La visita de Donald Trump a
Oriente Medio, destinada a apoyar al régimen terrorista de Arabia Saudí en sus
proyectos en la región, está empezando a dar sus frutos.
Este 5 de junio se ha desatado una crisis diplomática de
grandes proporciones, tal y como están informando todos los medios.
En un acto de cinismo sin límites, propio de la era de la
mentira y la desvergüenza masiva en la que vivimos y de la que Trump es su
máximo exponente, Bahréin, Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Libia,
Yemen y las Islas Maldivas rompieron relaciones diplomáticas con Catar y
anunciaron la suspensión de las comunicaciones terrestres, marítimas y aéreas
con este emirato, bajo el pretexto de que es necesario protegerse del peligro
que representa “el terrorismo y el
extremismo”, impulsados por Catar.
¡Y eso lo ha declarado Arabia Saudí, el principal impulsor y
financiador mundial del terrorismo islamista!
Ciertamente, Catar ha financiado la mayoría de movimientos
islamistas, incluídos los Talibanes. Nadie puede negarlo, porque es
verdad…¡pero eso es exactamente lo que ha hecho durante décadas y con mucho más
poder, la propia Arabia Saudita, que es su principal impulsor!
Hacía tiempo que el mundo no veía un acto de hipocresía,
infamia y manipulación de esta magnitud.
Evidentemente, el detonante de esta crisis, ha sido la
reciente visita de Donald Trump a la región.
Según ha declarado a RIA Novosti Elena Supónina, asesora del
director del Instituto Ruso de Estudios Estratégicos, la ruptura de las
relaciones diplomáticas con Catar por parte de varios países árabes es culpa
del presidente estadounidense, Donald Trump, y en concreto, de su retórica
contra Irán.
Recordemos cómo empezó el asunto.
El conflicto entre Catar y sus vecinos se desató después de
que la agencia de noticias catarí QNA difundiera unas supuestas declaraciones
del emir de Catar, en las que se mostraba a favor de normalizar las relaciones
con Irán.
Su discurso afirmaba que: “Sería insensato tener relaciones
tensas con Irán, que es una potencia fuerte y un garante de estabilidad en la
región. Irán tiene peso político no solo en la región, sino en todo el mundo
islámico así que no debemos ignorarlo”.
El discurso fue publicado una semana después de la
celebración de la cumbre entre EEUU y varias naciones musulmanas en Riad.
Durante el encuentro, el país anfitrión, Arabia Saudí, condenó a Teherán en
nombre de todos los participantes por practicar políticas hostiles en la
región.
El Ministerio de Exteriores catarí afirmó más tarde que el
polémico discurso atribuido a Tamim bin Hamad Thani, líder de Catar, era en
realidad obra de piratas informáticos que habían atacado el sitio web de la
agencia de noticias.
Así pues, no es descartable que se tratara de una operación
de bandera falsa, impulsada por otros estados del golfo o incluso EEUU, que
diera un pretexto para este movimiento diplomático masivo, que en última
instancia, busca provocar un golpe de estado en Catar.
Supónina ha explicado que en realidad, detrás de las
acusaciones de las monarquías árabes en contra de Catar hay “otras
discrepancias”, en primer lugar, en torno a la política hacia Irán.
De acuerdo con la experta, Catar “no estaba de acuerdo con la
línea dura adoptada por los sauditas”, la cual consideraba “muy peligrosa”, y
esto “causó descontento en Riad”.
En este sentido, la analista recuerda la reciente cumbre en
la capital saudita, en la que Donald Trump, invitado del evento, “estaba ocupado
con su retórica belicosa contra Irán”, sin darse cuenta de que con sus
declaraciones aumentaba aún más la brecha “no solo entre Irán, por un lado, y
los árabes, por el otro”, sino también dentro del mundo árabe, causando una
división entre las monarquías anteriormente unificadas del Consejo de
Cooperación para los Estados Árabes del Golfo.
En opinión de la experta, la situación actual responde a la
pregunta de si es posible crear la denominada ‘OTAN árabe’.
“Como los acontecimientos recientes han demostrado, no, no es
posible”, aunque solo sea porque los supuestos países miembros “han discutido
incluso antes de comenzar a crear la ‘OTAN árabe'”, subraya la analista, que
asevera también que la crisis en Oriente Medio debilitará la lucha contra el
terrorismo en la región.
Por otro lado, según sostiene el politólogo y periodista
persa Hassan Hanizadeh, lo que realmente se esconde tras este gran encontronazo
diplomático, es que Arabia Saudí no quiere la paz en la región.
Hassan Hanizadeh afirma que: “Catar es el único país que
forma parte del Consejo de Cooperación del Golfo (CCEAG) y al mismo tiempo
trata de no meterse en una confrontación con Irán intentando mantener
relaciones normales”.
Según Hanizadeh, es evidente que Catar elige su propio camino
que difiere del resto de los países del CCEAG y busca acercarse a Irán pese a
las amenazas del Reino de Arabia Saudí.
Catar ya tiene varios aliados ideológicos en este aspecto,
entre ellos el líder de Omán y, parcialmente, el emir de Kuwait, porque sus
políticas ya no dependen tanto de la postura de Arabia Saudí, considera
Hanizadeh.
El periodista persa insiste en que Irán ha estado tratando de
construir relaciones amables y sinceras con los seis estados del Consejo desde
la formación del grupo en 1981.
“El problema principal aquí es la resistencia del líder de
esta organización, Arabia Saudí, que viene intentado poner a otros miembros en
contra de Irán y prohibir que ellos mantengan relaciones de trabajo con el país
persa. Paz y estabilidad en la región no parecen ser una opción para Riad”.
Otro analista que habla al respecto de lo sucedido, es el
diputado libanés del bloque Lealtad a la Resistencia, Walid Sakriya.
Según Sakriya, Washington continúa trazando su nuevo mapa de
Oriente Medio.
Sakriya sostiene que la reunión de Donald Trump con los
líderes de los países árabes tuvo como meta crear el nuevo equilibrio de
poderes en la región. Siria, por ejemplo, formaría parte de la lista de los
futuros aliados de Estados Unidos que deberían romper lazos con sus socios
actuales.
La nueva estrategia busca expulsar a Rusia de Oriente Medio,
según el diputado.
“En los años 30 del siglo XX el presidente estadounidense,
Franklin Roosevelt, acordó con el fundador de Arabia Saudí, el rey Abdulaziz
bin Saúd, prestarle el apoyo y la protección de EEUU a cambio del petróleo”,
recordó el entrevistado.
Ahora que han surgido nuevas amenazas para el reino saudí,
llegó la hora de actualizar la estrategia política, y esta necesidad se refleja
en la creación de la nueva organización regional, llamada ‘OTAN árabe’. El
Reino, por su parte, planea aumentar la cantidad de sus inversiones en la
economía estadounidense, agrega.
“Por consiguiente, creemos que la situación en Oriente Medio
cambiará. Primero habrá un complot contra Siria, más tarde un cambio de poder
en el país, luego este se convertirá en aliado de EEUU y como consecuencia,
Washington expulsará de la región a Rusia y a otros países que se muestren en
contra de la política estadounidense”, vaticinó el experto libanés.
Desde el punto de vista del diputado, el plan de EEUU supone
la desintegración de Siria para garantizar la seguridad de Israel y su
protección de Irak e Irán.
Según Sakriya, puede que Oriente Medio, en la forma que
estamos acostumbrados a verlo en los mapas, esté viviendo sus últimos días.
CATAR-SU CAPITAL DHOA
EL GOLPE DE ESTADO EN MARCHA
Según informó el portal catarí Al-Watan, ya una semana antes
de la crisis diplomática actual, EEUU, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos
llegaron a un acuerdo para crear un nuevo Oriente Medio, un complot que
empezará con un golpe de Estado contra Catar.
El portal Al-Watan ha revelado recientemente los artículos de
un acuerdo secreto entre las mencionadas partes, durante el viaje del
presidente estadounidense, Donald Trump a Oriente Medio, que empieza con un
complot contra Catar a través de una campaña mediática para aislar este país.
Esa campaña, ya está en marcha.
En el marco de la referida campaña mediática contra Catar y
en reacción a las supuestas declaraciones del emir catarí, Arabia Saudí,
Egipto, Emiratos Árabes Unidos (EAU), y Baréin bloquearon el acceso a la página
del canal de televisión catarí Al-Jazeera, entre otros medios, acto que pone de
relieve que la divulgación de tales informaciones falsas era un plan
prediseñado, según Al-Watan.
El segundo plan de Washington, Riad y Abu Dabi, es imponer un
cerco internacional al movimiento Hermanos Musulmanes (HHMM), llamarlo
terrorista y confiscar sus bienes.
El tercer punto, busca un nuevo ataque de Israel a la Franja
de Gaza, así como una intervención terrestre de Egipto en el bloqueado enclave
costero palestino.
Otra parte del pacto tripartito, revela el complot de esos
tres países para sustituir al príncipe heredero saudí Mohamad Bin Nayef, por el
actual ministro de Defensa saudí, el príncipe Mohamad bin Salman.
Los países de igual manera han enfatizado la necesidad de la
restauración de lazos oficiales entre Israel y Emiratos Árabes Unidos (EAU),
revelando definitivamente, la alianza de facto que ya existe entre Arabia Saudí
e Israel.
El acuerdo revelado por Al-Watan destaca la veracidad de las
afirmaciones de expertos y analistas que consideran el reciente viaje de Trump
a la región como lo que ha causado una brecha cada vez más grande entre los
monarcas árabes.
Por otro lado, así es como lo analizan en la web israelí
DEBKAfile…
Esta es la crisis diplomática más grave que ha afectado al
mundo árabe y dividido el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG ), en muchos
años.
DEBKA Weekly reveló en su edición del 2 de junio, que la
última gota que provocó esta situación sin precedentes fue la intriga que tramó
el gobernante de Catar, Tamim bin Hamad Al Thani, para abortar la iniciativa
estadounidense-saudita por establecer una alianza sunita contra Teherán.
El presidente Donald Trump mostró su apoyo a crear esta
especie de OTAN árabe para enfrentarse a Irán, durante su visita a Riyad el 22
de mayo.
Una semana antes, el emir de Catar envió a su ministro de
Relaciones Exteriores, Mohammed bin Abdulrahman Al Thani a Teherán para llevar
adelante su plan.
Fue recibido por el influyente general iraní, Qassem
Soleimani, jefe de las brigadas Al Qods, comandante de las fuerzas iraníes en
Irak y Siria. Establecieron una alianza para impulsar un plan para torpedear
las operaciones de los EEUU en los dos países en conflicto.
Los gobernantes de Catar no tuvieron reparos en intrigar
contra Washington, a pesar de que la mayor base aérea de Estados Unidos en la
región del Golfo se encuentra en al suroeste de Doha, su capital.
Detrás de las recriminaciones públicas, nuestras fuentes
informaron que el rey Salman, el egipcio Abdel-Fatteh-El-Sisi y el jefe de los
Emiratos Árabes Unidos, el jeque Mohamed bin Zayed Al Nahyan, entregaron un
ultimátum firme al emir Qatarí.
1. Romper todos los lazos militares y de inteligencia con
Teherán.
2. Abolir todos los acuerdos alcanzados con Teherán, no sólo
con respecto a Siria e Irak, sino también a otros países árabes, especialmente
Libia.
3. Cancelar todas las ayudas y ofrecimientos de asilo que
Qatar extendió a los activistas de la Hermandad Musulmana anti-egipcios y
deportarlos de inmediato.
4. Cortar los vínculos de Qatar con el grupo fundamentalista
palestino Hamas que gobierna la Franja de Gaza y negarle a sus líderes permisos
de residencia en Doha con sus familias. La semana pasada, el rey Salman pidió
al presidente egipcio Abdul-Fatteh El-Sisi que se negara a dejar pasar por El
Cairo al nuevo jefe de la oficina política de Hamas, Ismail Haniyah, que
planeaba mudarse de Gaza y establecerse en Doha con su familia.
La advertencia Saudita-EAU al emir Qatar no especificó las
penas que enfrentaría por su desobediencia.
Las fuentes de Debka en el Golfo revelan que una operación
militar a pequeña escala contra un objetivo de Qatar podría todavía estar sobre
la mesa.
Tampoco descartan que las agencias secretas de Egipto, Arabia
Saudita y los Emiratos Árabes Unidos diseñen un golpe de estado para derrocar
al clan Al-Thani en Doha.
Como vemos, Catar se ha pasado años financiando el
terrorismo, pero cuando se ha mostrado abierto a tener buenas relaciones con
Irán y evitar con ello un gran conflicto en la región, se le ha acusado de
“financiar el terrorismo”.
Y lo han hecho los principales financiadores del terrorismo
yihadista: Arabia Saudí, el reino posiblemente más infecto y criminal de la
tierra, al cual los países occidentales le lamen el trasero con servilismo,
traicionando con ello, a sus propios ciudadanos que son sacrificados en las
calles, con la evidente connivencia de los servicios secretos locales.
Recuerden que Trump dijo durante la campaña que el Reino
Saudí era el principal fomentador del terrorismo y ahora les elogia por su
lucha contra el terrorismo. (un giro exactamente igual al que hizo con Goldman
Sachs).
Sea como sea, lo que estamos viendo, es que Trump sigue con
su política de mentiras masivas; recordemos que durante su infecta campaña
electoral, engañó (con la ayuda de una vastísima operación en las redes, que ya
hemos denunciado aquí) a esa inmensa masa de bobos que le votó y le apoyó,
haciéndoles creer que destaparía la verdad sobre el 11-s y que expondría la
implicación de los saudíes en los atentados.
Como hemos visto finalmente, lo que hizo inmediatamente tras
ganar, fue apoyar a ese régimen terrorista, con vistas a una futura guerra con
Irán, en alas del inmenso negocio que él y sus secuaces harán con el Reino
Saudita y del que sus cretinismo seguidores en EEUU, evidentemente, no verán
ningún beneficio.
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