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viernes, 24 de marzo de 2017

LA PASIÓN DEL SEÑOR



Es probable que los guardias que vigilaban a Jesús se fueran alternando durante la noche, mientras unos dormían otros velaban. El que llegara nuevo, traería una nueva burla, una nueva manera de reírse de Jesús. El Señor no durmió, padeció aquella situación toda la noche, noche que nunca amaneció para los ciegos de la ciega sinagoga.

Pedro dice que no conoce a Jesús

Con la negación de Pedro aún creció más el dolor del Señor en aquella noche. Pedro era uno de los apóstoles más queridos, y estaba avisado ya de la tentación que iba a tener, pero, a pesar de eso, le negó, y no una vez, sino tres, y Juro que no le conocía.
La primera vez que dijo no conocer a Jesús parece que fue después de la medianoche. La portera dejó entrar a Pedro, gracias a la intervención del otro discípulo, y él se sentó en el atrio junto al fuego que hablan encendido por el frío que hacía (Mc 14, 66 Y Jn 18, 18). Allí estaba con los servidores y criados calentándose al fuego, cuando la portera le preguntó: Y Pedro negó conocer a Jesús, y se salió del atrio, y el gallo canto por primera vez. Y el primer canto del gallo suele ser a la medianoche o a la una.
La tercera negación debió de ser sobre las cuatro de la madrugada, porque todos los evangelistas dicen que, al negarle por tercera vez, el gallo cantó, y San Marcos dice que era la segunda vez que cantaba, y el segundo canto de gallo suele ser poco antes del amanecer, es decir, alrededor de las cuatro de la madrugada.
La segunda negación fue como una hora antes de la tercera, como dice San Lucas: «Pasada como una hora... » (22, 29), por tanto, eran las tres poco más o menos. El Salvador había dicho a Pedro que le negaría tres veces antes de que el gallo cantase dos se refería el Señor a los dos momentos en que el gallo 'canta: uno después de la medianoche, y el otro antes de amanecer o Todo ocurrió muy de prisa: de la noche a la mañana, como se suele decir; para indicar el tiempo que pasó desde la primera negación a la segunda, San Lucas dice: «Poco después» (12, 58), Y San Marcos dice lo mismo -«poco después»- para referirse al tiempo que pasó entre la segunda y la tercera negación.
Ocurrió en el atrio, que era como el patio común de las casas; y allí estaban los soldados de guardia y los demás criados de los sacerdotes que se habían reunido en la casa. del pontífice. En estos patios no hay techo, sino que dan a cielo descubierto, por eso tuvieron que encender fuego, y así se calentaron a esas horas frías de la madrugada.
No debe confundir el que unos evangelistas digan que Pedro estaba fuera y otros que estaba dentro: estaba fuera de la sala donde se juzgaba a Jesús, pero estaba dentro porque había entrado en la casa del pontífice. San Mateo dice que «Pedro estaba fuera, en el atrio» (Mt 26, 69).
También sabemos que la sala donde estaban procesando a Jesús era una habitación en el piso alto de la casa, porque San Marcos dice: «Pedro estaba abajo, en el atrio» (Mc 14,66).
¿Cómo puede ser entonces que, como dice San Lucas, Jesús mirara a Pedro si Él estaba arriba y Pedro en el atrio? «El Señor se volvió y miró a Pedro» (22,61).
Le miró cuando ya le había negado por tercera vez, y fue después que juzgaron al Salvador: pudo mirarle cuando le trasladaban de la sala de la audiencia a otro sitio de la casa o bien pudo ser que mientras los criados se reían del Salvador, Pedro fuera a ver qué ocurría y entonces el Señor le mirara.
Pudo ocurrir así: Terminaron los sacerdotes de juzgar al Señor y se marcharon a sus casas. Trasladaron al Señor a otra habitación de la casa donde debían guardarle hasta la mañana siguiente. El sumo sacerdote se había ido a dormir; en la casa no quedaban ya
           


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