INTRODUCCION
A LA CUESTION LII
(CONTINUACION)
III.-EXPOSICION TEOLOGICA OE SANTO
TOMÁS
TOMÁS
a) EL HECHO
DE LA PRESENCIA DE LOS ÁNGELES EN EL LUGAR- Que los ángeles pueden de hecho
estar de algún modo en el lugar, es una verdad que, como se ha visto, háyase
expresamente en las divinas escrituras.
b) EL
MODO.-Esto supuesto, al determinar el modo, la doctrina que, con la lógica de
siempre, expone el Angélico en estos tres artículos, comparando los ángeles con
el lugar, puede resumirse en las siguientes proposiciones:
1. Los ángeles no están
en el lugar como los cuerpos, de una manera propia y circunscritiva, localmente
(a. 1), sino de una manera que trasciende el lugar. Es consecuencia lógica
de la naturaleza intrínseca de los ángeles, completamente inmaterial y
perfectamente incorpórea, Las cosas ocupan un lugar en sentido propio por razón
de la cantidad dimensiva, de la cual precisamente carecen los ángeles.
"Dado que el lugar es una cosa corpórea, el que un ser esté en un lugar
puede entenderse de dos maneras: o como están las demás cosas, esto es, al modo
como una cosa está en otra, de cualquier manera que sea, por ejemplo, coma los
accidentes de lugar están en un lugar; o bien que esté según el modo propio del
lugar, como lo están los seres localizados.” Sobre este tema completa el
angélico doctor: Conviene al ángel estar en un lugar, pero
que el ángel y el cuerpo están en un lugar se dice de modo equívoco. El cuerpo
está en un lugar, debido a que está unido al lugar por contacto de su cantidad
dimensiva con él [21]. Esta no existe en el ángel, pero, en cambio, tiene la
cantidad virtual. Luego por la aplicación de la virtud angélica a un lugar, de
cualquier modo que sea, es por lo que se dice que el ángel está en un lugar
corpóreo y por esto salta ara vista que no hay para qué hablar de que el ángel
sea medido por el lugar ni que que ocupe un, sitio en lo extenso, ya que éstas
son cosas que convienen al cuerpo localizado, precisamente por cuanto tiene
cantidad dimensiva. Tampoco cabe decir que esté contenida por el lugar, porque
la substancia incorpórea que se pone en contacto con una cosa corpórea (un
cuerpo normado por el ángel) por su virtud, la contiene y no está contenida por
ella; y así el alma está en el cuerpo como continente y no como contenida. Se
dice, pues, que el ángel está en un lugar corpóreo, no como contenido, sino
coma el que de algún modo lo contiene. Por si no queda claro lo
anterior Santo Tomás señala tres diferencias entre el contacto de la cantidad
dimensiva y el de la cantidad virtual u operatíva La primera es porque en este
contacto (virtual) lo que es indivisible puede tocar a lo que es divisible, lo
cual no acontece en el contacto corpóreo; así, con un punto no se puede tocar
más que algo divisible, mientras que la substancia intelectual, aunque sea
indivisible, puede tocar la cantidad divisible obrando en ella. Pues es
distinto el modo como el punto y la substancia intelectual son indivisibles, El
punto lo es como término de la cantidad, y de ahí que tiene una situación
determinada en la cantidad continua, más allá de la cual no puede extenderse;
pero la substancia intelectual es indivisible, en cuanto que está fuera de todo
género de cantidad, por lo cual no es necesario que toque algo indivisible
determinado.
En segundo lugar, el
contacto de la cantidad se da sólo en y mediante las superficies, mientras que
el contacto operativo se extiende al todo que se toca, pues en tanto se dice
que una cosa se toca de este modo en cuanto que recibe la acción y se mueve, lo
que acaece por estar en potencia para recibida, que se da en el todo y no sólo
en la superficie del todo, por donde es al todo al que se aplica la acción.
De aquí se sigue la
tercera diferencia, y es que, siendo el contacto cuantitativo sólo según las
superficie, es necesario que el que toca sea algo extrínseco a lo que sé toca,
y no puede penetrar las partes intimas por oponer resistencia; en cambio, el
contacto virtual de las substancias intelectuales, alcanzando las partes
íntimas, hace que la substancia que toca esté dentro de la tocada como
cundiendo por toda ella sin impedimento alguno. Y así es como la substancia
intelectual puede unirse al cuerpo por el contacto de su virtud operativa"
(Cant. Gent., lib. n, cap. 56).
2."Dicese
que el ángel está en el lugar en sentido trasladado e impropio, por analogía de
proporcionalidad con el modo de estar los cuerpos localizados en cuanto que el
ángel aplica a los cuerpos su virtud o poder operativo. La razón es
que la cantidad dimensiva no existe en el ángel, pero, en cambio, tiene la
cantidad virtual. Luego por la aplicación de la virtud angélica a un lugar, de
cualquier modo que sea, es por lo que se dice que el ángel está en un lugar
corpóreo" (a. 1). Cómo haya de entenderse esa aplicación de la virtud o
poder angélicos, nos lo dice Santo Tomás en otra parte: "Que una cosa
quede determinada a un lugar, en tanto se da en cuanto de alguna manera se
aplica a aquel lugar y no a otro. Esta aplicación puede entenderse según la
situación, o según el contacto, o según la forma, o según alguna operación.
Según la forma, como el alma está en el cuerpo; mas el ángel no puede estar así
en una cosa localizada, pues no es acto o forma de cuerpo alguno. Según una
situación determinada, como el punto está en la línea que determina.
Tampoco así puede estar
el ángel en el lugar, porque su esencia abstrae de toda situación. Según el
contacto, como está el cuerpo en el lugar. Pero el contacto puede entenderse de
dos maneras: propia y metafóricamente. Tocarse en, sentido propio es tener
juntas las superficies, habere ultima simul; y es evidente que esto no puede
convenir al ángel. Mas el contacto en sentido metafórico se da por la acción...
Y este contacto es el, que puede convenir al ángel...; de ahí que, debiendo
decir: "Aquí obra", abusivamente 'decimos: "Aquí obra" (I
Sent., disto 37, q. 3, a. 1). y más adelante aclara:' "El lugar es nombre
de una medida, por donde estar en el lugar propiamente se dice como estar en la
medida; y así a ninguna cosa incorpórea le cuadra estar en el lugar localmente,
sino como el que obra en lo que hace o como la forma está en la materia. Por
consiguiente, tampoco el ángel se dice localizado sino sólo en cierto modo, a
saber, en cuanto que tiene algo semejante a la cosa localizada, que lo
determina más a un lugar que a otro" (1. c., ad 1). .
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