NOTA. Hoy en
día muchos fieles católicos se ven muy confundidos ante la desacralización
de la Iglesia por la introducción de la nueva Misa, los escándalos de los
sacerdotes más frecuentes (Para darnos una idea de esta crisis sacerdotal después
del Concilio Vaticano II es bueno traer a colación la siguiente anécdota:
durante el Pontificado de San Pío X hubo 2,000 reducciones al estado laical de
sacerdotes, durante el Pontificado de Pablo VI hubo 80,000 reducciones al
estado laical de sacerdotes sin contar las posteriores reducciones al estado
laical de los posteriores Pontífices hasta la actualidad. Un abismo inmenso de deserciones
sacerdotales entre un Pontificado y otro), de las almas consagradas.
Desacralización que nace de las novedades tan estrafalarias como del uso sui
generis que en todas las Iglesias se celebra la “nueva Misa”, la negación de
principios doctrinales que son el fundamento de nuestra FE, DOCTRINA Y SANAS
COSTUMBRES. El poquísimo interés de los sacerdotes actuales tanto en sus
obligaciones eclesiásticas como en lo que es la gran misión de sus sacerdocios
LA SALVACION DE LAS ALMAS y su terrible apego A LAS COSAS MATERIALES Y, SOBRE
TODO, AL DINERO. Situación que causa muchos malos ejemplos, escándalos,
disensiones en la fe, dudas y una gran incertidumbre.
Este documento es claro
y crudo en su contenido, pero no se puede negar su autenticidad por muy duro
que sea pues fueron aprobadas tanto las apariciones de la Salette en Francia
como el secreto que les dijo a los videntes Melania y Maximin, la Santísima
Virgen María por S. S. Pío IX y relegadas por los masones en un cajón obscuro
del Vaticano. Puede ser que a muchas almas les escandalice el lenguaje
utilizado por Nuestra Madre del cielo, pero no por ello se puede negar la
realidad de sus palabras porque fueron dichas para nuestro tiempo apocalíptico
y terrible y no para aquellos tiempos en los que los Pontífices fueron fieles
depositarios de la fe de siempre o del Depositum fidei, es decir, desde San
Juan apóstol hasta su S. S. Pío XII
Para comprender el
sentido profundo de la confusión que domina los acontecimientos contemporáneos
o actuales, nada mejor que conocer y estudiar los varios mensajes de María
Santísima, entre los cuales el de La Salette (1846), sobre el cual ha echado
nueva luz el descubrimiento inesperado, hecho en los archivos del Vaticano por
el sacerdote francés Michel Corteville, de documentos originales perdidos hace
mucho tiempo
Al adentrarnos en el
tema, conviene recordar el nexo profundo entre La Salette, donde María
Santísima anunció castigos universales para una humanidad impenitente; Lourdes,
donde se abrió un diluvio de gracias para reargüir a esa misma humanidad aun
impenitente y Fátima, donde la Virgen María prometió, que, a pesar de continuar
y mostrar, por el contrario, un aumento de ella, dice estas últimas palabras
después del segundo secreto: “Por fin Mi Inmaculado Corazón triunfará”.
Tesis en la Facultad dominica en Roma
En el año 1999, en
forma inesperada, el sacerdote francés Michel Corteville encontró en los
archivos del Vaticano y encontró una caja con los documentos oficiales de las
apariciones de Nuestra Señora de La Salette (septiembre de 1846), “perdidos
hacía mucho tiempo.” Fue así que pudo defender con éxito la tesis sobre
dicho tema en la célebre Facultad de Teología Angelicum, de la Orden Dominica
en Roma, y posteriormente escribir un libro en colaboración con el P. René
Laurentin. *
El
descubrimiento despertó un gran interés en el mundo católico dado que, aunque
aprobado por el Papa Beato Pío IX, el mensaje de La Salette había provocado en
su momento una reacción violenta por parte de los enemigos de la Iglesia y
también en medios católicos liberales, al punto que se difundieron falsos
mensajes. La confusión generada motivó que en 1915 la
Santa Sede prohibiera la publicación de toda versión del mensaje, aunque de
ninguna manera desalentaba la devoción a Nuestra Señora de La Salette.
La revista “Cruzada”
ofrece hoy a sus lectores las partes principales de la redacción del mensaje de
La Salette hecha por una de las videntes, la pastorcita Melanie, considerado
el más completo por el P. Corteville, al que tan sólo agregamos algunos
subtítulos para mejor seguir el relato, he aquí su contenido:
Decadencia del clero que atraerá la venganza divina
“Mélanie, lo
que yo voy a deciros ahora no quedará siempre bajo secreto, podrás publicarlo
en 1858. (Es preciso aclarar que las palabras siguientes no hacen alusión a los
años comprendidos entre 1917 y 1958 muerte de S. S. Pío XII, sino a lo que
luego sucederá desde 19660 hasta nuestros días, o sea, desde el Concilio
Vaticano II hasta nuestros días. La gravedad de las palabras de Nuestra Señora
de la Salette quizá asuste a muchos, pero la realidad de la corrupción en el
clero actual espanta a nuestras almas quienes vemos y oímos los acontecimientos
más terribles perpetrados por los prelados y sacerdotes actuales, una realidad
cruda pero real por desgracia.)
“Los
sacerdotes, ministros de mi Hijo, por su mala vida, su irreverencia e impiedad
en la celebración de los santos misterios, por el amor al dinero, a las honras
y a los placeres, se transformarán en cloacas de impureza. Sí, los sacerdotes
atraen la venganza, y la venganza se cierne sobre sus cabezas. ¡Ay de los
sacerdotes y de las personas consagradas a Dios que, por su infidelidad y mala
vida crucifican de nuevo a mi Hijo! Los pecados de las personas consagradas a
Dios claman al Cielo y claman por venganza, y he aquí que la venganza está a
sus puertas, pues no se encuentra más una persona que implore misericordia y
perdón para el pueblo, no hay más almas generosas, no hay nadie más digno de
ofrecer la Víctima Inmaculada al Padre Eterno a favor del mundo. Los
comentarios entre corchetes son del editor no del secreto en sí mismo, su
finalidad es solo informativo.
Dimensión de la cólera divina
“Dios va a
golpear de un modo inaudito. ¡Ay de los habitantes de la Tierra! Dios va a
agotar su cólera y nadie podrá huir a tantos males acumulados.
“Los jefes, los
conductores del pueblo de Dios negligenciaron la oración y la penitencia, y el
demonio obscureció sus inteligencias; se transformaron en estrellas cadentes,
que el viejo diablo arrastrará con su cola para hacerlos perecer. Dios
permitirá a la vieja serpiente introducir divisiones entre los que reinan, en
todas las sociedades y en todas las familias. Se sufrirán tormentos físicos y
morales; Dios abandonará a los hombres a sí mismos y enviará castigos que se
sucederán durante más de treinta y cinco años.
“La sociedad
está en la inminencia de los flagelos más terribles y de los mayores
acontecimientos; se debe esperar ser gobernado por un látigo de hierro y beber
el cáliz de la cólera de Dios.
Falsos prodigios sobre la Tierra
Después de
advertir al Beato Pío IX sobre los falsos prodigios que ocurrirían en esos
tiempos, Nuestra Señora prosiguió: “En el año 1864, Lucifer y un gran
número de demonios serán liberados del infierno; ellos abolirán la Fe poco a
poco, hasta en las personas consagradas a Dios; ellos las cegarán de tal modo
que, salvo una gracia particular, adquirirán el espíritu de esos malos ángeles;
muchas casas religiosas perderán completamente la Fe y perderán muchas
almas. (Aquí entra la visión de su S. S. León XIII quien en una
visión que tuvo vio como el infierno se abría y salían infinidad de demonios a
la tierra. Por esta razón mando decir la oración de San Miguel Arcángel después
de la Misa, oración que ya fue abolida y, también, el exorcismo de del mismo
San Miguel para las casas y lugares)
“Los malos libros
abundarán sobre la Tierra y los espíritus de las tinieblas difundirán
por todas partes un relajamiento universal en todo lo que se refiere al
servicio de Dios; ellos tendrán un enorme poder sobre la naturaleza; habrá
iglesias para rendir culto a esos espíritus. (Después del Concilio Vaticano II, el index de libros
prohibidos fue eliminado junto con nihil obstat que acompañaba a todo libro
editado por algún escritor católico. Ahora todo mundo puede escribir cualquier
cosa pues ya no existe la censura eclesiástica) Habrá personas que
serán transportadas de un lugar a otro por esos malos espíritus, inclusive
sacerdotes, porque no se habrán conducido por el buen espíritu del Evangelio,
que es un espíritu de humildad, caridad y celo por la gloria de Dios. Se
hará resucitar muertos y justos (es decir, dichos muertos tomarán la figura de almas justas que
vivieron en la Tierra, para seducir más a los hombres; esos supuestos muertos
resucitados, que no serán sino el demonio encarnado en esas figuras, predicarán
otro evangelio contrario al del verdadero Jesucristo, negando la existencia del
Cielo); o incluso almas de condenados. Todas esas almas aparecerán
como unidas a sus cuerpos. En todos los lugares habrá prodigios
extraordinarios, porque la verdadera Fe se apagó y una falsa luz ilumina al
mundo. (Muy claro lo dice la Santísima Virgen al aclarar que son
“prodigios” porque estos difieren muchísimo del milagro dado que este tiene un
origen sobrenatural) ¡Ay de los príncipes de la Iglesia que entonces
estarán ocupados únicamente en acumular riquezas, salvaguardar su autoridad y
dominar con orgullo!
Sufrimientos de Pío IX. Caos y anarquía universal
“El Vicario de
mi Hijo tendrá mucho que sufrir, porque durante un tiempo la Iglesia será
entregada a grandes persecuciones; será el tiempo de las tinieblas y la Iglesia
pasará por una crisis pavorosa. (Esta crisis pavorosa se dio en el fomoso
"Risorgimento" o la toma de Roma por Giussepe
Garibaldi político y militar liberal. Con la ayuda del
embajador bávaro Count Spaur y el embajador francés Duc d'Harcourt, el papa Pío IX
escapó del Palacio Quirinal el 24 de noviembre de 1848 disfrazado (diferentes
versiones tenían a Pío IX vestido como un simple sacerdote con anteojos
tintados, un lacayo de carruaje.) y huyó apresuradamente a Gaeta donde se
le unieron muchos de los cardenales. El 9 de febrero de 1849, los
revolucionarios democráticos de la nueva república italiana se apoderaron de
Roma y abolieron el poder temporal del papado. El papa Pío IX apeló
más tarde a los líderes católicos de Francia, Austria, España y Nápoles para
restaurar los Estados Pontificios y el 29 de junio de 1849, las tropas
francesas bajo el mando del General Charles Oudinot restauraron
los Estados Pontificios. El 12 de abril de 1850, Pío IX regresó a Roma, ya no
era un político liberal que apoyaba las repúblicas constitucionales.)
“Olvidada la santa
fe en Dios, cada individuo deseará guiarse por sí mismo y ser superior a sus
semejantes. Serán abolidos los poderes civiles y eclesiásticos; todo orden y
toda justicia serán pisados a los pies; no se verá otra cosa sino homicidios,
odio, envidia, mentira y discordia, sin amor por la patria ni por la familia.
La abominación en
los lugares santos
“Los
gobernantes civiles tendrán todos un mismo objetivo, que consistirá en abolir
y hacer desaparecer todo principio religioso, para dar lugar al materialismo,
al ateísmo, al espiritismo y a toda suerte de vicios.
“En el año 1865, se
verá la abominación en los lugares santos; en los conventos las flores de la
Iglesia se pudrirán y el demonio se volverá por así decir el rey de los
corazones. Que los dirigentes de las comunidades religiosas estén atentos con
relación a las personas que deban recibir, porque el demonio usará toda su
malicia para introducir en las órdenes religiosas personas entregadas al
pecado, pues los desórdenes y el amor a los placeres carnales estarán
difundidos por toda la Tierra.
“Francia, Italia,
España e Inglaterra estarán en guerra; la sangre correrá por las calles; el
francés combatirá contra el italiano; luego habrá una guerra general que será
pavorosa. Durante cierto tiempo, Dios no recordará más a Francia ni a Italia,
porque el Evangelio de Jesucristo no será más conocido. Los malos extenderán
toda su malicia. Hasta en las casas las personas se matarán y se masacrarán
mutuamente.
Intervención divina
cuando todo parezca perdido
“Al primer golpe de
su espada fulgurante, las montañas y toda la naturaleza temblarán de espanto,
porque los desórdenes y los crímenes de los hombres traspasarán la bóveda
celeste. París será quemada y Marsella tragada [por las aguas]; varias grandes
ciudades serán sacudidas y tragadas por temblores de tierra; se creerá que todo
está perdido; solo se verán homicidios, se oirán únicamente ruidos de armas y
blasfemias.
“Los justos sufrirán
mucho; sus oraciones, su penitencia y sus lágrimas subirán hasta el Cielo y
todo el pueblo de Dios pedirá perdón y misericordia, pedirá mucha ayuda e
intercesión. Entonces Jesucristo, por un acto de su justicia y de su gran
misericordia con relación a los justos, ordenará a sus Ángeles que provoquen la
muerte de todos sus enemigos. De repente, los perseguidores de la Iglesia de
Jesucristo y todos los hombres entregados al pecado perecerán y la Tierra se
transformará por así decir en un desierto...
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