CAPITULO I.
DE LAS PROPIEDADES DE LA VID.
“Yo
soy la verdadera vid”.
Con la ayuda del mismo Jesucristo, Señor nuestro, veamos algunas
propiedades de la vid terrena, por las cuales podamos rastrear las propiedades
de la Vid eterna celeste. Consideremos no solamente las cualidades naturales de
la vid, pero también los cuidados externos referentes a su cultivo.
Primero que se
ofrece a la consideración es que la vid se planta, no se siembra; trasplantase
de un vástago de su mismo tronco, cosa
que, a mi ver, dice correspondencia con la concepción de Jesús. Es, a la
verdad, Vid nacida de Vid, Dios engendrado de Dios e Hijo del Padre, coeterno y
consubstancial a aquél del cual es. Más para que diese mayores frutos fue
trasplantado a la tierra, concebido en el seno de la Virgen, hecho lo que no
era, Hombre, quedando lo que era, Dios. (Dice San Juan: En el principio era el Verbo y el Verbo era Dios y el
Verbo…Y el Verbo se hizo Hombre habito entre los hombres es una forma sencilla
de decir lo que San Buenaventura desglosa) estaba junto a Dios i Oh tierra
bendita, la que produce la bendición de todas las gentes! Bendita; por cierto,
la tierra que, por amorosa comunicación de Dios, tal fruto de bendición
produjo. De ella está escrito: Nadie
cultivaba la tierra, mas era regada de
una fuente que subía del paraíso. No hubo menester esta tierra de humano
cultivo (Hace alusión a la Santísima
Virgen María) para que en ella fuese concebido el Hijo de Dios; le bastó el
riego del agua del Espíritu Santo. Así lees: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y la virtud del Altísimo te hará
sombra. También está escrito: Abrase la tierra y germine al Salvador. Por
la fe abrióse la tierra -la Santísima Virgen María- creyendo y obedeciendo a
las palabras del Ángel, y germinó la salutífera Vid, nuestro Salvador, que
liberalmente regala los premios de la vida eterna. Salida a luz nuestra Vid,
dieronle algunas labores propias de la viticultura, es decir, una vez nacido venido al mundo por su
nacimiento en este siglo.
CAPITULO II
DE LA PODA DE LA VID (SAN
BUENAVENTURA).
1.
La
vid fructífera suele podarse, labor que podemos aplicar a Jesús física y
metafóricamente. Fue circuncidado Nuestro Señor Jesucristo; no porque tuviese
necesidad de la circuncisión, (Porque no
nació sujeto a la ley ni al pecado original) sino a fin de consolar
nuestros dolores con sus dolores; padeció no por sí, sino por nosotros; fue
llagado no por sí, sino para curar nuestras llagas (Con dichos
padecimientos nos mereció la redención y nos dejo su misericordia para ver en
El a un juez lleno de misericordia y no de justicia aunque ella, la justicia,
siempre morara en El)
2. De
otra manera cabe entender la poda de nuestra Vid -el onerosísimo Jesús-
diciendo habérsele cortado todas aquellas cosas de que voluntariamente careció
viviendo entre nosotros. El Apóstol favorece nuestro sentir cuando dice: Siendo Dios, se anonado a sí mismo, tomando
forma de siervo. Ese anonadamiento es como una poda, porque así como la
vid, al darle el corte, decrece (es
decir disminuye su tamaño,) y se aminora, del mismo modo la verdadera« Vid. -Jesús- en la encarnación aparece
inferior a los Ángeles y aun más abatido que los hombres todos. (Aquí entra el sentido metafórico y
profundamente espiritual)
3. ¿En qué forma? Fueron cortados de Jesús, la
gloria con el cuchillo de la ignominia el poder con el cuchillo de la abyección
o rechazo (San Juan, al principio de su
evangelio nos dice: “Vino a los suyos y los suyos no le recibieron” donde
notamos un claro rechazo o objeción), los regalos, con él cuchillo de la
pobreza ... Advierte ahora cuán disminuida fue la Vid mística; Aquel a quien
sirve toda la gloria de los siglos, Aquel, mejor dicho, que por sí solo
constituye la gloria, así arrojó de sí la gloria: cíñase la vestidura de
esclavo, padece deshonras, vístase de confusión Hombre por redimir al hombre y restituirlo a la antigua gloria,
Aquel a cuya señal omnipotente se inclinan los cielos, la tierra, el infierno y
todos los seres materiales y sobrenaturales, se abate a ser reputado el ínfimo
de los hombres.,(Y diría aun mas cuanto
afirma “Ego sum vermis et non homo”
yo soy gusano y no hombre”) se sujeta hambre, a la sed, al calor, al frío,
a las enfermedades y, por último, a la muerte y muerte afrentosa. (Con toda propiedad el profeta Isaías le
llama; “Varón de dolores que sabe de sufrimientos”) Aquel que mora en luz, inaccesible,
es decir la eternidad, en quien desean ver los Ángeles, cuyo olor así embriaga
a los santos, que, olvidados del mundo presente y de sí mismos, corren tras El
con todo el ímpetu y fervor de sus almas, i es blanco de tan inefables dolores,
que en realidad vemos cumplido lo que había predicho por boca del Profeta: ”Oh
vosotros, los que pasáis por el camino…. parad mientes y ved si hay dolor
semejante al mío” (Extracto del libro del Profete Isáis). Aquel en
quien están encerrados los tesoros todos de la sabiduría y de la ciencia, rico
de todo, que no necita de nadie, redúcese a tan grande extremo de pobreza que,
por dicho de El mismo, es aún más pobre que las raposas de la tierra y las aves
del cielo: “Las raposas tienen cuevas, las aves tienen sus nidos, y el Hijo del
Hombre no tiene donde reclinar su cabeza”. Pobre en su nacimiento, más
pobre en la vida, pobrísimo en la cruz, Cuando nació, tuvo por alimento la
leche de una virgen, por vestido viles paños. En vida, si tuvo vestido, muchas
veces careció de alimento, no exagera el
Seráfico doctor. Pero al morir, lo hallarás desnudo y sediento, si acaso,
para templar su sed, no quieras de nuevo brindarle vinagre mezclado con hiel y
mirra. “Como lo hicieron los soldados
cuando manifestó que tenia sed”.
4. Por
último, con el cuchillo del temor
fueron amparados de Jesús todos los amigos y vecinos. Ni uno solo hubo que lo consolara. El solo pisó el lagar, y de las
naciones no hubo hombre alguno con El. Y acabado de oprobios su corazón, esperó
que alguno se doliese con Él, y no le hubo, que alguno lo consolase, y no lo
halló. (Pocos se encontraban en el calvario de los cuales solo su Santísima
Madre comprendía el valor de su sacrificio, los Apóstoles por temor a los
judíos se encerraron en el cenáculo) Considera, pues, ahora cuán podada fue
nuestra Vid el benignísimo Jesús, ¿Qué vid recibió nunca tantos cortes? Mas
sirvan de consuelo los frutos copiosísimos que de tales y tan incomparables
cortes se siguieron.
CAPITULO III
DE LA CAVA DE LA VID.
1. Otra
labor propia de la vid es la cava, que figuradamente significa la falsedad de los insidiadores o los fariseos.
Hoyos abre, en efecto, el que con malas artes procura engañar a los otros:
Cavaronron delante de mí un hoyo; así se queja Jesús, a quien no podía ocultarse
ningún ardid de sus enemigos, pues tiene ojos delante -y detrás y ve como
presente lo pasado y lo por venir. Mostremos por vía de ejemplo alguna de estos
hoyos. Así se queja a quien no podían ocultarle ningún ardid sus enemigos, pues
tienen ojos delante y Mostremos, por vía de ejemplo alguno de estos hoyos: “Traen- dice el Evangelio- al Señor Jesús
una mujer sorprendida en adulterio, diciendo que Moisés mandó en la Ley
apedrear a las adúlteras. Mas tu «
que dices? Tal es uno de los fosos abiertos de los malvados agricultores
alrededor de nuestra Vid divina -el dulcísimo Jesús-no para hacerla fecunda,
sino para secarla. Mas los efectos fueron contrarios a sus malignas
intenciones, pues de la Vid, así excavada, destiló para nosotros jugo de
misericordia. (Perdonando a la pecadora,
la astucia y mansedumbre venció el furor de sus enemigos con esta sublime
respuesta:
“El
que de vosotros este sin pecado que tire la primera piedra”)
2.
Prolijo fuera describir todos y cada uno de los hoyos cavados por los perversos
viñadores, enemigos, siempre en
acecho de las palabras de Jesús y de sus hechos para calumniarlo por fin
comprendieron, que su labor tentadores ningún perjuicio ocasionaba a la Vid,
antes los mismos cavadores caían en los, hoyos, es decir, en sus mismas
calumnias, cesaron al fin de cavarla, o
tantica malvada y se pusieron a perforarla,(Lo crucificaron no sin antes desgarrarla en la flagelación) para
que así, a lo meno; secase para siempre,
como los otros árboles! Horadaron, pues, Y traspasaron las manos Y los pies, traspasaron
el costado y con la lanza del odio desgarraron las entrañas del Corazón
sacratísimo…, (Aquí San buena
Buenaventura nos regala una página mística ya que, en ella vierte su corazón de
místico. Aquí quien esto lee solo debe dejarse llevar por el autor porque es
muy hermoso lo que habla sobre el Sagrado Corazón de Jesús, quiérase o no eleva
nuestro espíritu de la tierra al cielo) ya antes traspasado con la lanza
del amor—llegasteme al corazón-dice-
hermana mía, llegasteme al corazón. ¡Oh amantísimo Jesús! Te han herido el
corazón tu esposa, tu hermana, tu amiga,
¿Por qué nuevas heridas de tus enemigos? ¡Oh enemigos!, ¿Qué hacéis? Si herido
esta, pues que herido esta el corazón de mi dulcísimo Jesús, ¿Por qué añadís
nueva herida? Herido una vez el corazón, ¿sabéis que muere y hacerse insensible
a nuevos golpes? Muerto es ya el corazón de mi dulcísimo Señor Jesús, muerto
esta, pues que llagado; presa es de la herida de amor el corazón del Esposo,
presa de la muerte del amor; ¿Cómo puede penetrar en El la segunda muerte? Es
fuerte como la muerte aun más fuerte que muerte del amor. No puede ser arrojada
la primera muerte- esto es, el amor de las almas muertas-, de la casa del
Corazón, pues las conquisto para sí con su herida irreparable. Si dos
igualmente robustos se combaten, y el uno está dentro de casa y el otro fuera,
¿Quién duda sino que el de dentro consigue la victoria? Y advierte cuán grande
sea la fuerza del amor que posee la morada del corazón y mata con su herida; y
no solamente en Jesús, mas también en la de sus siervos, así, pues, ya hacía
mucho tiempo que estaba herido y muerto el Corazón del Señor Jesús, por amor nuestro, mortificado todo el día, considerado como oveja al matadero. Vino
después de la muerte corporal y lo venció en el tiempo para ser vencida en la
eternidad misma. (En este discurso se
vale del libro “Cantar de los Cantares” en donde el alma es nombrada como
esposa del esposo, pero no lo tomemos en sentido carnal porque es más bien todo
lo contrario y muestra la delicadeza y cuidado de Dios asia nuestras almas)
*Nota. Todas las letras escritas en negrita son
para facilitar comprensión de los lectores sobre estas páginas de San
Buenaventura, quien las introdujo fue el R. P. Arturo Vargas
Meza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario