en órbita el transbordador espacial ‎militar automático estadounidense X-37B y los satélites militares emplazados en órbitas ‎geoestacionarias. El cohete estadounidense Atlas V utiliza un sistema de lanzamiento de ‎superpropulsores… con motores rusos RD-180. La primera etapa de este cohete ‎estadounidense también lleva un motor ruso RD-180. ‎
La única cápsula estadounidense que ha demostrado ser capaz de alcanzar la Estación Espacial ‎Internacional (ISS, siglas en inglés) ha sido la SpaceX Dragon. Fue lanzada con el cohete ligero ‎de 2 etapas Falcon 9. La primera etapa se compone de 9 motores Merlin 1C, que ‎proporcionan cada uno un empuje de 56 696 kgf. Su segunda etapa cuenta con un solo motor ‎‎Merlin. El cohete ligero estadounidense Falcon 9 no es otra cosa que un reciclaje de reliquias ‎de la guerra fría. El motor Merlin 1C es una variante del célebre motor RS-27, fabricado por ‎la firma Rocketdyne –desde 1974– para los antiguos cohetes Delta 2000de McDonnell ‎Douglas, desechados por la NASA. Es posible utilizar varios motores Merlin 1C para construir ‎nuevos misiles nucleares a partir de misiles de alcance medio y corto. ‎
Taurus I y Minotaur I son los nuevos cohetes líderes estadounidenses de 3 o 4 etapas que la ‎Orbital Sciences Corp. proporciona a la NASA. Esos cohetes pueden poner en órbita un artefacto ‎cósmico de entre 580 y 1 500 kilogramos utilizando las etapas SR19 y M55A1 provenientes de ‎los misiles balísticos intercontinentales estadounidenses LGM-118A MX-PeacekeeperLGM-30F ‎Minuteman II, que funcionan con combustible sólido. El Minotaur I se compone de la primera ‎y la segunda etapas del cohete balístico intercontinental Minuteman II, que proporcionan ambas ‎‎120 000 kgf de empuje.‎
Del año 2010 al 2013, Orbital Sciences Corp reemplazó las dos primeras etapas del Minotaur I ‎con el motor NK-33(140 000 kfg de empuje), provenientes de la empresa rusa Energomas y ‎superiores a los motores que podía encontrar en Estados Unidos. A causa de las sanciones de ‎Estados Unidos contra Rusia, a principios de 2014 se interrumpió la transferencia de tecnología ‎rusa proveniente de Energomas.‎
La compañía [estadounidense] Aerojet, en colaboración con la oficina de diseños de Yuzhnoye, en ‎Dnipropetrovsk (Ucrania), comenzó a producir unos motores llamados AJ-26-58/62, que ‎en realidad son malas copias del motor NK-33 de Energomas. Esos motores utilizan un ‎esquema diferente de turbobomba de alta presión, que se necesita para la alimentación continua ‎en carburante y comburente [2]. La explosión, ‎‎6 segundos después de su lanzamiento, de un cohete estadounidense Antares, utilizado como ‎vector del carguero espacial estadounidense Cygnus, que debía garantizar el aprovisionamiento ‎constante de la Estación Espacial Internacional fue consecuencia de un defecto de concepción del ‎motor AJ-26.‎
Un cohete similar, equipado con la etapa estadounidense SR19 (utilizada en los cohetes ‎estadounidenses Taurus I y Minotaur I, se compone de un sistema fijo GBMD (Ground-Based ‎Midcourse Defense) ensamblado por Orbital Sciences Corp. El GBMD (35 000 kgf) pertenece a la ‎agencia de defensa antibalística del Pentágono, que opera en las bases Fort Greely (Alaska) y ‎Vandenberg (en California). Esto demuestra que la excesiva focalización de los estadounidenses en ‎la creación del escudo antimisiles lleva a que las reducciones de presupuesto tengan un impacto en ‎el financiamiento de la concepción de nuevos motores de cohetes de alto poder, obligando a la ‎NASA a utilizar cohetes pesados. ‎
Veamos ahora cuál es la situación de Rusia en materia de motores de cohetes con posibilidades de ser ‎utilizados en la producción de misiles nucleares de alcance medio e intermedio. ‎
La familia de cohetes rusos Angara incluye el cohete ligero Angara 1.1 (capaz de poner en ‎órbita baja satélites de 2 toneladas) y el cohete mediano Angara A3 (capaz de poner en ‎órbita baja hasta 14,6 toneladas). También incluye el cohete superpesado Angara A7 (cuyos ‎motores RD-191 han sido reemplazados por los RD-193, más poderosos, que permiten poner ‎en órbita baja artefactos de 35 toneladas. El cohete más poderoso de esta familia es el Angara-‎‎100 que puede poner en órbita baja hasta 100 toneladas. La primera etapa del cohete Angara-A5, ‎desarrolla un empuje de hasta 1 000 000 kgf y se compone de 4 propulsores equipados con ‎motores RD-191, montados alrededor de un segmento central que a su vez incluye otro motor ‎‎RD-191. El motor RD-191 ofrece además la posibilidad de modificar en pleno vuelo el empuje ‎máximo en 200 000 kgf (de 100 a 30%).‎
La conclusión de todo lo aquí expuesto es que a Rusia le bastaría con utilizar un solo motor RD-‎‎191 de su cohete Angara para fabricar y poner en disposición operativa –en un plazo de 6 ‎a 8 meses– un nuevo misil balístico nuclear con un alcance de hasta 5 000 kilómetros, lo cual es ‎catastrófico para Estados Unidos. ‎
Pero la situación de Rumania y Polonia es mucho peor ya que los “escudos antimisiles” ‎estadounidenses están instalados en los territorios de esos dos países europeos.
Hasta ahora, ‎el tiempo disponible para remediar un eventual lanzamiento accidental de un misil balístico ‎intercontinental, (ICBM, siglas en inglés) fluctuaba entre 20 y 25 minutos (tiempo que necesitaba ‎un ICBM ruso para completar su trayectoria hacia el territorio estadounidense). Hoy ese lapso de ‎tiempo se reduce a 4 minutos (entre Rusia y Polonia o entre Rusia y Rumania hay sólo un millar ‎de kilómetros). Y tanto Rumania como Polonia han pasado a ser objetivos de las ojivas nucleares ‎de 8 megatones de los misiles balísticos rusos –misiles balísticos que los “escudos antimisiles” ‎estadounidenses serán incapaces de neutralizar y cuyo poder de destrucción es enorme para la ‎población y la infraestructura de ambos países. ‎