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sábado, 18 de agosto de 2018

John Bolton y el desarme mediante la guerra



John Bolton, militante de extrema derecha que actúa a la sombra de Dick Cheney, fue un oscuro subsecretario de Estado de la administración Bush padre y esperaba una promoción en el gobierno de Bush hijo. Partidario de la disolución de la ONU y del desmantelamiento de los tratados internacionales sobre el desarme, siempre alentando a Estados Unidos a emprender guerras «preventivas» para dominar a los países islámicos o comunistas, empezando por Irán, Siria y Corea del Norte. Acaba de ser nombrado por la administración Bush II como embajador de Estados Unidos ante la ONU.


John Bolton acaba de ser nombrado por la administración Bush II embajador de Estados Unidos ante las Naciones Unidas. Veamos quién es este personaje que tanto detesta esa organización internacional.
John R. Bolton, nacido el 20 de noviembre de 1948 en Baltimore, ya militaba en la extrema derecha durante sus estudios universitarios. Forma parte del comité de campaña de Barry Goldwater, en 1964. Tras haber obtenido un diploma de Derecho en la Universidad de Yale, comienza a trabajar en un bufete de abogados. A la sazón, milita por Jesse Helms.
Bolton provecha sus conocimientos jurídicos para crear un club parlamentario que sirve para financiar las campañas del senador racista por Carolina del Sur desvirtuando la ley sobre las donaciones políticas. Esta operación sólo dará lugar a una multa de 10,000 dólares por parte de la Comisión Federal Electoral (FEC).
A inicios del mandato de Ronald Reagan, John Bolton entra a la función pública como consejero de la US Agency for International Development (USAID). Regresa a su bufete y luego de nuevo a la USAID como administrador adjunto de programas y coordinación política.
En 1989, Edwin Messe, nombrado Secretario de Justicia por Ronald Reagan, lo nombra adjunto del Departamento de Justicia siguiendo los consejos del senador Jesse Helms. Desde su nuevo puesto, John Bolton se dedica con celo a eliminar todas las instrucciones sobre el tráfico de drogas del caso Irán-Contra en el que estén implicados congresistas republicanos, lo que marca el verdadero comienzo de su carrera política. Durante la presidencia de George Bush padre, Bolton se convierte en asistente para las organizaciones intergubernamentales del Secretario de Estado James A. Baker III, luego, de Lawrence S. Eagleburger.
Cuando los demócratas recuperan la Casa Blanca, con Bill Clinton, John Bolton se repliega a un bufete que funda con varios asociados: Lerner, Reed, Bolton & McManus. Sobre todo, se acerca a Dick Cheney, el patrón del Partido Republicano.
En 1995, John R. Bolton acepta la presidencia del National Policy Forum (NPF), una emanación del Partido que, bajo la apariencia de un think tank (centro de investigación, propaganda y divulgación de ideas generalmente de carácter político), exonerado de impuestos, en realidad servía para recaudar fondos ocultos [1].
Gracias a la complicidad bancaria, el Forum ingresa en las arcas del Partido millones de dólares en forma de préstamos cuyo reembolso nunca se ha exigido. Se beneficia sobre todo con las donaciones de Ambrous Young, un multimillonario de Hong Kong, y con las de la Pacific Cultural Foundation, pantalla creada por el reverendo Moon por cuenta del gobierno de Taiwan [2].
En 1996, organiza una gran conferencia durante la cual los grupos de presión podrán tener acceso a los congresistas republicanos. La entrada se fija en 25,000 dólares, lo que provoca quejas por extorsión [3].
John Bolton acepta honorarios anuales de 30,000 dólares provenientes de los fondos secretos del gobierno taiwanés para realizar estudios sobre las relaciones entre la ONU y las «dos» China [4].
John R. Bolton se implica también en verdaderos think tanks. En 1993 es investigador en el Hudson Institute de Dan Quayle. Más tarde, Dick Cheney lo nombra vicepresidente del American Enterprise Institute, donde participa activamente en la creación del Proyecto para un Nuevo Siglo Americano (PNAC), grupo encargado de redactar el programa del primer mandato de George W. Bush.
Es por consiguiente muy natural que tras la victoria Dick Cheney lo imponga como subsecretario de Estado encargado del control de armas y de la seguridad internacional, con la misión especial de vigilar a Powell en quien los halcones no tienen ninguna confianza.
Bolton, hombre cultivado, con encantador estilo inglés, es conocido por su forma directa de hablar y sus cóleras. Desde sus diversos cargos en el Departamento de Justicia y en el Departamento de Estado ha atacado sin cesar a las instituciones internacionales, particularmente a la Justicia Internacional.
Opositor violento de la ONU, causó un escándalo cuando declaró, en 1994, durante una mesa redonda organizada por la World Federalist Association, que el edificio de la ONU en Nueva York con sus 38 pisos era un estorbo y que se podría derribar una decena de ellos, tranquilamente. Junto con Jesse Helms está a favor de que Estados Unidos se retire de la ONU y estimula a los congresistas republicanos a que ignoren dicha institución.
Además de estar en contra de que el derecho internacional pueda regir las relaciones entre los Estados, John Bolton se opone todavía más a que pueda sancionar a los individuos. Por lo tanto, se pronuncia en contra del Tribunal Penal Internacional, al cual califica de «idea producida por el romanticismo de mentes confusas, no sólo ingenua, sino peligrosa» [5].
En materia de política exterior, John Bolton demuestra sufrir una grave obsesión con los Estados comunistas: China, Corea del Norte y Cuba. Por otro lado, multiplica las declaraciones contra la China continental y para que se reconozca la independencia de Taiwán.
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En julio de 2003, durante las negociaciones del grupo formado por seis para la desnuclearización de Corea del Norte, John Bolton declara a los diplomáticos norcoreanos que su presidente Kim Jong-Il es un «dictador tiránico» y que «la vida en su país es una pesadilla infernal». El embajador de Corea del Norte le responde que él no es más que un «desecho de la humanidad y una sanguijuela», después de este intercambio de “amabilidades” se cierra la negociación, que sólo se reanuda cuando Estados Unidos designa a otro representante [6].
En cuanto a Cuba, para consternación de los expertos y sin el menor elemento de prueba, en 2002, John Bolton acusa a Fidel Castro de desarrollar armas biológicas.
Tampoco siente mayor aprecio por la revolución chiíta y asevera durante una audiencia parlamentaria que Irán y Siria amenazan al mundo con armas de destrucción masiva [7], imputaciones que son desmentidas por la CIA.
En su condición de subsecretario de Estado encargado del control de armas y de la seguridad internacional se ocupa al mismo tiempo de hacer salir a Estados Unidos de los tratados internacionales sobre el desarme y de implicar a los aliados en sistemas de seguridad colectiva. Sabotea la Convención sobre las Armas Biológicas [8] y exclama con satisfacción ante sus pasmados colegas: «¡Está muerta, muerta, muerta, muerta, y no cuenten conmigo para revivirla!».
Aboga por la retirada unilateral de Estados Unidos del Tratado de Desarme con Rusia y se complace cuando el presidente George W. Bush pasa a la acción y reactiva el programa de la «Guerra de las Galaxias».
Impone a los aliados la Iniciativa de Seguridad contra la Proliferación de Armas de Destrucción Masiva (Proliferation Security Initiative - PSI), cuyo objetivo es asegurar el control de los espacios comunes (océanos, aire) por la coalición anglosajona [9].
En febrero de 2003 la prensa oriental se conmovía ante las declaraciones de Bolton en viaje à Tel Aviv. El subsecretario de Estado había indicado, en presencia de Ariel Sharon y de Benjamin Netanyahu, que después de la guerra contra Irak «será necesario tratar las amenazas de Siria, Irán y luego Corea del Norte» [10].
John R. Bolton, militante de extrema derecha, partidario de las «guerras preventivas de desarme», debería ser llamado a altas funciones en la segunda administración de Bush hijo. Su amigo, el senador Jesse Helms, decía refiriéndose a él: «Es el tipo de gente con el cual quisiera estar cuando llegue el Armagedón».
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[1] Le National Policy Forum fue creado por Haley Barbour (presidente del Republican National Committee de 1993 a 1996). Inicialmente estuvo presidido por Michael Baroody.
[2] «Taipei Office Handled Gift to GOP Think Tank, Papers Show», por Guy Gugliotta, The Washington Post, 22 de julio de 1997.
[3] Ver el informe del Comité de Asuntos Gubernamentales del Senado, Investigations of Illegal or Improper Activities in Connection with 1996 Federal Elections Campaign, 10 de marzo de 1998.
[4] Este asunto sólo se conocerá en el año 2000 cuando el presidente Chen Shui-bian liquide los fondos secretos del Buró de Seguridad Nacional luego del paso del coronel Liu Juan-chun por China continental. Ver «Secret Taiwan Fund Sought Friends Influence Abroad», por John Pomfret, The Washington Post, 5 de abril de 2002.
[5] Fuente: audiencia ante la Comisión de Relaciones Internacionales de la Cámara de Representantes, 7 de julio de 2000.
[6] «North Korea Bans Bolton from Talks», Associated press, 3 de agosto de 2003.
[7] John Bolton reiteró sus imputaciones durante una conferencia en el Hudson Institute el 17 de agosto de 2004.
[8] «Estados Unidos sabotea el Protocolo de Control», por Robert-James Parsons, Voltaire, 22 de noviembre de 2002.
[9] «El gendarme mundial quiere controlar los mares», Voltaire, 25 de diciembre de 2003.
[10] «The New Age of Disarmament Wars», por Ian Williams, FPIP, 20 de febrero de 2003.


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