En este momento tan lamentable que esta
viviendo la humanidad, cuando de nuevo el comunismo feroz y atroz quiere ocupar
nuestra patria, gracias a los parias y apátridas, por tercera vez, sabedores
que gracias a Nuestra Madre de Guadalupe nos libro de las otras dos por la
confianza firme de nuestros antepasados en LA MORENITA DEL TEPEYAC NUESTRA
MADRE DE GUADALUPE. No será en esta ocasión que Ella se quede impávida ante el
inminente avance del comunismo y espera que nosotros fieles herederos de
aquellos fieles devotos hijos de tan GRAN MADRE, sino que espera nuestra colaboración
desde el puesto de batalla donde nos encontremos cada uno de nosotros. No temamos
al enemigo y démosle batalla allí donde el nos la plantee sin temor a perder
nuestras vidas sabiendo con certeza que la causa es justa y necesaria. ¡VIVA
CRISTO REY! ¡VIVA NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE!
Esta festividad de Ntra., Señora de
Guadalupe debe llenar nuestros corazones de un profundo agradecimiento a la
trinidad augusta por gran Sabiduría al disponer las cosas con un orden
admirable, sorprendente, pero no nuevo porque la antigua ley fue dada a Moisés
en un monte, el Cordero inmaculado se inmolo en otro monte y la fe se difunde
rápidamente por el continente americano a raíz de otro monte o cerro donde la
Madre del Salvador se dignó pisar suelo americano.
De
todas las palabras que la Sma. Virgen nos dirigió en sus prodigiosas
apariciones las dichas a Juan Diego en el Tepeyac por nuestra Señora de
Guadalupe son, sin duda, las más consoladoras. Porque brotan del corazón de una
Madre ternísima y van encaminadas a producir en nuestras almas, descanso y
confianza. Fueron dichas en la cuarta y última aparición a Juan Diego cuando
él, preocupado por la enfermedad de su tío Bernardino tomo otro camino al
acostumbrado. He aquí sus palabras:
“A
DONDE VAS, HIJO MÍO, ¿Y QUE CAMINO LLEVAS? OYE HIJO MÍO, LO QUE VOY A DECIRTE: NO TE MOLESTE NI TE AFLIJA COSA ALGUNA. NO TEMAS NI ENFERMEDAD NI DOLOR. ¿NO
ESTOY YO AQUÍ QUE SOY TU MADRE? ¿NO ESTAS DEBAJO DE MI SOMBRA Y AMPARO? ¿NO SOY
YO VIDA Y SALUD? ¿NO ESTAS EN MI REGAZO Y CORRES POR MI CUENTA? ¿TIENES
NECESIDAD DE OTRA COSA? NO TE AFLIJAS POR LA ENFERMEDAD DE TU TIO, QUE NO
MORIRA DE ESTE ACHAQUE, Y TEN POR CIERTO QUE YA ESTA SANO. Sin duda alguna este sublime dialogo quedo
fijo en el corazón de su fiel servidor, y nosotros las debemos grabar en lo más
profundo de nuestro corazón y saborearlas en lo más íntimo de nuestra alma.
Porque nuestra buena Madre de Guadalupe conoce todas nuestras amarguras, todos
nuestros temores y desde lo más íntimo de su corazón se compadece de nuestras
miserias. Por eso desde esa intimidad, asentada en el mismo seno de la Trinidad
Santísima, brotaron estas primeras palabras: “NO
ESTOY YO AQUÍ QUE SOY TU MADRE? Cuando se es niño se confía mucho en la
madre; a ella acudíamos siempre y de tal manera se grabó en nuestro corazón la
confianza en nuestra madre, que todavía en plena madurez, ¡cuántas veces en
medio de los dolores, en medio de las alegrías, repetimos este nombre santo:
“Madre!
Pues bien, la Sma. Virgen María es nuestra
Madre más perfectamente que la madre de la tierra porque nos da una vida que es
la del cielo. Es muy importante recalcar que somos sus hijos no por adopción
como se entiende a la manera humana sino, ¡VERDADERAMENTE
ES NUESTRA MADRE! Porque nos ha dado la vida, porque nos ama más, mucho
más, que la madre de la tierra.
Y
como si no bastara el habernos dicho: “NO
ESTOY YO AQUÍ QUE SOY TU MADRE? Agrega: “NO ESTAS BAJO DE MI SOMBRA Y AMPARO? Nuestras madres están lejos y solo de
lejos nos aman o aunque estén cerca muchas veces se ven imposibilitadas para
ayudarnos no solo en el cuerpo sino también en el alma y se ven también
impotentes para protegernos en el momento presente. No así con nuestra Madre
del cielo porque estemos donde estemos ella nos protegerá siempre porque así se
lo prometió a Juan Diego representante nuestro en ese tiempo y es fiel a su
promesa. Además, no olvidemos que es la omnipotencia suplicante, pero sobre
todo su corazón maternal es el motor o la garantía de su fidelidad en lo
prometido. Además, estamos bajo su sombra y cuidado; por lo tanto, Nuestra
Madre de Guadalupe podemos decir que está más cerca de nosotros que nuestras
propias madres y, sin duda alguna nuestra alma está más unida a Ella: Madre
cariñosa y siempre presente. Pues nos dice: “NO
ESTOY LEJOS, NO ESTOY EN REGIONES MISTERIOSAS. YO ESTOY CERCA DE TI, TE AMPARO,
TE PROTEJO, TE CUBRO CON MI MANTO Y MI SOMBRA.”
Y
continua más adelante como para que no quede duda en nosotros de su protección
maternal: “NO SOY VIDA Y SALUD?
Nuestra madre de la tierra por mucho que nos ame no puede decir lo mismo porque
la experiencia nos demuestra que hay trances en los cuales ella es impotente.
No así con nuestra Madre del cielo porque Ella es la vida que triunfa de la
muerte; es la salud que triunfa de la enfermedad y del dolor. esto sería
suficiente para disipar toda duda, todo temor, y para llenar nuestro corazón de
santa y divina confianza.
Pero no contenta con eso va más allá: “¿NO
ESTAS BAJO MI REGAZO Y CORRES POR MI CUENTA?”
Por favor
saboreémoslas en lo íntimo de nuestro corazón: ¡estamos en el regazo de la
Virgen María y, me pregunto ¿quiénes están en el regazo de las madres? Sino los
más pequeños, entonces “SOMOS HIJOS PEQUEÑITOS Y
DELICADOS” Y aún
más, “CORREMOS POR SU CUENTA” al hijo mayor no se le dice esto sino al
pequeñito, al enfermo, al delicado corre totalmente por su cuenta; esta buena
Madre del cielo nos da todo su amor, nos viste, nos acaricia etc. Es curioso si
vivimos en el regazo de nuestra buena Madre del cielo, ¿por qué tantas amarguras, tantas
vicisitudes en nuestra vida, tantas asechanzas de nuestros enemigos? No es bueno contestar
con otra pregunta, pero: ¿Jesucristo
no fue singularmente amado, infinitamente amado por el Padre Celestial? Y a pesar de ello, ¿no
recordamos que tuvo vicisitudes, amarguras y dolores sin cuento? ¿cómo dice El
Padre: “ESTE ES MI HIJO MUY AMADO EN QUIEN YO
TENGO PUESTAS TODAS MIS COMPLACENCIAS” SI LO HA AZOTADO, SI LO HAN CORONADO DE
ESPINAS, SI LO HAN ENCLAVADO EN LA CRUZ”
¡Es que los azotes, las espinas y la cruz eran verdaderas riquezas para
Jesucristo Nuestro Señor! ¡Su gloria, su dicha, está cifrada en la Cruz! ¡Sin
ella Jesucristo no hubiera sido glorioso! ¡No hubiera conquistado todos los
corazones, todas las almas!
Y
Nuestra Buena Madre de Guadalupe ama a la manera divina; Ella también a los que
ama les manda sacrificios y persecuciones. Esto en lugar de ser una objeción
contra el amparo de la Virgen, es un nuevo argumento que nos hace comprender
que nos ama, que nos protege, que nos da la cruz para hacernos semejantes a
Jesucristo, que nos da el dolor para engrandecernos. Pero allí, en su regazo,
todos lo dolores y todas las persecuciones se estrellan.
Por eso debemos confiar plenamente, amorosamente, en la Santísima Virgen
de Guadalupe. ¡Ah! ¡que ninguna pena nos aflija, que ningún dolor nos inquiete,
que ninguna persecución nos haga temblar! Aquí esta nuestra buena Madre de
Guadalupe; Ella es vida y salud, vivimos bajo su amparo y corremos por su
cuenta.
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