LUNES
DE LA TERCERA SEMANA DE CUARESMA
La
Estación se celebra en la Iglesia de San Marcos, construida en el siglo IV en
honor del evangelista de este nombre, por el Papa San Marcos cuyo
cuerpo reposa en ella aun hoy día.
COLECTA
Suplicámoste,
Señor, infundas benigno tu gracia en nuestros corazones: para que, así como nos
abstenemos de comer carnes, así también retraigamos nuestros sentidos de todo
exceso perjudicial. Por el Señor.
EPISTOLA
Lección del libro de los Reyes.
En
aquellos días, Naamán, caudillo del ejército del rey de Siria, era varón grande
delante de su señor, y honrado, pues por él había salvado el Señor a Siria: era
varón fuerte y rico, pero leproso. Ahora bien, habían salido de Siria unos
ladronzuelos, y habían traído cautiva de la tierra de Israel una muchacha, que
servía a la esposa de Naamán, la cual dijo a su ama: Ojalá fuera mi señor al
Profeta que hay en Samaría: porque le curaría la lepra que tiene. Entró, pues,
Naamán a su rey, y se lo anunció, diciendo: Esto y esto ha dicho la muchacha de
la tierra de Israel. Y díjole el rey de Siria: Vete, y te daré unas letras para
el rey de Israel. Habiendo, pues, partido, y llevado consigo diez talentos de
plata, y seis mil monedas de oro, y diez mudas de vestidos, presentó las letras
al rey de Israel, las cuales decían: Cuando recibas esta carta, sabe que te
envío a mi servidor Naamán, para que le cures de su lepra. Y, cuando leyó el
rey de Israel las letras, rasgó sus vestidos, y dijo: ¿Soy yo por ventura Dios,
para que pueda matar y dar vida, pues éste me ha mandado un hombre, para que le
cure de su lepra? Advertid, y ved cómo busca un pretexto contra mí. Cuando supo
esto el varón de Dios Elíseo, a saber, que el rey de Israel había rasgado sus
vestidos, le envió recado, diciendo: ¿Por qué has rasgado tus vestidos? Venga a
mí, y sepa que hay profeta en Israel. Fué, pues, Naamán con caballos, y carros,
y paróse junto a la puerta de la casa de Elíseo: y le envió Eliseo un mensaje
diciendo: Vete, y lávate siete veces en el Jordán, y recibirá tu carne la
salud, y quedarás limpio. Airado Naamán, se retiraba, diciendo: Creía que me saldría
al encuentro y, estando delante de mí, invocaría el nombre del Señor, su Dios,
y tocaría con su mano el lugar de la lepra, y me curaría. ¿Acaso no son mejores
Abana y Farfar, los ríos de Damasco, que todas las aguas de Israel, para que me
lave en ellas, y quede limpio? Y, como se volviera, y marchara indignado, se acercaron
a él sus esclavos, y le dijeron: Padre, aunque el profeta te hubiera mandado
una cosa difícil, debieras hacerla: ¿cuánto más habiéndote dicho: Lávate, y quedarás
limpio? Bajó, pues, y se lavó siete veces según la orden del Profeta, y
volvióse su carne como la carne de un niño, y quedó limpio. Y, vuelto al varón
de Dios con toda su comitiva, fué, y paróse delante de él, y dijo: Sé
verdaderamente que no hay en toda la tierra otro Dios que el de Israel.
EL BAUTISMO. — Ayer
la Santa Iglesia anunciaba cómo ya se acercaba pronto el bautismo para los
catecúmenos; hoy les presenta una historia del Antiguo Testamento, que encierra
un símbolo de este baño saludable que les ha preparado la misericordia divina.
La lepra de Naamán es ñgura del pecado; esta enfermedad horripilante sólo tiene
para el oficial sirio un remedio; tiene que bañarse siete veces en las aguas del
Jordán y quedará curado. El gentil, el infiel, el niño que nace con la mancha
original pueden hacerse justos y santos por medio del agua acompañada de la
invocación de la excelsa Trinidad. Naamán encuentra este remedio demasiado vulgar:
duda, desconfía; siguiendo el dictamen de su saber humano, quisiera un remedio más
digno de su persona, un prodigio aparatoso que pudiera honrar a él y también al
profeta. Cuando predicaban los Apóstoles más de uno pensó lo mismo; mas los que
creyeron con sencillez en la virtud del agua santificada por Jesucristo recibieron
la regeneración; y de la fuente bautismal nació un nuevo pueblo formado de todos
los pueblos que viven bajo el sol. Naamán, figura de la gentilidad, se
determinó por fin a creer y su fe se vió recompensada con una curación completa.
Sus carnes putrefactas se hicieron semejantes a las de un niño en quien los principios
de la vida aun no se han visto alterados. Demos gloria a Dios que ha dotado de
esta virtud a las aguas y que, mediante su gracia, produce en las almas dóciles
esta fe a la que está reservada una gran recompensa.
EVANGELIO
Continuación
del santo Evangelio según S. Lucas.
En aquel
tiempo dijo Jesús a los fariseos: Seguramente me diréis aquel proverbio:
Médico, cúrate a ti mismo: haz aquí, en tu patria, cuantas cosas hemos oído decir
que has hecho en Cafarnaum. Pero El dijo: En verdad os digo: Ningún profeta es
bien recibido en su patria. En verdad os digo, muchas viudas había en Israel en
los días de Elias, cuando se cerró el cielo tres años, y seis meses, reinando
gran hambre en toda la tierra: y a ninguna de ellas fué enviado Elias, sino a
la viuda de Sarepta, la de Sidonia. Y muchos eran los leprosos que había en
Israel en tiempo del Profeta Eliseo: y ninguno de ellos fué limpiado, sino el
sirio Naamán, y al oír esto, se llenaron de ira todos los de la sinagoga. Y se
levantaron, y le sacaron fuera de la ciudad: y le llevaron hasta la cima del
monte en que estaba su ciudad, para precipitarle. Pero El pasando por medio de
ellos, se fué.
JESÚS ESCAPA DE LA MUERTE. —
Acabamos de oír al Salvador proclamar el misterio de la vocación de los
gentiles en lugar de los incrédulos judíos; y Naamán es citado aquí como un
ejemplo de esta misericordiosa sustitución. Jesús recuerda también a la viuda
de Sarepta, la patrona de Elias cuya historia hemos leído hace pocos días. Esta
determinación del Señor de llevar su luz de un pueblo a otro, irrita a los
fariseos de Nazareth contra el Mesías. Saben que Jesús que está en este momento
comenzando su predicación, acaba de obrar grandes maravillas en Cafarnaum; desearían
diera celebridad a su pequeña ciudad obrando también en ella algunos milagros semejantes;
mas Jesús sabe que no se van a convertir. ¿Le conocen solamente? Ha vivido con
ellos durante treinta años, "creciendo siempre en edad y sabiduría delante
de Dios y de los hombres'". Mas estos potentados del mundo apenas si
prestan atención a un pobre obrero, al hijo del carpintero. ¿Saben tal vez que,
aunque Jesús habitó por mucho tiempo en Nazareth, sin embargo de eso, no nació
en esta ciudad, sino en Belén? Ante ellos, en la Sinagoga de Nazareth acaba de
explicar al profeta Isaías con una elocuencia y gracia prodigiosas; anunciaba
cómo ha llegado el tiempo del perdón: Su discurso, que llamó la atención y
hechizó a los asistentes, a los sabios de la ciudad les ha sorprendido menos que
el ruido de los prodigios que obraba en países vecinos. Quieren también ellos
verle hacer algún milagro en su presencia, que sea algo espectacular; no lo
conseguirán. Que recuerden el discurso que Jesús les ha predicado en la
Sinagoga y sobre todo que tiemblen al oír anunciar la vuelta de los gentiles.
Mas el divino profeta no es escuchado en su ciudad natal; y si su poder no lo
hubiese defendido de la ferocidad de sus indignos compatriotas, la sangre del
Justo habríacomenzado
a correr desde ese día. Está reservada esta triste gloria para la ingrata
Jerusalén "ya que ningún profeta debe perecer, si no es dentro de sus
muros'".
ORACION
Humillad vuestras cabezas a Dios.
Ayúdenos,
Señor, tu misericordia: para que, con tu protección, merezcamos vernos libres
y, con tu ayuda, nos salvemos de los inminentes peligros de nuestros pecados.
Por el Señor.
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