De las operaciones de los ángeles
(Continuación de la q.q 55)
De la razón anterior siguese otro nuevo aspecto, que constituye la tercera
prueba del artículo: la esencia del ángel por su inmaterialidad es subsistente.
Luego, si se identificase con ella su
operación de entender, también el entender sería subsistente por sí y, consiguientemente,
infinito, ya que toda forma abstracta
que es subsistente no tiene limitación alguna ni limita a otro (1 Sent., disto 43, q. 1, a.
1), por lo que ha de ser necesariamente
una y. única, en la cual no puede haber diferencias
esenciales especificas ni numéricas. La identidad, pues, de operación y esencia en el ángel
destruye la multiplicidad de las substancias espirituales subsistentes, así
como su distinción de Dios. De
esto siguese la última razón como lógica consecuencia: no habría tampoco
en el entender grados más o menos perfectos.
y adviértase que la distinción aquí propugnada por Santo Tomás entre Ya
operación y naturaleza del ángel no es una mera distinción de razón lógica, ni siquiera
una distinción real modal, sino la máxima distinción, llamada real entitativa,
siendo esta doctrina del Angélico comúnmente recibida por los teólogos
posteriores, que la confirman considerando las dos clases de operaciones que
hay en los ángeles, sobrenaturales y
naturales. Si las operaciones sobrenaturales de los ángeles se edificasen con
su naturaleza, serían naturales, contra
lo que se supone, y así la visión beatifica no excedería su misma naturaleza. Tampoco
pueden ser las operaciones naturales una
misma cosa con la esencia angélica, pues teniendo los ángeles malos operaciones
malas, se seguiría que su naturaleza
también sería mala. Además, el conocimiento
natural de los demonios es defectible, y todos los ángeles pueden, por otra parte, aumentar
sus conocimientos sin que cambien en
nada su naturaleza.
2. "Ni
la acción del ángel ni la de ninguna otra criatura es su ser", y por ello
la nación de entender en el ángel diferencia realmente de su ser o existencia
actual (a. 2).
Dice Dionisio que los ángeles se dividen en substancia,
virtud y operación. Luego una cosa es en ellos la substancia, otra la virtud y otra la
operación. Ni en el ángel ni en criatura alguna es la virtud o potencia operativa lo mismo que la
esencia, como vamos a ver. Puesto que, la potencia dice relación al acto, es necesario que, conforme a la diversidad de los actos, haya diversidad de potencias, y por esto se dice
que a cada acto propio corresponde su
potencia propia. Ahora bien, la esencia de todo ser creado difiere de su ser,
y, según tenemos dicho, se compara con él como la potencia con el acto, y precisamente
el acto, que corresponde a la potencia operativa es la operación. Pero en el
ángel el ser y el entender no son una misma cosa, como tampoco hay en ningún
otro ser creado operación alguna que se identifique con su ser. Por consiguiente,
la esencia del ángel no es su potencia intelectiva, ni tampoco es su potencia operativa
la esencia de ningún ser creado [36] .
Dicho de otra manera: Entiéndase aquí por ser la actualidad .de la
esencia, que se llama existencia. Según Santo Tomás, en toda entidad creada
actual hay que distinguir estás tres
cosas: la esencia actual, llamada acto
primero, la existencia, llamada acto segundo en la línea de la entidad; y la operación, llamada acto
segundo también, pero en la línea del
obrar, Para quienes no admiten en las
cosas creadas distinción real entre la
esencia y la existencia, este problema queda ya solucionado en el artículo 1, pues si la
esencia y la existencia son una misma
cosa, la operación se distinguirá igualmente de una y otra, y al distinguirse realmente de
aquélla se distinguirá también realmente de ésta. Para Santo Tomás, dada la distinción real entre la esencia y la
existencia y entre la esencia y la
operación, cabe preguntar aún si 'también se da distinción real entre el ser o existencia y la
operación, ya que uno y otra son
actualidades de la misma esencia. La
respuesta es afirmativa, y la exposición, clarísima.
El entender en el ángel es movimiento; el ser no lo es; luego se distinguen realmente el entender y el ser
angélicos. Por el análisis de las dos clases
que hay de operaciones se ve claramente
que la operación y el ser o existencia actual de toda criatura son dos cosas realmente
distintas. La acción transeúnte, que se
ejerce y termina en algo distinto del sujeto, es algo que fluye del agente al
paciente, mientras el ser es algo
intrínseco al mismo, La acción inmanente tiene de suyo cierta infinitud, bien sea en absoluto,
como el entender y querer, o bien de
alguna manera, como el sentir, puesto que
es indeterminada en cuanto al género y a la especie, que recibe' del objeto, mientras que el ser de
toda criatura es determinado a una
especie por sí e intrínsecamente tanto genérica
como específicamente. Y así como lo determinado e indeterminado se distinguen
realmente, así el ser y la operación pueden distinguirse en las criaturas. El
ser es acto substancial; la operación es
acto accidental, que puede separarse del ser en todo lo que existe, menos en
Dios.
3."Ni en
el ángel ni en criatura alguna es la virtud o
potencia operativa lo mismo que su
esencia"
La acción de una cosa difiere mas de, su propia
substancia que de su ser. Pero no hay cosa creada cuyo ser se identifique con
su substancia, puesto que, según hemos visto,
esto sólo pertenece a Dios. Luego ni la acción del ángel ni la de otra criatura
alguna es su substancia.
RESPUESTA. Es imposible que ni la acción del ángel ni la de ninguna otra criatura sea su substancia.
Propiamente hablando, la acción es la actualidad de una virtud o facultad, como el ser es la actualidad de la substancia o de la esencia. Pero es imposible que se su
propia actualidad una cosa que no es
acto impuro, sino que está mezclada con potencia, porque la actualidad repugna a la potencialidad,
y solamente Dios es acto puro. Luego sólo la 'substancia de Dios es su ser y su obrar [32J. Además, si el entender del ángel fuese su
substancia, sería necesario que fuese subsistente. Pero el entender subsistente,
como cualquiera otra forma abstracta subsistente, tiene que Ser único, de donde
se sigue que la substancia de un ángel
no se distinguiría ni de la substancia de Dios, que es el mismo entender
subsistente, ni de la substancia de otro ángel. Por
fin, si el ángel fuese su entender" no podría haber en el entender grados más perfectos o menos perfectos, ya que esto proviene de que hay diversidad en la
participación del acto de entender.
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