Francisco y una estatua de Martin Lutero
DECLARACIÓN CONJUNTA
Con ocasión de la Conmemoración conjunta católico –
Luterana de la Reforma
Lund, 31 de octubre de 2016
Nota. Me he visto en la necesidad de hacer varias
aclaraciones sobre este texto tan ambiguo como venenoso que solo puede salir no
de verdadero deseo de la salvación de las almas sino de un espíritu cuyo interés
es unir a todas las seudo religiones con el fin de atacar a la verdadera
Iglesia fundada por Nuestro Señor Jesucristo, según aquello de san Pío X: “Los
enemigos de la Iglesia ya no están fuera sino dentro de la misma iglesia”
«Permaneced
en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no
permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí» (Jn 15,4). La clásica frase de los
modernistas en la cual se tergiversa totalmente el sentido de ella pues aquí Nuestro
Señor Jesucristo hace alusión a su cuerpo místico a su iglesia militante que
forma parte de este cuerpo místico, pero de ninguna manera se refiere a los
protestante, musulmanes, herejes etc,
Con corazones agradecidos
Con esta
Declaración Conjunta, expresamos gratitud gozosa a Dios por este momento de
oración en común en la Catedral de Lund, cuando comenzamos el año en el que se
conmemora el quinientos aniversario de la Reforma.(¿A
que Dios al trino y uno de la Iglesia Católica o al dios de los modernistas y
protestantes o sea al Anticristo?) Los cincuenta años de constante y
fructuoso diálogo ecuménico entre católicos y luteranos nos ha ayudado a
superar muchas diferencias, y ha hecho más profunda nuestra mutua comprensión y
confianza.(El
ecumenismo verdadero era el que buscaba la conversión de los no católicos al catolicismo
y el que se afianzaba en la verdad divina y no este nuevo ecumenismo que busca un
contubernio con los herejes, protestantes, musulmanes etc…Lutero es hereje)
Al mismo tiempo, nos hemos acercado más unos a otros a través del servicio al
prójimo, a menudo en circunstancias de sufrimiento y persecución. A través del
diálogo y el testimonio compartido, ya no somos extraños. Más bien, hemos
aprendido que lo que nos une es más de lo que nos divide. (Como católicos que
somos y no modernistas, ¿Qué unión puede haber entre el error y la verdad? ¿Qué
tiene que ver Jesucristo Nuestro Señor con Lutero?)
Pasar del conflicto a la comunión
Aunque estamos agradecidos
profundamente por los dones espirituales y teológicos recibidos a través de la
Reforma, (¿Cuáles pueden
ser los “dones espirituales y teológicos” que se puedan recibir de una reforma
anti católica como la de Martin Lutero? ¿Puede el árbol malo dar frutos buenos
y el bueno dar frutos malos? El malo siempre dará frutos malos tal es la
reforma protestante de este señor Martin Lutero) también reconocemos y
lamentamos ante Cristo que luteranos y católicos (Es bueno hacer una distinción entre católicos
y modernistas términos que son diametralmente opuestos, el católico es el que
cree en Iglesia Una, Santa, católica y apostólica notas esenciales que no tiene
el modernismo actual que impera por usurpación en las iglesias del mundo)
hayamos dañado la unidad vivible de la Iglesia. Las diferencias teológicas
estuvieron acompañadas por el prejuicio y por los conflictos, y la religión fue
instrumentalizada con fines políticos. Nuestra fe común en Jesucristo y nuestro
bautismo nos pide una conversión permanente, (ha ser mejores católicos y devotos de
la verdadera Iglesia si, pero no a ser mejores protestantes que Lutero)
para que dejemos atrás los desacuerdos históricos y los conflictos que
obstruyen el ministerio de la reconciliación. (A Lutero antes de declarlo hereje
formal se le pidió esa reconciliación con la Iglesia de siempre, pero el por su
soberbia la rechazo formalmente separándose definitivamente de la Iglesia de
siempre) Aunque el pasado no puede ser cambiado, (y si no se puede levantar la excomunión,
¿Qué comunión hay con el actualmente?) lo que se recuerda y cómo se
recuerda, puede ser trasformado. Rezamos por la curación de nuestras heridas y
de la memoria, que nublan nuestra visión recíproca. Rechazamos de manera
enérgica todo odio y violencia, pasada y presente, especialmente la cometida en
nombre de la religión. Hoy, escuchamos el mandamiento de Dios de dejar de lado
cualquier conflicto. Reconocemos que somos liberados por gracia para caminar
hacia la comunión, (¿Qué comunión puede haber entre la Luz con las tinieblas, la de la Verdad con el
error? A esa unión no queremos llegar queremos mantenernos firmes en la
doctrina firme de Nuestro Señor Jesucristo no a la herejía de Lutero que es muy
contraria la de nuestro divino Salvador) a
la que Dios nos llama constantemente.
Nuestro compromiso para un testimonio común
A medida
que avanzamos en esos episodios de la historia que nos pesan, nos comprometemos
a testimoniar juntos la gracia misericordiosa de Dios, (la gracia misericordiosa de Dios se
manifiesta a los que con humildemente reconocen su culpa, pero no a los herejes
formales ellos voluntariamente rechazan esa gracia misericordiosa) hecha
visible en Cristo crucificado y resucitado. Conscientes de que el modo en que
nos relacionamos unos con otros da forma a nuestro testimonio del Evangelio, refiérase aquí a
los anglicanos, musulmanes, budistas y toda esa calaña anti católica que pulula
en el mundo actual, nos comprometemos a seguir creciendo en la comunión
fundada en el Bautismo, mientras intentamos quitar los obstáculos restantes que
nos impiden alcanzar la plena unidad. (¿actualmente se pueden remover los obstáculos por
los cuales Martin Lutero se separó de la Iglesia? El ya murió, ya fue juzgado y
no puede ser uno con la Iglesia que el traiciono) Cristo desea que seamos uno, para que el mundo crea (cf. Jn
17,21). Pobre San juan como lo están quemando estos modernistas sin escrúpulo.
Muchos
miembros de nuestras comunidades anhelan recibir la Eucaristía en una mesa,
como expresión concreta de la unidad plena. (¿muchas comunidades? ¿Cuáles son? Quizá
se refiera a las protestantes no católicas que se encuentran muy diseminadas
por el mundo) Sentimos el dolor de los que comparten su vida entera,
pero no pueden compartir la presencia redentora de Dios en la mesa de la
Eucaristía. (este
dolor se puede quitar simplemente con su abjuración del error o herejía, con la
aceptación de la Iglesia trina y una y su sumisión) A ella Reconocemos
nuestra conjunta responsabilidad pastoral para responder al hambre y sed
espiritual de nuestro pueblo con el fin de ser uno en Cristo. Anhelamos que sea
sanada esta herida en el Cuerpo de Cristo. Este es el propósito de nuestros
esfuerzos ecuménicos, que deseamos que progresen, también con la renovación de
nuestro compromiso en el diálogo teológico.
Pedimos
a Dios que católicos y luteranos sean capaces de testimoniar juntos el
Evangelio de Jesucristo, (LA PALABRA CATOLICO EN UN MODERNISTA ES UNA VERDADERA
AFRENTA AL CATOLICO VERDADERO SEGUIDOR FIEL DE JESUCRISTO) invitando a la humanidad a escuchar y recibir la
buena noticia de la acción redentora de Dios. Pedimos a Dios inspiración,
impulso y fortaleza para que podamos seguir juntos en el servicio, defendiendo los derechos humanos (¿Es acaso un
“derecho humano” el asunto luterano o espiritual? Esto me suena a la O. N. U y
no a la verdadera Iglesia, solo un modernista puede hablar así en consonancia
con la masonería) y la dignidad,
especialmente la de los pobres, trabajando por la justicia y rechazando toda
forma de violencia. Dios nos convoca para estar cerca de todos los que anhelan
dignidad, justicia, paz y reconciliación. Hoy, en particular, elevamos nuestras
voces para que termine la violencia y el radicalismo, que afecta a muchos
países y comunidades, y a innumerables hermanos y hermanas en Cristo. Nosotros,
luteranos y católicos, instamos a trabajar conjuntamente para acoger al
extranjero, para socorrer las necesidades de los que son forzados a huir a
causa de la guerra y la persecución, y para defender los derechos de los
refugiados y de los que buscan asilo. (hacen referencia a los refugiados de personas que
proceden de los devastados países que entraron en la famosa “primavera árabe” llevada
acabo por los miembros de la O. T A. N. (Organización del Tratado del Atlántico
Norte) contra Irak, Libia y Siria a donde llevaron la guerra)
Hoy más
que nunca, comprendemos que nuestro servicio conjunto en este mundo debe
extenderse a la creación de Dios, que sufre explotación y los efectos de la
codicia insaciable. Reconocemos el derecho de las generaciones futuras a gozar
de lo creado por Dios con todo su potencial y belleza. Rogamos por un cambio de
corazón y mente que conduzca a una actitud amorosa y responsable en el cuidado
de la creación. (este último
párrafo parece mas bien un discurso político mas que espiritual en donde
destaca ese ecumenismo barato que se aleja impresionantemente del católico)
Uno en Cristo
En esta
ocasión propicia, manifestamos nuestra gratitud a nuestros hermanos y hermanas,
representantes de las diferentes Comunidades y Asociaciones Cristianas
Mundiales, que están presentes y quienes se unen a nosotros en oración. Al
comprometernos de nuevo a pasar del conflicto a la comunión, lo hacemos como
parte del único Cuerpo de Cristo, en el que estamos incorporados por el
Bautismo. Invitamos a nuestros interlocutores ecuménicos para que nos recuerden
nuestros compromisos y para animarnos. Les pedimos que sigan rezando por
nosotros, que caminen con nosotros, que nos sostengan viviendo los compromisos
de oración que manifestamos hoy.
Exhortación
a los católicos y luteranos del mundo entero
Exhortamos
a todas las comunidades y parroquias luteranas y católicas a que sean
valientes, creativas, alegres y que tengan esperanza en su compromiso para
continuar el gran itinerario que tenemos ante nosotros. En vez de los
conflictos del pasado, el don de Dios de la unidad entre nosotros guiará la
cooperación y hará más profunda nuestra solidaridad. Nosotros, católicos y luteranos,
acercándonos en la fe a Cristo, rezando juntos, escuchándonos unos a otros, y
viviendo el amor de Cristo en nuestras relaciones, nos abrimos al poder de Dios
Trino. Fundados en Cristo y dando testimonio de él, renovamos nuestra
determinación para ser fieles heraldos del amor infinito de Dios para toda la
humanidad.
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Recordamos
que esto ya viene de antes, Rome Reports, 12-Oct-2016:
La idea
de Benedicto XVI para conmemorar con los luteranos los 500 años de la Reforma
video
Tomado
del Boletín oficial de la Santa Sede, 31-Oct-2016.
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