¿Entonces por qué no
la hacen?
A pesar de los esfuerzos del Vaticano para
sofocar las especulaciones sobre Fátima, la controversia continuó sin dar
señales de disminuir. Pero la mayor parte de la argumentación se ha centrado en
establecer lo “que” de los temas controversiales de Fátima – ¿dónde está la
verdad en lo que respecta al Secreto, a la Consagración, todos esos temas que
acabé de enumerar? Pero en un sentido real, esas preguntas ya fueron
contestadas. Claro que no fueron contestadas en todos sus detalles, ni
contestadas de modo a satisfacer los escépticos en el seno de la Iglesia o en
el mundo exterior, aun así, de forma objetiva, los puntos principales están
determinados, gracias a las personas que gastaron su tiempo a investigarlos.
Claro que puedo sólo imaginar cómo debe ser frustrante, el hecho de haber
intentado hace décadas hacer con que el Vaticano reconozca los simples hechos
que sus investigaciones habían establecido hace mucho tiempo.
Pero, de muchas maneras, la pregunta más
importante que debemos preguntar a nosotros mismos no es sólo “el qué”, sino el
“por qué”. O tal vez yo debiese decir: ¿“Por qué no? ¿Por qué no revelar el
texto del Secreto? ¿Por qué no consagrar a Rusia por su nombre”?
Dar a conocer
el Secreto integral
Dejaré para otra ocasión la mayor parte de los
“por qué” sobre el Secreto, aunque sean intrigantes e importantes.
Efectivamente, voy a tener que desviarme de ellos sólo por un momento. Debemos
preguntar, por ejemplo, por qué el portavoz del Papa Juan XXIII dijo que el Secreto
no sólo no sería divulgado en 1960, lo más probable era que quedase “para
siempre bajo sigilo absoluto”. ¿Por qué el Cardenal Ottaviani dijo que sería
enviado a “uno de aquellos archivos que son como un pozo” donde “se hundiría en
las profundidades oscuras y negras”? ¿Por qué Juan Pablo II dijo en 1982 que el
Secreto podría ser “mal interpretado” y el Cardenal Ratzinger dijo en 1985 que
su divulgación prematura podría resultar en “sensacionalismo” – en ambos los
casos mucho después de la recuperación del Papa del atentado de 1981? La
posibilidad de que el Secreto pueda dar una idea desfavorable de ciertos
eclesiásticos contemporáneos o alertar sobre grandes castigos que vendrán –
hipótesis que fueron sugeridas por personas que llegaron a leer el Secreto de
Fátima – no parece ser, sólo por sí, una razón probable para suprimir el
Mensaje. Después de todo, otras apariciones aprobadas fueron igualmente severas
– La Salette alertando sobre la apostasía en el seno de la jerarquía. El
entonces Cardenal Ratzinger dijo, en verdad, que el Mensaje de Fátima es
semejante a lo de otras apariciones marianas. Como la de la Salette ya que
Garabandal y Akita no han sido aprobadas por la Iglesia.
Puede ser que la divulgación de un tal aviso
en el caso mucho más publicitado de Fátima tuviese repercusiones más
generalizadas de que los mismos avisos en apariciones menos conocidas, causando
hasta pánico entre los fieles, como algunos han temido.
El mismo Papa Juan Pablo II, durante un
intercambio informal de impresiones con intelectuales alemanes en 1980, levantó
la cuestión sobre si sería deseable publicar el Mensaje de Fátima – “Si, en
verdad, ella se refiriese a inundaciones y a millones de fatalidades, pero
después, insistió, que debemos prepararnos para grandes tribulaciones y aun el
martirio, y debemos intensificar el recurso al Rosario, también podemos
concluir que privando los fieles de los avisos del Cielo, aun si sean aterradores,
los privaría injustamente del tiempo de que pueden necesitar para prepararse.
Por lo tanto, viendo bien las cosas, el miedo
de alarmar las personas no parece ser una razón obvia para contrariar a la
Madre de Dios, que pidió que el Secreto fuese divulgado, pero no antes de 1960.
Sin embargo, es posible que haya razones más
estrictas y más específicas. En el mismo encuentro, el Papa Juan Pablo II dijo
que sus “predecesores en el Oficio Petrino preferían diplomáticamente aplazar
la publicación, para no animar el poder
mundial del Comunismo a tomar ciertas medidas”. Del mismo modo, el
Cardenal Ottaviani dijo en 1967 que el Secreto era un asunto tan delicado que
era necesario evitar que “cayese en manos ajenas”. Aún en 1996, el
Cardenal Ratzinger hizo eco del concepto de “aplazamiento estratégico”,
diciendo que “divulgar el Secreto sólo
debería ser hecho cuando no fuese posible crear unilateralismo y
desequilibrio”.
Malichi Martin fue uno de aquellos que
colocaron tales preocupaciones en un contexto geopolítico y hasta militar. El “poder mundial del Comunismo” a que el Papa Juan
Pablo II se refirió no era algo que el Padre Martin pensase haberse disipado en
1989, y él consideró que era enteramente posible que los Papas recientes
tuviesen miedo de que una divulgación inoportuna del Tercer Secreto de Fátima
pondría a Occidente en peligro, al exponer sus vulnerabilidades al enemigo, por
haber cierta información factual altamente sensible en las palabras específicas
de Nuestra Señora.
Si bien es verdad, este escenario sorprendente
explicaría la razón por qué el Secreto haya sido tratado como fue, casi como un
asunto de información
militar,
y colocado, al que parece, en la consideración personal del Secretario de
Estado, lo que es una disposición bastante extraña en asuntos relativos a
milagros y apariciones.
Sin saber las respuestas para todos nuestros
“por qués” y “por qué nos” sobre el Secreto, es imposible decir con certeza
absoluta que la razón o razones para la falta de la Santa Sede de divulgar el
texto completo del Secreto no son buenas razones, o tal vez suficientemente
buenas para justificar la actitud que decidió tomar. Hasta aquí la opinión de
la conferesista.
Seguiremos citándola mas adelante, pero
conviene hacer un paréntesis necesario para exponer otros puntos de vista no
mencionados hasta ahora:
1. La respuesta de Juan XXIII a la revelación
del tercer secreto, fue esta:
“Dada la gravedad del contenido, para no provocar a la potencia mundial
comunista a tomar ciertas determinaciones, (En
este mismo año tanto Jhon F. Kennedy como Nikita Crushov firmaban el tratado de
no proliferación de armas nucleares)
mis predecesores en el oficio de Pedro, HAN PREFERIDO DIPLOMATICAMENTE APLAZAR SU PUBLICACION.
(¿Diplomáticamente? Eso no es verdad a sus predecesores no les estuvo permitido
revelarlo por orden divina) Por otra parte, a todos los cristianos puede serles
suficiente saber esto: si existe un mensaje, que está escrito que los océanos
inundaran partes enteras de la tierra, que, de un momento a otro, millones de
hombres perecerán, no es el caso de andar gritando que se divulgue tal mensaje.
Muchos quieren saber solo por curiosidad y por gusto sensacionalista, pero
olvidan que el saber comporta una responsabilidad…”
2. Como ya dijimos en otro escrito, cuando
inicio el Concilio Vaticano II entre los invitados protestantes y cismáticos se
encontraban representantes de la Iglesia Ortodoxa Rusa (cf. El Rin desemboca en
el Tíber) Hacer tal revelación y consagración de Rusia causaría un gran escándalo
entre estos representantes de la Unión Soviética y por esta razón “diplomáticamente
decidieron aplazar su publicación”. ¿Por La diplomacia humana, se desobedece
una orden divina? Vaya maldita prudencia humana.
3. Considero que uno de los principales
contenidos del tercer secreto es lo que revela el secreto de la Salette cuando
dice sobre la actual crisis de la Iglesia o, también si se quiere, DECADENCIA
DEL CLERO ACTUAL:
“Los sacerdotes, ministros de mi Hijo,
por su mala vida, su irreverencia e impiedad en la celebración de los santos
misterios, por el amor al dinero, a las honras y a los placeres, se
transformarán en cloacas de impureza. Sí, los sacerdotes atraen la venganza, y
la venganza se cierne sobre sus cabezas. ¡Ay de los sacerdotes y de las
personas consagradas a Dios que, por su infidelidad y mala vida crucifican de
nuevo a mi Hijo! Los pecados de las personas consagradas a Dios claman al Cielo
y claman por venganza, y he aquí que la venganza está a sus puertas, pues no se
encuentra más una persona que implore misericordia y perdón para el pueblo, no
hay más almas generosas, no hay nadie más digno de ofrecer la Víctima
Inmaculada al Padre Eterno a favor del mundo. Los comentarios entre corchetes
son del editor no del secreto en sí mismo, su finalidad es solo informativo.
Esta crisis de la
Iglesia modernista ya no es un misterio sino una verdad a plena luz del día.
4. En el supuesto de
revelar el secreto en el mismo Concilio ante la multitud de los Obispos del
mundo significaba necesariamente dar marcha atrás a los maquiavélicos planes de
la masonería universal sobre los cambios radicales que se introducirían en
dicho Concilio, lo cual arruinaba todos sus planes de protestantizar al estilo
Martin Lutero a la Iglesia con la derogación consecuente de toda la Iglesia
tradicional incluyendo en especial el Santo Sacrificio de la Misa, como lo
vemos hasta ahora con tanta evidencia y claridad.
El modernismo con
matiz hereje por excelencia es el culpable directo de la desacralización de la
Iglesia Católica, el artífice de toda la destrucción no solo material, moral
sino también espiritual de las almas sumiéndolas en un gran desconcierto lleno
de dudas y perplejidades jamás vistas en el decurso de la historia de la
Iglesia. A mi forma de ver este es el mal mas grande es como si fuera una
tercera guerra mundial en el orden espiritual. No en balde Mons. Marcel
Lefebvre dijo en su momento: “Yo he estado en tres guerras mundiales; la
primera, recordemos que él nació en 1905, la segunda donde los nazis mataron a
su padre y la tercera que fue el Concilio Vaticano II”. En esta última él
estuvo siempre al frente de la batalla y murió defendiendo los derechos de
Dios, de la Iglesia y de la Virgen María lo cual le acarreo una excomunión tomando
como pretexto las consagraciones episcopales realizadas en 1988, excomunión que
no ha sido levantada.
Aquí cerramos el paréntesis
y seguimos citando a la autora de este artículo.
Lo que podemos decir es que la posición actual
de fingir que el Secreto ocultado no existe, no puede ser mantenida para
siempre, y eso, sólo por sí, afecta negativamente la credibilidad de la Santa
Sede. (no se si en la actualidad la Santa que sede tenga ya autoridad, no esta
mal escrita la frase fue hecha a propósito)
Y podemos decir también que por más prudentes
que fuesen las condiciones que, durante los últimos cincuenta años, pudiesen
haber aconsejado a no divulgar el Secreto fueron ciertamente previstas en 1917
por Nuestra Señora, y que no revelarlo cuando Ella pidió, fuesen cuales fuesen
sus costos y riscos aparentes, puede muy bien ser menos arriscado y menos
oneroso de que las consecuencias de no hacer lo que Ella pidió. Consecuencias muy
lamentables que nos pueden conducir a un flagelo o castigo mundial pues el
comunismo no ha muerto ni se ha convertido al catolicismo. Pero ¿a que
catolicismo se puede convertir actualmente cuando La ROMA ACTUAL A APOSTATADO
DE EL? Esto nos debe ponernos a pensar profundamente porque los hechos bélicos
se suceden de una manera vertiginosa. El próximo articulo tendrá por nombre: “CONSAGRARA
RUSIA POR SU NOMBRE”
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