Excelencia del Santísimo Rosario en su origen
y en su nombre.
1a Rosa
Nota. Por la prisa en
subir este artículo no tuve tiempo de traducir el latín al castellano o
español, además en algunas palabras necesito del diccionario y este no lo tengo
a la mano, disculpen el no traducir el latín y tomen lo que en castellano esta
escrito
9) El
Rosario comprende dos cosas, a saber: la oración mental y la oración vocal. La
oración mental del Santo Rosario es la meditación de los principales misterios
de la vida, muerte y gloria de Jesucristo y de su Santísima Madre. La oración
vocal del Rosario consiste en decir quince decenas de avemarías precedidas por
un padrenuestro y terminadas por un gloria. Se
meditan
y contemplan las quince virtudes principales que Jesús y María han practicado
en los quince misterios del Santo Rosario.
En la
primera parte, que consta de cinco decenas, se honran y consideran los cinco misterios
gozosos; en la segunda, los cinco misterios dolorosos; y en la tercera, los
cinco misterios gloriosos. De este modo, el Rosario es un compuesto sagrado de
oración mental y vocal para honrar e imitar los misterios y las virtudes de la
vida, muerte, pasión y gloria de Jesucristo y de María.
2a Rosa
10) El
Santo Rosario, compuesto en su fondo y substancia de la oración de Jesucristo y
de la salutación angélica -esto es, el padrenuestro y el avemaría- y la
meditación de los misterios de Jesús y María, es sin duda la primera oración y
la devoción primera de los fieles, que desde los apóstoles y los discípulos se
transmitió de siglo en siglo hasta nosotros.
11) No
obstante, el Santo Rosario, en la forma y método que lo recitamos al presente,
sólo fue inspirado a la Iglesia en 1214 por la Santísima Virgen, que lo dio a
Santo Domingo para convertir a los herejes albigenses y a los pecadores.
Ocurrió en la forma siguiente, según cuenta el Beato Alano de la Roche en su
famoso libro titulado De Dignitate Psalterii. Viendo Santo Domingo que los
crímenes de los hombres obstaculizaban la conversión de los albigenses, entró
en un bosque próximo a Tolosa y pasó en él tres días y tres noches en continua
oración y de penitencia, no cesando de gemir, de llorar y de macerar su cuerpo
con disciplinas para calmar la cólera de Dios; de suerte que cayó medio muerto.
La Santísima Virgen, acompañada de tres princesas del cielo, se le apareció
entonces y le dijo: "¿Sabes tú, mi querido Domingo, de qué arma se ha
servido la Santísima Trinidad para reformar el mundo?" "Oh Señora, respondió
él, Vos lo sabéis mejor que yo, porque después de vuestro Hijo Jesucristo
fuisteis el principal instrumento de nuestra salvación." Ella añadió:
"Sabe que la pieza principal de la batería fue la salutación angélica, que
es el fundamento del Nuevo Testamento; y por tanto, si quieres ganar para Dios
esos corazones endurecidos, reza mi salterio." El Santo se levantó muy consolado
y, abrasado de celo por el bien de aquellos pueblos, entró en la Catedral. En
el mismo momento, sonaron las campanas por intervención de los ángeles para
reunir a los habitantes, y al principio de la predicación se levantó una espantosa
tormenta; la tierra tembló, el sol se nubló, los repetidos truenos y relámpagos
hicieron estremecer y palidecer a los oyentes; y aumentó su terror al ver una
imagen de la Santísima Virgen expuesta en lugar preeminente,
levantar
los brazos tres veces hacia el cielo, para pedir a Dios venganza contra ellos
si no se convertían y recurrían a la protección de la Santa Madre de Dios.
El
cielo quería por estos prodigios aumentar la nueva devoción del Santo Rosario y
hacerla más notoria.
La
tormenta cesó al fin por las oraciones de Santo Domingo. Continuó su discurso y
explicó con tanto fervor y entusiasmo la excelencia del Santo Rosario, que los
moradores de Tolosa lo aceptaron casi todos, renunciaron a sus errores, y en
poco tiempo se vio un gran cambio en la vida y las costumbres de la ciudad.
3a Rosa
12)
Este milagroso establecimiento del Santo Rosario, que guarda cierta semejanza
con la manera en que Dios promulgó su ley sobre el monte Sinaí, manifiesta
evidentemente la excelencia de esta divina práctica. Santo Domingo, inspirado
por el Espíritu Santo, predicó todo el resto de su vida el Santo Rosario con el
ejemplo y la palabra, en las ciudades y en los campos, ante los grandes y los
pequeños, ante sabios e ignorantes, ante católicos y herejes. El Santo Rosario
-que rezaba todos los días- era su preparación para predicar y su acción de gracias
de haber predicado.
13) Un
día de San Juan Evangelista en que estaba el Santo en Nuestra Señora de París rezando
el Santo Rosario, como preparación a la predicación, en una capilla situada
tras el altar mayor, se le apareció la Santísima Virgen y le dijo:
"Domingo, aunque lo que tienes preparado para predicar sea bueno, he aquí,
no obstante, un sermón mucho mejor que yo te traigo."
Santo
Domingo recibe de sus manos el libro donde estaba el sermón, lo lee, lo
saborea, lo comprende, da gracias por él a la Santísima Virgen. Llega la hora
del sermón, sube al púlpito y,
después
de no haber dicho en alabanza de San Juan Evangelista sino que había merecido
ser custodio de la Reina del Cielo, dice a toda la concurrencia de grandes y
doctores que habían venido a oírle -habituados todos a discursos floridos- que
no les hablará con palabras de sabiduría humana, sino con la sencillez y la
fuerza del Espíritu Santo. Y, efectivamente, les predicó el Santo Rosario
explicándoles palabra por palabra, como a niños, la salutación angélica,
sirviéndose de comparaciones muy sencillas, que había leído en el papel que le
había dado la Santísima Virgen.
14) He
aquí las mismas palabras del sabio Cartagena, tomadas por él del libro del
Beato Alano de la Roche titulado De Dignitate Psalterii: B. Alanus Patrem
sanctum Dominicum sibi haec
in revelatione dixisse testatur: "Tu praedicas, fili, sed uti caveas ne potius
laudem humanam
quaeras quam animarum fructum, audi quid mihi Parisiis contigit. Debebam in majori
ecclesia beatae Mariae praedicare, et volebam curiose non jactantiae causa, sed
propterastantium
facultatem et dignitatem. Cum igitur more meo per horam fere ante sermonem in psalterio
meo (Rosarium intelligit) quadam in capella post altare majus orarem, subito
factus in raptum,
cernebam amicam meam Dei Genitricem afferentem mihi libellum et dicentem: "Dominice,
et si bonum est quod praedicare disposuisti sermonem, tamen longe meliorem attuli."
Laetus librum capio, lego constanter, ut dixit, reperio, gratias ago, adest
hora sermonis, adest parisiensis Universitas tota, dominorumque numerus magnus.
Audiebant quippe et videbant signa magna quae per me Dominus operabatur; itaque
ambonem ascendo. Festum erat sancti Joannis Evangelistae. De eo aliud non dico
nisi quod custos singularis esse meruit Reginae coeli. Deinde auditores sic
alloquor: Domini et Magistri praestantissimi, aures reverentiae vestrae solitae
sunt curiosos audire sermones et auscultare. At nunc ego non in doctis humanae
sapientiae verbis, sed in ostensione spiritus et virtutis loquar." Tunc,
ait Carthagena post beatum Alanum, stans Dominicus eis explicavit Salutationem
angelicam comparationibus et similitudinibus familiaribus hoc modo (1).
15) El
Beato Alano de la Roche, como dice el mismo Cartagena, refiere otras varias apariciones
de Nuestro Señor y de la Santísima Virgen a Santo Domingo para instarle y animarle
a predicar el Santo Rosario, a fin de combatir el pecado y convertir a
pecadores y herejes, dice: Beatus Alanus dicit sibi a beata Virgine revelatum
fuisse Christum Filium suum apparuisse post se sancto Dominico et ipsi dixisse:
"Dominice, gaudeo quod non confidas in tua sapientia, sed cum humilitate
potius affectas salvare animas quam vanis hominibus placere.
Sed
multi praedicatores statim volunt contra gravissima peccata instare, ignorantes
quod ante gravem medicinam debet fieri praeparatio, ne medicina sit inanis et
vacua: quapropter prius homines debent induci ad orationis devotionem et
signanter ad psalterium meum angelicum; quoniam,
si omnes coeperint hoc orare, non dubium est quin perseverantibus aderit pietas
divinae clementiae. Praedica ergo psalterium meum (2)."
16) En
otro lugar dice el Beato Alano: Omnes sermocinantes et praedicantes
christicolis exordium pro gratia impetranda a Salutatione angelica faciunt.
Hujus rei ratio sumpta est ex revelatione facta beato Dominico cui beata Virgo
dixit: "Dominice, fili, nil mireris quod concionando minime proficias.
Enimvero aras solum a pluvia non irrigatum. Scitoque, cum Deus renovare
decrevit mundum Salutationis angelicae pluviam praemisit; sicque ipse in melius
est reformatus. - Hortare igitur homines in concionibus ad Rosarii mei
recitationem, et magnos animarum fructus colliges." Quod sanctus Dominicus
strenue executus uberes ex suis concionibus animarum fructus retulit (3).
17) He
tenido gusto en copiar palabra por palabra los pasajes latinos de estos buenos autores
en favor de los predicadores y personas eruditas, que pudieran poner en duda la
maravillosa virtud del Santo Rosario. Mientras siguiendo a Santo Domingo se
predicó la devoción del Santo Rosario, la piedad y el fervor florecían en las
órdenes religiosas que practicaban esta devoción y en el mundo cristiano; pero
desde que no se hizo tanto aprecio de ese presente venido del cielo, no se ve
más que pecado y desórdenes por todas partes.
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