JURAMENTO
ANTI-MODERNISTA
Motu Propio: “SACRORUM ANTISTITUM”
Impuesto al clero en
septiembre de 1910
por S.S. Pío X
Nota. Estimados
lectores quien esto escribe da gracias a Dios eternamente por haberme concedido
el favor divino de hacer este JURAMENTO un día antes de mi ordenación sacerdotal
conferida por Mons. Lefebvre. La providencia divina quiso y pidió por medio de
San Pío X se hiciera este juramento en presencia del Santísimo Sacramento del
altar. Con la solemnidad propia de los actos litúrgicos que encierran algo importantísimo
para el bien temporal y eterno de la Iglesia Católica.
Hasta ahora,
por la gracia de Dios y la ayuda de la Santísima Virgen María, me he mantenido
fiel a pesar de mis miserias, debilidades y de mis flaquezas.
Si he de
combatir al modernismo enquistado en lo mas profundo de la Iglesia fundada por
Nuestro Señor Jesucristo lo hago no solo por este bendito juramento sino también
porque siento una santa obligación y necesidad que me impele a defender los
derechos de Dios como la fe, sus dogmas, su doctrina y su Santa Iglesia.
Me sentiría
la criatura mas ingrata si traicionara y, cual soldado cobarde, abandonara este
santo y legitimo combate. Por otro lado lamento mucho que dicho juramento se
haya abolido después del Concilio Vaticano II como otras tantas cosas que hacían
grande y única a nuestra sacrosanta religión.
Esta
fidelidad humanamente hablando no se puede llevar si ustedes quienes han tenido
la bondad de leer estas líneas no me fortalecen con su oración y piden por este
pecador ante Nuestra buena Madre la Santísima Virgen María, gracias de ante
mano por sus oraciones Dios los/las bendiga
"
Yo...abrazo y recibo firmemente todas y cada una de las verdades que la Iglesia
por su magisterio, que no puede errar, ha definido, afirmado y declarado, principalmente
los textos de doctrina que van directamente dirigidos contra los errores de
estos tiempos.”
“En
primer lugar, profeso que Dios, principio y fin de todas las cosas puede ser
conocido y por tanto también demostrado de una manera cierta por la luz de la
razón, por medio de las cosas que han sido hechas, es decir por las obras
visibles de la creación, como la causa por su efecto.”
“En
segundo lugar, admito y reconozco los argumentos externos de la revelación, es
decir los hechos divinos, entre los cuales, en primer lugar, los milagros y las
profecías, como signos muy ciertos del origen divino de la religión cristiana.
Y estos mismos argumentos, los tengo por perfectamente proporcionados a la
inteligencia de todos los tiempos y de todos los hombres, incluso en el tiempo
presente.”
“En
tercer lugar, creo también con fe firme que la Iglesia, guardiana y maestra de
la palabra revelada, ha sido instituida de una manera próxima y directa por
Cristo en persona, verdadero e histórico, durante su vida entre nosotros, y
creo que esta Iglesia esta edificada sobre Pedro, jefe de la jerarquía y sobre
sus sucesores hasta el fin de los tiempos.”
“En
cuarto lugar, recibo sinceramente la doctrina de la fe que los Padres ortodoxos
nos han transmitido de los Apóstoles, SIEMPRE CON EL MISMO SENTIDO Y LA MISMA
INTERPRETACIÓN. POR ESTO RECHAZO ABSOLUTAMENTE LA SUPOSICION ERETICA DE LA
EVOLUCION DE LOS DOGMAS, según la cual estos dogmas cambiarían de sentido para
recibir uno diferente del que les ha dado la Iglesia en un principio.
Igualmente,
repruebo todo error que consista en sustituir el deposito divino confiado a la
esposa de Cristo y a su vigilante custodia, por una ficción filosófica o una
creación de la conciencia humana, la cual, formada poco a poco por el esfuerzo
de los hombres, sería susceptible en el futuro de un progreso indefinido.”
“Consecuentemente:
mantengo con toda certeza y profeso sinceramente que la fe no es un sentido
religioso ciego que surge de las profundidades tenebrosas del
"subconsciente", moralmente informado bajo la presión del corazón y
el impulso de la voluntad, sino que un verdadero asentamiento de la inteligencia
a la verdad adquirida extrínsecamente por la enseñanza recibida EX CATEDRA,
asentamiento por el cual creemos verdadero, a causa de la autoridad de Dios
cuya veracidad es absoluta, todo lo que ha sido dicho, atestiguado y revelado
por el Dios personal, nuestro creador y nuestro Maestro".
“En fin,
de manera general, profeso estar completamente indemne de este error de los
modernistas, que pretenden no hay nada divino en la tradición sagrada, o lo que
es mucho peor, que admiten lo que hay de divino en el sentido panteísta, de tal
manera que no queda nada más que el hecho puro y simple de la historia, a
saber: El hecho de que los hombres, por su trabajo, su habilidad, su talento
continúa a través de las edades posteriores, la escuela inaugurada por Cristo y
sus Apóstoles. Para concluir, sostengo con la mayor firmeza y sostendré hasta
mi último suspiro, la fe de los Padres sobre el criterio cierto de la verdad
que está, ha estado y estará siempre en el episcopado transmitido por la
sucesión de los Apóstoles; no de tal manera que esto sea sostenido para que
pueda parecer mejor adaptado al grado de cultura que conlleva la edad de cada
uno, sino de tal manera que LA VERDAD ABSOLUTA E INMUTABLE, predicada desde los
orígenes por los Apóstoles, NO SEA JAMAS NI CREIDA NI ENTENDIDA EN OTRO
SENTIDO.
“Todas
estas cosas me comprometo a observarlas fiel, sincera e INTEGRAMENTE, a
guardarlas inviolablemente y a no apartarme jamás de ellas sea enseñando, sea
de cualquier manera, por mis palabras y mis escritos...".
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