“Su mirada, que parecía abrazar toda la tierra, expresaba una gran
tristeza”
Un ícono mariano ecuménico
Se trata de Nuestra Señora de Bichín, a la que también se la llama
"La Madre de Dios Romana". Según una tradición legendaria, en el
siglo VIII, durante la época de la lucha iconoclasta en Bizancio, este ícono de
la Teotokos habría llegado a Roma por un camino misterioso, y habría sido
recibido con honor y solemnidad por el papa Gregario.
Pero cien años más tarde, cuando terminó la persecución en Oriente, se
habría producido un nuevo milagro: durante una celebración litúrgica en San
Pedro, el ícono, repentinamente, se habría elevado por el aire y habría
desaparecido. Más tarde se lo vuelve a encontrar en Constantinopla. En los
manuscritos rusos del siglo XVII, se agrega un pequeño apéndice al relato
griego: en él se lee que, cuando la caída de Bizancio, la Virgen romana se
refugió en Rusia.
En 1383., el ícono apareció en los alrededores de Novgorod, por encima
de las aguas del lago Ladoga, llevado por ángeles y depositado cerca del río
Tichvivka. Allí se construyó una gran iglesia dedicada a la Dormición. Aunque
el santuario fue varias veces destruido por las llamas, el ícono permaneció
indemne. El año 1510 se construyó una iglesia de piedra, y en 1560 el gran
príncipe Juan Vasiljevich hizo edificar un monasterio de hombres. En 1613-14,
los ejércitos suecos trataron, en vano, de instalarse en él. La fiesta del
ícono, 25 de junio, recuerda que, gracias a la protección de la Teotokos los suecos
fueron rechazados.
La identificación de este ícono se debe a los comerciantes de Novgorod.
En una de las iglesias de Constantinopla, habían visto una hornacina vacía. El
patriarca les contó la historia de "La Madre de Dios romana", y cómo
había desaparecido. Los comerciantes novgorodianos comprendieron inmediatamente
que su Señora de Tichvin era la fugitiva, que había ido a buscar reposo en la
Santa Rusia, que pronto tendría por centro la Tercera Roma. Este ícono merece
tanto más el epíteto de ecuménico, cuanto que, pintado por San Lucas, habría
sido, en primer lugar, enviado a Antioquía y de allí trasladado a Jerusalén,
antes de llegar a Constantinopla y seguir su camino a Rusia.
En el ícono de Kolomenskoe (1917) Encontramos
aquí un relato semejante a otros de antigua que dice asi: “Evdokija Adrianova,
una joven campesina del pueblo de Pocinkij, cerca de Moscú, oyó, durante la
noche del 13 de febrero de 1917 (Febrero de 1917 pocos meses después el trece de mayo de 1917
se aparece en Fátima Portugal la Santísimo Virgen María. Una época muy
turbulenta para el pueblo ruso pues las fuerzas bolcheviques están por alcanzar
el triunfo y entregar en manos del comunismo. La aparición de Fátima se da a la
mitad de esta terrible fase del pueblo ruso, cuya caída definitiva se dio en
octubre de 1917 pocos días antes un 13 de octubre se dio la última aparición de
la Virgen en Fátima, que misterio verdad?) una voz que le pedía fuera a Kolomenskoe, no
lejos de allí, donde encontraría un gran ícono negro; debía tornarlo, limpiarlo,
y ponerse en oración delante de él. No teniendo indicación sobre el lugar
preciso, la muchacha rezó para saber más. Trece días después, el 26 de febrero,
vio en sueños una iglesia blanca en la que estaba, en un trono, con plena
majestad, la Madre de Dios. Su mirada, que parecía
abrazar toda la tierra, expresaba una gran tristeza (estas mismas características se vuelven a
observar en las apariciones de Fátima, realmente quien esto escribe está muy
sorprendido por la coincidencia en las fechas los días 13, un golpe para los
supersticiosos y un gran misterio para nosotros)
Después de ayunar cinco días, y haber luego comulgado, Evdokija fue a
Kolomenskoe, y contó al sacerdote del lugar, el padre Nicolás Lichacev, lo que
había visto y oído. Este, poco inclinado a prestar fe al relato mostró sin
embargo a su visitante todos los íconos de la iglesia. La muchacha no reconoció
a ninguno.
El sacerdote se acordó entonces de un gran ícono relegado en el sótano,
y lo mandó a buscar. No se distinguía nada en él, por estar totalmente cubierto
de suciedad y polvo. Se lo limpió un poco y lo entregó a la joven, y ésta cayó
inmediatamente de rodillas y lo besó. Era el dos de marzo, el día en que el
emperador Nicolás renunció al trono”. (Lo hicieron renunciar y después murió fusilado por las
tropas bolcheviques. Por este hecho histórico, es decir, la caída de Rusia al
comunismo se le llama “octubre rojo)
Se trata del ícono de la Virgen Reina del cielo. La Madre de Dios está
representada sentada sobre un trono imperial, revestida al mundo natural
entero; en ella y por ella, el mundo alcanza la transfiguración. La Madre de
Dios es aquella que conduce los hombres hacia su divino Hijo, y fuera de ella
no pasa nada en la Iglesia. De aquí ese amor por los íconos Y los lugares
santos, en los que la gracia de esta presencia deviene, de alguna suerte,
palpable”. Muy a pesar nuestro hemos llegado al fin de esta entrega de
artículos interesantes sobre Rusia y su devoción mariana. Nuestro propósito fue
demostrar, con los hechos históricos, la tierna devoción del pueblo Ruso a la
Madre de Nuestro Señor Jesucristo. Esa devoción tan arraigada cuya conversión
al catolicismo desde sus primeros años allá por el año 950 cuando toda una
nación con su rey San Vladimir abrazo la verdadera fe y, como prenda del
altísimo les entrego también a Nuestra Señora Madre del Verbo echo Hombre.
Parecería que, al pie de la cruz estuviera San Vladimir y escuchara de nuestro
Redentor aquello que a San Juan le dijo antes de morir: “Madre ahí tienes a tu
hijo, hijo ahí tienes a tu madre”, San Vladimir la llevo a su casa, es decir, a
su pueblo. Por supuesto siempre será dolorosa la separación de un hijo por
alguna u otra razón que solo queda en manos de Dios Nuestro Señor y nosotros
solo debemos inclinarnos ante este misterio de la separación de la única
Iglesia fuera de la cual no hay salvación, a esta separación se le llamo cisma
de Oriente en el año 1050. Pero la Santísimo Virgen María renuncio a su
vocación de Madre del pueblo Ruso? No. Lo cual también es un misterio
simplemente porque su Hijo amado se las entrego como Madre y lo que Dios
Nuestro Señor dice y hace lo sella con su divina autoridad que, una vez dada,
es irrevocable y asi como nuestra Señora quiso quedarse con su hijo adoptivo
procurando en todo momento convertirlo, pero sin abandonarlo. Desde que este
hijo se aparto hasta 1917 el mundo católico de aquel tiempo escucho algo que lo
estremeció: “Rusia debe ser consagrada a mi Inmaculado Corazón”. Era un deseo
en primer término, pero este deseo se convirtió en una orden que, de no
cumplirse: “Rusia esparcirá sus errores por todo el mundo…” muchos siglos
pasaron, pero Ella no renuncio a su vocación de Madre y logra sacar un como
decreto de su Hijo amado: “Es la voluntad de mi Hijo” y si es la voluntad de
Dios, que criatura sobre la tierra puede revocar el deseo de esta Voluntad
Divina? Nadie.
Por ahora queda clara una cosa que la Santísimo Virgen María nunca
abandono al pueblo ruso, como tampoco este pueblo renuncio a la protección de
Ella, según se desprende de los artículos que, hasta ahora, os hemos entregado.
Pero nos queda sin resolver esa consagración de Rusia, esta sería la pregunta:
porque aun no se ha consagrado Rusia al Inmaculado Corazón de María? No
entiendo. Todavía falta la última entrega sobre este tema tan apasionante, pero
a la vez misterioso.
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