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miércoles, 29 de enero de 2020

TIEMPOS APOCALIPTICOS II

  

Los acontecimientos mundiales se están precipitando de una manera espantosa en donde lo bueno ahora es malo y lo malo bueno con una astucia diabólica se ha tergiversado la situación que, claramente, se ve obrar el misterio de iniquidad como ya lo había advertido san Pablo. Este misterio consiste también en que "viendo no ven y oyendo no oyen" y con ello muchas almas se estan perdiendo.
es obligación del sacerdote desenmascarar al demonio y sus argucias y también denunciar a aquellos que están dentro de la Iglesia y son ya ministros no de Dios sino del maligno (digo aquellos porque no todos los sacerdotes contribuyen a destruir la Iglesia)
Para  algunos espíritus flacos no lo soporten y otros, segados por el misterio de iniquidad, no logren dicernir los peligros que aquí se anuncian, pero es necesario que invoquen al Espíritu Santo para entender algo de lo aquí escrito.
La unificación mundial propiciada por el poder oculto judío (con sus organizaciones satélites, ONU (Organización de las Naciones Unidas); OEA (Organización de los Estados Americanos); etc.) y la finanza internacional también judía, es la meta del Anticristo: «Hoy día es “un fin político lícito” y muy vigente por cierto, la organización y unificación de las comarcas del mundo en un solo reino que, por ende, se parecerá al Imperio Romano. Esta empresa pertenece a Cristo; y es en el fondo la secuela aspiración de la Humanidad; pero será anticipada malamente y abortada por el Contra -cristo ayudado del poder de Satán. En el Boletín de “Canadian Intelligence Service (enero 1963) podemos ver el poder que tienen actualmente, en E.E.U.U. e Inglaterra sobre todo, los “One-Worlders” o partidarios de la unificación del mundo bajo un solo Imperio. Propician la amalgama del Capitalismo y el Comunismo, que será justamente la hazaña del Anticristo» (Ibíd. p.p. 188-189). «La última herejía será optimista y eufórica “mesiánica” y puede ser el modernismo actual pues a la larga conduce al ateísmo. El bolchevismo se incorporará, será integrado en ella consecuencia lógica propio de esta herejía y de este sistema político». (Ibíd. p. 201).
«El Capitalismo (Sistema económico y social basado en la propiedad privada de los medios de producción, en la importancia del capital como generador de riqueza y en la asignación de los recursos a través del mecanismo del mercado).  y el Comunismo,( Doctrina económica, política y social que defiende una organización social en la que no existe la propiedad privada ni la diferencia de clases, y en la que los medios de producción estarían en manos del Estado, que distribuiría los bienes de manera equitativa y según las necesidades), tan diversos como parecen a simple vista, coinciden en su fondo, digamos, en su núcleo “místico”: ambos buscan el Paraíso Terrenal por medio de la Técnica; y su “mística” es un mecanismo tecnólatra y antropólatra, cuya difusión vemos hoy día por todos lados, y cuya dirección es la edificación del hombre; la cual un día se encarnará en un hombre». (Ibíd. p. 347).
«El Anticristo no será un demonio, sino un hombre “demoniaco”, tendrá “ojos como de hombre”, levantados con la plenitud de la ciencia humana, y hará gala de humanidad y “humanismo”, aplastará a los santos y abatirá la ley, tanto la de Cristo como la de Moisés; triunfará tres años y medio hasta ser muerto “sine manu”, no por mano de hombre; hará imperar “la abominación de la desolación.” O sea, el sacrilegio máximo; que consiste en hacerse adorar como dios, será soberbio mentiroso y cruel, aunque se fingirá virtuoso (...) será ateo y pretenderá el mismo recibir honores divinos; en qué forma, no lo sabemos: como Hijo del Hombre, como verdadero Mesías, como encarnación perfecta y flor de lo humano soberbiamente divinizado, como Fuehrer, Duce, Caudillo y salvador de los hombres; como Resucitado de entre los muertos. (...) Reducirá a la Iglesia a su extrema tribulación, al mismo tiempo que fomentará una falsa Iglesia. Matará a los profetas y tendrá de su lado una manga de profetoides, de vaticinadores y cantores del progresismo y de la euforia de la salud del hombre por el hombre, hierofantes que proclamarán la plenitud de los tiempos y una felicidad nefanda. Perseguirá sobre todo la predicación y la interpretación del Apocalipsis; y odiará con furor aun la mención de la Parusía dado que ella significa su fin. En su tiempo habrá verdaderos monstruos que ocuparan cátedras y sedes, y pasarán por varones píos, religiosos y aun santos; porque el hombre de pecado tolerará y aprovechará un cristianismo adulterado. Abolirá de modo completo la Santa Misa según el rito tridentino o Santa Misa en latín y el culto público durante 42 meses o sea 1260 días – que serán largos de pasar». (Ibíd. p. 198-199).
«La mujer ramera y blasfema es la religión modernista adulterada, ya formulada en Pseudoiglesia en el fin del siglo, prostituida a los poderes de este mundo, y asentada sobre el formidable poder político anticristiano». (Ibíd. p 261).
«Cuando vino Cristo eran tiempos confusos y tristes. La religión estaba pervertida en sus jefes, y consiguientemente en parte del pueblo. (...) Cuando Cristo vuelva la situación será parecida. Solamente el fariseísmo, el pecado contra el Espíritu Santo, es capaz de producir esa magna apostasía que el predijo: “La mayor tribulación desde el Diluvio acá”, será producida por la peor corrupción, la corrupción de lo óptimo. (...) por eso San Juan vio en la frente de la ramera la palabra Misterio, y dice se asombró sobremanera; y el Ángel le dice: “Ven, y te explicaré el misterio de la Bestia”. Es el misterio de iniquidad, la abominación de la desolación: La parte carnal de la Religión ocultando, adulterando y aun persiguiendo la verdad.
“Sinagoga Sátanae». (Ibíd. p. 257). Se comprende así la persecución violenta y silenciosa contra toda la Tradición de la Iglesia, dogma, culto y moral.
«La esposa comete adulterio: cuando su legítimo Señor y Esposo Cristo no es ya su alma y su todo; cuando los gozos de su casa no son ya toda su vida; cuando codicia lo transitorio del mundo en sus diversas manifestaciones; cuando mira sus grandezas, riquezas y honores con ojos golosos (...) Esto es lo que llama el profeta “fornicar con los Reyes de la tierra”. Primero se fornica en el corazón desfalleciendo en la fe; después en los hechos, faltando a la caridad. El error fundamental de nuestra práctica actual y -aun teoría a veces- es que amalgamamos el reino y el mundo, lo cual es exactamente lo que la Biblia llama “prostitución”». (Ibíd. p. 258).
Esto fue lo que instituyo desgraciadamente el Concilio Vaticano II con su «aggiornamento» y su ecumenismo, y no es más que una prostitución. Al pan, pan y al vino, vino. Las cosas son lo que son o dejan de ser. Pero resulta que el Concilio Vaticano II único Concilio Ecuménico en toda la historia de la Iglesia que no fue (no quiso ser) infalible, se impone con dogmatismo doctrinal, y es más respetado que el mismo Dogma de la Fe, que el mismo Deposito de la Fe, que la misma Revelación Divina. ¡Habráse visto mayor confusión y error! Solo cabe una palabra prostitución de la religión, prostitución de la jerarquía de la Iglesia, parte carnal, humana como hombres que son, que fornican con los Reyes de la tierra, amalgamando Iglesia y Mundo.
Aquí está representada la Bestia de la tierra, el Pseudoprofeta, semejante al cordero pero que propaga un culto sacrílego, una religión fornicaria al servicio Anticristo, la otra bestia del mar: «El otro seductor y tirano del mundo que más tarde Juan llamará “el Pseudoprofeta”, tiene un carácter religioso: “semejante al Cordero” y surge de la Tierra firme, la Religión; no como la otra, del mar del mundo mundano.


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