La Iglesia quitada, es decir, eclipsada, en el sentido como explica el P. Castellani al referirse a la vuelta de Cristo y a la perdida de la fe: «…porque fe habrá, aunque sean pocos y perseguidos en los últimos tiempos. Pero la fe en este sentido, significa la fe organizada, es decir la Iglesia. La iglesia dice el teólogo Domingo Soto será quitada del medio». (Catecismo para Adultos, ed. Patria Grande, Buenos Aires 1979, p.36).
«En todas las naciones hay
grandes catedráticos de la Anti Iglesia, voceros potentes de la impiedad, es
decir, la modernista». (Castellani, Los
Papeles de Benjamín Benavides, ed. Dictio Buenos Aires 1978, p. 266).
La Anti
Iglesia (Modernista actual) es la que persigue y eclipsa a la Iglesia, pues no
la puede totalmente destruir, gracias a la promesa las puertas del infierno no
prevalecerán, ya que siempre habrá un pequeño rebaño.
La
posibilidad de un antipapa o falso Papa por haber perdido la fe en connivencia
con el hombre y el mundo no es algo absurdo, ni contra la fe, como algunos
equivocadamente piensan o creen. Claro está que un antipapa no es algo nuevo en
la historia de la Iglesia, ha habido al menos unos cuarenta y el primer
antipapa terminó muriendo mártir, y fue San Hipólito Mártir. Además en nada
afecta a la fe ni a la institución divina de la Iglesia un antipapa, pues queda
siempre a salvo la institución del Papado, pues los Papas nacen y mueren, pero
el Papado y la Iglesia nacen pero no mueren a lo largo de la historia. El error
de Lutero fue aplicarle al Papado lo que las Escrituras decían del Anticristo,
otra cosa es que un Papa por un misterio de iniquidad claudique en la fe
convierta a Roma en sede del Anticristo y se haga un Anticristo, como la Bestia
de la Tierra o Pseudoprofeta: «La segunda bestia, una fiera que surge de la
tierra como la otra surgió del mar, es decir, de la Iglesia en contraposición
al mundo; la cual aunque habla como dragón “tiene dos cuernos semejantes al
Cordero”. Esta bestia es la que “actúa” y reduce a la práctica, es decir,
ritualiza todo el poder de la otra, dice el Profeta. (...) Esta bestia es pues
evidentemente un movimiento religioso, una herejía parecida al Cristianismo, la
última herejía, la más nefanda y sutil de todas, la adoración del hombre; en
carnada en un genio religioso, una especie de inmenso Lutero, Focio, o Mahoma. (Por el momento
esta herejía modernista es la peor de todas las que ha habido en la historia de
la Iglesia, es la herejía del lobo con piel de oveja la que “arrojo” a la
Iglesia Católica VERDADERA)
Quizá
sea un antipapa y los dos cuernos signifiquen la mitra episcopal no lo
sabemos». (Ibíd. p.297).
«
¿Será el reinado de un Antipapa, o Papa falso?» se pregunta nuevamente el P.
Castellani, (Cristo ¿Vuelve o no Vuelve?, ed. Dictio, Buenos Aires 1976 p.29).
Nada
más judaizante como señala el P. Castellani, que esperar un triunfo de la
Iglesia sin la Parusía y lamentablemente es la opinión de muchos hoy en día: « pero ¿qué cosa
más judaizante que esperar un gran triunfo terreno de la Iglesia antes de la
segunda venida de Cristo?». (El
Apokalypsis, p. 87).
Igualmente
de judaizante es el Ecumenismo: «El punto focal (...) no es otro
que esa unificación triunfal el universo (...) la gran fusión de los pueblos en
uno y del advenimiento natural de la Restauración Ecuménica. (...) Todo lo que
es internacional es de esencia religiosa. (...) Decir esto es decir que todo lo
que hoy día es internacional, o es católico o es judaico. Son las dos únicas
religiones universales. La masonería es una invención judaica, el islamismo es
una herejía judaica». (Cristo ¿Vuelve... , p.289).
«Hoy día, todo lo que es
internacional, si no es católico es judío, incluso la francmasonería». (Ibíd. p. 150). «Si admitimos que la pacificación de la
Humanidad en una gran familia es un asunto religioso, no quedan para realizarlo
sino dos religiones que son internacionales: la Iglesia Católica y la
Anti-Iglesia, o sea la Sinagoga. La Iglesia es internacional por divina
vocación. La Sinagoga es internacional por divina maldición. La Iglesia y la
Sinagoga representan las dos concreciones más fuertes y focales del sentimiento
religioso que existen en el mundo. (...) Todas las demás religiones jerárquicas
existentes son herejías de estas dos: el mahometismo es una herejía judaica, el
protestantismo es una herejía cristiana. Las religiones panteístas del oriente
son formas del paganismo, constituyen el sentimiento religioso informe que no
ha llegado a realizarse en sociedad religiosa. (...) El bolchevismo tiene raíz
judaica, es mesiánico, anticristiano y profetal, y por tanto está en el plano
religioso. El ateísmo ruso está informado de un
oscuro soplo religioso. Es una forma provisional,
representa una etapa, la etapa de la lucha contra las religiones trascendentes.
El mismo es una religión inmanente, la
religión del hombre divinizado, el reverso del misterio de la encarnación, el
Misterio de iniquidad de que hablo San Pablo...». (Ibíd. p. 151-152).
«La naturaleza del comunismo es religiosa y no solamente
política. Es una herejía cristiano judaica. Del
cristianismo descompuesto en protestantismo tomó Marx la idea obsesiva de
justicia social, que no es sino la primera bienaventuranza vuelta loca ("Bienaventurados
los pobres de espíritu porque de ellos es el reino de los cielos". Esta es
la concepción católica de la bienaventuranza) vaciada de su contenido sobrenatural: los pobres deben
reinar aquí, reinar políticamente por el mero hecho de ser pobres, como los
santos de Oliver Cromwell. Pero el elemento formal de la herejía es judaico: es
el mesianismo exasperado y temporal que constituye el fondo amargo de la
inmensa alma del Israel deicida a través de los siglos: Construiremos con la fuerza,
con la astucia y con la religiosidad unidas un Reino Temporal del Proletariado,
que será el Paraíso en la Tierra. Para eso destruiremos primero todo el orden
existente, incurablemente inficionado por el mal». (Ibíd. p. 205).
«El
comunismo no es un partido; el comunismo es una herejía. Es una de las tres Ranas expelidas por la boca del
diablo en los últimos tiempos, que no son otros que los nuestros. Las otras dos
ranas, herejías palabreras que repiten siempre la misma canturria y se han
convertido en guías de los reyes, es decir, en
poderes políticos, son el catolicismo liberal y el modernismo. Estas tres herejías se van a unir por las colas, (cosa
admirable, dado que las ranas no tienen cola) contra lo que va quedando de la
Iglesia de Cristo, un día que quizá no está lejano». (Ibíd. p. 204).
«El
cuá-cuá del liberalismo es “libertad, libertad, libertad”; el cuá – cuá
del comunismo es “Justicia
social”; el cuá-cuá del modernismo, de donde nacieron los otros y
los reunirá un día, podríamos asignarle éste: “Paraíso en Tierra; Dios es el Hombre; el hombre es dios”. ¿Y la “democracia”? Es el coro de las tres juntas:
democracia política, democracia social y democracia religiosa: Demó –cantaba la
rana, craciá- debajo del río». (Los Papeles, p. 46). La democracia,
como lo definió magistral e insuperablemente Nicolás Gómez Dávila, es una
religión antropoteísta, no lo olvidemos.
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