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lunes, 4 de abril de 2016

Memorias de de un mártir Cristero o “Entre las patas de los caballos”


Se parecen a los gatos,
con las uñas escondidas
y la carita de beatos.
Los de la A.C.J.M.

ANGOSTURA, SINALOA.-Apareció una partida de 620 libertarios mandados por el caudillo Andrés Solazar, quien trabó tremenda batalla con el general callista Tranquilino Mendoza, que fue derrotado y obligado a retroceder precipitadamente varios kilómetros; en Bácum, región del Yaqui, fue deshecha una columna callista que pretendía reconquistar algunas posiciones arrebatadas al callismo semanas antes. En Tenancingo, México, fue aniquilada la guarnición por un aguerrido y numeroso grupo libertario que antes había triunfado en Manalco y que después acabó con el refuerzo mandado a Tenancingo. Esto último ocurrió en Escalerillas y puso en grave alarma a los desmoralizados callistas de aquel Estado; en Buenavista de Cuéllar, Guerrero, fue derrotada ruidosamente una fuerza callista que dejó 12 muertos y 13 heridos en poder de Bárcenas, Trujillo y Velasco, Esta batalla ocurrió en un punto denominado San Andrés; en Tlaxiaco, Oaxaca, fue deshecha una columna volante de la que murieron el jefe y 19 soldados y se rindió el resto. En las cercanías de Cacahuamilpa fue aniquilada una escolta de 30 hombres que custodiaba el camino sin tener en cuenta la habilidad del general libertario Reyes. En Colotlán, Jalisco, fueron asimismo desarmados 60 callistas que no se creyeron capacitados para resistir el ataque de los libertarios. En la importante plaza de Jiquilpan, Michoacán, Sé verificó un encarnizado combate que tuvo como resultado la toma de la ciudad por los libertarios.

En las goteras de Veracruz fue asaltado el tren de Alvarado se rindió la escolta. Combates de menor importancia, en los que el triunfo fue casi siempre de los libertarios: El Remate, Col., Moyalma, Zac., Tapachula, Chis., Taxco, Gro., Yerbabuena, Gto., Cerro Chato, Qro., Palma rejo, fal., Chiconamil, Ver., Goteras de Tehuantepec, Oax., Valparaíso, Zac., Tecpan de Galeana, Gro., Jalostotitlán y Cuquío, la Cuesta de Sayula, Jal, cercanías de Zamora y Ario, Mich., Mesa Redonda, [al., Buendía, Dgo., Tlalchinola, Pue., y Barranca de Santa Elena, Zac. En el mismo período a que se refieren estos informes, fueron tomadas las poblaciones siguientes: Teconoapan, Gro., Aguililla, Mich., Mineral de Puertecito, Gto., La Joya, Zac., Venta de Pegueros, Jal., Ixtlahuacán, Ver., Coalcomán, Mich., Chapa, Col., Ayo el Grande, Jal., Apaseo, Gto., Tepoxcolula, Gto., Zapotiltic, Jal., Dos Vigas, Ver., Quitupan, Jal., San Antonio, Zac., y Villa Victoria, Mich.

Levantamientos habidos en la última semana: En Malinalco, Méx., apareció una partida de gran importancia; en Tepatitlán, Jal., tomaron las armas 200 campesinos al mando de Primitivo Jiménez; en Mixtepec, Oax., se formó una fuerza libertaria compuesta de 400 hombres; en Zacapu, Mich, se alzaron numerosos campesinos al mando del coronel Jesús Méndez; en Guanajuato han aparecido más partidas por la Laguna y Capadero; en los alrededores de Tulancingo se han integrado varios grupos libertarios de importancia; en Huauchinango apareció un fuerte núcleo mandado por Gregario Velázquez ; en San Jerónimo, Oax., se verificó un levantamiento que hizo trajeran fuerzas callistas del Estado de Coahuila; en Zacualpan, Méx., se presentó un gran grupo bien montado y armado; en el Estado de Puebla se integró un recio grupo formado por 600 hombres el cual estuvo en el pueblo de Santa Cruz, cerca de Lagunillas.

El Boletín de Guerra era y seguía siendo, la publicación más buscada por todos al mismo tiempo era la que más riesgos presentaba, pues dado su carácter se ejercían grandes represalias sobre aquel a quien encontraban algún ejemplar. No obstante esto su distribución era muy amplia y aun se enviaba por correo a personas que no estaban dentro del movimiento de resistencia porque sus intereses las mantenían alejadas. Esto exasperaba a la policía y autoridades militares, empeñadas como estaban en una política de silencio. Impedían toda publicación relacionada con las actividades de los cristeros y cuando los hechos eran de tal magnitud que no podían ocultarlos los desfiguraban y alteraban las circunstancias; se llamaba "bandoleros episcopales" a los libertadores e invariablemente se anunciaba el "exterminio de la gavilla". Frecuentemente se desmentían, así El Universal Gráfico dijo un día: "Los informes recibidos hoy revelan que desde hace varias semanas reina completa calma en todo el país, según asegura la Secretaría de Guerra y Marina" y junto, la siguiente noticia:

LOS TRENES DE CIUDAD JUÁREZ DETENIDOS.-En el tramo en que existe peligro los trenes hacen. el recorrido de día para evitar cualquier contratiempo. Los trenes que hacen el recorrido entre esta ciudad (México) y Ciudad Juárez, en un sentido y otro quedaron detenidos anoche, uno en Ciudad [uárez y otro en León, por órdenes superiores por haberse tenido conocimiento de que una partida de rebeldes se encontraba a tres kilómetros de la estación Venadero, capitaneada por el Catorce.

Se hizo del dominio público que el general Cruz, Inspector de Policía, pidió a los periodistas "colaboración con el presidente Calles, evitando proporcionar toda noticia que no haya sido confirmada por las autoridades respectivas, pues lo contrario les costará un dolor de cabeza, y aqui tengo sus aspirinas", dijo tocando con la mano la pistola que llevaba al cinto. Entonces tenía a mi cargo la distribución postal del Boletín de Guerra, para la que me confiaron el directorio secreto de mayor importancia para la Liga Defensora de la Libertad, pues en él figuraban los nombres y direcciones de todos los jefes de la Liga en la República y en el extranjero, aun cuando por precaución, en muchos casos, estas direcciones correspondían a los contactos con dichos jefes. Esta fue una época feliz para el grupo de muchachas y muchachos que nos reuníamos en mi casa para rotular los sobres con que enviábamos el boletín. Usábamos sobres de todas clases, tamaños y' colores: de luto, cuadrados, largos, azules, corrientes, finos, etc. Rotulábamos a mano y al echarlos en los buzones cuidábamos de no poner más de dos o tres simultáneamente, pues la vigilancia era extrema. Mientras doblábamos boletines, o poníamos timbres, platicábamos y bromeábamos en grande y terminada la tarea nos divertíamos.

En una ocasión las muchachas andaban llenas de misterios preparando algo. De pronto, mientras rotulábamos sobres, se dirigieron al piano, e iniciaron la ofensiva; con música de unas coplas conocidas cantaron:

Los de la A.CJ.M.
se parecen a los gatos,
con las uñas escondidas
y la carita de beatos.
Los de la A.C.J.M.
ya los tenemos tanteados,
son hombres, y por lo tanto,
cínicos y enamorados.
En vista de que los hombres
nos engañan sin cesar,
a freír hongos y a la porra
los tenemos que mandar.
N o me caso, no me caso;
se los digo de verdad;
porque si éstos son los buenos,
los demás cómo serán?

Quedaron satisfechísimas, pues en verdad lo hicieron con mucha gracia y creyeron habernos apabullado con los versos; pero al vapor preparamos la réplica. Las hicimos sentarse a trabajar y yendo a nuestra vez al piano, cantamos con la misma tonada:

Los de la A. C. J. M.
somos hombres de buen gusto;
que nos plazcan las bonitas
no es motivo para susto.
Si con su gracia nos flechan
y nos tiran con sus mañas;
caemos como mosquitos
en traidoras telarañas.
Si el chico que bien las quiere
es pobre y morigerado ...
nada vale para ellas;
es un brujo desgraciado.
Cursis "[lap pers" no queremos
aunque se den regaladas,
sino mujeres cabales,
discretas y recatadas.

Trataron de impedir siguiéramos, pero refugiándonos tras el piano continuamos:
Mujeres hemos de hallar
con alma y con corazón,
que quieran como queremos:
con lealtad y con razón.
N o me caso, no me caso,
Yo les digo la verdad:
a Las muchachas sin seso
que las quiera su mamá.

Aparentaron ponerse furiosas, por lo que sacando nuestros pañuelos a guisa de bandera blanca nos dirigimos a ellas cantando el último verso:

Sí me caso" sí me caso
pero ha de ser mi mujer
como las niñas presentes:
un primor que habrá que ver.

Hecha la paz nos obsequiaron con la sorpresa que tenían preparada: sabrosos antojitos mexicanos y un pastel muy decorado con las siglas de la A.C.J.M. arriba, y los nombres de ellas alrededor. De estas reuniones resultaron varios noviazgos de lo más simpático. Estos son los últimos recuerdos agradables que guardo en mi memoria, sin que los amigos que en ellos evoco tengan ahora para mí trazos materiales. Los veo en forma maravillosa, sin 10 vulgar y trivial de las relaciones humanas. Sé que estos goces sencillos han terminado para mí. He acariciado el sueño de volver a ser el estudiante alegre y sin preocupaciones de antes; pero las penalidades de estos meses, la sangre vertida, se levantarán como un muro entre los míos y yo. Me resigno. Hace tiempo he ofrecido mi vida, y abierto mi espíritu a un mundo de pensamientos desconocidos para los hombres que aún esperan vivir.

LA TARDE DEL DOMINGO 13 DE NOVIEMBRE DE 1927 iba el general Álvaro Obregón por el bosque de Chapultepec, cuando desde otro automóvil le arrojaron una bomba de dinamita y dispararon varios tires que poco daño hicieron. La noticia conmovió al país entero, pues era Obregón candidato oficial a la presidencia, por lo que ya se consideraba sucesor de Elías Calles. Los enemigos de Obregón se contaban en todos los bandos y muy especialmente entre sus correligionarios, pues claramente se veía el juego Calles-Obregón para alternarse en el poder que detentaban. El Inspector General de Policía previno a los periodistas que la Inspección a su cargo asumía la responsabilidad de todas las noticias relacionadas con el atentado dinamitero, por lo que debían terminantemente abstenerse de recurrir a ninguna otra fuente de información. Por las noticias que dieron a los diarios para su publicación se supo que:

Quienes atacaron a Obregón tripulaban un coche Essex placas 10101, al cual persiguieron a tiros los guarda-espaldas del mismo general que ocupaban otro carro, y lo capturaron al fin en Paseo de la Reforma y Avenida de los Insurgentes, hallaron en él solamente una persona, que después se identificó como Nahum Lamberto Ruiz, quien se encontraba gravemente herido por bala en la cabeza. Aprehendieron también al obrero Juan Tirado Arias, quien había ya bajado del automóvil y al cual dieron fuerte golpe en la cabeza.

Según el parte médico publicado por El Universal, el proyectil que hirió a Nahum Ruiz "penetró por la región temporal izquierda, hizo saltar el ojo del mismo lado y salió por la región occipito- frontal. En estado de suma gravedad se le condujo al Hospital Juárez, donde perdió el otro ojo y allí quedó en estado de coma". De él dice el Excélsior el día quince: "Ruiz se encuentra en estado agónico... “y más adelante: "Como Ruiz está moribundo y no puede pronunciar ni una sola palabra, nada ha dicho". El día 17 el mismo Excélsior dice: "Ruiz continúa en el hospital, luchando entre la vida y la muerte. Según hemos sido informados este hombre se agravó ayer... "; y por fin el 21 dieron la noticia de que había fallecido el día 20 a las 8 de la mañana. El mismo 21 de noviembre el general Roberto Cruz entregó un boletín a la prensa dando a conocer el resultado final de la investigación policíaca, noticia que publicó El Universal Gráfico en edición extraordinaria que apareció el mismo día, y después todos los diarios de México, empleando grandes titulares y planas enteras con fotografías: El boletín oficial dice: Sirvieron de base para los investigadores la aprehensión de Juan Tirado y Nahum Lamberto Ruiz.. , habiendo logrado herir gravemente a la segunda de las personas citadas.

Sujeto el herido a severos interrogatorios, tanto en esta Inspección como en una de las salas del Hospital Juárez, se logró saber que los autores intelectuales y materiales del atentado, son miembros prominentes de la Liga Defensora de la Libertad Religiosa, entre los que se cuenta el ingeniero Luis Segura Vilchis, el sacerdote católico Miguel Agustín Pro Juárez y su hermano Humberto del mismo apellido. Lograda la captura de éstos, fueron objeto de continuos careos e interrogatorios y han quedado convictos y confesos como autores del frustrado asesinato del general Álvaro Obregón, diciéndose de que la propia Inspección había dado los informes que aparecieron en los diarios, respecto al estado de coma de Nahum L. Ruiz, y de que no podía pronunciar "ni una sola palabra", declararon que a la habilidad del agente de la policía Álvaro Basáil, perseguidor encarnizado de católicos, se debía el éxito de la investigación, ya que fue quien obtuvo la declaración del herido que acaba de fallecer, la cual "es la piedra angular de esta investigación" .

Desde que fue hecha la primera curación el lesionado, hubo necesidad de vendarle la cabeza y los ojos, circunstancia por la que prácticamente quedó sin vista desde aquel día. Los familiares del herido, señora Luz del Carmen Ruiz, su esposa, sus tíos y hermanos, al presentarse al hospital atender al herido fueron detenidos e interrogados en la Inspección. No supieron dar datos sobre la participación de sueudo en el atentado, pero en cambio proporcionaron el nombre de un íntimo amigo suyo, cuya personalidad representó el agente ante el lesionado, quien sin vista no pudo darse cuenta del procedimiento. . . . En pláticas que tuvo con su supuesto amigo, le hizo algunos encargos para que viera a algunas personas. y fue entonces cuando Ruiz, según se nos dijo en la Inspección General de Policía, contestó con voz apagada: -Quien- lo que les digas al ingeniero Segura y a los señores Pro, que se escondan, puesto que corren peligro.

El boletín informativo de la Inspección declara -según lo hemos ya transcrito- que los detenidos se hallaban "convictos y  confesos como autores del frustrado asesinato del general Álvaro Obregón", De los mismos periódicos tomamos los siguientes informes: Excélsior, 15 de noviembre: Tirado terminantemente se ha negado a declarar y no se le ha sacado alguna revelación. -16 de noviembre: Desde el lunes último Tirado se encuentra con centinela de vista en uno de los departamentos altos de la Inspección y ha continuado en su propósito de negarse a contestar a los interrogatorios que le hacen los jefes policíacos, pues se concreta a decir que nada sabe, porque al ser capturado se hallaba esperan do un tren.


17 de noviembre: Juan Tirado sigue guardando silencio, mejor dicho persiste en afirmar que él no tuvo arte ni parte en el atentado. En la Inspección de Policía casi se tiene la certeza de que Tirado es uno de los dinamiteros; pero, a pesar de que, tanto el jefe de las Comisiones de Seguridad como los agentes, le han interrogado con habilidad, para hacerla caer en contradicciones y obligarlo de esta manera a confesar de plano su delito, el preso se sostiene todavía en los puntos de su primera declaración sin permitir que sus palabras orienten a la policía hacia la verdad de los hechos. 

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