PARA QUE LA DISPUTA NO, SE VUELVA DISCORDIA
(Por el Rev. P. Juan Carlos Ceriani)
Publicado
originalmente por: Ediciones Iesus Christus, Suplemento Especial no.8,
Noviembre-Diciembre de 1989)
*Posición inalterada de Monseñor Lefevbre
durante 20 años.
*Dificultades que entraña la opinión sedevacantista.
Breve
introducción:
Nunca pensé hablar sobre el
sedevacantismo porque no corresponde en absoluto al plan divino de la salvación
del alma sino todo lo contrario entorpece, obsesiona y fanatiza a quienes han caído
en sus sofismas, en un tiempo, sobre todo en mi juventud, pertenecí a aquellos
que opinaban así, pero luego me convencí, tan solo con el sentido común, que
esa posición me calentaba la cabeza, me confundía y desanimaba, por desgracia perdí
varios amigos por ello.
Una vez ingresado al
seminario de los de Mons. Lefebvre y a la luz del Magisterio de la Iglesia y la
Teología Sagrada me di cuenta que mi sentido común no me había fallado no por
ello me considero conciliar TODO LO CONTRARIO fui uno de los que NUNCA
aceptaron los arreglos con la Roma hereje y preferí salir de la Congregación a
traicionar al fundador quien fue para mí ese Padre espiritual que nunca tuve.
Mucho se ha dicho de cómo
pienso, quizá haya algunos que digan “es sedevacantista” y otros “es modernista
o “liberal”. Una vez pregunte a uno de mis entonces compañeros (1987) lo siguiente: “También es liberal aquel que
toda su infancia y adolescencia solamente vivió en contacto con la naturaleza
lejos de los medios de comunicación de su tiempo”? dicha pregunta se formulo
porque él había dicho antes que, “todos
los que nacimos en estos siglos precedentes a la revolución francesa éramos en
cierta manera liberales” hasta ahora no recibí respuesta. Por favor no se puede
generalizar al decir esto sin dejarle alternativa a Dios Nuestro Señor, ni
tampoco pueden afirmar que todos los padres que han salido de la Fraternidad
sean sedevacantistas es absurda esta forma de pensar y lo peor lo afirman como
si tuvieran argumentos sólidos sin dejar un resquicio a la duda, tal actitud es
una verdadera IMPRUDENCIA.
Admito la gravedad de la
situación actual de la Iglesia, no es de las peores sino la peor, pero nada me
autoriza a adelantarme a los acontecimientos actuales y DECRETAR como si
tuviera el derecho absoluto para determinar quien es o no es Papa no soy Dios
ni quiero jugar a ser dios quien lo sabe todo y nada le está oculto. Solo Él
tiene TODA LA AUTORIDAD para determinar una cosa o la otra a nosotros solo nos
queda sujetar nuestra voluntad a la suya. ¿Cuándo determinara ÉL INTERVENIR? No lo sé, pero si se que ÉL NO QUIERE QUE
HAGAMOS JUICIOS A PRIORI sobre este tema ni que tomemos, en base a esos
juicios, posiciones que, a la larga afectaran la salvación de nuestra alma. Y,
como dice San Ignacio, lo importante en esta vida es salvar el alma y nada más,
salvada ella está todo salvado, perdida ella está todo perdido” ¡Cuánto nos cuesta someter nuestra voluntad a la voluntad
divina! Dice Nuestro Señor: “No juzguéis para
que no seáis juzgados” quienes suelen hacerlo con frecuencia sobre este
tema por favor déjennos el beneficio de la DUDA
es un derecho de todo católico ante una situación tan anormal como la actual,
pero no se nos tache irremisiblemente de ser MODERNISTAS
por disentir en su forma de pensar ni tampoco se nos diga que somos SEDEVACANTISTAS tan solo porque no hemos ido tras la
Roma modernista, dejemos ese maldito apriorismo.
En cuanto a los que decidieron
unirse a la herejía modernista no hacen falta argumentos para ver el error tan
grande que han cometido, pero para quienes han tomado el opositum per diametrum
tengo varias objeciones:
1._ Porque fue excluida la
bula de Pablo IV del Magisterio de la Iglesia y porque no aparecen los escritos
de San Roberto Belarmino en dicho Magisterio?
2._ ¿Cuáles fueron las
razones que San Pío X, tuvo para excluir del Magisterio la tan mencionada Bula?
3._ ¿Por qué una questio
disputata tiene que convertirse en un DOGMA sine
qua non? ¿No es imponer una voluntad a los demás he ir contra la Voluntad
divina cuyos designios no los conocemos? Tal actitud es temeraria y sospechosa
de cisma.
Por ahora basta con estos
tres puntos aunque haya mas, dejémosle la palabra al Rev. Padre Ceriani sobre
este tema sedevacantista a quien le pido disculpas por utilizar su escrito,
pero no encontré otro mejor.
Rev. P. Arturo Vargas Meza.
Hoy en día se ha extendido
en algunos círculos católicos preocupados por el colapso posconciliar la
opinión de que, a causa de los errores de los últimos papas, desde Juan XXIII
al actual, la Sede Romana estaría vacante por herejía de sus ocupantes, o bien
que la elección de éstos habría sido inválida. Esta opinión reconoce infinidad
de matices que no es posible distinguir aquí, pero de un modo general se la
conoce como sedevacantismo.
La Fraternidad Sacerdotal
San Pío X no sostiene tal opinión. Es más, desaprueba que sus sacerdotes
prediquen en tal sentido. Algunos fieles, no obstante, se inclinan por esta
corriente de pensamiento y en algunos casos han actuado de un modo conflictivo.
Tampoco han faltado sacerdotes que, llevados por estas ideas, dejaron nuestra
obra.
Tenemos la impresión de que
muchos de los que son arrastrados por esta opinión adhieren a ella de un modo imprudente, como
una manera particular de expresar el sentimiento común de oposición a la
corriente modernista que impera en Roma, pero
sin fundamentos suficientes, sobre la base de conclusiones no debidamente
justificadas en bases teológicas sólidas. Para algunos espíritus la idea
es atractiva, sugerente, parece solucionarles muchas cosas. Para otros un punto
en el que atrincherarse ante una visión casi desesperanzada de la tremenda
realidad de la Iglesia de hoy. Para la mayoría de los fieles, en cambio, algo
imposible de desentrañar cuando no ajeno a sus preocupaciones. Sin embargo, más
allá de estos matices, el problema está planteado y puede ser fuente de una legítima inquietud espiritual e
intelectual.
Porque es un tema muy
complejo, indescifrable para muchos y ajeno a la mayoría, la Fraternidad ha
sido prudente en el debate público de esta opinión. Hoy por hoy creemos conveniente
publicar este trabajo del R.P. Juan Carlos Ceriani en el cual ensaya una
sistematización de las dificultades que implica la hipótesis sedevacantista en
sus principales matices, aunque no trata de todos ellos. Lo damos a publicidad
porque quienes se sienten legítimamente preocupados tienen el derecho a estar
informados, y además porque -confundiendo prudencia con timidez- se nos ha
acusado de ocultar el tema, o de no tener argumentación sólida al respecto. Es
el momento de aventar esa confusión.
Este trabajo es un ensayo y
como tal sujeto a controversia. Se lo podrá objetar o aprobar, pero en ninguno
de estos casos ignorar; si se lo desea rebatir, lo menos que puede pedirse al
posible objetor es que recorra las mismas fuentes que ha transitado el autor,
en una tarea investigativa verdaderamente encomiable. De su lectura en más,
creemos, muchos de los que han sido fascinados por la idea del sedevacantismo
reflexionarán sobre las dificultades que entraña sostener responsablemente tal
opinión y quizás de este modo lleguen a advertir que la polémica al respecto
debe ser muy prudente, franca y alejada de todo
espíritu sectario Una disputa (contradicción de pensamientos) signada por el
espíritu de apertura intelectual, de búsqueda de la verdad y nunca basada en o
fuente de discordia (contradicción de sentimientos).
Los fieles que deseen consultar a los sacerdotes respecto a este tema
tienen, como siempre, entera libertad de expresarse francamente. Todos los
amigos de la Fraternidad saben -y siempre ha sabido- cuál es la posición
oficial y cuál ha sido desde un comienzo. Nadie los ha engañado ni les ha
ocultado nada. Nadie ha pretendido forzar sus conciencias, (como se h a oído
susurrar). Simplemente se les ha advertido del daño que tales ideas pueden
causar si son repetidas sin fundamentos o debatidas fuera de un marco mínimo
exigible de seriedad. Es el momento de seguirlas
recomendaciones de Monseñor Lefebvre al respecto manteniendo, aun en la
diversidad de opiniones, un espíritu unánime de prudencia, caridad y concordia,
es decir, obrar como siempre ha obrado la Iglesia en estos casos de cuestiones
disputadas. Si la disputa nos lleva a la discordia, es porque detrás de
ella hay un mal espíritu que debemos detectar y rechazar.
Por lo demás, es conveniente que cada uno guarde su lugar. Demasiados
periti conciliares entusiasmados por sus ideas personales han sido causa, en
buena medida, del desastre conciliar. No repitamos una versión sui generis de
aquella lamentable experiencia. Nadie debe arrogarse el
oficio de teólogo si no ha sido llamado a él y confirmado como doctor por la
Iglesia; y quienes se consideran llamados, deben ser capaces de sostener con el
rigor de la ciencia aquello que afirman, no meramente murmurarlo.
Para algunos lectores el tema será novedoso. De su lectura sacarán provecho
porque revisarán o reafirmarán muchos conceptos, y podrán comprobar con cuanta
libertad la Iglesia a tratado estos temas en todos los tiempos, a la vez que
con cuánta prudencia y erudición por parte de los teólogos. Les será de gran
utilidad porque una fe ilustrada es mucho más eficiente en la lucha doctrinal
que sostenemos.
Esperamos de parte de todos la misma franqueza y honestidad intelectual.
N. B. En este momento por desgracia la Fraternidad
tampoco ha guardado la debido prudencia en su trato con la herejía modernista
y, por lo visto, a aceptado convivir con ella. La introducción a este estudio
fue hecha estando en vida Mons. Lefebvre, pero ahora el espíritu de la actual
Fraternidad se está convirtiendo en sectario, si es que ya lo es.
Continuara…
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