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miércoles, 23 de septiembre de 2020

“Estamos agradecidos profundamente por los dones espirituales y teológicos recibidos a través de la Reforma Luterana”.

 

Francisco y una estatua de Martin Lutero


 

DECLARACIÓN CONJUNTA

Con ocasión de la Conmemoración conjunta católico – Luterana de la Reforma

Lund, 31 de octubre de 2016

 

Nota. Me he visto en la necesidad de hacer varias aclaraciones sobre este texto tan ambiguo como venenoso que solo puede salir no de verdadero deseo de la salvación de las almas sino de un espíritu cuyo interés es unir a todas las seudo religiones con el fin de atacar a la verdadera Iglesia fundada por Nuestro Señor Jesucristo, según aquello de san Pío X: “Los enemigos de la Iglesia ya no están fuera sino dentro de la misma iglesia”

 

«Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí» (Jn 15,4). La clásica frase de los modernistas en la cual se tergiversa totalmente el sentido de ella pues aquí Nuestro Señor Jesucristo hace alusión a su cuerpo místico a su iglesia militante que forma parte de este cuerpo místico, pero de ninguna manera se refiere a los protestante, musulmanes, herejes etc,

 

Con corazones agradecidos

 

Con esta Declaración Conjunta, expresamos gratitud gozosa a Dios por este momento de oración en común en la Catedral de Lund, cuando comenzamos el año en el que se conmemora el quinientos aniversario de la Reforma.(¿A que Dios al trino y uno de la Iglesia Católica o al dios de los modernistas y protestantes o sea al Anticristo?) Los cincuenta años de constante y fructuoso diálogo ecuménico entre católicos y luteranos nos ha ayudado a superar muchas diferencias, y ha hecho más profunda nuestra mutua comprensión y confianza.(El ecumenismo verdadero era el que buscaba la conversión de los no católicos al catolicismo y el que se afianzaba en la verdad divina y no  este nuevo ecumenismo que busca un contubernio con los herejes, protestantes, musulmanes etc…Lutero es hereje) Al mismo tiempo, nos hemos acercado más unos a otros a través del servicio al prójimo, a menudo en circunstancias de sufrimiento y persecución. A través del diálogo y el testimonio compartido, ya no somos extraños. Más bien, hemos aprendido que lo que nos une es más de lo que nos divide. (Como católicos que somos y no modernistas, ¿Qué unión puede haber entre el error y la verdad? ¿Qué tiene que ver Jesucristo Nuestro Señor con Lutero?)

 

Pasar del conflicto a la comunión

 

Aunque estamos agradecidos profundamente por los dones espirituales y teológicos recibidos a través de la Reforma, (¿Cuáles pueden ser los “dones espirituales y teológicos” que se puedan recibir de una reforma anti católica como la de Martin Lutero? ¿Puede el árbol malo dar frutos buenos y el bueno dar frutos malos? El malo siempre dará frutos malos tal es la reforma protestante de este señor Martin Lutero) también reconocemos y lamentamos ante Cristo que luteranos y católicos (Es bueno hacer una distinción entre católicos y modernistas términos que son diametralmente opuestos, el católico es el que cree en Iglesia Una, Santa, católica y apostólica notas esenciales que no tiene el modernismo actual que impera por usurpación en las iglesias del mundo) hayamos dañado la unidad vivible de la Iglesia. Las diferencias teológicas estuvieron acompañadas por el prejuicio y por los conflictos, y la religión fue instrumentalizada con fines políticos. Nuestra fe común en Jesucristo y nuestro bautismo nos pide una conversión permanente, (ha ser mejores católicos y devotos de la verdadera Iglesia si, pero no a ser mejores protestantes que Lutero) para que dejemos atrás los desacuerdos históricos y los conflictos que obstruyen el ministerio de la reconciliación. (A Lutero antes de declarlo hereje formal se le pidió esa reconciliación con la Iglesia de siempre, pero el por su soberbia la rechazo formalmente separándose definitivamente de la Iglesia de siempre) Aunque el pasado no puede ser cambiado, (y si no se puede levantar la excomunión, ¿Qué comunión hay con el actualmente?) lo que se recuerda y cómo se recuerda, puede ser trasformado. Rezamos por la curación de nuestras heridas y de la memoria, que nublan nuestra visión recíproca. Rechazamos de manera enérgica todo odio y violencia, pasada y presente, especialmente la cometida en nombre de la religión. Hoy, escuchamos el mandamiento de Dios de dejar de lado cualquier conflicto. Reconocemos que somos liberados por gracia para caminar hacia la comunión, (¿Qué comunión puede haber entre la  Luz con las tinieblas, la de la Verdad con el error? A esa unión no queremos llegar queremos mantenernos firmes en la doctrina firme de Nuestro Señor Jesucristo no a la herejía de Lutero que es muy contraria la de nuestro divino Salvador) a la que Dios nos llama constantemente.

 

Nuestro compromiso para un testimonio común

 

A medida que avanzamos en esos episodios de la historia que nos pesan, nos comprometemos a testimoniar juntos la gracia misericordiosa de Dios, (la gracia misericordiosa de Dios se manifiesta a los que con humildemente reconocen su culpa, pero no a los herejes formales ellos voluntariamente rechazan esa gracia misericordiosa) hecha visible en Cristo crucificado y resucitado. Conscientes de que el modo en que nos relacionamos unos con otros da forma a nuestro testimonio del Evangelio, refiérase aquí a los anglicanos, musulmanes, budistas y toda esa calaña anti católica que pulula en el mundo actual, nos comprometemos a seguir creciendo en la comunión fundada en el Bautismo, mientras intentamos quitar los obstáculos restantes que nos impiden alcanzar la plena unidad. (¿actualmente se pueden remover los obstáculos por los cuales Martin Lutero se separó de la Iglesia? El ya murió, ya fue juzgado y no puede ser uno con la Iglesia que el traiciono) Cristo desea que seamos uno, para que el mundo crea (cf. Jn 17,21). Pobre San juan como lo están quemando estos modernistas sin escrúpulo.

Muchos miembros de nuestras comunidades anhelan recibir la Eucaristía en una mesa, como expresión concreta de la unidad plena. (¿muchas comunidades? ¿Cuáles son? Quizá se refiera a las protestantes no católicas que se encuentran muy diseminadas por el mundo) Sentimos el dolor de los que comparten su vida entera, pero no pueden compartir la presencia redentora de Dios en la mesa de la Eucaristía. (este dolor se puede quitar simplemente con su abjuración del error o herejía, con la aceptación de la Iglesia trina y una y su sumisión) A ella Reconocemos nuestra conjunta responsabilidad pastoral para responder al hambre y sed espiritual de nuestro pueblo con el fin de ser uno en Cristo. Anhelamos que sea sanada esta herida en el Cuerpo de Cristo. Este es el propósito de nuestros esfuerzos ecuménicos, que deseamos que progresen, también con la renovación de nuestro compromiso en el diálogo teológico.

Pedimos a Dios que católicos y luteranos sean capaces de testimoniar juntos el Evangelio de Jesucristo, (LA PALABRA CATOLICO EN UN MODERNISTA ES UNA VERDADERA AFRENTA AL CATOLICO VERDADERO SEGUIDOR FIEL DE JESUCRISTO) invitando a la humanidad a escuchar y recibir la buena noticia de la acción redentora de Dios. Pedimos a Dios inspiración, impulso y fortaleza para que podamos seguir juntos en el servicio, defendiendo los derechos humanos (¿Es acaso un “derecho humano” el asunto luterano o espiritual? Esto me suena a la O. N. U y no a la verdadera Iglesia, solo un modernista puede hablar así en consonancia con la masonería) y la dignidad, especialmente la de los pobres, trabajando por la justicia y rechazando toda forma de violencia. Dios nos convoca para estar cerca de todos los que anhelan dignidad, justicia, paz y reconciliación. Hoy, en particular, elevamos nuestras voces para que termine la violencia y el radicalismo, que afecta a muchos países y comunidades, y a innumerables hermanos y hermanas en Cristo. Nosotros, luteranos y católicos, instamos a trabajar conjuntamente para acoger al extranjero, para socorrer las necesidades de los que son forzados a huir a causa de la guerra y la persecución, y para defender los derechos de los refugiados y de los que buscan asilo. (hacen referencia a los refugiados de personas que proceden de los devastados países que entraron en la famosa “primavera árabe” llevada acabo por los miembros de la O. T A. N. (Organización del Tratado del Atlántico Norte) contra Irak, Libia y Siria a donde llevaron la guerra)

Hoy más que nunca, comprendemos que nuestro servicio conjunto en este mundo debe extenderse a la creación de Dios, que sufre explotación y los efectos de la codicia insaciable. Reconocemos el derecho de las generaciones futuras a gozar de lo creado por Dios con todo su potencial y belleza. Rogamos por un cambio de corazón y mente que conduzca a una actitud amorosa y responsable en el cuidado de la creación. (este último párrafo parece mas bien un discurso político mas que espiritual en donde destaca ese ecumenismo barato que se aleja impresionantemente del católico)

 

Uno en Cristo

 

En esta ocasión propicia, manifestamos nuestra gratitud a nuestros hermanos y hermanas, representantes de las diferentes Comunidades y Asociaciones Cristianas Mundiales, que están presentes y quienes se unen a nosotros en oración. Al comprometernos de nuevo a pasar del conflicto a la comunión, lo hacemos como parte del único Cuerpo de Cristo, en el que estamos incorporados por el Bautismo. Invitamos a nuestros interlocutores ecuménicos para que nos recuerden nuestros compromisos y para animarnos. Les pedimos que sigan rezando por nosotros, que caminen con nosotros, que nos sostengan viviendo los compromisos de oración que manifestamos hoy.

 

Exhortación a los católicos y luteranos del mundo entero

 

Exhortamos a todas las comunidades y parroquias luteranas y católicas a que sean valientes, creativas, alegres y que tengan esperanza en su compromiso para continuar el gran itinerario que tenemos ante nosotros. En vez de los conflictos del pasado, el don de Dios de la unidad entre nosotros guiará la cooperación y hará más profunda nuestra solidaridad. Nosotros, católicos y luteranos, acercándonos en la fe a Cristo, rezando juntos, escuchándonos unos a otros, y viviendo el amor de Cristo en nuestras relaciones, nos abrimos al poder de Dios Trino. Fundados en Cristo y dando testimonio de él, renovamos nuestra determinación para ser fieles heraldos del amor infinito de Dios para toda la humanidad.

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Recordamos que esto ya viene de antes, Rome Reports, 12-Oct-2016:

La idea de Benedicto XVI para conmemorar con los luteranos los 500 años de la Reforma video

Tomado del Boletín oficial de la Santa Sede, 31-Oct-2016.

 

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