11 DE AGOSTO
SAN TIBURCIO Y
SANTA SUSANA,
MARTIRES.
LA RECOMPENSA DEL MARTIRIO. — En el Sermón de
la fiesta de San Lorenzo San Agustín advierte que "no sólo a los mártires
se ha prometido recompensas celestiales, sino también a todos ios que siguen a
Cristo con fe íntegra y perfecta caridad. La Verdad misma promete los honores
de los mártires cuando dice: El que dejare Su casa, campo y demás, recibirá el
ciento por uno en esta vida y en la otra los goces de la eterna. "¿Hay
algo más glorioso para el hombre que vender todo lo que tiene para comprar a
Cristo; ofrecer a Dios lo que más le agrada, la virtud de un alma incorruptible
con las puras alabanzas de la devoción; dar escolta a Cristo cuando venga a
vengarse de sus enemigos; sentarse a su lado cuando esté sentado en su
tribunal...? He aquí lo que debemos asimilarnos con el espíritu y pensamiento,
lo que debemos meditar día y noche. Ojalá la persecución encuentre en este estado
al soldado de Cristo; con una virtud tan bien dispuesta para el combate será
invencible; ¿Se le ha llamado antes de la hora del combate? Pues la fe
preparada para el martirio recibe sin tardanza su recompensa de la justicia de Dios.
Se concede la corona a la lucha durante la persecución y a la constancia en el
tiempo de paz".
SAN TIBURCIO. —
"Cuando el seno de nuestra Madre la Iglesia era traspasado por la espada del
perseguidor, despreciando este noble mártir las órdenes del príncipe terreno,
siguió dichoso a Cristo en su reino. Esto te ha merecido los honores de la
liturgia sagrada y una alabanza imperecedera". Esta inscripción fué puesta
en la tumba de San Tiburcio por el Papa San Dámaso en el cementerio "de
los dos laureles" donde fue colocado después de su martirio. Una basílica fué
construida en el siglo vn en este lugar y restaurada por Adriano I (772-795) se
conserva todavía. Las Actas de San Tiburcio nos refieren que fué
obligado en tiempo de Diocleciano a caminar sobre carbones ardiendo, mas, a
pesar de eso, siguió confesando la fe con valentía, por lo que fué condenado a
ser decapitado.
SANTA SUSANA. —
Aunque Santa Susana no haya padecido el martirio con San Tiburcio, está puesto
con él en este día por ser el aniversario de su martirio. Fué víctima, al
parecer, de la persecución de Diocleciano, y pereció por la espada en su propia
casa. Mas las Atas que nos traen esos detalles son algo tardías y de dudosa autenticidad.
Sólo sabemos que su cuerpo descansaba en 595 en el título (o iglesia) de Gaius,
que había llegado a ser el título de Susana. Más tarde fué restaurada esta
iglesia por munificencia de León III y del emperador Carlomagno.
ORACIÓN. —
"Favorézcanos, Señor, la continua defensa de tus santos mártires Tiburcio
y Susana: porque no dejas de mirar propicio a los que concedes ser ayudados con
tales auxilios."
No hay comentarios:
Publicar un comentario