20 de abril
Santa Inés de Monte Pulciano, virgen.
(† 1317.)
La bienaventurada virgen y esposa de Jesucristo, santa Inés
de Monte-Pulciano, nació en la ciudad de este nombre, que está en la Toscana,
de padres muy señalados por su nobleza y riqueza. Desde la cuna comenzó a
mostrar su devoción a Jesucristo y a la santísima Virgen; porque cuando le
ponían a los ojos alguna imagen del Señor o de su benditísima Madre, la miraba
y remiraba con visibles demostraciones de grande alegría. Educáronla en el
monasterio de las saquinas, llamadas así porque traían un escapulario de sayal
grosero; y como una abadesa de rara prudencia y virtud visitase aquel monasterio,
en viendo a la niña Inés, dijo:« No ilustrará menos esta Inés a la religión con
sus virtudes, que la otra Inés romana con su martirio.» A los catorce años
mostraba tanto seso y prudencia, que no dudaron en encomendarle la
administración de las cosas temporales del convento, y a la edad de diez y ocho
años, con la bendición del sumo pontífice Nicolao IV, fué nombrada superiora del
convento que se acababa de fundar en Proceno, en el condado de Orvieto. Ayunaba
todos los días a pan y agua, dormía sobre la desnuda tierra, reclinando la
cabeza sobre una piedra: pero, ¿quién podrá explicar los favores
extraordinarios que recibía del cielo, las apariciones de los ángeles, de santo
Domingo, de san Francisco, y de su dulcísimo Esposo Jesús con quien familiarmente
conversaba con celestial suavidad y regalo? ¿Quién podrá decir los milagros que
obró el Señor por esta santa virgen y el fruto que causó en muchos pecadores con
su santa vida y conversación? Sintieron
Reflexión: En
el ardiente celo que manifestó esta santa virgen, convirtiendo aquel lodazal de
vicios en jardín de flores celestiales, echarás de ver la inmaculada pureza que
inspira nuestra santísima Religión a todos los que de veras la profesan. Por el
contrario, la impiedad infernal de los modernos sectarios y apóstatas, multiplica
cada día las tentaciones sensuales y lazos de Lucifer para acabar con la
honestidad y fe de los católicos. «Está resuelto en nuestras logias, dice un
documento muy conocido de la suprema Venta de los masones, que es menester
popularizar al vicio para matar la fe: que lo respiren los hombres por todos
sus .cinco sentidos, que se saturen de él, y ya no habrá más católicos.» No. es
nueva en el mundo esta astucia de Satanás. La impiedad hace de los hombres
bestias: la Religión hace de las bestias hombres, y de los hombres ángeles.
Oración: Oh
Dios, que eres nuestra salud, oye nuestras súplicas, para que así como celebramos
con gozo la festividad de la bienaventurada virgen Inés, así alcancemos el fervor
de una piadosa devoción. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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