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jueves, 31 de enero de 2019

ACUÉRDATE QUE NO TIENES MAS DE UN ALMA . SANTA TERESA DE JESUS


Job y el Demonio
50.- Escribe Rabisio Testor que convidó a un filósofo otro amigo suyo, bien desemejante a él en las costumbres, y apercibió su casa, como para tal huésped, sacando a plaza cuantas riquezas tenía, entapizó las paredes de ricas. colgaduras, cubrió el suelo de vistosas alfombras, vistió las mesas de labrados tapetes, adornó el estrado de telas de oro y seda, enriqueció los aparadores de costosas vajillas, bordó las sillas y doró los techos, sin dejar cosa alguna que no adornase; sólo de sí mismo se olvido; porque tenía el rostro tiznado y el vestido mal compuesto.
51.- Lo cual como advirtiese el Filósofo, teniendo necesidad de escupir, arrancó una flema y escupiósela en la cara, diciéndole, perdonad, que no he hallado otro lugar más despreciable en que poder escupir; pues, siendo el primero de vuestra casa, ha sido el que más olvidasteis, y fue justo castigo, aunque acedo, de quien se olvidó de su cara, acordándose de adornar los rincones de su casa.
52.- Verdaderamente hay hombres tan descuidados de su alma, cuanto cuidadosos de las menores alhajas y rincones de su casa, que, si hubieran de escupir en el lugar más despreciado, no se hallara otro más que su alma, porque cuidando, de todo sólo se descuidan de ella.
53.- Del caballo, y del jumento, del perro y del pájaro, de la viña y de la huerta, del vestido y de la silla, y de las posesiones más humildes, cuidan solícitos, y procuran que sean buenas y bien tratadas; sólo de su alma se descuidan y no se acuerdan más que si no la tuvieran o no fuese suya. . .
54.- Todas las posesiones tuyas quieres que sean buenas, dice S. Agustín, y sola tu alma no se te da nada que sea mala. Grande engaño es y digno de lágrimas que precies tanto el cuerpo, y tan poco el alma; que gastes tantas horas en peinar tu cabeza, y en afeitar tu rostro, y en ajustar el vestido, y que tengas tantos criados ocupados en mirar por tu hacienda, y que no gastes un rato en hermosear tu alma, y en limpiarla siquiera de los vicios que se le pegan del cuerpo; ni tengas una persona que cuide de ella y te ayude a granjear las riquezas espirituales y verdaderas.
55.- Advierte que eres Cristiano, y no gentil, repara que hay otra vida. después de ésta, considera que no se acaba todo con vivir y morir, sino que después de la muerte hay juicio y cuenta y otra vida perdurable y pues cuando vas a otro lugar previenes la posada y cuidas de la comida, así también aquí; mira que no puedes excusar esta jornada; que por fuerza o de grado has de pasar estos puertos; Prevén la posada, que ha de durar tanto tiempo, porque una vez allá no la podrás mejorar, allá has de gozar lo que ganares acá. Aquí se ha de hacer el matalotaje para esta navegación; porque, salido una vez de la tierra de este mundo no, podrás ganar lo que no hubieras granjeado antes de partir.
56.- Sentencia es de S. Bernardo: que el que saliere de esta vida no podrá gozar después lo que no mereció en ésta. Porque, como dice S. Pablo: cada uno cogerá lo que sembrare. Una cosa te sé decir: que, si los que están allá pudieran venir acá, sin duda hicieran ventaja a todos los pasados en trabajar y granjear riquezas inmortales. Y, pues, así pasa, concluyo con lo que concluye S. Agustín: prefiere siquiera tu alma a tu calzado, no sea en tu casa la más deshecha alhaja, ni pospuesta a lo que tienes debajo de los pies. Y pues miras por el calzado y cuidas de que sea bueno y esté limpio, cuida de tu alma, procura que sea buena, y esté limpia y hermosa en los ojos de DIOS, sin mancha alguna de culpa.

EJEMPLO DE SATANAS APRENDAMOS EL APRECIO
QUE HEMOS DE TENER DEL ALMA.

57.- Aunque lo dicho bastaba para inculcarte el aprecio de tu alma preciosísima, pero es muy de reparar el aprecio que hace de ella el demonio, y las diligencias que hace para robártela, y por aquí sacarás lo que debes estimarla y las diligencias que debes hacer para no perderla.
58.- Sobre los libros que escribió sobre Job pondera S. Gregorio la sed que padece Satanás de nuestras almas, y el conato que pone por ganárnoslas, en tanto grado, que no estima en nada cuanto el mundo adora, en comparación de un alma, ni juzga que ha hecho cosa cuando no ha tocado al alma, la cual si escapa de sus manos buena y sana, aunque haya hecho suerte en todo lo terreno, por precioso que sea, sale triste y lloroso, sin haber ganado nada, como se declara en Job.
59.- Quitóle los hijos las casas, los criados, las tierras y ganados, y la salud el cuerpo, hasta ponerle en un establo, podridas sus carnes sin dejarle un paño con que limpiarías, Y de todas estas lides salió perdidoso y vencido, porque no pudo hacer suerte en su alma, resistiendo con tan invencible paciencia, que no faltó en una sola palabra. Todos sus tiros se enderezan al alma, que es lo que estima y pretende, que de todo lo demás no hace caso. Como se vio también.
60.- en las batallas que tuvo con el Salvador en el desierto, a quién ofreció todos los haberes del mundo, porque cayendo le adorase, Y dijo bien cayendo, porque todos los que pecan caen de la amistad de DIOS en un abismo de miserias y de condenación eterna. Donde debes reparar la estima que tiene el demonio del alma, pues por sola una ofrece liberalmente cuanto el mundo aprecia de honras, riquezas y deleites, y por todos ellos la compra de balde. TAL ES SU VALOR.
61.- Pues aprende de tu enemigo el aprecio que debes tener de tu alma y el cuidado de salvarla. Aunque ganes todo el mundo, cree que no has ganado nada, si de ti te olvidaste. Y aunque pierdas los Reinos, señoríos y posesiones de todo el Orbe, como no pierdas tu alma, has cuenta que no has perdido nada; porque todo es nada respecto del alma. Piérdase la hacienda, piérdase la honra, piérdase la salud, piérdase la vida, y no se pierda el alma, porque en esta pieza se recupera todo y en todo aquello no se recupera ésta.
62.- Una alma tienes, y no más; si ésta pierdes ¿qué harás? ¿Con qué precio, dice CRISTO, podrá un hombre recuperar su alma, si la pierde una vez? ¿Cómo restaurará su pérdida? 2 ojos te dio el Creador, 2 pies, 2 manos, 2 oídos, si pierdes el uno váleste del otro; pero alma no te dio más de una, y si ésa pierdes ¿con qué te valdrás después?
63.- Por esta razón dice Orígenes que le dio a Satanás DIOS licencia en todos los bienes y posesiones de Job si no fue en su alma, para dar a entender que sola ésta valía más que todo y que, si perdía lo demás, era fácil recuperarlos, como lo fue, dándole otros tantos, y aun doblados, pero, si perdía el alma, no tenía reparo.
64.- Tú lo haces al revés, que das licencia franca a Satanás sobre tu alma, reservando los bienes temporales. Estos guardas, de estos cuidas, estos lloras, su pérdida sientes, y, como estos permanezcan, no se te da un clavo de tu alma.
65.- Pues mira que te mira DIOS, que castigará tu alevosía, quitándote los bienes temporales, porque no estimas los eternos, y la vida del cuerpo, porque desprecias la del alma.
66.- Sobre aquellas palabras del Salmo 41: derramó mi alma sobre mí, dice S. Ambrosio: unos hay que derraman sobre sí el cuerpo, y otros que derraman, como David su alma. Aquellos derraman el cuerpo que sepultan su alma con los deseos y apetitos carnales, anteponiendo lo temporal a lo espiritual, y el cuerpo al alma, los cuales son reprobados en el catálogo de DIOS.
67.- Los que derraman su alma sobre sí son los que la estiman, ¿haciéndola señora del cuerpo; los que la tienen por superior y hacen que le obedezca en todas las cosas, y quieren antes perderlas que perderla. Estos son escogidos de DIOS, gente espiritual y santa, no sujeta a los vicios como esotra, a quien castigará DIOS con pérdida del alma y cuerpo, como merece su pecado.


martes, 29 de enero de 2019

Elliott Abrams, el «gladiador» convertido a la «política de Dios»



El regreso de Elliott Abrams,
El secretario de Estado Mike Pompeo acaba de nombrar a Elliot Abrams enviado especial para ‎Venezuela. ‎
La nominación de Elliot Abrams como enviado especial para Venezuela marca un viraje radical en ‎la política de la administración Trump.‎

¿Quién es Elliott Abrams?
Elliott Abrams nuevo número dos del Consejo Nacional de Seguridad, siempre ha sido un neoconservador. Fue apartado como resultado del Irangate, en el que se encontraba gravemente comprometido, se reubicó en un think-tank (centro de estudio, propaganda y divulgación de ideas políticas) religioso donde ha desarrollado una extraña alianza con los integrismos judíos y cristianos. Con discreción, vuelve a entrar en escena bajo la sombra de Condoleezza Rice para cerrar el frente palestino y preparar el ataque a Siria.
Elliott L. Abrams se encuentra de regreso. Una persona a la que se le había prohibido el acceso a los edificios del Congreso por los falsos testimonios presentados durante el caso Irangate, regresa por la puerta ancha y acaba de ser nombrado N°2 del Consejo Nacional de Seguridad. Nacido el 24 de enero de 1948 en Nueva York, de una familia judía practicante, Elliott Abrams cursó estudios en Harvard y después en el London School of Economics. Posteriormente, se convirtió en asistente parlamentario del senador Henry «Scoop» Jackson (1975-1976) y después del senador Daniel P. Monihan (1977-1979).

Lider del Partido Demócrata, que presidió durante la campaña de John F. Kennedy, el senador Jackson fue el autor de una ley que condicionaba el comercio con la Unión Soviética al levantamiento de las restricciones a la emigración de las minorías religiosas [1]. Esa presión favoreció durante 30 años a la emigración de aproximadamente 1,5 millones de soviéticos, de ellos 250,000 cristianos y 250,000 judíos hacia los Estados Unidos, y sobre todo de un millón de judíos hacia Israel, asegurando de ese modo la colonia que en esa época sólo contaba con tres millones de habitantes.
Jackson, allegado del fabricante de aviones Boeing, era el halcón de los demócratas. Se había rodeado de un equipo de jóvenes trotskistas que se habían afiliado al partido y habían constituido una tendencia en su interior, los Social-demócratas Estadounidenses (SD/USA). Entre esos prometedores jóvenes se encontraban Douglas Feith, Abram Shulsky, Richard Perle, Paul Wolfowitz (actual secretario adjunto de Defensa), Nathan Sharansky (actual ministro israelí para Jerusalén y la diáspora) y Elliott Abrams (nuevo consejero nacional adjunto de Seguridad) [2].
Abrams participa en la administración de los dos mandatos de Ronald Reagan. Por recomendación de Jeane Kirkpatrick [3], en enero de 1981 lo nombran asistente del secretario de Estado (Alexander M. Haig) encargado de las organizaciones internacionales. Entonces organiza la retirada de los Estados Unidos de la l’UNESCO [4] denunciando la «politización» de la organización.

En efecto, esta había intentado cuestionar el monopolio de las agencias de prensa occidentales que imponen al mundo sus puntos de vista.
En 1980 Abrams se casa en primeras nupcias con Rachel Decter, hija de Midge Decter et nuera de Norman Podhoretz. De ese modo, entra en el círculo cerrado de los periodistas neoconservadores y se le abren las columnas de Commentary, la influyente revista del American Jewish Committee, y las tribunas del Committee for the Free World [5].
En diciembre de 1981 Elliott Abrams se convierte en asistente del secretario de Estado para los Derechos Humanos y los Asuntos Humanitarios, sustituyendo a su amigo Ernest W. Lefever, presidente del Ethics and Public Policy Center (EPPC), cuya confirmación había sido rechazada por el Senado [6].
Abrams denuncia las persecuciones religiosas en Irán contra la comunidad Bahaia y el control de la Iglesia ortodoxa por el Partido Comunista en la URSS. Sobre todo denuncia a la ONU, acusándola de legitimar el antisemitismo al condenar el sionismo [7].
A su modo de ver, las Naciones Unidas se encuentran bajo la influencia de las 90 naciones del Grupo de los Países No Alineados, donde la OLP desempeña un papel extremadamente importante. Al lograr que la Asamblea General adoptara, en 1975, una resolución que considera el sionismo como una forma de racismo, la ONU habría cuestionado la «la supervivencia de Israel y la del pueblo judío».

Elliott Abrams supervisa la creación de una nueva agencia encargada de continuar el trabajo de la CIA sin recurrir a la violencia: la National Endowment for Democracy (NED) [8]. La idea es utilizar la promoción de los derechos humanos como injerencia en los Asuntos internos de los Estados y así controlarlos. El ejemplo, ya antiguo, del derrocamiento de Mossadegh en Irán, había demostrado que es posible subvertir los Estados corrompiendo formaciones políticas y pagando figurantes para organizar manifestaciones.
Abrams asegura y consolidará el vínculo entre la NED y dos unidades secretas e ilegales del Consejo Nacional de Seguridad: primeramente el Office of Public Diplomacy, es decir el Buró de Propaganda, dirigido por Otto Reich [9], luego el proyecto Democracy, encargado de fabricar grupos de presión amigos bajo la autoridad del coronel Oliver North.
En julio de 1985, Elliott Abrams fue nombrado asistente del secretario de Estado George P. Schultz para los Asuntos interamericanos. En Chile, intenta conducir al general Pinochet hacia la salida, sin perder el control del país, según el modelo de lo que se acababa de hacer con la evicción de Marcos en Filipinas y de Duvalier en Haití. Pero, en definitivas, cree que es difícil corromper a los partidos políticos de oposición y renuncia a la «democratización», que no se realizó hasta cuatro años después.
Elliott Abrams se lanza en cuerpo y alma, sobre todo, a la operación de apoyo a los Contras nicaragüenses y se adjudica el sobrenombre de «Gladiador».
En ese momento es «el pitbull de la política de la administración: "primero muerto que rojo"» [10].
Actúa en vínculo directo con los consejeros de seguridad nacional sucesivos, Frank C. Carlucci y el almirante John M. Pointdexter, y su hermano siamés, el coronel Oliver North. Pero pronto estalla el escándalo del Irangate.
«Los miembros del Congreso recuerdan las manifestaciones rabiosas de Abrams durante las audiencias parlamentarias en defensa de los escuadrones de la muerte y los dictadores, negando las masacres, mintiendo sobre las actividades ilegales de los Estados Unidos de apoyo a los Contras nicaragüenses. Abrams se ríe de sus críticos diciendo que lo hacen por ceguera e ingenuidad, o les llama víboras», cuenta un editorialista del Washington Post [11].
Posteriormente será procesado por falso testimonio y no por su responsabilidad en diversas masacres en Honduras. Será considerado culpable de dos cargos, escapando así a la prisión, y, en definitivas, protegido por el presidente Bush padre, quien se protegía de ese modo a sí mismo del resultado de la investigación.
De 1990 a 2001, Elliott Abrams ocupó funciones en diversos think-tanks. Primeramente, en un instituto de futurología, el Hudson Institute, en aquel momento presidido por Donald Rumsfeld y dirigido por su suegra Midge Decter [12]. Luego, Abrams se une al Ethics and Public Policy Center (EPPC), al que ya había pertenecido.
Tomará su dirección y allí desarrolla la idea de que los Derechos Humanos deben convertirse en un «instrumento diplomático» que le permita a los Estados Unidos ejercer presiones sobre los demás Estados. Preconiza, en particular, la instrumentación de los atentados a la libertad de religión y termina por lograr que la administración Clinton cree una comisión sobre la libertad de religión en el mundo [13], de la que ocupa la presidencia en 1999.
Las teorías de Abrams se discutieron poco en los Estados Unidos. Al inscribirse en una corriente mayoritaria, considera que la fe religiosa es la que fortalece el vínculo social. La libertad de conciencia y la laicidad, que les conceden derechos ciudadanos, atentan (a su punto de vista) contra la libertad de religión y contra toda la sociedad. A las religiones les corresponde organizar el espacio público y al «pueblo elegido» mostrar la vía.
En su libro Fe o miedo: Cómo los judíos pueden sobrevivir en una América cristiana [14]escribe: «Fuera de la tierra de Israel, no hay dudas de que los judíos, confiados en la Alianza entre Dios y Abraham, deben vivir separados de la nación en la que residen. La verdadera naturaleza de los judíos es la de estar separados -salvo en Israel- del resto de la población».
De igual modo milita activamente por la prohibición de los matrimonios interreligiosos. De ello se desprende que la EPPC tiene contactos privilegiados con organizaciones fundamentalistas judías y cristianas, incluyendo el Opus Dei representado en su junta de administración por la profesora Mary Ann Glendon [15].
Para Abrams, la oposición entre los Estados Unidos y Francia es fundamental ya que reside en el antagonismo de sus proyectos políticos que en el siglo XVIII Thomas Paine ya había explicado [16]: si los Estados Unidos son una nueva tierra prometida, la Francia laica es un nuevo Egipto. Entonces, organiza audiencias ante su comisión, en el Congreso y en la OSCE, para denunciar «el totalitarismo laico francés» que persigue a los adeptos de la Iglesia de Cientología y alienta el antisemitismo.
Abrams visita el Center for security Policy (CSP) donde se codea tanto con otros neoconservadores como con sus colaboradores más duros de la administración Reagan [17].
En 1997, Richard Perle (a quien había conocido en el gabinete del senador Jackson y seguido en el CSP) lo solicita para integrar un grupo de trabajo del American Enterprise Institute: le Project for a New American Century (Proyecto para un Nuevo Siglo Americano) [18]. Allí se compromete a favor del ataque a Irak y a Siria. Por cuenta de ese grupo, redacta un capítulo sobre el Medio Oriente en un libro-manifiesto titulado Los Peligros Actuales [19]. En ese documento y en otros, defiende las tesis del Likud (partido de extrema derecha israelí): no existe un conflicto israelo-palestino, ya que los Palestinos no tienen ninguna reivindicación legítima, sino un conflicto árabe-israelí, puesto que los árabes son visceralmente antisemitas.
El proceso de Oslo es una maniobra de Yasser Arafat para conservar su poder después del hundimiento de la URSS que lo protegía. Los israelíes sólo se unieron para formar un frente secundario y de ese modo enfrentar mejor a las masas árabes. Pero le corresponde a los Estados Unidos ayudar al pueblo elegido y derrocar esa correlación de fuerzas.
Sobre la base de tal trayecto y de tales concepciones, Elliott Abrams regresa a la administración con George W. Bush. En 2001, el nuevo presidente lo nombra en el Consejo Nacional de Seguridad asistente especial de Condoleezza Rice, encargada de los Derechos Humanos; luego, en 2002, asistente especial encargado del Medio Oriente y África del Norte.
Por los Derechos Humanos supervisa la tentativa de golpe de Estado en Venezuela para derrocar al presidente electo Hugo Chávez y «restablecer la democracia» frente al bolivarismo [20]. Más tarde, en el Medio Oriente, propone «democratizar Palestina» eliminando a los dirigentes de Hamas y a Yasser Arafat, y colocando a Mahmoud Abbas en el poder.
Los primeros fueron asesinados, el segundo murió de una enfermedad desconocida y fulminante, y el tercero ganará las elecciones después que sus rivales fueron disuadidos de presentarse. Al cerrar el frente palestino, pueden abrir el frente sirio.
En octubre de 2002 explica ante una multitud de cientólogos y moonistas (secta Moon), reunidos en el seno de la Coalición Internacional por la Libertad de Religión, que «actualmente, las élites educadas, particularmente en Occidente, son siempre los hijos de las Luces» [21], una filosofía repudiada que es hora de erradicar antes de que aleje al hombre de Dios y lo empuje hacia el comunismo.
En octubre de 2003, ayuda, con Richard Perle y sus amigos, a organizar la Cumbre de Jerusalén dedicada al advenimiento de la «teopolítica» [22]: la lectura de las Escrituras enseña a los sabios la voluntad de Dios en política.
El presidente George W. Bush acaba de nombrar al señor Abrams adjunto del consejero nacional de Seguridad, Stephen Hadley [23]. Su programa es atacar la Siria baasista, imputándole un atentado [24], y transformar al Líbano en un Estado cristiano.
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[1] Esta disposición se conoce como «la enmienda Jackson-Vanik» (1974).
[2] «Los New York Intellectuals y la invención del neoconservadurismo» por Denis Boneau, Voltaire, 4 de febrero de 2005.
[3] La señora Kirkpatrick había sido la presidenta de los jóvenes de SD/USA. Dejó el Partido Demócrata para convertirse en embajadora de Ronald Reagan ante la ONU.
[4] Ese retiro sólo se hizo efectivo en 1984, seguido por el de Reino Unido, que volvió a reintegrar la UNESCO en 1988, y los Estados Unidos en 2002 después de 18 años de ausencia.
[5] El ensayista francés Raymond Aron se convertirá en presidente de honor del Committee for the Free World y creará un equivalente de Commentary, la revista Commentaire. Cf «Raymond Aron, abogado del atlantismo» por Denis Boneau, Voltaire, 6 de febrero de 2004.
[6] En esa época, varias ONG habían lanzado una campaña mundial para boicotear la Nestlé en protesta contra su política agresiva de destrucción de las economías tercermundistas en favor del consumo de leches maternizadas. La OMS estudiaba una reglamentación internacional para terminar con los manejos de la multinacional, de la que los multimillonarios franceses Liliane y André Bettencourt eran accionistas de referencia. Para contrarrestar el boycot, la Nestlé contrató a Ernest W. Lefever, quien financió y publicó varios artículos y folletos en defensa de la multinacional. Una vez inventado ese papel de lobbista, el Senado rechazó el nombramiento del señor Lefever. Cf. L’Empire Nestlé (El Imperio Nestlé) par Pierre Harrisson, Ediciones Pierre-Marcel Favre (Suiza), 1982.
[7] «USA ONU - L’ONU aide à légitimer l’antisémitisme, estime un responsable américain» (USA-ONU, La ONU ayuda a legitimar el antisemitismo, stima un responsable estadounidense), AFP, 10 de diciembre de 1984, 22:10 GMT.
[8] «Las redes de la injerencia "emocrática"» por Thierry Meyssan, Voltaire, 21 de noviembre de 2005.
[9] «Otto Reich y la contrarrevolución», por Arthur Lepic y Paul Labarique, Voltaire, 24 de noviembre de 2004.
[10] «Contra-Intuitive», editorial de Mary McGrory, Washington Post, 8 de julio de 2001.
[11] [11] Ibid.
[12] La junta de administración del Hudson Institute estaba compuesta entonces por numerosos amigos de Eliott Abrams, entre ellos Jeane Kirkpatrick (quien lo había nombrado en la administración Reagan) y Carl Gersham (presidente de la NED). También se encuentran los franceses Alain Besançon y Jean-Claude Casanova (revista Commentaire).
[13] En 1997, la secretaria de Estado, Madeleine Albright, creó un «Comité Consultativo por la Libertad Religiosa en el Extranjero», compuesto por veinte líderes religiosos de los Estados Unidos, presididos por John Shattuck. En 1998, se adjuntó un «representante especial por la libertad internacional de religión», Robert Seiple. Presionado por el Congreso, el presidente Clinton promulgó, en octubre de 1998, una ley sobre la libertad internacional de religión (International Religious Freedom Act), que otorga poder al presidente para aplicar sanciones económicas y políticas contra los Estados culpables de atentar contra la libertad religiosa.
[14] Faith or Fear: How Jews can Survive in a Christian America, por Elliott Abrams, Free Press, 1997.
[15] Mary-Ann Glendon, profesora de derecho en la universidad de Harvard, presidió la delegación de la Santa Sede a la Conferencia de la ONU en el Cairo. Después se convirtió en presidenta de la Academia Pontificia de las Ciencias Sociales. En 2001, el presidente George W. Bush la nombró al Comité Consultivo de bioética que acababa de crear.
[16] El periodista Thomas Paine perteneció a la Revolución Americana antes de convertirse en diputado durante la Revolución Francesa. En su libro sobre los Derechos Humanos, analiza las diferencias de conceptos entre ambos países.
[17] «Los manipuladores de Washington», por Thierry Meyssan, Voltaire, 11 de enero de 2005.
[18] «El Instituto Norteamericano de la Empresa», Voltaire, 13 de marzo de 2005.
[19] Present Dangers. Crisis and Opportunity in American Foreign and Defense Policy, Encounter Books, 2000. La expresión « peligros actuales » hace referencia al Comité sobre los Peligros Actuales que el senador Jackson condujo durante la Guerra Fría.
[20] «Implicación de las redes secretas de la CIA para derribar a Chávez», por Thierry Meyssan, Voltaire, 18 de mayo de 2002.
[21] Citado en «USA : promotion sectaire au nom de la liberté religieuse», por Michel Muller, L’Humanité, 18 de noviembre de 2002.
[22] Ver este texto en francés: «Sommet historique pour sceller l’Alliance des guerriers de Dieu» (Cumbre histórico para sellar la Alianza de los guerreros de Dios), Voltaire, 17 de octubre de 2003.
[24] «Siria: un objetivo militar imperialista», por Paul Labarique, Voltaire, 8 de febrero 2005.



CONFESIONES (VIDA DE SAN AGUSTIN)


SAN AGUSTIN
VIII, 12. Pero tú, Señor, permaneces eternamente y no te aíras eternamente contra nosotros, porque te compadeciste de la tierra y ceniza y fue de tu agrado reformar nuestras deformidades. Tú me aguijoneabas con estímulos interiores para que estuviese impaciente hasta que tú me fueses cierto por la mirada interior. Y bajaba mi hinchazón gracias a la mano secreta de tu medicina; y la vista de mi mente, turbada y obscurecida, iba sanando de día en día con el fuerte colirio de saludables dolores.
IX, 13. Y primeramente, queriendo tú mostrarme cuánto resistes a los soberbios y das tu gracia a los humildes y con cuánta misericordia tuya ha sido mostrada a los hombres la senda de la humildad, por haberse hecho carne tu Verbo y haber habitado entre los hombres, me procuraste, por medio de un hombre hinchado con monstruosísima soberbia, ciertos libros de los platónicos, traducidos del griego al latín.
Y en ellos leí-no ciertamente con estas palabras, pero sí sustancialmente lo mismo, apoyado con muchas y diversas razones-que en el principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios. Y Dios era el Verbo, Este estaba desde el principio en Dios. Todas las cosas fueron hechas por él, y sin él no se ha hecho nada. Lo que se ha hecho es vida en él; y la vida era luz de los hombres, y la luz luce en las tinieblas, mas las tinieblas no la comprendieron. Y que el alma del hombre, aunque da testimonio de la luz, no es la luz, sino el Verbo, Dios; ése es la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. Y que en este mundo estaba, y que el mundo es hechura suya, y que el mundo no le reconoció.
Más que el vino a casa propia y los suyos no le recibieron, y que a cuantos le recibieron les dio potestad de hacerse hijos de Dios creyendo en su nombre, no lo leí allí.
14. También leí allí que el Verbo, Dios, no nació de carne ni de sangre, ni por voluntad de varón, ni por voluntad de carne, sino de Dios. Pero que el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, no lo leí allí.
Igualmente hallé en aquellos libros, dicho de diversas y múltiples maneras, que el Hijo tiene la forma del Padre y que no fue rapiña juzgarse igual a Dios por tener la misma naturaleza que él. Pero que se anonadó a sí mismo, tomando la forma de siervo, hecho semejante a los hombres y reconocido por tal por su modo de ser; y que se humilló, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz, por lo que Dios le exaltó de entre muertos y le dio un nombre sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús se doble toda rodilla en los cielos, en la tierra y en los infiernos y toda lengua confiese que el Señor Jesús está en la gloria de Dios Padre, no lo dicen aquellos libros.
Allí se dice también que antes de todos los tiempos, y por encima de todos los tiempos, permanece inconmutablemente tu Hijo unigénito, coeterno contigo, y que de su plenitud reciben las almas para ser felices y que por la participación de la sabiduría permanente en sí son renovadas para ser sabias. Pero que murió, según el tiempo, por los impíos y que no perdonaste a tu Hijo único, sino que le entregaste por todos nosotros, no se halla allí. Porque tú escondiste estas cosas a los sabios y las revelaste a los pequeñuelos, a fin de que los trabajados y cargados viniesen a él y les aliviase, porque es manso y humilde de corazón, y dirige a los mansos en justicia y enseña a los pacíficos sus caminos, viendo nuestra humildad y nuestro trabajo y perdonándonos todos nuestros pecados.
Mas aquellos que, elevándose sobre el coturno de una doctrina, digamos más sublime, no oyen al que les dice: Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas, aunque conozcan a Dios no le glorifican como a Dios y le dan gracias, antes desvanécense con sus pensamientos y obscuréceseles su necio corazón, y diciendo que son sabios se hacen necio.
15. (...) Dijiste a los atenienses por boca de tu Apóstol que en ti vivimos, nos movemos y somos, como algunos de los tuyos dijeron, y ciertamente de allí eran aquellos libros. Mas no puse los ojos en los ídolos de los egipcios, a quienes ofrecían tu oro los que mudaron la verdad de Dios en mentira y dieron culto y sirvieron a la criatura más bien que al creador.
X, 16. Y, amonestado de aquí a volver a mí mismo, entre en mi interior guiado por ti; y púdelo hacer porque tú te hiciste mi ayuda. Entré y vi con el ojo de mi alma, comoquiera que él fuese, sobre el mismo ojo de mi alma, sobre mi mente, una luz inconmutable.
(...) ¡Oh eterna verdad, y verdadera caridad, y amada eternidad! Tú eres mi Dios; por ti suspiro día y noche, y cuando por vez primera te conocí, tú me tomaste para que viese que existía lo que había de ver y que aún no estaba en condiciones de ver. Y reverberaste la debilidad de mi vista, dirigiendo tus rayos con fuerza sobre mí, y me estremecí de amor y de horror. Y advertí que me hallaba lejos de ti en la región de la desemejanza, como si oyera tu voz de lo alto: Manjar soy de grandes: crece y me comerás. Ni tú me mudarás en ti como al manjar de tu carne, sino tú te mudarás en mí.
XI, 17. Y miré las demás cosas que están por bajo de ti, y vi que ni son en absoluto ni absolutamente no son. Son ciertamente, porque proceden de ti; mas no son, porque no son lo que eres tú, y sólo es verdaderamente lo que permanece inconmutable. Mas para mí el bien está en adherirme a Dios, porque, si no permanezco en él, tampoco podré permanecer en mí.
Más él, permaneciendo en sí mismo, renueva todas las cosas; y tú eres mi Señor, porque no necesitas de mis bienes.
XII, 18. También se me dio a entender que son buenas las cosas que se corrompen, las cuales no podrían corromperse si fuesen sumamente buenas, como tampoco lo podrían si no fuesen buenas; porque si fueran sumamente buenas, serían incorruptibles y si no fuesen buenas, no habría en ellas qué corromperse. Porque la corrupción daña, y no podría dañar si no disminuyese lo bueno. Luego o la corrupción no daña nada, lo que no es posible, o, lo que es certísimo, todas las cosas que se corrompen son privadas de algún bien. Por donde, si fueren privadas de todo bien, no existirían absolutamente; luego si fueren y no pudieren ya corromperse, es que son mejores que antes, porque permanecen ya incorruptibles. ¿Y puede concebirse cosa más monstruos que decir que las cosas que han perdido todo lo bueno se han hecho mejores? Luego las que fueren privadas de todo bien quedarán reducidas a la nada. Luego en tanto que son en tanto son buenas. Luego cualesquiera que ellas sean, son buenas, y el mal cuyo origen buscaba no es sustancia ninguna, porque si fuera sustancia sería un bien, y esto había de ser sustancia incorruptible-gran bien ciertamente-o sustancia corruptible, la cual, si no fuese buena, no podría corromperse.
Así vi yo y me fue manifestado que tú eras el autor de todos los bienes y que no hay en absoluto sustancia alguna que no haya sido creada por ti.
Y porque no hiciste todas las cosas iguales, por eso todas ellas son, porque cada una por sí es buena y todas juntas muy buenas, porque nuestro Dios hizo todas las cosas buenas en extremo.
XV, 21. Y miré las otras cosas y vi que te son deudoras, porque son; y que en ti están todas las finitas, aunque de diferente modo, no como en un lugar, sino por razón de sostenerlas todas tú, con la mano de la verdad, y que todas son verdaderas en cuanto son, y que la falsedad no es otra cosa que tener por ser lo que no es.
También vi que no sólo cada una de ellas dice conveniencia con sus lugares, sino también con sus tiempos, y que tú, que eres el solo eterno, no has comenzado a obrar después de infinitos espacios de tiempo, porque todos los espacios de tiempo-pasados y futuros-no podrían pasar ni venir sino obrando y permaneciendo tú.
XVI, 22. Y conocí por experiencia que no es maravilla sea al paladar enfermo tormento aun el pan, que es grato para el sano, y que a los ojos enfermos sea odiosa la luz, que a los puros es amable. También desagrada a los inicuos tu justicia mucho más que la víbora y el gusano, que tú criaste buenos y aptos para la parte inferior de tu creación, con la cual los mismos inicuos dicen aptitud, y tanto más cuanto más desemejantes son de ti, así como son más aptos para la superior cuanto te son más semejantes.
E indagué qué cosa era la iniquidad, y no hallé que fuera sustancia, sino la perversidad de una voluntad que se aparta de la suma sustancia, que eres tú, ¡oh Dios!, y se inclina a las cosas ínfimas, y arroja sus intimidades, y se hincha por de fuera.
XVIII, 24. Y buscaba yo el medio de adquirir la fortaleza que me hiciese idóneo para gozarte; ni había de hallarla sino abrazándome con el Mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús, que es sobre todas las cosas Dios bendito por los siglos, el cual clama y dice: Yo soy el camino, la verdad y la vida, y el alimento mezclado con carne (que yo no tenía fuerzas para tomar), por haberse hecho el Verbo carne, a fin de que fuese amamantada nuestra infancia por la Sabiduría, por la cual creaste todas las cosas.
Pero yo, que no era humilde, no tenía a Jesús humilde por mi Dios, ni sabía de qué cosa pudiera ser maestra su flaqueza.
XXI, 25. Así, pues, cogí avidísimamente las venerables Escrituras de tu Espíritu, y con preferencia a todos, al apóstol Pablo. Y perecieron todas aquellas cuestiones en las cuales me pareció algún tiempo que se contradecía a sí mismo y que el texto de sus discursos no concordaba con los testimonios de la Ley y de los Profetas, y apareció uno a mis ojos el rostro de los castos oráculos y aprendí a alegrarme con temblor.
Y comprendí y hallé que todo cuanto de verdadero había yo leído allí, se decía aquí realzado con tu gracia, para que el que ve no se gloríe, como si no hubiese recibido, no ya de lo que ve, sino también del poder ver. (...)
(...) Todas estas cosas se me entraban por las entrañas por modos maravillosos cuando leía al menor de tus apóstoles y consideraba tus obras, y me sentía espantado, fuera de mí.


lunes, 28 de enero de 2019

SANTO TOMAS DE AQUINO EL CREDO COMENTADO



6. —Pero puede alguno decir: es una tontería creer en lo que no se ve; así es que no se puede creer en lo que no vemos.
7. —Respondo. En primer lugar, la imperfección de nuestro entendimiento resuelve esta dificultad: porque si el hombre pudiese perfectamente conocer por sí mismo todas las realidades visibles e invisibles, necio sería creer en lo que no vemos. Pero nuestro conocimiento es tan débil que ningún filósofo pudo jamás descubrir a la perfección la naturaleza de un solo insecto. En efecto, leemos que un filósofo vivió treinta años en soledad para conocer la naturaleza de la abeja. Por lo tanto, si nuestro entendimiento es tan débil, ¿acaso no es insensato no creerle a Dios sino lo que el hombre puede conocer por sí mismo? Por lo cual sobre esto se dice en Job 36, 26: "¡Qué grande es Dios, y cuánto excede nuestra ciencia!".
8. —En segundo lugar se puede responder que si un maestro enseñase algo de su ciencia y cualquier rústico dijese que eso no es tal como el maestro lo afirma por no entenderlo él, por gran necio tendríamos a ese rústico.
Pues bien, es un hecho que el entendimiento de los ángeles excede al entendimiento del mejor filósofo más que el entendimiento de éste al del rústico. Por lo cual necio es el filósofo si no quiere creer lo que dicen los ángeles, y con mayor razón si no quiere creer lo que Dios enseña. Sobre esto se dice en Eccli 3, 25: "Muchas cosas que sobrepujan la humana inteligencia se te han enseñado".
9. —En tercer lugar se puede responder que si el hombre no quisiera creer sino lo que conoce, ciertamente no podría vivir en este mundo. En efecto, ¿cómo se podría vivir sin creerle a nadie? ¿Cómo creer ni siquiera que tal persona sea su padre? Por lo cual es necesario que el hombre le crea a alguien sobre las cosas que él no puede conocer perfectamente por sí mismo. Pero a nadie hay que creerle como a Dios, de modo que aquellos que no creen las enseñanzas de la fe, no son sabios sino necios y soberbios, como dice el Apóstol en la Epístola a Timoteo, 6, 4: "Soberbio es, y no sabe nada". Por lo cual dice San Pablo en la 2a. Epístola a Timoteo, I, 12: "Yo sé bien en quién creí y estoy cierto".
10. —Se puede todavía responder que Dios prueba la verdad de las enseñanzas de la fe. En efecto, si un rey enviase cartas selladas con su sello, nadie osaría decir que esas cartas no proceden de la voluntad del rey.
Pues bien, consta que todo aquello que los santos creyeron y nos transmitieron acerca de la fe de Cristo marcadas están con el sello de Dios: ese sello lo muestran aquellas obras que ninguna pura criatura puede hacer: son los milagros con los que Cristo confirmó las enseñanzas de los Apóstoles y de los santos.
I I. —Si me dices que nadie ha visto hacer un milagro, respondo: consta que todo el mundo adoraba los ídolos y perseguía a la fe de Cristo, como lo atestiguan aun las historias de los paganos; y sin embargo todos se han convertido a Cristo: sabios y nobles, y ricos y poderosos y los grandes, por la predicación de unos cuantos pobres y simples que predicaron a Cristo. Y esto ha sido obrado o milagrosamente, o no. Si milagrosamente, ya está la demostración. Si no, yo digo que no puede haber mayor milagro que la conversión del mundo entero sin milagros. No hay para qué investigar más.
12. —Así es que nadie debe dudar de la fe, sino creer en lo que es de fe más que en las cosas que ve; porque la vista del hombre puede engañarse, mientras que la ciencia de Dios es siempre infalible.
Artículo 1
CREO EN UN SÓLO DIOS, PADRE
TODOPODEROSO, CREADOR DEL
CIELO Y DE LA TIERRA
13. —Entre todas las cosas que los fieles deben creer, lo primero es que existe un solo Dios. Pues bien, debemos considerar qué significa esta palabra: "Dios", que no es otra cosa que Aquel que gobierna y provee al bien de todas las cosas. Así es que cree que Dios existe aquel que cree que El gobierna todas las cosas de este mundo y provee a su bien.
Al contrario, el que crea que todas las cosas ocurren al acaso no cree en la existencia de Dios. Sin embargo, nadie hay tan insensato que no crea que las cosas de la naturaleza son gobernadas, están sometidas a una providencia y ordenadas, de modo que ocurren conforme a cierto orden y a su tiempo. En efecto, vemos que el sol y la luna y las estrellas y todos los
otros seres de la naturaleza guardan un curso determinado, lo  cual no ocurriría si fuesen efecto del azar. En consecuencia, si hubiere alguien que no creyese en la existencia de Dios, sería un insensato. Salmo 13, I: "Dijo el necio en su corazón: no hay Dios".
14. —Sin embargo, hay algunos que creen que Dios gobierna y dispone las realidades naturales, pero no creen que Dios sea providente respecto de los actos humanos, así que no creen que los actos humanos estén gobernados por Dios. Y la razón de ello es que ven que en este mundo los buenos son afligidos y los malos prosperan, por lo cual parece que no hay una providencia divina respecto a los hombres, por lo cual hablando por ellos dice Job (22, 14): "Dios se pasea por los caminos del cielo y se desinteresa de nuestros asuntos".
Pero esto es demasiado estúpido. Pues a éstos les ocurre como si algún ignorante en medicina viere al médico recetar a un enfermo agua, a otro vino, conforme lo piden las reglas de la medicina, y creyere que eso lo hace al acaso, por su ignorancia de esas reglas, siendo que por un justo motivo lo hace, o sea, el darle a uno vino, y al otro agua.
15. —Lo mismo debemos decir de Dios. Pues por justo motivo y por su providencia Dios dispone las cosas que les son necesarias a los hombres, por lo cual a algunos buenos los aflige y a algunos malos los deja en prosperidad. Así es que quien crea que esto ocurre por azar es un insensato y se le tiene por tal, porque esto no proviene sino de que ignora la sabiduría y las razones del gobierno divino. Job 11,6: "Ojalá que Dios te revelara los arcanos de su sabiduría y la multiplicidad de sus designios". Por lo cual es de creer firmemente que Dios gobierna y dispone no sólo las realidades naturales sino también los actos humanos. Salmo 93, 7-10: "Y dicen: 'No lo verá el Señor, no se da cuenta el Dios de Jacob'.
Comprended, estúpidos del pueblo; insensatos ¿cuándo vais a ser cuerdos? El que plantó la oreja ¿no oirá? El que formó los ojos ¿no va a ver?... El Señor conoce los pensamientos de los hombres".
Dios ve, pues, todas las cosas, y los pensamientos y los secretos de la voluntad. De aquí que se les imponga especialmente a los hombres la necesidad de obrar bien, porque todo lo que piensan y hacen manifiesto está a la mirada divina. El Apóstol dice en Hebreos 4, 13: "Todo está desnudo y patente a sus ojos".

El proyecto militar de Estados Unidos para el mundo



Aunque todos los expertos concuerdan en que los acontecimientos en Venezuela siguen el mismo modelo que los de Siria, hay quienes cuestionan el anterior artículo de Thierry Meyssan sobre las interpretaciones divergentes de esos hechos en el campo antiimperialista. Este artículo responde a esas dudas. Pero no se trata aquí de una simple querella entre especialistas sino de un debate de fondo sobre el viraje histórico que estamos viviendo desde el 11 de septiembre de 2001 y que afecta las vidas de todos los que habitamos este planeta.
En la primera parte de este artículo subrayé que el presidente sirio Bachar al-Assad es en este momento la única personalidad que ha sabido adaptarse a la nueva «gran estrategia estadounidense», mientras que las demás siguen pensando como si los conflictos que hoy se desarrollan fuesen similares a los que ya vimos desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Siguen interpretando los acontecimientos como intentos de Estados Unidos para derrocar gobiernos como medio de acaparar los recursos naturales para sí mismo.

Pienso, y voy a explicarlo aquí, que esa interpretación es errónea y que ese error puede sumir la humanidad en un verdadero infierno.

El pensamiento estratégico estadounidense

Hace 70 años que los estrategas estadounidenses sufren una obsesión que no tiene nada que ver con la defensa de su pueblo. Lo que les obsesiona es mantener la superioridad militar de Estados Unidos sobre el resto del mundo. Durante el decenio transcurrido entre la disolución de la URSS y los atentados del 11 de septiembre de 2001, estuvieron buscando diferentes maneras de intimidar a todo el que se resistía a la dominación estadounidense.
Harlan K. Ullman desarrollaba la idea de aterrorizar a los pueblos asestándoles golpes brutales (Shock and awe o “shock y pavor”) [1]. Se trataba, idealmente, de algo como el uso de la bomba atómica contra los japoneses. Eso se concretó, en la práctica, bombardeando Bagdad con una lluvia de misiles crucero.
Los discípulos del filósofo Leo Strauss soñaban con librar y ganar varias guerras a la vez (Full-spectrum dominance o “dominio en todos los sentidos”). Vimos entonces las guerras contra Afganistán e Irak, que se desarrollaron bajo un mando común [2].
El almirante Arthur K. Cebrowski predicaba que había que reorganizar los ejércitos de Estados Unidos de manera tal que fuese posible procesar y compartir una multitud de datos de forma simultánea. Eso haría posible algún día el uso de robots capaces de indicar instantáneamente las mejores tácticas [3]. Como veremos más adelante, las profundas reformas que el almirante Cebrowski inició no tardaron en producir frutos… venenosos.

El pensamiento neoimperialista estadounidense

Esas ideas y obsesiones primeramente llevaron al presidente George W. Bush y la US Navy a organizar el más extenso sistema internacional de secuestro y tortura, que contó 80 000 víctimas. Posteriormente, llevaron al presidente Obama a poner en marcha todo un aparato para perpetrar asesinatos, principalmente mediante el uso de drones pero también recurriendo a comandos armados. Ese sistema opera en 80 países y dispone de un presupuesto anual de 14 000 millones de dólares [4].
A partir de los hechos del 11 de septiembre de 2001, el asistente del almirante Cebrowski, Thomas P. M. Barnet, impartió en el Pentágono y en las academias militares estadounidenses numerosas conferencias anunciando lo que sería el nuevo mapa del mundo según el Pentágono [5]. Ese proyecto se ha hecho posible debido a las reformas estructurales realizadas en los ejércitos estadounidenses, reformas en las que se percibe una nueva visión del mundo. El proyecto en sí parecía tan descabellado que los observadores extranjeros lo consideraron, apresuradamente, sólo una forma de retórica más entre tantas otras tendientes a sembrar el miedo en los pueblos que Estados Unidos pretende dominar.
Barnett afirmaba que, para mantener su hegemonía mundial, Estados Unidos tendría que dividir el mundo en dos partes. Quedarían de un lado los Estados estables (los miembros del G8 y sus aliados) y del otro lado estaría el resto del mundo, considerado simplemente como un “tanque” de recursos naturales. Barnett se diferenciaba de sus predecesores en un punto fundamental: ya no consideraba que el acceso a esos recursos fuese crucial para Washington sino que afirmaba que los Estados estables sólo tendrían acceso a esos recursos recurriendo a los ejércitos estadounidenses. Para eso habría que destruir sistemáticamente toda la estructura estatal en los países que serían parte de ese “tanque” de recursos, de manera que nadie pudiese oponerse en ellos a la voluntad de Washington, ni tampoco tratar directamente con los Estados estables.
En su discurso de enero de 1980 sobre el Estado de la Unión, el presidente Carter enunció su doctrina: Washington consideraba el acceso al petróleo del Golfo para garantizar el abastecimiento de su propia economía como una cuestión de seguridad nacional [6]. El Pentágono creó entonces el CentCom para controlar esa región. Sin embargo, Washington está sacando actualmente menos petróleo de Irak y de Libia que antes de las guerras contra esos países… ¡pero no le importa!
La destrucción de las estructuras estatales equivale a regresar a los tiempos del caos, concepto ya enunciado por Leo Strauss pero al que Barnett confiere un sentido nuevo. Para el filósofo judío Leo Strauss, después del fracaso de la República de Weimar y la Shoa (el Holocausto), el pueblo judío no puede seguir confiando en las democracias, así que la única vía que le queda para protegerse de un nuevo nazismo es instaurar su propia dictadura mundial –claro, ¡en aras del Bien! Para eso tendrá que destruir algunos Estados que oponen resistencia, hacerlos retroceder a la era del Caos y reconstruirlos según nuevas leyes [7].
Eso corresponde con lo que decía Condoleezza Rice durante los primeros días de la agresión de 2006 contra el Líbano, cuando aún parecía que Israel saldría victorioso:
«No veo el interés de la diplomacia si es para volver al statu quo anteentre Israel y el Líbano. Creo que sería un error. Lo que aquí vemos es, en cierta forma, el comienzo, las contracciones del nacimiento de un nuevo Medio Oriente y, hagamos lo que hagamos, tenemos que estar seguros de que avanzamos hacia el nuevo Medio Oriente y de que no volvemos al antiguo.»
Para Barnett, sin embargo, habría que hacer retroceder a la era del Caos no sólo a los pueblos que oponen resistencia sino a todos los países que no han alcanzado cierto nivel de vida. Y cuando estén sumidos en el Caos… habrá que mantenerlos en él.
La influencia de los seguidores de Leo Strauss ha disminuido en el Pentágono después del fallecimiento de Andrew Marshall, creador del «giro hacia Asia» [8].
Una de las grandes rupturas entre el pensamiento de Barnett y lo que pensaban sus predecesores reside en que Barnet piensa que no hay que desatar guerras contra tal o más cual país por razones políticas sino contra regiones enteras del mundo porque no están integradas al sistema económico global. Por supuesto, siempre habrá que empezar por un país en particular, pero se hará favoreciendo la extensión del conflicto, hasta destruirlo todo… como en el Medio Oriente ampliado (o Gran Medio Oriente). En este momento sigue la guerra, incluso con despliegue de blindados, tanto en Túnez, Libia, Egipto (en el Sinaí), Palestina, Líbano (en Ain el-Helue y Ras Baalbeck), como en Siria, Irak, Arabia Saudita (en la ciudad de Qatif), Bahréin, Yemen, Turquía (en Diyarbakir) y Afganistán.
Es por eso que la estrategia neoimperialista de Barnett tendrá que apoyarse obligatoriamente en ciertos elementos de la retórica de Bernard Lewis y de Samuel Huntington, la «guerra de civilizaciones» [9]. Pero como será imposible justificar que permanezcamos indiferentes ante las desgracias de los pueblos de los países condenados a ser parte del “tanque” de recursos naturales, habrá que convencernos de que nuestras civilizaciones son incompatibles.

Según este mapa, extraído de un Powerpoint que Thomas P. M. Barnett presentó en 2003 durante una conferencia impartida en el Pentágono, los Estados de todos los países incluidos en la zona rosada deben ser destruidos. Ese proyecto no tiene nada que ver con la lucha de clases en el plano nacional, ni con la explotación de los recursos naturales. Después de destruir el Medio Oriente ampliado, los estrategas estadounidenses se preparan para acabar con los Estados en los países del noroeste de Latinoamérica.


La aplicación del neoimperialismo estadounidense

Esa exactamente es la política que ha venido aplicándose desde el 11 de septiembre de 2001. No se ha terminado ninguna de las guerras desatadas desde entonces. Desde hace 16 años, las condiciones de vida de los afganos son cada día más terribles y peligrosas. La reconstrucción del Estado que alguna vez tuvieron, reconstrucción que supuestamente seguiría el modelo aplicado en Alemania o Japón al término de la Segunda Guerra Mundial, nunca llegó concretarse. La presencia de las tropas de la OTAN no mejoró la vida de los afganos que, por el contrario, se deterioró aún más. Todo indica que esa presencia militar de la OTAN es actualmente la causa del problema. A pesar de todos los discursos que alaban la ayuda internacional, las tropas de la OTAN sólo están en Afganistán para mantener y agravar el caos.
No hay un solo caso de intervención de la OTAN en que los motivos oficiales de la guerra hayan resultado ciertos. No fue cierta la justificación oficial de la guerra contra Afganistán (motivo invocado: una supuesta responsabilidad de los talibanes en los atentados del 11 de septiembre de 2001), como tampoco lo fue en la guerra contra Irak (motivo invocado: un supuesto respaldo del presidente Saddam Hussein a los terroristas del 11 de septiembre y la preparación de armas de destrucción masiva que planeaba utilizar contra Estados Unidos), ni en Libia (supuesto bombardeo del ejército libio contra su propio pueblo), ni en Siria (dictadura del presidente Assad y de la secta de los alauitas). Y en ningún caso el derrocamiento de un gobierno ha puesto fin a la guerra. Todas esas guerras se mantienen hoy en día, sin importar la tendencia o el grado de sumisión de los dirigentes en el poder.
Las «primaveras árabes», si bien son fruto de una idea del MI6 que sigue el modelo de la «revuelta árabe» de 1916 y de las hazañas de Lawrence de Arabia, fueron incorporadas a la misma estrategia de Estados Unidos. Túnez se ha convertido en un país ingobernable. En Egipto, donde el ejército nacional logró recuperar el control de la situación, el país está tratando poco a poco de levantar cabeza. Libia se ha convertido en un campo de batalla, no desde que el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó su resolución llamando a proteger la población libia sino después del asesinato de Muammar el-Kadhafi y la victoria de la OTAN.
Siria es un caso excepcional ya que el Estado nunca pasó a manos de la Hermandad Musulmana y que esta no ha logrado imponer el caos en todo el país. Pero numerosos grupos yihadistas, vinculados precisamente a esa cofradía, lograron controlar –y todavía controlan– partes del territorio nacional, instaurando en ellas el caos. Ni el califato del Emirato Islámico (Daesh), ni Idlib bajo al-Qaeda, constituyen Estados donde el islam pueda florecer. Son sólo zonas de terror sin escuelas ni hospitales.
Es probable que gracias a su pueblo, a su ejército y a sus aliados rusos, libaneses e iraníes, Siria logre escapar al destino que Washington había diseñado para ella. Pero el Medio Oriente ampliado seguirá siendo pasto del fuego hasta que los pueblos entiendan los planes de sus enemigos.
Ahora vemos como el mismo proceso de destrucción se inicia en el noroeste de Latinoamérica. Los medios de difusión occidentales hablan con desdén de los desórdenes en Venezuela, pero la guerra que así comienza no habrá de limitarse a ese país. Se extenderá a toda esa región, a pesar de que son muy diferentes las condiciones económicas y políticas de sus países.

Los límites del neoimperialismo estadounidense

A los estrategas estadounidenses les gusta comparar el poder de Estados Unidos al del Imperio romano. Pero los romanos aportaban seguridad y opulencia a los pueblos que conquistaban y los incorporaban a su imperio. El Imperio romano construía monumentos y racionalizaba las sociedades de esos pueblos. El neoimperialismo estadounidense no tiene intenciones de aportar nada, ni a los pueblos de los Estados estables, ni a los de los países incluidos en el “tanque” de recursos naturales. Lo que tiene previsto es extorsionar a los primeros y destruir los vínculos sociales en los que se sustenta la unión nacional de los segundos. Ni siquiera le interesa exterminar a estos últimos sino hacerlos sufrir para que el caos en el que viven convenza a los Estados estables de que para ir a buscar los recursos que necesitan tienen que contar con la protección de los ejércitos estadounidenses.
El proyecto imperialista consideraba hasta ahora que «no se puede hacer la tortilla sin romper huevos», o sea admitía que tiene que cometer masacres colaterales para extender su dominación. En lo adelante, lo que planifica son masacres generalizadas para imponer definitivamente su autoridad.
El neoimperialismo estadounidense implica que los demás Estados del G8 y sus aliados acepten que la «protección» de sus intereses en el extranjero quede en manos de los ejércitos de Estados Unidos. Ese condicionamiento no constituye un problema para la Unión Europea, ya sometida desde hace mucho a la voluntad del amo estadounidense, pero plantea una dura discusión con el Reino Unido y será imposible que Rusia y China la acepten.
Recordando su «relación especial» con Washington, Londres ya exigió participar como socio en el proyecto estadounidense para gobernar el mundo. Fue ese el sentido del viaje de Theresa May a Estados Unidos, en enero de 2017, pero quedó sin respuesta [10].
Es además inconcebible que los ejércitos de Estados Unidos garanticen la seguridad de las «rutas de la seda», como hoy lo hacen –junto a las fuerzas británicas– con las vías marítimas y aéreas que utiliza Occidente. Es también inimaginable que Rusia acepte ahora ponerse de rodillas, después de su exclusión del G8, debido a su implicacion en Siria y en Crimea.
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[1Shock and awe: achieving rapid dominance, Harlan K. Ullman y otros autores, ACT Center for Advanced Concepts and Technology, 1996.
[2Full Spectrum Dominance. U.S. Power in Iraq and Beyond, Rahul Mahajan, Seven Stories Press, 2003.
[3Network Centric Warfare: Developing and Leveraging Information Superiority, David S. Alberts, John J. Garstka y Frederick P. Stein, CCRP, 1999.
[4Predator empire: drone warfare and full spectrum dominance, Ian G. R. Shaw, University of Minnesota Press, 2016.
[5The Pentagon’s New Map, Thomas P. M. Barnett, Putnam Publishing Group, 2004.
[6] “State of the Union Address 1980”, por Jimmy Carter, Voltaire Network, 23 de enero de 1980.
[7] Algunos especialistas en el estudio del pensamiento de Leo Strauss lo interpretan de manera completamente diferente. Pero lo importante aquí no es lo que realmente pensaba ese filósofo sino lo que profesan quienes, con razón o sin ella, se dicen seguidores de su pensamiento en el Pentágono. Political Ideas of Leo Strauss, Shadia B. Drury, Palgrave Macmillan, 1988. Leo Strauss and the Politics of American Empire, Anne Norton, Yale University Press, 2005. Leo Strauss and the conservative movement in America: a critical appraisal, Paul Edward Gottfried, Cambridge University Press, 2011. Straussophobia: Defending Leo Strauss and Straussians Against Shadia Drury and Other Accusers, Peter Minowitz, Lexington Books, 2016.
[8The Last Warrior: Andrew Marshall and the Shaping of Modern American Defense Strategy, Chapter 9, Andrew F. Krepinevich y Barry D. Watts, Basic Books, 2015.
[9] «The Clash of Civilizations?» y «The West Unique, Not Universal», Foreign Affairs, 1993 y 1996; The Clash of Civilizations and the Remaking of World Order, Samuel Huntington, Simon & Schuster, 1996.
[10] “Theresa May addresses US Republican leaders”, por Theresa May, Voltaire Network, 27 de enero de 2017.