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lunes, 5 de julio de 2021

El mensaje y el secreto de La Salette

 


NOTA. Hoy en día muchos fieles católicos se ven muy confundidos ante la desacralización de la Iglesia por la introducción de la nueva Misa, los escándalos de los sacerdotes más frecuentes (Para darnos una idea de esta crisis sacerdotal después del Concilio Vaticano II es bueno traer a colación la siguiente anécdota: durante el Pontificado de San Pío X hubo 2,000 reducciones al estado laical de sacerdotes, durante el Pontificado de Pablo VI hubo 80,000 reducciones al estado laical de sacerdotes sin contar las posteriores reducciones al estado laical de los posteriores Pontífices hasta la actualidad. Un abismo inmenso de deserciones sacerdotales entre un Pontificado y otro), de las almas consagradas. Desacralización que nace de las novedades tan estrafalarias como del uso sui generis que en todas las Iglesias se celebra la “nueva Misa”, la negación de principios doctrinales que son el fundamento de nuestra FE, DOCTRINA Y SANAS COSTUMBRES. El poquísimo interés de los sacerdotes actuales tanto en sus obligaciones eclesiásticas como en lo que es la gran misión de sus sacerdocios LA SALVACION DE LAS ALMAS y su terrible apego A LAS COSAS MATERIALES Y, SOBRE TODO, AL DINERO. Situación que causa muchos malos ejemplos, escándalos, disensiones en la fe, dudas y una gran incertidumbre.

Este documento es claro y crudo en su contenido, pero no se puede negar su autenticidad por muy duro que sea pues fueron aprobadas tanto las apariciones de la Salette en Francia como el secreto que les dijo a los videntes Melania y Maximin, la Santísima Virgen María por S. S. Pío IX y relegadas por los masones en un cajón obscuro del Vaticano. Puede ser que a muchas almas les escandalice el lenguaje utilizado por Nuestra Madre del cielo, pero no por ello se puede negar la realidad de sus palabras porque fueron dichas para nuestro tiempo apocalíptico y terrible y no para aquellos tiempos en los que los Pontífices fueron fieles depositarios de la fe de siempre o del Depositum fidei, es decir, desde San Juan apóstol hasta su S. S. Pío XII

Para comprender el sentido profundo de la confusión que domina los acontecimientos contemporáneos o actuales, nada mejor que conocer y estudiar los varios mensajes de María Santísima, entre los cuales el de La Salette (1846), sobre el cual ha echado nueva luz el descubrimiento inesperado, hecho en los archivos del Vaticano por el sacerdote francés Michel Corteville, de documentos originales perdidos hace mucho tiempo

Al adentrarnos en el tema, conviene recordar el nexo profundo entre La Salette, donde María Santísima anunció castigos universales para una humanidad impenitente; Lourdes, donde se abrió un diluvio de gracias para reargüir a esa misma humanidad aun impenitente y Fátima, donde la Virgen María prometió, que, a pesar de continuar y mostrar, por el contrario, un aumento de ella, dice estas últimas palabras después del segundo secreto: “Por fin Mi Inmaculado Corazón triunfará”.

Tesis en la Facultad dominica en Roma

En el año 1999, en forma inesperada, el sacerdote francés Michel Corteville encontró en los archivos del Vaticano y encontró una caja con los documentos oficiales de las apariciones de Nuestra Señora de La Salette (septiembre de 1846), “perdidos hacía mucho tiempo.” Fue así que pudo defender con éxito la tesis sobre dicho tema en la célebre Facultad de Teología Angelicum, de la Orden Dominica en Roma, y posteriormente escribir un libro en colaboración con el P. René Laurentin. *

El descubrimiento despertó un gran interés en el mundo católico dado que, aunque aprobado por el Papa Beato Pío IX, el mensaje de La Salette había provocado en su momento una reacción violenta por parte de los enemigos de la Iglesia y también en medios católicos liberales, al punto que se difundieron falsos mensajes. La confusión generada motivó que en 1915 la Santa Sede prohibiera la publicación de toda versión del mensaje, aunque de ninguna manera desalentaba la devoción a Nuestra Señora de La Salette.

La revista “Cruzada” ofrece hoy a sus lectores las partes principales de la redacción del mensaje de La Salette hecha por una de las videntes, la pastorcita Melanie, considerado el más completo por el P. Corteville, al que tan sólo agregamos algunos subtítulos para mejor seguir el relato, he aquí su contenido:

Decadencia del clero que atraerá la venganza divina

 “Mélanie, lo que yo voy a deciros ahora no quedará siempre bajo secreto, podrás publicarlo en 1858. (Es preciso aclarar que las palabras siguientes no hacen alusión a los años comprendidos entre 1917 y 1958 muerte de S. S. Pío XII, sino a lo que luego sucederá desde 19660 hasta nuestros días, o sea, desde el Concilio Vaticano II hasta nuestros días. La gravedad de las palabras de Nuestra Señora de la Salette quizá asuste a muchos, pero la realidad de la corrupción en el clero actual espanta a nuestras almas quienes vemos y oímos los acontecimientos más terribles perpetrados por los prelados y sacerdotes actuales, una realidad cruda pero real por desgracia.)

 “Los sacerdotes, ministros de mi Hijo, por su mala vida, su irreverencia e impiedad en la celebración de los santos misterios, por el amor al dinero, a las honras y a los placeres, se transformarán en cloacas de impureza. Sí, los sacerdotes atraen la venganza, y la venganza se cierne sobre sus cabezas. ¡Ay de los sacerdotes y de las personas consagradas a Dios que, por su infidelidad y mala vida crucifican de nuevo a mi Hijo! Los pecados de las personas consagradas a Dios claman al Cielo y claman por venganza, y he aquí que la venganza está a sus puertas, pues no se encuentra más una persona que implore misericordia y perdón para el pueblo, no hay más almas generosas, no hay nadie más digno de ofrecer la Víctima Inmaculada al Padre Eterno a favor del mundo. Los comentarios entre corchetes son del editor no del secreto en sí mismo, su finalidad es solo informativo.

Dimensión de la cólera divina

 “Dios va a golpear de un modo inaudito. ¡Ay de los habitantes de la Tierra! Dios va a agotar su cólera y nadie podrá huir a tantos males acumulados.

“Los jefes, los conductores del pueblo de Dios negligenciaron la oración y la penitencia, y el demonio obscureció sus inteligencias; se transformaron en estrellas cadentes, que el viejo diablo arrastrará con su cola para hacerlos perecer. Dios permitirá a la vieja serpiente introducir divisiones entre los que reinan, en todas las sociedades y en todas las familias. Se sufrirán tormentos físicos y morales; Dios abandonará a los hombres a sí mismos y enviará castigos que se sucederán durante más de treinta y cinco años.

“La sociedad está en la inminencia de los flagelos más terribles y de los mayores acontecimientos; se debe esperar ser gobernado por un látigo de hierro y beber el cáliz de la cólera de Dios.

Falsos prodigios sobre la Tierra

 Después de advertir al Beato Pío IX sobre los falsos prodigios que ocurrirían en esos tiempos, Nuestra Señora prosiguió: “En el año 1864, Lucifer y un gran número de demonios serán liberados del infierno; ellos abolirán la Fe poco a poco, hasta en las personas consagradas a Dios; ellos las cegarán de tal modo que, salvo una gracia particular, adquirirán el espíritu de esos malos ángeles; muchas casas religiosas perderán completamente la Fe y perderán muchas almas. (Aquí entra la visión de su S. S. León XIII quien en una visión que tuvo vio como el infierno se abría y salían infinidad de demonios a la tierra. Por esta razón mando decir la oración de San Miguel Arcángel después de la Misa, oración que ya fue abolida y, también, el exorcismo de del mismo San Miguel para las casas y lugares)

“Los malos libros abundarán sobre la Tierra y los espíritus de las tinieblas difundirán por todas partes un relajamiento universal en todo lo que se refiere al servicio de Dios; ellos tendrán un enorme poder sobre la naturaleza; habrá iglesias para rendir culto a esos espíritus. (Después del Concilio Vaticano II, el index de libros prohibidos fue eliminado junto con nihil obstat que acompañaba a todo libro editado por algún escritor católico. Ahora todo mundo puede escribir cualquier cosa pues ya no existe la censura eclesiástica) Habrá personas que serán transportadas de un lugar a otro por esos malos espíritus, inclusive sacerdotes, porque no se habrán conducido por el buen espíritu del Evangelio, que es un espíritu de humildad, caridad y celo por la gloria de Dios. Se hará resucitar muertos y justos (es decir, dichos muertos tomarán la figura de almas justas que vivieron en la Tierra, para seducir más a los hombres; esos supuestos muertos resucitados, que no serán sino el demonio encarnado en esas figuras, predicarán otro evangelio contrario al del verdadero Jesucristo, negando la existencia del Cielo); o incluso almas de condenados. Todas esas almas aparecerán como unidas a sus cuerpos. En todos los lugares habrá prodigios extraordinarios, porque la verdadera Fe se apagó y una falsa luz ilumina al mundo.  (Muy claro lo dice la Santísima Virgen al aclarar que son “prodigios” porque estos difieren muchísimo del milagro dado que este tiene un origen sobrenatural) ¡Ay de los príncipes de la Iglesia que entonces estarán ocupados únicamente en acumular riquezas, salvaguardar su autoridad y dominar con orgullo!

Sufrimientos de Pío IX. Caos y anarquía universal

 “El Vicario de mi Hijo tendrá mucho que sufrir, porque durante un tiempo la Iglesia será entregada a grandes persecuciones; será el tiempo de las tinieblas y la Iglesia pasará por una crisis pavorosa. (Esta crisis pavorosa se dio en el fomoso "Risorgimento" o la toma de Roma por Giussepe Garibaldi político y militar liberal. Con la ayuda del embajador bávaro Count Spaur y el embajador francés Duc d'Harcourt, el papa Pío IX escapó del Palacio Quirinal el 24 de noviembre de 1848 disfrazado (diferentes versiones tenían a Pío IX vestido como un simple sacerdote con anteojos tintados, un lacayo de carruaje.) y huyó apresuradamente a Gaeta donde se le unieron muchos de los cardenales. El 9 de febrero de 1849, los revolucionarios democráticos de la nueva república italiana se apoderaron de Roma y abolieron el poder temporal del papado. El papa Pío IX apeló más tarde a los líderes católicos de Francia, Austria, España y Nápoles para restaurar los Estados Pontificios y el 29 de junio de 1849, las tropas francesas bajo el mando del General Charles Oudinot restauraron los Estados Pontificios. El 12 de abril de 1850, Pío IX regresó a Roma, ya no era un político liberal que apoyaba las repúblicas constitucionales.)

“Olvidada la santa fe en Dios, cada individuo deseará guiarse por sí mismo y ser superior a sus semejantes. Serán abolidos los poderes civiles y eclesiásticos; todo orden y toda justicia serán pisados a los pies; no se verá otra cosa sino homicidios, odio, envidia, mentira y discordia, sin amor por la patria ni por la familia.

La abominación en los lugares santos

 “Los gobernantes civiles tendrán todos un mismo objetivo, que consistirá en abolir y hacer desaparecer todo principio religioso, para dar lugar al materialismo, al ateísmo, al espiritismo y a toda suerte de vicios.

“En el año 1865, se verá la abominación en los lugares santos; en los conventos las flores de la Iglesia se pudrirán y el demonio se volverá por así decir el rey de los corazones. Que los dirigentes de las comunidades religiosas estén atentos con relación a las personas que deban recibir, porque el demonio usará toda su malicia para introducir en las órdenes religiosas personas entregadas al pecado, pues los desórdenes y el amor a los placeres carnales estarán difundidos por toda la Tierra.

“Francia, Italia, España e Inglaterra estarán en guerra; la sangre correrá por las calles; el francés combatirá contra el italiano; luego habrá una guerra general que será pavorosa. Durante cierto tiempo, Dios no recordará más a Francia ni a Italia, porque el Evangelio de Jesucristo no será más conocido. Los malos extenderán toda su malicia. Hasta en las casas las personas se matarán y se masacrarán mutuamente.

Intervención divina cuando todo parezca perdido

“Al primer golpe de su espada fulgurante, las montañas y toda la naturaleza temblarán de espanto, porque los desórdenes y los crímenes de los hombres traspasarán la bóveda celeste. París será quemada y Marsella tragada [por las aguas]; varias grandes ciudades serán sacudidas y tragadas por temblores de tierra; se creerá que todo está perdido; solo se verán homicidios, se oirán únicamente ruidos de armas y blasfemias.

“Los justos sufrirán mucho; sus oraciones, su penitencia y sus lágrimas subirán hasta el Cielo y todo el pueblo de Dios pedirá perdón y misericordia, pedirá mucha ayuda e intercesión. Entonces Jesucristo, por un acto de su justicia y de su gran misericordia con relación a los justos, ordenará a sus Ángeles que provoquen la muerte de todos sus enemigos. De repente, los perseguidores de la Iglesia de Jesucristo y todos los hombres entregados al pecado perecerán y la Tierra se transformará por así decir en un desierto...

 

 

 

 


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