Posibilidad del milagro (segunda parte y final)
Posible,
en general, es todo aquello que puede ser o suceder, o sea, todo lo que
es apto para existir. Pero esta noción general admite diversidad de aspectos. Y
así, es posible:
1) Todo lo
que existe realmente.
2) Todo lo
que podría ser o existir realmente, o sea, todo lo que es intrínseca mente apto
para existir:
a) Por no envolver contradicción alguna (ejemplo; una casa de oro)
b) Ni ser contrario a las leyes naturales, físicas o psicológicas (a
no ser que las anule en un caso dado el Autor mismo de esas leyes; aquí es
donde cabe el milagro.)
En cuanto
a la noción de imposible es todo aquello que no puede ser ni existir, por contener contradicción
intrínseca o ser contrario a las leyes de la naturaleza. Pero
también en esto se pueden considerar tres casos completamente distintos, según
que la imposibilidad sea de orden metafísico, físico o moral. Y así:
a) Imposibilidad
metafísica. Es la de aquellas cosas que de ninguna manera se puede hacer
por haber una intrínseca contradicción, (por ejemp; que dos más dos sean cinco,
que el circulo sea cuadrado). La imposibilidad metafísica es tan absoluta, que
no puede ser hecha ni siquiera por la potencia infinita de Dios, ya que la
contradicción es una mera quimera que no existe ni puede existir más que en
nuestra imaginación. El milagro no entra o no es posible en las cosas que son
metafísicamente imposibles.
b) Imposibilidad
física. Son aquellas cosas que no pueden ser hechas naturalmente por oponerse a
las leyes fijas y constantes de la misma naturaleza (que un muerto resucite, que
una piedra después de lanzada asía arriba no caiga, que el sol retroceda en su
camino etc.) Aquí cabe y se da perfectamente el
milagro, porque no es contrario sino perfectamente posible siempre y cuando
excepcionalmente Dios suspenda las leyes de la naturaleza y no de otra manera.
c) Imposibilidad
moral Es la de aquellas cosas que no suelen suceder según la marcha normal y el
curso ordinario de las cosas (que una madre mate a su hijo); pero no implicando
contradicción intrínseca o metafísica, y no oponiéndose tampoco a ninguna ley
física de la naturaleza, pueden ocurrir alguna vez sin la necesidad de la
intervención divina. Santo tomas nos da la razón teológica de lo que arriba
hemos dicho: “Si se atiende al orden de las cosas en cuanto este depende de la
primera causa, Dios
no puede hacer nada contra el orden de las cosas. Obraría contra su presciencia, o bondad, si lo hiciera. Pero si se
considera el mismo orden de las cosas en cuanto dependiendo de cualquiera de
las causas segundas, de este modo Dios puede obrar fuera del orden de las
cosas. San Agustín dice: “Dios obra contra el curso ordinario de la
naturaleza; pero de ningún modo contra la ley suprema, porque no puede obrar
contra sí mismo” (de doctrina católica)
Causa de los Milagros; (Causa Material)
La materia
o sujeto potencial donde puede realizarse el milagro es la naturaleza
individual, o cualquier cosa natural individualmente considerada (agua, pan,
cadáver, ciego, ranas etc.). Más en esto se deben considerar en dos aspectos, el acto primero y el acto
segundo. En el caso del acto primero, la ley natural es
absolutamente inmutable. No puede ser alterada por nadie dado
que es la razón de ser y ni aun Dios puede cambiar las esencias de las cosas
(que el fuego deje de quemar porque lo suyo es quemar). En el segundo aspecto o
acto segundo, puede
suspenderse el efecto sin incurrir en contradicción alguna; y esto solo en virtud de un milagro (como el caso de los tres jóvenes
del horno ardiente) (Cf. Santo Tomas, de potentia q. 6 a ad 20)
Causa formal
La causa
formal del milagro, o sea, aquello que lo constituye intrínsecamente en cuanto
tal dándole el ser y la categoría de milagro, es su trascendencia sobre todo el orden natural, su
especialidad trascendente. Esto lleva consigo las
siguientes notas:
1) La simple
naturaleza no tiene poder alguno para producir por sí misma un milagro
2) Existe en
el sujeto del mismo una tendencia o disposición a la que el milagro
realiza (la tendencia del fuego a quemar, aunque milagrosamente no queme)
3) Sin
embargo, hay en el sujeto del milagro una potencia obediencial para recibir la acción milagrosa de Dios (capacidad en que el agua para
convertirse en vino)
4) Dios es su
causa eficiente, ya sea directamente sin intermediario alguno, ya valiéndose de una criatura como causa instrumental (de un
santo taumaturgo)
Causa
eficiente del milagro
La causa
eficiente del milagro es doble: principal e instrumental, he aquí lo que dice santo Tomas: “Lo que está comprendido totalmente
dentro del orden establecido no puede obrar por encima de él. Pero toda
criatura está comprendida dentro del orden que Dios estableció en las cosas.
Luego ninguna criatura puede obrar por encima de este orden, es decir, hacer
milagros” (Cf. II-II 178, 2.) Sin embargo Dios puede utilizar como una causa
instrumental para hacer un milagro a una criatura racional (ángeles, hombres) e
incluso irracionales como el caso de la burra de Balam. Santo tomas al respecto
dice: “Hablando de milagros, los hay que no son verdaderos, sino hechos fantásticos, con los que queda el hombre burlado, pareciéndoles ver lo que no es.
Otros son hechos
reales, pero no tienen verdadera razón de
milagro, pues se realizan con la ayuda de las causas naturales, ambas cosas pueden ser
ejecutadas por los demonios como ya vimos en su lugar. (tratado de angelis) Pero los verdaderos milagros no pueden ser obrados sino es por el
poder divino, y los obra Dios para utilidad de los hombres. Y esto es de dos
modos: uno,
para confirmación de la verdad predicada: otro, para demostración de la
santidad de algunos a quien Dios quiere proponer como ejemplo de virtud. En la
solución de las dificultades. Añade
Santo Tomas las siguientes interesantes precisiones:
1) Los
milagros son verdaderos testimonios de aquello para que se realiza, de suerte
que los malos no pueden
obrar verdaderos milagros para confirmación de su doctrina ; aunque si los pueden hacer en confirmación del nombre de Cristo, que
invocan, o de la virtud de los sacramentos que administran (ad. 3)
2) Como dice
San Agustín:
“No se atribuye a todos los santos el obrar milagros para que los débiles
de entendimiento no sean engañados por el pernicioso error de creer que son
mayores esos dones extraordinarios que las obras de santidad y justicia con las
que se merece la vida eterna” (ad, 4)
Causa final.
a) El fin último absoluto del milagro no puede ser otro que el fin último
de la creación: la gloria de Dios, o más exactamente, el mismo Dios glorificado
en sus obras.
b) El fin último relativo no puede ser el mundo físico sino un ser
inteligente que los perciba, o sea, el hombre o el ángel.
c) El fin próximo o inmediato es muy variado: beneficiar a un desgraciado,
poner de manifiesto la santidad de uno de sus siervos, testificar la
sobrenatulalidad de una aparición (la Virgen de Lourdes o Fátima.) y otras
cosas semejantes.
COLOFON.
Al
elaborar el presente estudio sobre los milagros según la teología católica, mi
intención es el tratar de ser lo más objetivamente posible para el beneficio
general de quienes nos hacen el favor de seguir este blog, no es nuestra
intención hacer polémica sobre este asunto. Mas también es inevitable no
abordar los temas de actualidad dado que ellos han generado indignación en unos
y perturbación en otros, como ya lo dije al principio de este escrito. Más
concretamente sobre los milagros de la nueva misa o novus ordo, sobre este tema hay unas cosas por aclarar, siguiendo siempre a Santo
Tomas de Aquino, partiendo de las conclusiones sacadas por el doctor angélico
en las cuales, a modo de resumen, quedo claro que:
En general
a) Solo Dios es el único que puede realizar milagros absolutamente en el
orden sobrenatural, dejando el orden preternatural a los ángeles y los hombres
b) Los demonios no pueden obrar milagros en absoluto en cuanto al orden sobrenatural, pero
si actúan en el plano u orden natural acción que se conoce como preternatural
c) tanto los santos como los ángeles que quedaron confirmados en gracia si
pueden obrar milagros. No por si mismos sino como instrumentos de Dios, como
dice santo Tomas, ya sea para exaltar a tal o cual santo y dar gloria a Dios o
hacer ver sus maravillas a los hombres por medio de los ángeles como lo dice
San Rafael Arcángel: “Bendecid al Dios de los cielos y glorificadle delante de todos los vivientes,
pues ha mostrado en vosotros su misericordia” (Tob. XII, 6)
d) Los malos no pueden obrar milagros para fundamentar sus doctrinas erróneas, según dice Santo Tomas, y,
entran en este apartado; los herejes de todos los tiempos, cismáticos etc. Pero
Dios si puede obrar milagros por medio de ellos y a pesar de ellos.
En particular.
Se trata
de saber si en la “nueva misa”, aplicando los principios que rigen los milagros
según Santo Tomas, se pueden dar milagros en sentido más estricto de la palabra
y en el orden sobrenatural. Absoluto. La respuesta es no, por múltiples razones que las podemos resumir a dos si nos apegamos a
lo expuesto en este articulo:
1) dice un
dicho latino: “Nadie da lo que no tiene”. El rito moderno o “nueva misa” ha
sido modificado desde la raíz de tal manera que no tiene en absoluto la
santidad del venerable rito latino (rito canonizado por San Pio V) para no dar
la gracia del sacramento propiamente asignada al mismo. Ahora bien, en
virtud, de estos cambios radicales, no pueden darse milagros en este rito que,
además NO TIENE INTENCION DE CONSAGRAR, según se desprende del comentario
acertado de los cardenales Otaviani y Bacchi (breve examen crítico y Mons.
Lefebvre sermón de ordenaciones del 30 de noviembre de 1986, en la Reja Argentina)
y su origen es herético según lo señala san Pio X en su encíclica Pcendi Gregis
al hablar del modernismo señalándolo como la CLOACA DE TODAS
LAS HEREJIAS, modernismo que ya, en su tiempo, estaba destruyendo a la Iglesia como
el salitre lo hace con las casas. Por lo tanto no puede haber milagros
dentro de la “nueva misa” y si tales motivos dados más arriba NO son
insuficientes recordemos que en el orden sobrenatural en virtud de su
imposibilidad física dado que la forma ha sido cambiada no por Dios sino por
los hombres (Concilio Vaticano II) quienes le negaron su fin último que es la
gloria y alabanza de Dios.
Por lo
tanto queda claro que, “Un árbol malo no puede dar frutos buenos”
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