Nota. "Carísimo yo te conjuro delante de Dios y de Jesucristo…Proclama la palabra, insiste a tiempo y a desatiempo; reprende, ruega, exhorta, con paciencia siempre y afán de enseñar. Porque vendrá tiempo en que no soportaran la sana doctrina…Se elegirán maestros a granel y desviaran y desviaran sus oídos de la VERDAD” ( San Pablo a Tim. 2, ) Es obligación del buen pastor dirigir a las ovejas encomendadas a él no solo enseñar la verdad sino también señalar los errores ahí donde se encuentren estos sobre todo y ante todo. Así como lo hicimos con Luisa Picarreta ahora lo hacemos con sor Faustina por oponerse a una devoción muy querida por nosotros que es el SAGRADO CORAZON DE JESÚS
Primeramente,
debemos reconocer que muchas personas sin duda alguna han recibido gracias al
rezar la devoción de la Divina Misericordia propagada por Sor Faustina.
También
hay que decir que se aprecia en ella a un alma de oración asidua. Sin embargo, estos
dos hechos no implican necesariamente que esta devoción venga de Dios. Aquí no es
nuestra intención juzgar sus intenciones, su buena o mala fe. Nuestra única
intención es hacer eco a lo que ha dicho la Iglesia acerca de este tema por el
bien de las almas.
Sabemos
los católicos con certeza, gracias a la promesa que nos hizo Jesucristo mismo,
de que el Espíritu Santo sería el guía de la Iglesia Católica hasta el fin del
mundo.
Precisamente
por eso cada vez que la Iglesia se pronuncia acerca de un punto en materia de
fe o de moral, Ella cuenta siempre con Su asistencia infalible. Gracias a ello,
los Papas, Vicarios de Cristo, están obligados a transmitir fielmente el depósito
divino que se les ha confiado y no pueden salirse de este bajo pena de ir
contra el Espíritu Santo. Un papa futuro no podría entonces ir en contra de los
decretos infalibles de la Iglesia en materia de fe y de moral que se han estado
definiendo y transmitiendo a través de su Magisterio a través de los siglos. Si
un Papa hiciera eso, él estaría hablando en nombre propio y estaría sin duda
alguna enseñado doctrinas humanas en contra del mismísimo Espíritu Santo y en
ese caso todos los católicos estaríamos en la obligación de desobedecer a ese
Papa. La verdad es inmutable, no cambia ni puede cambiar. Los modernistas
niegan esto, relativizan todo, y pretenden ponerse en el lugar de Dios.
Primero
se debe recordar de que La Devoción de la Divina Misericordia fue prohibida ya
de manera definitiva por la Iglesia Católica. El Diario de la Hermana Faustina Kowalska
la colocó la Iglesia en el índice de libros prohibidos. Esa fue la decisión del
Papa Pío XII. Estas decisiones son parte del Magisterio infalible de la Iglesia
católica.
El Santo
Padre consideró la obra de Sor Faustina como un peligro contra la Fe católica a
causa de las “apariciones” y mensajes que ella recibió.
Apoyado
de esto, por orden del Santo Padre, El Santo Oficio, reunido en sesión plenaria
el 19 de Noviembre de 1958, declaró lo siguiente:
1.- El
aspecto sobrenatural de las revelaciones hechas a Sor Faustina no son
evidentes.
2.-
Ninguna fiesta de la Divina Misericordia debe establecerse.
3.- Está
prohibido divulgar las imágenes y escritos que propagan esta devoción de acuerdo
a la manera que fue recibida por Sor Faustina.
-
Totalmente contrario a esta decisión de la Iglesia están las palabras de
“Jesús” en el Diario: “Prometo que el alma que venere esta imagen no perecerá”
(No. 48, Diario).
Un
segundo decreto del Santo Oficio hecho el 6 de marzo de 1959 ratificó lo anterior,
pidiendo además a los obispos del mundo actuar en dicha dirección. Esta oficina
estaba bajo el control directo del Papa, y era la responsable de mantener la
pureza de la Doctrina Católica protegiéndola de las falsas o peligrosas
doctrinas.
La razón
de esta prohibición se debe a que el diario de Sor Faustina hace mucho énfasis
en la Misericordia de Dios minimizando al mismo tiempo la realidad de la
Justicia Divina. La Iglesia nunca había permitido que se adorase la
misericordia divina sin hacer alusión explícita a su justicia. En Dios no se
pueden separar su Misericordia de su Justicia. Nuestros pecados y la gravedad
de la ofensa hecha, así como el daño ocasionado por ellos con sus
consecuencias, no pueden ignorarse cuando se busca la misericordia de Dios.
Tiene que haber humildad, arrepentimiento, deseo de hacer reparación, y
propósito de enmienda cada vez que uno se acerca a Dios pidiéndole el perdón de
nuestros pecados mientras al mismo tiempo apelamos a su infinita bondad.
Estas
condiciones que representan el temor de Dios son condiciones indispensables
para obtener la misericordia de Dios (lo dice claramente la Santísima Virgen en
su cántico del Magnificat). Estas condiciones son completamente ignoradas en la
devoción propuesta por Sor Faustina. Este arrepentimiento, reparación, y
penitencia es precisamente en lo que tanto insistió la Santísima Virgen María
en sus grandes apariciones de La Salette, Lourdes y Fátima como condición
INDISPENSABLE para poder obtener la misericordia y perdón de Dios.
La
imagen tradicional de la misericordia de Dios unida a su justicia siempre fue
el Sagrado Corazón de Jesús. Allí su Corazón Sacratísimo, traspasado con una
lanza, coronado de espinas, y derramando su Preciosísima Sangre, siempre nos
pone de manifiesto, primero, a que debemos abandonar el pecado, a que tenemos
que arrepentirnos, y a hacer reparación. La imagen del Sagrado Corazón nos
recuerda a través de los dolores de su Pasión la gravedad del pecado y el
precio que tuvo que pagar en la Cruz para poder perdonarnos; allí sus Sagradas
Llagas nos piden explícitamente que ya NO lo ofendamos más. Estas disposiciones
son los que nos hacen recibir el Amor infinito de Dios y su perdón. Jamás
debemos separar en Jesucristo a Él mismo de su Pasión ni de su Cruz. La
misericordia procede de la Cruz y de nuestra participación en ella. No puede
verse la misericordia separada de la Cruz, de la Justicia, del precio de nuestra
redención.
Ahora
vamos a abordar varios errores particulares encontrados en el diario de Sor Faustina
para terminar de convencernos de lo peligroso que es esta doctrina:
1.- En
el diario de Sor Faustina se hacen muchas alusiones a que en el tiempo PRESENTE
es tiempo de misericordia y que BASTA con confiar en su misericordia para salvarse.
Dice que el tiempo de Justicia será hasta el final o hasta después de la
muerte.
Estas
enseñanzas son falsas y muy peligrosas. En el tiempo presente hay misericordia,
pero esta está CONDICIONADA a nuestro sincero arrepentimiento; si no hay arrepentimiento
entonces SOLO habrá justicia. La misericordia es para el presente y para la
eternidad. La justicia lo es también para el presente y para la eternidad.
Depende de nosotros los que nos vaya a tocar. NO BASTA solo confiar en la
misericordia para salvarse. Esta falsa “confianza” que de hecho se debería
llamar “presunción” (pecado contra la esperanza), es lo que resume lo que
verdaderamente es esta devoción que Sor Faustina predica. “¡Jesús, En Tí
confío!” es el título que caracteriza a la imagen de la Divina Misericordia.
Esta es la típica enseñanza protestante presuntuosa que NO demanda del pecador
ni arrepentimiento ni enmienda. Para el protestante “basta tener fe, confianza
en Jesús” para salvarse. La confianza sin arrepentimiento NO es suficiente para
salvarnos.
- En la
página 101, dice: “La humanidad no encontrará paz hasta que no se dirija con
confianza a mi misericordia”.(No. 300, Diario de Sor Faustina).
- En la
página 187, dice “El alma que confíe en mi misericordia no perecerá” (No. 723,
Diario de Sor Faustina).
- En la
página 118, dice: “En el momento en que me arrodillé para tachar mi propia voluntad,
como me había mandado el Señor, oí en el alma esta voz: “Desde hoy no tengas
miedo del juicio de Dios, ya que no serás juzgada.” (No. 374, Diario de Sor
Faustina,
del 4 de febrero de 1935)
2.- La
extraña promesa hecha a Sor Faustina de ser librados de todo el castigo
temporal debido al pecado, para aquellos que rezan la Coronilla a las 3:00 pm,
es una muestra de esa falsa misericordia. Es la presunción de obtener el perdón,
aunque se haya pecado, y aunque no exista arrepentimiento, aunque no haya
reparación. La Iglesia en su tradición sólo otorga este privilegio, a través de
la indulgencia plenaria, a aquellos que no tengan NINGUN APEGO ni siquiera al
pecado venial, o sea a aquellos que están arrepentidos y enmendados. Esta es
otra enseñanza también INFALIBLE y constante que nos ha enseñado nuestra Madre
la Iglesia por 20 siglos.
- “Hasta
el pecador más empedernido, si reza la Coronilla de la Divina Misericordia una
sola vez, recibirá la gracias de Mi misericordia infinita” (No. 687, Diario de
Sor Faustina).
3.-En su
diario falta en Sor Faustina esa profunda humildad, ese sentido de indignidad, falta
ese sentido de la gravedad del pecado y su confesión y dolor continuo;
disposiciones propias de los grandes místicos y videntes de Dios. Jesucristo a
sus hijos que ama los castiga y humilla para que den más fruto en virtud y
santidad. Ese “Jesús” del que habla Sor Faustina más bien se parece al tentador
del desierto. Ella escribe lo siguiente en su diario:
- En la
página 185 le dijo “Jesús”: “Ahora sé que no me amas por las gracias ni por los
dones, sino porque Mi voluntad te es más querida que la vida. Por eso Me uno a
ti tan estrechamente como a ninguna otra criatura” (No. 707, Diario de Sor
Faustina).
- En la
página 355 dice: “mi alma fue invadida por un gran deseo de que también en nuestra
casa hubiera una santa y rompí a llorar como una niña pequeña. Y el Señor Jesús
me dijo: No llores, tú lo eres¨ (No. 1650, Diario de Sor Faustina).
- En la
página 259 leemos que “Jesús" le dijo a Faustina: “Díle a la Superiora General
que cuente contigo como con la hija más fiel de la Orden". (No. 1130
Diario de Sor Faustina).
- Sor
Faustina reza así: “Oh Jesús, sé perfectamente que puedo ser sacerdote misionero
y predicador, puedo morir en el martirio” (No. 302, Diario de Sor Faustina).
4.- No
es sorpresivo que Juan Pablo II promoviera esta devoción cuando sabemos que él enseña
también, en su encíclica “Dives in Misericordia”, este concepto de la falsa misericordia.
En su teología del “Misterio Pascual” él mismo hace de lado cualquier consideración
acerca de la gravedad del pecado y de la necesidad de hacer penitencia como
satisfacción a la JUSTICIA Divina. Niega que la Santa Misa sea un sacrificio
expiatorio
y pasa de largo la necesidad de ganar indulgencias para mitigar el castigo divino.
Para él, ya que Dios es “infinitamente” misericordioso, nuestros pecados no
tienen importancia ni hay que preocuparse de sus consecuencias. Esto NO es un
espíritu católico. Todos y cada uno, por el contrario, estamos obligados “a
hacer reparación por nuestros pecados y por los del mundo entero”, tal y como
lo enseñara el mismo Sagrado Corazón de Jesús a Santa Margarita María de
Alacoque. Este es parte del gran misterio de la Cruz al cual nos tenemos que
asociar para ayudarle a Cristo Nuestro Señor a salvar almas.
- “La
misericordia en sí misma, en cuanto perfección de Dios infinito es también infinita.
Infinita pues inagotable es la prontitud del Padre en acoger a los hijos
pródigos que vuelven a su casa. Son infinitas la prontitud y la fuerza del perdón.
Dives in Misericordia No. 13).
NOTA:
Esa prontitud de Dios es infinita pero CONDICIONAL. En la práctica, debido a
nuestras disposiciones imperfectas, la aplicación de la misericordia de Dios a
cada persona en particular será solo condicionada y finita. Es importante notar
aquí que los atributos de Dios que manan de su Divina Esencia son siempre
infinitos, como la Bondad, el Poder, el Amor, etc. Los seres humanos no son
infinitos en la creación, por eso no se puede hablar de una Creación infinita.
Pasa lo mismo con la misericordia. La misericordia como su nombre lo indica
significa la compasión de Dios hacia el miserable, la compasión hacia aquél que
se reconoce miserable al tener un espíritu humilde y arrepentido, como en las
parábolas del Evangelio del publicano o del hijo pródigo; ahí ellos mostraron arrepentimiento
antes de recibir misericordia. Por eso es que Dios ejerce misericordia y compasión
hacia nosotros sólo en proporción a nuestras disposiciones, a nuestra humildad,
a nuestra fe, a nuestro arrepentimiento. Por eso nuestro Señor dice:
“Bienaventurados
los misericordiosos porque ellos obtendrán misericordia” (Mateo 5,7).
Está
aquí Nuestro Señor condicionando su misericordia. La misericordia nunca la
ejercita Dios sin relación a nosotros. La misericordia sería entonces lo más
gigante posible en proporción a nuestra humildad y arrepentimiento. Por este
motivo no encontraremos en las Sagradas Escrituras NINGUNA mención ni uso del término
“infinita misericordia” de Dios para con los hombres. Lo usan continuamente sin
embargo tanto Juan Pablo II, como Sor Faustina, y la nueva Evangelización desde
el Concilio Vaticano II también. La tradición católica a la misericordia la
describe por lo general con el término “ETERNA
misericordia”,
esto es, que “la misericordia de Dios se extiende de generación en generación a
los que le temen” (Magnificat de la Bienaventurada siempre Virgen María, Lucas
1,46-55).
- En la
página 181 dice: “Oí estas palabras: Tú darás el testimonio de Mi misericordia
infinita”. (No. 689 diario de Sor Faustina).
5.-
Vemos además con mucho dolor que la Coronilla de la Divina Misericordia se ha venido
utilizando como sustituto del Santo Rosario. ¿Revelaría Dios una nueva devoción
que se dice en las cuentas del Rosario poco después de que Su Madre se
apareciera en muchos lugares desde hace 8 siglos, y últimamente en Fátima,
hasta realizar un poderoso milagro para revelar, entre otras cosas, la
necesidad del Rosario? La instrucción específica dada a la hermana Faustina
acerca de la manera de realizar la Devoción de la Divina Misericordia, es que
debe recitarse usando las mismas cuentas del Rosario. Esto ha ocasionado que de
hecho muchas personas sustituyan el rezo del Santo Rosario por el de la
Coronilla de la Divina Misericordia. De hecho “Jesús” en el diario de Sor
Faustina concede a la Coronilla LAS MISMAS PROMESAS de salvación (¡y hasta más!)
de que goza el Santo Rosario. ¡Eso no es así! De hecho, Santo Rosario es
irremplazable ya que fue pedido expresamente por Dios y la Iglesia desde hace 8
siglos sin interrupción.
- En la
página 139 dice “Esta oración es para aplacar Mi ira, la rezarás durante nueve
días con un rosario común” (No. 476).
6.- Otro
problema gravísimo, que de hecho es una “invitación” a cometer sacrilegio, es
la promoción de la práctica de la comunión en la mano, que supuestamente es
promovida por Nuestro Señor en el diario. La Hostia es transportada a las manos
de Sor Faustina varias veces; Nuestro Señor supuestamente dice que quiere
descansar en sus manos.
Esto fue
de hecho un fundamento “divino” que usó el mismo Juan Pablo II para aprobar la Comunión
en la mano en las liturgias modernas. Cuando sabemos con certeza por la Tradición
de que ni siquiera a la Santísima Virgen le fue permitido jamás tocar la
Sagrada Hostia (En el primer siglo se usaba un paño de tela que se colocaba
encima de la mano.
Uso
quitado desde hace ya varios siglos debido al peligro de sacrilegio. Solo el
sacerdote, Cristo, a través de las manos consagradas sacerdotales, es Quién se
da a Si Mismo en alimento a sus hijos. Dar la comunión es un ministerio
sacerdotal que ningún laico puede asumir).
- En la
página 29 del Diario de la Hermana Faustina, dice: “… y el Hostia salió del tabernáculo
y descansó en mis manos, y yo con alegría La coloqué en el tabernáculo. Eso se
repitió otra vez, y yo hice con Ella lo mismo, sin embargo, eso se repitió la
tercera
vez ...»
- En la
página 68 del Diario, Faustina dice: “Cuando el sacerdote se acercó otra vez,
le di la Hostia para que la pusiera en el cáliz, …de la Hostia oí estas
palabras: "Deseaba descansar en tus manos, no solo en tu corazón".
(No. 60).
7.-La
Devoción de la Divina Misericordia ha causado que la Iglesia se centre en la misericordia
en un momento en que la humanidad está a punto de desbordar la copa de la justicia
divina. El problema de hoy es que el hombre no teme a Dios y lo está ofendiendo
de la manera más grave que jamás haya existido. Lo que necesitamos escuchar hoy
es acerca de su JUSTICIA DIVINA. Así lo hizo la Santísima Virgen de Fátima
advirtiendo del infierno y de los castigos divinos sobre los países y la
Iglesia si las personas “NO SE CONVERTIAN” (lo cual no ha sucedido). Dijo que
la devoción a su Corazón Inmaculado y el rezo del Santo Rosario eran “los
ULTIMOS medios que Dios daba al mundo para que éste se convirtiese y se
salvara”. Preguntada la hermana Lucía acerca de qué significaban loas palabras “los
últimos remedios”, ella contestó: “Dijo ´último´ ya que NO HABRIA OTROS” (esto
es, ¡La Coronilla!”).
La
devoción de la Divina Misericordia fue la falsa devoción y el mensaje perfecto para
hacer creer a las personas que obtendrían la misericordia de Dios incluso si continuaban
en sus pecados. Faustina insiste en que se debe "adorar" su
misericordia (“mi destino es adorar y glorificar la Divina Misericordia” (No.
729, Diario de Sor Faustina).
CONCLUSION
Considerando
todas estas cosas juntas, y apoyados en obediencia al Magisterio infalible de
la Iglesia Católica, y a las consecuencias nefastas de esta falsa doctrina,
falsa piedad y últimamente falso medio de salvación, concluimos, de manera
ineludible, que el Diario de Sor Faustina junto con su devoción a la Divina
Misericordia que ahí se incluye, es algo prohibido y que los católicos deben
evitar.
“El que
tenga oídos para oír, que escuche. ¨ (Mt 13,9)
Con la
bendición.
REV. PADRE RAFAEL OSB
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