EXCELENCIA DE LUCIFER, SU INFLUJO EN EL PECADO DE LOS DEMAS Y NUMERO
DE LOS PREVARICADORES.
Como
ya se vio sobre estos tres puntos nada explicito se dice en la revelación y la
tradición opino de diversas maneras siempre buscando la solución en las Sagradas
Escrituras. Santo Tomas, que en las cuestiones opinables es siempre respetuoso
con la tradición cuando otros testimonios de mayor valor a una poderosa razón
nos obliga a adoptar una posición determinada, deja en su exposición amplio
margen como en este caso, para elegir entre una u otra sentencia aunque sin
ocultar lo que personalmente considera más razonable. (No es otro su proceder
sino el mismo en lo que los teólogos dan por llamar “questiones disputatas” y así
vemos que en el pecado de Adán difieren los teólogos de su época como San
Buenaventura sobre si era necesaria la venida de Nuestro Señor Jesucristo. El
solo se limita a decir que si las Sagradas Escrituras dicen que si, así debe
ser, pero siempre respetando la opinión de los demás. Lo mismo sucedió con el
dogma de la Inmaculada Concepción en la cual el opinaba de manera contraria a
los teólogos contemporáneos, mas no por eso se le noto una disputa agria o
acida, ni pretendió poner, con su autoridad de teólogo, algo que era también
muy disputado en virtud de que la Iglesia no se había declaro con respecto a
ese dogma, por lo tanto era opinable y no se oponía a la salvación de las
almas. Ejemplos muy claros y evidentes de almas verdaderamente imbuidas en la
verdad divina que con su ejemplo nos invitan a actuar de la misma manera
prudente y santa ante las opiniones actuales que se enraízan en cuestiones teológicas
o de derecho canónico, o como se dice de sentido práctico. Pretender imponer
una “questio disputata” a las demás personas sin tomar dicho ejemplo de los
santos es una cuestión grave de imprudencia aunque sea apoyada por los
“teólogos modernos” que pululan a granel y que, por desgracia sin querer ni
pensarlo en algunos, quieren imponerlo como una “questio sine qua non” para la
salvación eterna y esto sí es grave por estar en contradicción del actuar de
los santos y más de un santo teólogo por excelencia a quien NADIE SUPERARA
hasta el fin del mundo.
No pretendamos ser mas teólogos que ellos, no opinemos
sobre temas candentes sin la ayuda imponderable de la gracia y la luz divina
que a nadie se le niega si se pide con humildad, no contribuyamos a la
incertidumbre de los espíritus débiles que apenas inician el camino de la perfección
y de la unión con Dios y en prosecución de su fin último al todos estamos
llamados antes bien contribuyamos a cerrar el numero de los elegidos en el
cielo para que se acaben de una vez por todas las aflicciones que, con mayor
ímpetu caen sobre nuestras almas. Este es, a mi forma de ver el verdadero
espíritu de la verdad, y del apostolado actual. Habrá quienes difieran de este
criterio y los respeto siempre y cuando su forma de actuar provenga de la
voluntad de cumplir con la divina y bajo el influjo de la gracia divina, todo
lo dicho o hecho fuera de esta, no lo apruebo y estoy en contra de ello.)
Sigamos con Santo tomas: Probablemente el principal de los ángeles que
pecaron era el más perfecto de todos los ángeles. Respecto a esto
debemos atender exclusivamente al motivo que los indujo a pecar. Y si este fue
la propia perfección y excelencia, esta era mayor en el ángel más perfecto que
los otros, por donde es verosímil que fuese el principal en pecar. “En
el pecado se deben considerar dos cosas: LA PROPENSION AL PECADO Y EL MOTIVO DE
PECAR. Si en el ángel se considera la PROPENSION al pecado, más bien parece que
pecaron los inferiores y no los superiores, y por esto dice el Damasceno que el
mayor de los que pecaron fue el que precedía al orden terrestre. Y esta opinión
parece a fin con otra de los platónicos, según lo refiere San Agustin en de
trinitate, quienes decían que los dioses son todos buenos, y los demonios, en
cambio, unos son buenos y unos son malos (errores que hoy en el vulgo se
difunden actualmente ya de broma o serio, no así en los “teólogos modernistas quienes
van mas allá negando la existencia del demonio).
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