ABSOLUTA INMATERIALIDAD
Y PERFECTA
ESPIRITUAliDAD DE
LOS ANGELES (a. 2)
Demostrada la existencia de los ángeles como substancias superiores que
ocupan el supremo grado en la escala de los seres creados recordemos que Dios
creó primero a los ángeles), ha de determinarse ya cuál sea propiamente su
naturaleza y si los calificativos de espirituales, inmateriales y perfectamente incorpóreos les
cuadran convenientemente, es decir, si son de tal naturaleza que
excluyan de sí toda materialidad en su constitución de una manera absoluta o
más bien de una manera relativa, que importaría de algún modo composición
material, al menos de una materia distinta de esta ponderable que vemos en los
cuerpos y; que cae bajo el dominio de nuestros sentidos.
A) Noción de espiritualidad e inmaterialidad No hay duda alguna de que
en el concepto vulgar se considera a los ángeles siempre como algo que
ordinariamente supera nuestra percepción sensible, es decir, que están más allá
de nuestros sentidos. Para designar su naturaleza se usan diversos términos que
se adecuan a nuestra forma de ver las cosas diciendo indistintamente que son
substancias simples, espirituales, inmateriales, incorpóreas, etc. Sin embargo,
conviene precisar bien desde un principio el sentido de estos vocablos. Simple
es todo lo que carece de composición, esto es, de materia y forma, habiendo,
tantos grados de simplicidad cuantos son los grados posibles de composiciones
opuestas, La simplicidad absoluta excluye toda composición tanto intrínseca
como extrínseca, y, es propia y exclusiva de Dios, acto purísimo, en el que no
se da composición alguna, ni lógica, ni física, ni metafísica (d. 1." p.,
q.3).
Fuera de Él se da siempre alguna composición, No ha de confundirse, pues,
simplicidad con espiritualidad o inmaterialidad. Todo lo que es espiritual es
en algún modo simple, mas no todo lo que es simple es también necesariamente
espiritual, pues depende de la composición que excluya, por ejemplo Dios que es
la simplicidad misma y absoluta, como ya se dijo.
Incorpóreo niega la existencia de cuerpo y se opone a corpóreo. Mas
cuerpo se toma en una múltiple acepción, pudiendo significar:
1º, las tres dimensiones, lo que constituye el
cuerpo matemático;
2º, la entidad substancial, que por su naturaleza es sujeto de las tres
dimensiones, ya sea ella una entidad corpórea completa, como todo compuesto de
materia y forma, que constituye el cuerpo físico, ya sea incompleta, como las
formas de los seres imperfectos, que son de suyo extensas y divisibles, así
como la materia prima, que es la raíz de la cantidad;
3º, significa asimismo las formas indivisibles que en sus operaciones
dependen del cuerpo, bien con dependencia absoluta e intrínseca (como el alma de
los vegetales y animales irracionales), bien con dependencia parcial y
extrínseca, como el alma humana, que informa la materia a la que naturalmente
se une, teniendo dependencia objetiva de ella; y:, por último, en sentido menos
filosófico e impropiamente se llama cuerpo a todo lo que cae bajo nuestros
sentidos externos.
Incorpóreo tendrá asimismo una múltiple acepción. Y el decir de los
ángeles que son perfectamente incorpóreos es excluir de ellos la cuádruple
corporeidad significada por las acepciones de cuerpo anteriormente expuestas,
indicando que su naturaleza es tal, que no sólo carecen en sí de cantidad dimensiva,
sino que no tienen dependencia alguna intrínseca o extrínseca de la materia
corpórea.
Inmaterial Por oposición a material dice se de todo lo que no tiene materia en sí ni de ella depende en modo alguno,
bien sea porque abstrae de ella, y ni la niega ni la exige (inmaterial
praecisive), o bien en cuanto que necesariamente importa la negación de toda
materia o materialidad, inmaterial positivo, el espíritu se equipara a
inmaterial en la última acepción, o sea es el inmaterial positivo, significando
una substancia que tiene ser y existencia propias sin dependencia alguna del
cuerpo, pudiendo entonces decirse de ella con propiedad e indistintamente que
es perfectamente espiritual, absolutamente inmaterial y
completamente incorpórea.
Tiene, sin embargo, esta palabra espíritu una acepción vulgar menos
propia, ya que "el nombre ha sido impuesto para significar una naturaleza
sutil. En este sentido, al aire se le llama espíritu..., e igualmente al viento
y a los vapores sutilísimos mediante los cuales se difunde por las partes del
cuerpo la vitalidad del alma; asimismo, todo lo que es incorpóreo se llama
espíritu..., como el ángel y el alma", o "cualquier substancia
invisible" (1 ,Sent., dis. 10', q. 1, a. 4; d. 1." p., q. 41, a. 3 ad
4).
De no distinguir bien estos conceptos puede originarse, y se originó
siempre, no poca confusión al hablar de la espiritualidad de los ángeles.
Cuál es la posición teológica de Santo Tomás acerca de la
inmaterialidad de los ángeles, he aquí sus palabras, mas antes es preciso
aclarar que en el cuerpo de la respuesta se sigue el orden siguiente: En el
cuerpo del presente artículo, que contiene la más alta metafísica, pueden distinguirse
tres partes. En la primera se exponen los fundamentos de Avicebrón y demás partidarios
de su doctrina; en la segunda se impugna de dos maneras esa posición, y en la
tercera se hace ver cómo no se sigue inconveniente alguno de poner la absoluta
inmaterialidad de los ángeles.
En opinión de algunos, los ángeles están
compuestos de materia y forma, y esto fue lo que Avicebrón se empeñó en
demostrar. Para ello supone que, cuanto intelectualmente es distinto, se
distingue también en la realidad, y como el entendimiento percibe en la
substancia incorpórea algo por lo cual se distingue de la corporal y algo por
lo cual conviene con ella, pretendió deducir que aquello por lo cual la
substancia in corpórea difiere de la corpórea es para ella como la forma, y
aquello que por su carácter de común sustenta la forma distintiva es su
materia. Basado en esto, dice que una y la misma es la materia universal que se
halla en Job seres espirituales y en incorporales [6), entendiendo que la forma
de la substancia incorpórea está impresa en la materia de los seres espirituales
de la misma manera que la forma cuantitativa lo está en la materia de los
corporales. Más a primera vista se advierte la imposibilidad de que sea una
misma la materia de los seres espirituales y la de los corporales [7J. No es
posible que la forma espiritual y la corporal sean recibidas en la misma
porción de materia, porque en tal caso la misma cosa sería material y
espiritual. Sería, pues, necesario que la forma corpórea fuese recibida en una
porción de la materia y en otra distinta la forma espiritual. Pero la materia
no es divisible en partes sino en cuanto se concibe como dotada de extensión,
desaparecida la cual, queda, como dice el Filósofo, una substancia indivisible.
Por tanto, sería necesario que la materia de los seres espirituales tuviese extensión,
y esto es imposible...Luego es imposible que la materia de los seres corporales
y la de los espirituales sea la misma.
CONTINUARA...
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