INTRODUCCION
Vamos a
intentar, no sin temor y reverencia, la exposición del Tratado de la
Eucaristía, sacramento el más noble y principal de todos, continuación y
extensión en cierto modo de la Encarnación por los frutos ubérrimos de
redención que nos comunica, centro y ornamento de toda la religión de Cristo y
consuelo suavísimo de nuestra peregrinación.
Porque en este
Sacramento, como dice San Buenaventura. «está el verdadero cuerpo, la carne
inmaculada de Cristo, como para comunicarse a nosotros y, a la vez, como para
unimos a Él y en El transformamos por una caridad ardentísima, en virtud de la
cual se dio a nosotros, se restituyó en nosotros y está hasta el fin del mundo
con nosotros» y Santo Tomás: «Ningún sacramento es más saludable que éste; por
él se purgan los pecados, se aumentan las virtudes y la mente se llena con la
abundancia de todos los carisma s espirituales, Y nadie, finalmente, puede
expresar la suavidad de este sacramento, por el cual se gusta en su fuente la dulzura espiritual y se recuerda la
memoria de aquella ardentísima caridad que Cristo mostró en su Pasión» 2.
De ahí que Su
Santidad el Papa León XIII llame a la Eucaristía (don divinísimo salido de lo
intimo del corazón del mismo Redentor. que desea ardientemente esta singular
unión de él con los hombres, ordenada principalmente a prodigarles con largueza
los ubérrimos frutos de su redención.
Porque ¿qué
hay más grande o más apetecible que hacerse en lo posible partícipe y consorte
de la divina naturaleza? Pues esto que Cristo nos da en la Eucaristía, con la
cual une a sí más estrechamente al hombre ya elevado a la vida divina con el
don de la gracia» , Nadie, pues, podrá alabar jamás con su lengua ni honrar
suficientemente con su veneración un sacramento tan grande y abundante en toda
virtud, cuanto lo reclama su dignidad.
Orden del
“tratado”._ Se puede considerar la Santísima Eucaristía como sacramento y como
sacrificio; de ahí que el presente Tratado tenga dos partes, una de las cuales
trata de la Santísima Eucaristía en cuanto que es sacramento, y la otra, de la
misma en cuanto que es sacrificio.
Pero, aunque
el sacrificio sea primero que el sacramento, puesto que antes se ofrece Cristo
que se da, y es primero hostia que manjar, sin embargo, no nos apartamos del
orden establecido, conforme al cual ha sido uso anteponer el estudio del
sacramento al del sacrificio.
Enc. Mirae
caritatis, 28 mayo 1902,
ARTICULO I
DEL NOMBRE. FIGURAS. SÍMBOLOS O EMBLEMAS Y NOCIÓ
GENÉRICA .DE LA SANTÍSIMA EUCARISTÍA
l."
NOMBRES DE LA SANTÍSIMA EUCARISTÍA. 1) Eucaristía. €úzaptotia, del griego
€úzapiG€w, quiere decir «buena gracia» o «acción de gracias”: a) buena gracia
ya porque contiene en sí a Cristo que es verdadera gracia y fuente de todas las
otras; ya porque por ella son impetradas gracias ubérrimas; ya porque
presignifica la vida eterna de la cual escribe el Apóstol (Rom. 6. 23): Gracia
de Dios es la vida eterna; b) acción de gracias tanto porque a su institución
precedió una acción de gracias hecha por Cristo (Mt. 26. 27), como porque nada
se puede ofrecer más agradable que esta santísima hostia para dar a Dios
gracias por todos los beneficios. Y este nombre de Eucaristía fue ya usado
antiguamente por los Padres, como San Ignacio,
San Justino, San Cipriano 3, San
Cirilo de Jerusalén 4, etc.
2) Se han dado también otros nombres a la Santísima
Eucaristía; así ha sido llamada:
a) Por las circunstancias de su institución: Cena,
Cena del Señor, porque fue instituida por Cristo en la última cena; Mesa del
Señor, porque Cristo la instituyó estando a la mesa con sus apóstoles, Nuevo
Testamento, porque fue la última disposición de Cristo horas antes de morir;
Ágape, porque acompañaban en la primitiva Iglesia a la Eucaristía convites de
caridad.
b) Por la materia de pan y vino en que se consagra y
cuyos accidentes permanecen después de la consagración, se dice pan, pan de
Cristo" pan celestial, pan de vida, pan de ángeles, pan del alma, pan
sobrenatural, vino que engendra vírgenes, cáliz de salud perpetua, etc.
c) Por razón del contenido se le llama cuerpo y
sangre de Cristo, cuerpo del Señor, sacramento del cuerpo de Cristo,
celebración del cuerpo y sangre de Cristo, porque en este sacramento bajo las
especies sacramentales están contenidos el cuerpo y la sangre del Señor. Y
precisamente de esto toma su inefable dignidad este sacramento, porque así como
en otro tiempo el lugar más recogido y venerable del templo entre los judíos
fue llamado Santo de los Santos, así también el sacramento de la Eucaristía,
que entre los cristianos tiene mayor veneración que los otros misterios, ha
sido llamado Sacramento de los Sacramentos, Misterio de los misterios, Santo
del Señor, Santo de los Santos, augusto Sacramento y sencillamente Sacramento
por antonomasia 5.
d) Por los ritos que se usan en la preparación y
distribución de la Eucaristía se la denomina bendición, sacramento de
bendición, cáliz de bendición, porque Cristo bendijo el pan al instituir la
Eucaristía (Mt. 26, 26; 1 Cor. 1 o, 16); fracción del pan, liturgia y.
asimismo, por el lugar en que se celebra, Sacramento del altar,
f) Por los efectos se llama comunicación de la
sangre de Cristo, participación del cuerpo del Señor (1 Coro 10, e), y en el
uso eclesiástico, synaxis, comunión, porque con la comunicación del cuerpo y de
la sangre de Cristo los fieles se asocian no sólo a Cristo Señor, sino también
entre sí; sacramento y vínculo de caridad, por la misma razón; finalmente
viático, esto es subsidio o provisión para el camino de la patria celestial.
2.0 FIGURAS DE LA
EUCARISTIA.
De
muchas maneras fue prefigurada la Santísima
Eucaristía
en el Antiguo y Nuevo Testamento.
a) Convenía ciertamente que la Eucaristía estuviese
prefigurada en el Antiguo Testamento; porque, como dice Santo Tomás, «este
sacramento es especialmente un memorial de la pasión de Cristo; y convenía que
la pasión de Cristo, por la cual nos redimió, fuese prefigurada para que la fe
de los antiguos se encaminase hacia el Redentor 6.
Cuatro fueron las principales figuras de la
Santísima Eucaristía en el Antiguo Testamento: la oblación de Melquisedec, que
ofreció pan y vino (Gen. 14, 18); diversos sacrificios de la Ley antigua,
principalmente el de la expiación que era solemnísimo (Lev, 2 s.); el maná concedido
a los judíos en su peregrinación por el desierto, que tenía en sí todo sabor
(Ex. 16, 13-1 S; Sap. 16, 20), y el Cordero pascual (Ex. 12, 8).
La principal de estas figuras fue el cordero pascua,
según Santo Tomás: “En este sacramento podemos considerar tres cosas: lo que es
solamente sacramentum, o sea el signo exterior, que es el pan y el vino; lo que
es res et sacramentum, el signo y la cosa, esto es; el cuerpo verdadero de
Cristo; y lo que es solamente res, esto es, el efecto de este sacramento. En
cuanto a lo que es solamente sacramentum, la principal figura de este
sacramento fue la oblación de Melquisedec, que fue de pan y de vino. En cuanto
al mismo Cristo, que padeció y es la realidad sublime en este sacramento, sus
figuras fueron todos los sacrificios del Antiguo Testamento, principalmente el
sacrificio de expiación, que era solemnísimo. Y en cuanto al efecto, su
principal figura fue el maná, que tenía en sí todos los sabores (Sap. 16, 20),
así como la gracia de este sacramento
restauran y nutre el alma de todas maneras y en todas sus necesidades.
Pero el cordero pascua prefiguraba este sacramento bajo esos tres aspectos: en
cuanto a lo primero, porque se comía con panes ácimos, según el Ex. 12, 8:
Comerán la carne ... con panes ácimos; en cuanto a lo segundo, porque era
inmolado por toda la multitud de los israelitas en la decimocuarta luna, lo
cual fue figura de Cristo, llamado Cordero a causa de su inocencia; en cuanto
al efecto, porque con la sangre del cordero pascual fueron los israelitas
'protegidos del ángel exterminador y sacados de la servidumbre de Egipto; y por
esto se pone el cordero pascual como principal figura de este sacramento, en
cuanto que representa al mismo en todos esos aspectos» 7.
Además de las figuras enunciadas, hay otras muchas
en el Antiguo Testamento: el árbol de la vida, plantado en medio del paraíso
(Gen. 2, 9); el sacrificio de A braham, dispuesto a ofrecer a su hijo Isaac por
mandato de Dios (Gen. 22, 2 s.] : el Arca de la alianza, hecha de madera de
acacia, en la cual se guardaba el maná (Ex. 16, 33-34; 25, 10); los panes de la
proposición, los cuales eran ofrendados El Dios todos los sábados sobre la mesa
de oro (Lev. 24, 5-8) ; el pan cocido bajo la ceniza, con el cual fortalecido
Elías, llegó hasta el monte de Dios, Horeb (Reg. 19, 6-9). Por razones
apuntadas, estas y otras figuras semejantes se pueden reducir fácilmente, a
alguna de las anteriores en cuanto que designan en la Eucaristía o solamente el
sacramento (signo), o res et sacramentum (realidad contenida bajo el signo) o
solamente res (el efecto).
b) En el Nuevo Testamento hay dos figuras insignes
de este sacramento: la multiplicación de los panes y de los peces con los
cuales Cristo sació a cinco mil hombres en el desierto y la conversión del agua
en vino en las bodas de Caná de cuyo milagro usa San Cirilo de Jerusalén para
hacer persuasible el misterio de la transubstanciación.
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