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lunes, 18 de mayo de 2020

EL SECRETO ADMIRABLE DEL SANTO ROSARIO POR SAN LUIS MARIA GRIGÑON DE MONFORT


Excelencia del Santísimo Rosario en su origen y en su nombre.
1a Rosa

Nota. Por la prisa en subir este artículo no tuve tiempo de traducir el latín al castellano o español, además en algunas palabras necesito del diccionario y este no lo tengo a la mano, disculpen el no traducir el latín y tomen lo que en castellano esta escrito
9) El Rosario comprende dos cosas, a saber: la oración mental y la oración vocal. La oración mental del Santo Rosario es la meditación de los principales misterios de la vida, muerte y gloria de Jesucristo y de su Santísima Madre. La oración vocal del Rosario consiste en decir quince decenas de avemarías precedidas por un padrenuestro y terminadas por un gloria. Se
meditan y contemplan las quince virtudes principales que Jesús y María han practicado en los quince misterios del Santo Rosario.
En la primera parte, que consta de cinco decenas, se honran y consideran los cinco misterios gozosos; en la segunda, los cinco misterios dolorosos; y en la tercera, los cinco misterios gloriosos. De este modo, el Rosario es un compuesto sagrado de oración mental y vocal para honrar e imitar los misterios y las virtudes de la vida, muerte, pasión y gloria de Jesucristo y de María.
2a Rosa
10) El Santo Rosario, compuesto en su fondo y substancia de la oración de Jesucristo y de la salutación angélica -esto es, el padrenuestro y el avemaría- y la meditación de los misterios de Jesús y María, es sin duda la primera oración y la devoción primera de los fieles, que desde los apóstoles y los discípulos se transmitió de siglo en siglo hasta nosotros.
11) No obstante, el Santo Rosario, en la forma y método que lo recitamos al presente, sólo fue inspirado a la Iglesia en 1214 por la Santísima Virgen, que lo dio a Santo Domingo para convertir a los herejes albigenses y a los pecadores. Ocurrió en la forma siguiente, según cuenta el Beato Alano de la Roche en su famoso libro titulado De Dignitate Psalterii. Viendo Santo Domingo que los crímenes de los hombres obstaculizaban la conversión de los albigenses, entró en un bosque próximo a Tolosa y pasó en él tres días y tres noches en continua oración y de penitencia, no cesando de gemir, de llorar y de macerar su cuerpo con disciplinas para calmar la cólera de Dios; de suerte que cayó medio muerto. La Santísima Virgen, acompañada de tres princesas del cielo, se le apareció entonces y le dijo: "¿Sabes tú, mi querido Domingo, de qué arma se ha servido la Santísima Trinidad para reformar el mundo?" "Oh Señora, respondió él, Vos lo sabéis mejor que yo, porque después de vuestro Hijo Jesucristo fuisteis el principal instrumento de nuestra salvación." Ella añadió: "Sabe que la pieza principal de la batería fue la salutación angélica, que es el fundamento del Nuevo Testamento; y por tanto, si quieres ganar para Dios esos corazones endurecidos, reza mi salterio." El Santo se levantó muy consolado y, abrasado de celo por el bien de aquellos pueblos, entró en la Catedral. En el mismo momento, sonaron las campanas por intervención de los ángeles para reunir a los habitantes, y al principio de la predicación se levantó una espantosa tormenta; la tierra tembló, el sol se nubló, los repetidos truenos y relámpagos hicieron estremecer y palidecer a los oyentes; y aumentó su terror al ver una imagen de la Santísima Virgen expuesta en lugar preeminente,
levantar los brazos tres veces hacia el cielo, para pedir a Dios venganza contra ellos si no se convertían y recurrían a la protección de la Santa Madre de Dios.
El cielo quería por estos prodigios aumentar la nueva devoción del Santo Rosario y hacerla más notoria.
La tormenta cesó al fin por las oraciones de Santo Domingo. Continuó su discurso y explicó con tanto fervor y entusiasmo la excelencia del Santo Rosario, que los moradores de Tolosa lo aceptaron casi todos, renunciaron a sus errores, y en poco tiempo se vio un gran cambio en la vida y las costumbres de la ciudad.
3a Rosa
12) Este milagroso establecimiento del Santo Rosario, que guarda cierta semejanza con la manera en que Dios promulgó su ley sobre el monte Sinaí, manifiesta evidentemente la excelencia de esta divina práctica. Santo Domingo, inspirado por el Espíritu Santo, predicó todo el resto de su vida el Santo Rosario con el ejemplo y la palabra, en las ciudades y en los campos, ante los grandes y los pequeños, ante sabios e ignorantes, ante católicos y herejes. El Santo Rosario -que rezaba todos los días- era su preparación para predicar y su acción de gracias de haber predicado.
13) Un día de San Juan Evangelista en que estaba el Santo en Nuestra Señora de París rezando el Santo Rosario, como preparación a la predicación, en una capilla situada tras el altar mayor, se le apareció la Santísima Virgen y le dijo: "Domingo, aunque lo que tienes preparado para predicar sea bueno, he aquí, no obstante, un sermón mucho mejor que yo te traigo."
Santo Domingo recibe de sus manos el libro donde estaba el sermón, lo lee, lo saborea, lo comprende, da gracias por él a la Santísima Virgen. Llega la hora del sermón, sube al púlpito y,
después de no haber dicho en alabanza de San Juan Evangelista sino que había merecido ser custodio de la Reina del Cielo, dice a toda la concurrencia de grandes y doctores que habían venido a oírle -habituados todos a discursos floridos- que no les hablará con palabras de sabiduría humana, sino con la sencillez y la fuerza del Espíritu Santo. Y, efectivamente, les predicó el Santo Rosario explicándoles palabra por palabra, como a niños, la salutación angélica, sirviéndose de comparaciones muy sencillas, que había leído en el papel que le había dado la Santísima Virgen.
14) He aquí las mismas palabras del sabio Cartagena, tomadas por él del libro del Beato Alano de la Roche titulado De Dignitate Psalterii: B. Alanus Patrem sanctum Dominicum sibi haec in revelatione dixisse testatur: "Tu praedicas, fili, sed uti caveas ne potius laudem humanam quaeras quam animarum fructum, audi quid mihi Parisiis contigit. Debebam in majori ecclesia beatae Mariae praedicare, et volebam curiose non jactantiae causa, sed propterastantium facultatem et dignitatem. Cum igitur more meo per horam fere ante sermonem in psalterio meo (Rosarium intelligit) quadam in capella post altare majus orarem, subito factus in raptum, cernebam amicam meam Dei Genitricem afferentem mihi libellum et dicentem: "Dominice, et si bonum est quod praedicare disposuisti sermonem, tamen longe meliorem attuli." Laetus librum capio, lego constanter, ut dixit, reperio, gratias ago, adest hora sermonis, adest parisiensis Universitas tota, dominorumque numerus magnus. Audiebant quippe et videbant signa magna quae per me Dominus operabatur; itaque ambonem ascendo. Festum erat sancti Joannis Evangelistae. De eo aliud non dico nisi quod custos singularis esse meruit Reginae coeli. Deinde auditores sic alloquor: Domini et Magistri praestantissimi, aures reverentiae vestrae solitae sunt curiosos audire sermones et auscultare. At nunc ego non in doctis humanae sapientiae verbis, sed in ostensione spiritus et virtutis loquar." Tunc, ait Carthagena post beatum Alanum, stans Dominicus eis explicavit Salutationem angelicam comparationibus et similitudinibus familiaribus hoc modo (1).
15) El Beato Alano de la Roche, como dice el mismo Cartagena, refiere otras varias apariciones de Nuestro Señor y de la Santísima Virgen a Santo Domingo para instarle y animarle a predicar el Santo Rosario, a fin de combatir el pecado y convertir a pecadores y herejes, dice: Beatus Alanus dicit sibi a beata Virgine revelatum fuisse Christum Filium suum apparuisse post se sancto Dominico et ipsi dixisse: "Dominice, gaudeo quod non confidas in tua sapientia, sed cum humilitate potius affectas salvare animas quam vanis hominibus placere.
Sed multi praedicatores statim volunt contra gravissima peccata instare, ignorantes quod ante gravem medicinam debet fieri praeparatio, ne medicina sit inanis et vacua: quapropter prius homines debent induci ad orationis devotionem et signanter ad psalterium meum angelicum;  quoniam, si omnes coeperint hoc orare, non dubium est quin perseverantibus aderit pietas divinae clementiae. Praedica ergo psalterium meum (2)."
16) En otro lugar dice el Beato Alano: Omnes sermocinantes et praedicantes christicolis exordium pro gratia impetranda a Salutatione angelica faciunt. Hujus rei ratio sumpta est ex revelatione facta beato Dominico cui beata Virgo dixit: "Dominice, fili, nil mireris quod concionando minime proficias. Enimvero aras solum a pluvia non irrigatum. Scitoque, cum Deus renovare decrevit mundum Salutationis angelicae pluviam praemisit; sicque ipse in melius est reformatus. - Hortare igitur homines in concionibus ad Rosarii mei recitationem, et magnos animarum fructus colliges." Quod sanctus Dominicus strenue executus uberes ex suis concionibus animarum fructus retulit (3).
17) He tenido gusto en copiar palabra por palabra los pasajes latinos de estos buenos autores en favor de los predicadores y personas eruditas, que pudieran poner en duda la maravillosa virtud del Santo Rosario. Mientras siguiendo a Santo Domingo se predicó la devoción del Santo Rosario, la piedad y el fervor florecían en las órdenes religiosas que practicaban esta devoción y en el mundo cristiano; pero desde que no se hizo tanto aprecio de ese presente venido del cielo, no se ve más que pecado y desórdenes por todas partes.

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