FRASES CELEBRES DICHAS POR LOS DEFENSORES DE LA FE EN
MEXICO (1926-1929)
“Cuando el pueblo católico se entero de la
suspensión del culto religioso, nadie daba crédito a lo que oía parecíales una
horrible pesadilla algo similar al fin del mundo. Difícil nos sería describir
la conmoción que genero, tal suspensión, en los corazones de estos católicos
mexicanos, esta se sentía y se palpaba tanto en el ámbito social como en el
familiar. Un contemporáneo describe la situación de la siguiente manera:
(Tomado de la Cristiada de Jean Meyer pág.95.)
"Desde el día en que el Episcopado anunció su
decisión de suspender el culto público, empezó a ir gente con el fin de
arreglar sus conciencias, no obstante que era tiempo de que andábamos en el
beneficio de la labor, es decir, trabajando la tierra. Cada día que pasaba era
más la apretura(concurrencia) de gente en el pueblo, de todos los
ranchos(caseríos) circunvecinos acudía gente, en todos los pechos se escuchaba
zozobra en todos los semblantes se veía palidez, en todos los ojos se veía
tristeza y las gargantas se detenían para pronunciar palabra(sensación de
angustia) y no era otra la pregunta más que ¿a que se debe esto? y ¿por qué
cierran la Iglesia, que es lo que pasa? y solo se contestaba: pues quien sabe,
yo no sé. En dicha parroquia había tres sacerdotes pero fueron insuficientes
para confesar a tanta gente, no tenían tiempo ni descanso para ir a tomar sus
alimentos, pasaban los días desde muy temprano hasta muy altas horas de la
noche sentados en los confesionarios, pero no les fue posible confesar a
aquella multitud. Los días y las horas transcurrían y pasaban y se esfumaban. Y
la gente cabizbaja y pensativa, que no acataban, no aceitaban, no les cabía en
el juicio (no comprendían).. .había caído como un rayo en todos los corazones
en todas las mentes... pero no había remedio había que obedecer. Pero no era
solo esto: la ley arbitraria dictada por Plutarco Elías Calles no terminaba
ahí, en cerrar los templos, sino que tenía que salir de ahí Dios, aunque El
había dicho: "He aquí que Yo estaré
con vosotros por los siglos de l o siglos" Esa promesa se había de
quebrantar, tenía que irse a los bosques, tenía que abandonar su casa, así como
El un día hecho a los mercaderes del templo diciéndoles: "Mi casa de
oración", y un día tuvo que dejarla y huir como un criminal porque Calles
lo había dicho. Se cerró el templo, el sagrario quedó vacío, ya no está Dios
ahí, se fue a ser huésped de quien gustaba darle posada ya temiendo ser
perjudicado por el gobierno; ya no se oyó el tañer de las camparas que llaman
al pecador a que vaya a hacer oración. Sólo nos quedaba un consuelo: que estaba
la puerta del templo abierta y los fieles por la tarde iban a rezar el rosario
y a llorar sus culpas. El pueblo estaba de luto, se acabo la alegría, ya no
había bienestar y tranquilidad, el corazón se sentía oprimido y, para completar
todo esto, prohibía el gobierno la reunión en la calle como suele suceder que
se para una persona con otra, pues esto era un delito grave.” Mientras otros
decían: “Bueno luego que vimos dicho manifiesto, nos dijimos: pues ciertamente
el gobierno espera que se respete, pero en tales y cuales cosas esto no nos
conviene, y primero saltan pedazos de gente que se haga lo que el gobierno
diga. En respuesta al impío decreto del gobierno que mandaba cerrar las puertas
de la Iglesias.
Inmediatamente nos reunimos para ver cómo le
hacíamos y opinar cómo le podríamos hacer, y tomamos el parecer a toda la
gente, si eran de conformidad para defender la religión, y dijimos que sí, que
estábamos dispuestos a pelar hasta morir...”
Arenga de Anacleto Gonzales Flores después de la
suspensión del culto católico en el 31 de julio de 1926.
“De sobra se que lo que va a comenzar para
nosotros ahora es un calvario. Dispuestos hemos de estar a coger y a llevar
nuestra cruz. A Uds., que han querido espontáneamente batir la masa y afrontar
conmigo las más difíciles situaciones, los he llamado para plantearles ahora
con crudeza el problema tal cual es. Si los convido en este momento a continuar
la tarea, no quiero que alguno este engañado acerca del alcance que tiene la
invitación: los convido a sacrificar su vida para salvar a México. Siento la
sagrada obligación de no engañar, yo, que soy aquí el responsable de la
decisión de todos. Si me preguntará alguno de Uds., que sacrificio le pido para sellar el pacto que vamos a celebrar, le
diría dos palabras: TU SANGRE. El que quiera seguir adelante, dejen de soñar
con curules, triunfos militares, galones, brillo, victoria y dominio sobre los
demás. México necesita una tradición de sangre para cimentar su vida libre de
mañana. Para esa obra está puesta mi vida y para esa tradición les pido la
vuestra.” (Anacleto González Flores.)
Otras arengas o exhortaciones dirigidas al pueblo
católico de México que, por su importancia y profundidad podemos poner aquí
aunque se hayan dado antes de este decreto del cierre del culto divino en las
Iglesias.
“El actual régimen de gobierno que oprime a la
mayoría de los mexicanos, manteniéndolos humillados, bajo la férula de un grupo
de hombres sin conciencia y sin honor, procede de los principios destructores y
subversivos de un sistema político que pretende convertir a la Patria en un
campo de brutal explotación y a los ciudadanos en un rebaño de envilecidos
esclavos.
La privación absoluta de las libertades religiosa,
política, de enseñanza, de trabajo, de prensa; la negación de Dios y formación
de un pueblo ateo; la destrucción de la propiedad privada por medio del
despojo; la socialización de las fuentes productoras del país; la ruina del
obrero libre por medio de organizaciones radicalmente revolucionarias; la
malversación de los bienes públicos y el saqueo de los bienes privados; el
desconocimiento de las obligaciones internacionales; tal es, substancialmente,
el monstruoso sistema del régimen actual...” (Manifiesto pág. 79 La persecución
religiosa en México. M. Ángel León. Ed. Ictión) (Discurso dado por medio de
manifiesto al pueblo antes de la cesación del culto divino)
"Ángeles santos, que en cálices preciosos
recibís la Sangre que brota de esas llagas No las llenéis hasta los bordes!
Dejad lugar para la sangre nuestra! Queremos, como el gran San Pablo, poner con
las tribulaciones nuestras lo que le falta a la Pasión de Cristo, para México,
el hijito mimado de María Guadalupe, sea también el soldado más valiente del
Rey muerto que reina vivo!" (Palabras con las que se cerro el Congreso
Eucarístico de 1920)
La cesación del culto y el cierre de las Iglesias
fue, sin duda, un factor determinante. La jerarquía eclesiástica quizá, con
esta medida, esperaba este resultado, pero ya no se podían detener. Por otro
lado, los movimientos armados que comenzaron a levantarse en varios estados de
México ante el endurecimiento de la posición del gobierno con relación a la Iglesia.
Los famosos inventarios hechos a las Iglesias fue la mecha que provoco este
gran incendio. Los levantamientos armados Cristeros en defensa de la fe.
DEL APOGEO DEL MOVIMIENTO CRISTERO A LOS ARREGLOS
¿Quién mejor que el general en jefe de los
Cristeros sabrá expresarnos el sentir de los mismos con respecto a la acción
del clero y a los arreglos que Roma buscaba? He aquí la carta que él dirigió a
los ilustres prelados sobre los rumores que se corrían entre las tropas acerca
de los mencionados arreglos: "Desde que comenzó nuestra lucha, no ha
dejado de ocuparse periódicamente la prensa nacional, y aun la extranjera, de
posibles arreglos entre el llamado gobierno y algún miembro señalado del
Episcopado mexicano, para terminar el problema religioso. Siempre que tal
noticia ha aparecido han sentido los hombres en lucha que un escalofrío de
muerte los invade, peor mil veces que todos los peligros que se han decidido a
arrastrar, peor, mucho peor que todas las amarguras que han debido apurar. Cada
vez que la prensa nos dice de un obispo posible parlamentario con el callismo,
sentimos como una bofetada en pleno rostro, tanto más dolorosa cuanto que viene
de quien podríamos esperar un consuelo, una palabra de aliento en nuestra
lucha; aliento y consuelo que con una sola honorabilísima excepción de nadie
hemos recibido”. “Estas noticias que de manera tan irregular ha dado la prensa,
y las que nunca han sido desmentidas de manera oficial por nuestros obispos,
siempre han sido de fatales consecuencias para nosotros; los que dirigimos en
el campo la batalla siempre hemos podido notar que a raíz de una de ellas se
suspende el crecimiento de nuestra organización, y para volver a obtenerlo
hemos debido hacer grandes esfuerzos. Siempre han sido estas noticias como
duchazos de agua fría a nuestro cálido entusiasmo...”. Sobre este mismo tema
nos da otro testimonio el P. Arroyo: "...Y al ver esta digna actitud de
los católicos, todo mundo creyó que el enemigo sería vencido puesto que la
Iglesia sería heroicamente defendida por el pueblo católico mexicano. ¡Que
decepción! Todo fue llamarada de petate, porque la mayoría aplastante de
obispos y sacerdotes temieron al enemigo, pronto buscaron acomodamiento y
cayeron en la conformidad criminal, se sumergieron en la maldita inercia,
esperando todos puros milagros del cielo que dieran libertad a la Iglesia.
Todos se conformaron en exhortar y recitar unas cuantas oraciones... Los
sacerdotes, más estrictos que nunca, en su mayoría acudieron a la teología y
sin más consideraciones decretaron la ilicitud de la lucha violenta en defensa
de la Iglesia y optaron por acudir y poner en práctica el consejo evangélico de
dejarse herir y presentar luego la otra mejilla. De ahí que, como en los
tiempos neronianos, aconsejaban al pueblo a que pasivamente ofreciera su cuello
al verdugo”. (Extracto de la carta del General Enrique Gorostieta Velarde
cuando se empezó a rumorear sobre unos arreglos de la Iglesia con el gobierno
de México. Afortunadamente este gran católico converso, antes era ateo, murió
antes de ver la traición del clero mexicano en su mayoría a los cristeros. COMO
SIEMPRE SON LAS AUTORIDADES ECLESIASTICAS QUIENES PACTAN ESTAS TRAICIONES.
“Los enemigos no hay que buscarlos fuera están
dentro de la Iglesia y son los más peligrosos” (Dicho popular)
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