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miércoles, 12 de octubre de 2022

LA TRAUMATICA TRAYECTORIA DE MONS. Pierre Martin Ngo Dinh Thuc. (Primero de varios artículos)

 
Pierre Martin Ngo Dinh Thuc.

un obispo muy controvertido

Nota. Cuando nos concierne hablar de un santo o de un prelado ejemplar como Mons. Rafael Merry del val lo hacemos con gran deleite nuestro y con cierta complacencia porque sirvieron de gran ejemplo para nuestras almas, pero cuando tenemos la ingrata tarea de hablar de ciertos prelados cuyas vidas y obras son del todo diametralmente opuesta a los citados más arriba entonces nos embarga cierta ascidia porque vemos que vamos a ir contra corriente de quienes, con mala intención, tergiversan de forma descarada la verdad convirtiéndose en cómplices de la mentira y encubrimiento de estos personajes de vida reprobable. (Como lo son los sedevacantista y los ¨obispos¨ consagrados por este prelado)

Entonces, ¿Qué voy a hacer hoy si hablo con claridad? Yo seré desagradable para ustedes. Pero si yo no hablo, voy a ser desagradable para con Dios. Prefiero, ante los ojos del mundo, ser lo primero que caer en lo segundo. Aquí tratare un caso muy controvertido como lo es el de Mons. Thuc lo más imparcialmente posible, siguiendo en lo posible las palabras de San Pablo a San Timoteo: “Predica la palabra divina, insiste con ocasión y sin ella; reprende, ruega, exhorta, con paciencia y doctrina. Porque vendrán tiempos en que los hombres no podrán sufrir la sana doctrina”, ya que personalmente no le conocí, no así el caso de Mons. Marcel Lefebvre a quien conocí bien.

EL CASO DE MOSEÑOR THUC

¿Se puede considera valida la línea sacerdotal y episcopal procedente de Mons. Thuc?

¿Fueron las consagraciones realizadas por el arzobispo Thuc válidas? (He ahí el dilema tan largamente discutido por estudiosos y no eruditos en la materia, que se han proclamado como teólogos y autoridades de la Iglesia sin que esta los haya llamado a tal oficio. Y, en su obsesión han dogmatizado sobre tal materia función que solo corresponderá al Pontífice que Dios ponga cuando esta gran tribulación, digo gran tribulación porque la verdad ya no es objetiva sino subjetiva dado que cualquiera toma su opinión personal ya sea modernistas, protestantes, sedevacantista y un largo etc, he aquí la gran tribulación espiritual de nuestros tiempos. Dios se compadezca de nuestras almas he imponga su orden y vuelva a reafirmar su VERDAD, la única que salvará nuestras almas.) (Estas últimas palabras son del editor no del autor, si se ve una repetición más adelante no es por error sino mi adhesión al autor de este articulo)

En el presente artículo se trata de informar sobre la realidad que rodea a la persona de Mons. Thuc contrarrestando la innumerable información tendenciosa con la intención de blanquear la figura de un obispo muy controvertido en su forma de pensar y actuar. Uno de estos sacerdotes que ensalza la labor de Mons. Thuc es el P. Antony Sekada faltando gravemente a la verdad junto con algunos youtuberos que siguen el ejemplo de el Padre Antony Sekada.

Gran parte de lo que presento a continuación es un intento de contrarrestar la desinformación tendenciosa que parece prevalecer en todas partes con respecto al obispo Thuc. Por parte de algunos, ha habido una cantidad considerable de “blanqueo” de la historia no tan edificante del obispo Thuc, con el resultado de que muchas personas se han formado opiniones sobre él basadas en errores y omisiones imperdonables.

Víctimas de todo esto, además de la verdad misma, son todos aquellos católicos bien intencionados que han puesto la confianza en la validez de las consagraciones episcopales que han sido hechas por él. Es una obligación en conciencia decir la verdad sobre este tema de no hacerlo nos hacemos cómplices de aquellos cuyo fin es forzar los argumentos a favor de aquello que no refleja la realidad sobre este personaje faltando, con ello, gravemente a la verdad Única que es Nuestro Señor Jesucristo.

1. BREVE HISTORIA DEL OBISPO THUC

No hay razón para dudar de la validez personal de la consagración del obispo Pierre Martin Ngo Dinh Thuc. Era un obispo válido con el poder de consagrar válidamente a otros obispos. Nacido en 1897 en Vietnam, el obispo Ngo Dinh Thuc fue consagrado obispo en Vietnam del Sur en 1938 y ascendido a la dignidad de arzobispo en 1960 por Juan XXIII.

El obispo Thuc fue un participante activo en el Concilio Vaticano II y, según se informa, firmó todos los documentos de ese conciliábulo. Tras el cierre del Concilio Vaticano II, Pablo VI no le permitió regresar a Vietnam, (En ese momento Vietnam había caído bajo el comunismo, fue una razón por la cual no volvió a su tierra natal ni a ocupar su sede episcopal.) por lo que el obispo Thuc comenzó su vida como un exiliado en Roma. En 1968, Pablo VI nombró al obispo Thuc como arzobispo titular de Bulla Regia (una antigua sede ahora vacante en Túnez).

Comienzan las masivas “Consagraciones”

Mientras vivía en Roma, el obispo Thuc conoció al P. Ravaz, quien en ese momento enseñaba en el seminario del arzobispo Marcel Lefebvre en Suiza, pero luego dejo a Mons. Marcel Lefevbre. A mediados de la década de 1970, el P. Ravaz se involucró con un grupo de “visionarios” en Palmar de Troya, España, encabezados por un corredor de seguros, Clemente Domínguez Gómez, quien creía que el “verdadero” Pablo VI era un prisionero del Vaticano y que el visible Pablo VI era un doble del que estaba preso. (Después de la muerte de Pablo VI en 1978, Domínguez afirmó que Cristo lo había coronado místicamente como Papa y tomó el nombre de Gregorio XVII. Posteriormente fundó su propia iglesia y declaró a Pablo VI como un santo mártir).

Un día el P. Ravaz le dijo al obispo Thuc que “Nuestra Señora” tenía trabajo para él en Palmar de Troya, Mons Thuc “obedeció” inmediatamente, ¿prudencia o ingenuidad? Júzguelo usted. El 31 de diciembre de 1975, el obispo Thuc ordenó al sacerdocio a Clemente y a otros cuatro laicos, y tan solo 12 días después consagró a dos de los cinco hombres recién ordenados y a otros tres al episcopado del grupo Palmar de Troya(Como acotación al margen, en menos de 2 años Clemente “consagró” al episcopado no menos de 70 hombres). Ya en este acto hay dos faltas muy graves que son: sin autorización de Roma y contra la fe ya que esas consagraciones iban en contra de la fe.

Debido a que el Mons. Thuc hizo esto sin un mandato (permiso) de Roma, el 17 de septiembre de 1976, Pablo VI lo “excomulgó”. Entonces Mons. Thuc inmediatamente se “arrepintió” y renunció a lo que había hecho en España, y Pablo VI le levantó la “excomunión”. La excomunión no fue en razón fundamental de la fe, sino por desobedecer a un Papa modernista y hereje.

El 10 de julio de 1977, apenas seis meses después de las consagraciones palmarianas, encontramos a Thuc consagrando a su primer obispo para la Iglesia Vetero-católica, Labat d’Arnoux (son cismáticos desde el siglo XIX cuando abandonaron la Iglesia Católica después de negarse a reconocer el Concilio Vaticano I y no reconocer la infalibilidad pontificia). El 2 de febrero de 1977, el obispo Thuc consagró condicionalmente a otro vetero-católico cismático llamado Jean Laborie (quien, dicho sea de paso, había sido previamente consagrado otras cuatro veces). Durante los próximos años, el obispo Thuc consagrará al menos tres obispos más para la Iglesia Vetero-católica. (1)

En 1978, Mons. Thuc se mudó a Toulon, Francia y se instaló con una familia budista vietnamita. Mientras estuvo allí, asistió regularmente al obispo conciliar Barthe de Frejus en su catedral de Toulon.

El 16 de abril de 1981, Jueves Santo, el obispo Thuc fue sorprendido concelebrando la Misa Nueva con Barthe de Frejus. Sin embargo, apenas tres semanas después de este evento, el obispo Thuc tuvo su primer coqueteo con el catolicismo “tradicional” sedevacantista y consagró Guerard des Lauriers el 7 de mayo de 1981. (Mons. Marcel Lefebvre antes desu muerte, le llamo la atención a Gerar des Lauriers en su momento, dato interesante

Luego, el 17 de octubre de 1981, Mons. Thuc consagró a dos sacerdotes mexicanos sedevacantistas, Moisés Carmona y Adolfo Zamora. (Moisés Carmona y Adolfo Zamora tenían una relación hasta cierto punto estrecha con la Universidad Autónoma de Guadalajara)

El 18 de abril de 1982, y luego nuevamente el 25 de septiembre de 1982, el obispo Thuc consagró dos obispos más, Luigi Boni y Christian Datessen respectivamente.

Más tarde, en 1982, el obispo Thuc se mudó a Nueva York para vivir con un “obispo” de su línea sacerdotal: Louis Véselis.

El 12 de marzo de 1983, Juan Pablo II excomulgó al obispo Thuc por consagrar una vez más sin un mandato de Roma. (desde este momento hasta antes de su muerte no se retractó ante Roma.)

El 8 de enero de 1984, el obispo Thuc se mudó a Carthage Missouri para vivir en un seminario conciliar vietnamita, y es allí donde murió el 13 de diciembre de 1984.

En el transcurso de seis años, Mons. Thuc consagró a 15 hombres: 5 para la Iglesia Palmariana, 5 para la iglesia cismática vetero-católica y 5 para varios grupos sedevacantistas encabezados principalmente por el grupo Trento dependiente de la controvertida Universidad Autónoma de Guadalajara.  ¿Todo esto fue hecho en un esfuerzo por el obispo Thuc para preservar el catolicismo tradicional, como algunos afirman? La respuesta a esta pregunta puede aclararse examinando la conducta del propio obispo Thuc, conscientes del hecho de que las acciones de un hombre realmente hablan más fuerte que sus palabras.

2. MONS. THUC – EL “TRADICIONALISTA”

El hecho de que el obispo Thuc, al menos en ciertos momentos de su vida, adoptó algunas prácticas tradicionales es indiscutible, pero nunca se declaro sedevacantisa. Hay muchas pruebas de ello. Pero cabe destacar que la “autobiografía” que se dice que “escribió” Mons. Thuc”, donde se manifiesta su tradicionalismo, no ha sido hasta la fecha autentificada.

3. Mons. THUC – ¿ERA DE VERDAD TRADICIONALISTA?

Parece evidente de que Mons. Thuc no tenía tan sólo una cara, sino que tenía muchas que hacen dudar de su capacidad y lucidez mental: – Concilio Vaticano II – 1962-65

Si el obispo Thuc hubiera sido un verdadero obispo católico tradicional, habría sido fiel a la gran responsabilidad que Dios había puesto sobre sus hombros como sucesor de los Apóstoles, es decir, reconocer que todos sus “esfuerzos deben apuntar a preservar la fe de la verdad.” (Catecismo. Enc., Obispos, Obligaciones).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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