DE LAS
OPERACIONES DE LOS ANGELES
(q. 54 y 55)
(Continuación
de la introducción a las cuestiones 54 y 55 y desarrollo del art. 1)
No se olvide, sin embargo, que en el prólogo a toda la SUMA dice el
Santo que "las frecuentes repeticiones provocan confusión y hastío",
y que precisamente es ése uno de los inconvenientes que él trata de evitar. Y
habiendo demostrado ya, al tratar de la existencia y naturaleza de los ángeles,
que existen tales criaturas y son inmateriales (q, 50), queda con ello
demostrada la existencia en los mismos de facultad cognoscitiva, ya que la
inmaterialidad es la raíz del conocimiento.
DOCTRINA
DE LA SAGRADA ESCRITURA SOBRE ESTE PUNTO.
La existencia de entendimiento en los ángeles la testifican de modo
equivalente las sagradas letras al atribuirles operaciones tanto de orden natural
como sobrenatural, que suponen entendimiento. Tales son, por ejemplo, la afirmación
hecha por Jesucristo de que los ángeles ven de continuo en el cielo la faz del
Padre (Mt, 18, 10), no siendo otra cosa esa visión más que el conocimiento
intelectual.
De los demonios se dice que tienen fe, que es acto del entendimiento,
pues Santiago afirma que, creen (2, 16). La mujer de Tecua, mandada por Joab a
la presencia del rey David, le dijo: Es
el rey, mi señor, como el ángel de Dios, para discernir entre lo bueno y lo
malo...; mi señor es sabio, con la sabiduría de un ángel de Dios, para conocer
cuánto pasa en la tierra (2 Reg. 14, 17 y 20). Además, la Sagrada Escritura
presenta a los ángeles hablando o comunicándose unos con otros y con los
hombres; dotados de libre albedrío, en cuanto se habla de ángeles buenos y
malos, todo lo cual supone que tienen conocimiento y, por consiguiente,
facultad cognoscitiva. Por otra parte, la existencia de la facultad
cognoscitiva en los ángeles es doctrina común en la tradición, pues incluso
aquellos que enseñaron que los ángeles eran corpóreos o tenían cuerpo
naturalmente unido a sí, les atribuyen siempre conocimiento intelectual y
operaciones que lo suponen, llamándoles a veces simplemente inteligencias.
III
EXPOSICION
TEOLOGICA DE SANTO TOMAS SOBRE LA FACULTAD COGNOSCITIVA EN
LOS
ANGELES
La doctrina contenida en la cuestión respecto a los tres primeros
artículos quedó ya establecida de un modo indirecto al tratar de la simplicidad
divina (l. p. q. 3) y del entendimiento (1.- p., q. 14, a. 4) y voluntad de
Dios (l. p. q. 19, a. 2 ad 1), donde se enseña que en todo se identifica:
esencia, existencia, operación y facultades. Santo Tomás no hará aquí más que aplicar de
una manera clara y ordenada la doctrina del acto y la potencia, la esencia y la
existencia, la substancia y los accidentes, la necesidad de facultades
distintas de la esencia en todo ser creado para obrar, etc., pudiendo
compendiarse sus enseñanzas en las siguientes proposiciones:
1."Es imposible que la acción del ángel
o de cualquier
otra criatura sea substancia" (a.
1).
La acción de una cosa difiere más de su propia
substancia que de su ser. Pero no hay cosa creada cuyo ser se identifique con
su substancia, puesto que, según hemos visto, esto sólo pertenece a Dios. Luego
ni la acción del ángel ni la de otra criatura alguna es su substancia. Es
imposible que ni la acción del ángel ni la de ninguna otra criatura sea su
substancia. Propiamente hablando, la acción es la actualidad de una virtud o
facultad, como el ser es la actualidad de la substancia o de la esencia. Pero
es imposible que sea su propia actualidad una cosa que no es acto puro, sino
que está mezclada con potencia, porque la actualidad repugna a la
potencialidad, y solamente Dios es acto puro. Luego sólo la substancia de Dios
es su ser y su obrar [32). Además, si el
entender del ángel fuese su substancia, sería necesario que fuese subsistente.
Pero el entender subsistente, como cualquiera otra forma abstracta
subsistente" tiene que ser único, de donde Se sigue que la substancia de
un ángel no se distinguiría ni de la substancia de Dios, que es el mismo
entender subsistente, ni de la substancia de otro ángel. Por fin, si el ángel fuese su entender, no
podría haber en el entender grados más perfectos o menos perfectos, ya que esto
proviene de que hay diversidad en la
participación del acto de entender. (Art. 1. q. 54)
Hablando en otras palabras que no son las del Angélico para que mejor
se entienda esta proposición que es parte del primer artículo de la questio 54:
Cuatro son las razones aducidas por el Angélico, la primera en el argumento Sed
contra y las otras tres en el cuerpo del artículo. La identidad de la operación
con la naturaleza en cualquier ser supone previamente la identidad de la existencia
actual con la esencia. Pero en ninguna criatura se identifica la substancia o
esencia y el ser o la existencia actual; es decir, ninguna criatura es el mismo
ser subsistente", ya que esto es propio de Dios y su constitutivo
metafísico, por lo que primeramente se constituye en sí mismo y por lo que
primeramente también se distingue del ser creado. Luego no puede darse en
ningún otro ser, ni ángel ni cualquier otra criatura. Y como la operación
supone y sigue al acto del ser que se llama existencia, luego se distinguirá
también la operación de la esencia, Por donde resulta, como muy atinadamente se
ha hecho observar ya, que "la identidad de esencia y existencia en el ser
primero es, en el orden ontológico, la causa de la identidad entre la
naturaleza y la operación, como la distinción real de existencia y esencia, en Cuatro
son las razones aducidas por el Angélico, la primera en el argumento Sed contra
y las otras tres en el cuerpo del artículo. La identidad de la operación con la
naturaleza en las cosas creadas es la
razón de que en- ellas se distingan realmente operación y sujeto operante"
(P. MUÑIZ, O. P., introducción a las cuestiones (61pp. 208-209 del vol. 1 de esta
edición)
La segunda razón, que esa primera supone y en la que se funda, es que,
si en el ángel o en cualquier otra criatura se identificasen operación y esencia,
no habría en ellos potencialidad alguna. Así como en la línea del ser la última
actualidad es la existencia, así en la línea del obrar la última actualidad es
la operación. Por donde, si en el ángel o en cualquier otra criatura se
identificase la operación con la naturaleza, todo en ella sería actualidad, es
decir, sería acto puro. El obrar en tal caso no se recibiría en ningún sujeto,
por identificarse con la esencia, ni sería por su parte sujeto de otro acto,
por ser la operación la última actualidad, que no se ordena a otra. Mas no
pudiendo ser más que .uno el acto puro, es decir, Dios, no pueden identificarse
en el ángel ni en ningún otro ser fuera de Él la operación y la naturaleza. Con
razón, pues, la Sagrada Congregación de estudios formuló La siguiente tesis como
postulado mayor de la doctrina de Santo Tomás: "Por lo tanto, en la razón
absoluta del ser mismo sólo subsiste un ser único y simplicísimo, que es Dios;
todas las demás cosas que participan el ser tienen una naturaleza por la cual se
limita dicho ser, y están compuestas de esencia y existencia como de principios
realmente distintos" (tesis 3 de las 24 tomistas).
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